Cap. 27
–¿A qué velocidad voy?
–A cinco mil kilómetros —dijo sorprendido.
–¡Llegaremos antes de lo que cante un gallo!
–Co-mo quieras —tratando de ser orgulloso.
–Vamos... si no puedes recuperar tu orgullo, no lo esfuerzes.
–¡¡AHG!! No sé que hacer —sacando lágrimas.
–¿Por qué lloras?
–Pues ¿quién no va a llorar que al enterarse que su esposo e hijo/a va a morir? —dijo mientras entraba en un horrible llanto.
–Sé fuerte... le llevaremos la cura —aumenta su ki para acelerar.
—Secándose— Eso intento... pero es inútil —recuerda los momentos con Gokū.
–¡¡ESTOY EMBARAZADO!!
—lo abraza— Eso es tan hermoso ¡¡Me has hecho feliz, amor!!
*Fin de recuerdos*
—limpiándose el rostro— pero lo haré, por Kakarotto.
–¡Así se habla!
En el planeta Sadalá
–¿Cómo te sientes?
—Llorando— ¿Cómo crees? Sin Vegeta... sin mis hijos y... con una enfermedad, obvio que me siento devastado, me siento derrotado.
–Eso...es —agarrándole la mano— es feo, y te entiendo y...
–¿Qué entiendes? ¿Has vivido una enfermedad? ¿Has perdido un bebé? —llorando— ¿Has sentido que... tu esposo te abandona por salvar tu miserable vida? —la voltea a ver.
–No... pero he tenido amigas que lo han perdido todo y no se porque ellas se conectan a mi mente haciendo que yo llore escuchando sus sentimientos.
—lagrimeando— Tengo miedo.
–No llores —limpiando sus lágrimas— eso le pasa a varios... ¿Quieres que le llame a Vegeta?
–S-sí, llámalo.
–Bien —llama a Vegeta.
–¿Qué quieres? ¿Cómo está mi Kakarotto?
–Se siente solo... ¿Te lo paso?
–¡Sí por favor!
–¿Vege-ta?
–Sí, mi amor, pronto estaré ahí... con tu abuelo.
–¿A-abuel...o?
–Si me está ayudando a empujar la nave más rápido.
–¡Quiero verlo ya..! También a ti te quiero ver, pero ¡¡YÁ!!
–Nos vemos en dos meses.
–¿Dos Meses? Amor, te amo tanto —llorando— tanto...
–Yo también... te amo eres mi, bueno... me tendré que ir. Adiós, cariño, te amo —cuelga.
–¡Vegeta! ¡¡VEGETA!! —se oye un eco en toda la ciudad.
–¡Kakarotto! —llorando— iré por ti, bebé.
–Vamos... si te tranquilizas el hilo rojo relacionará ese sentimiento con la confianza hacia Gokū.
–Lo que no entiendo es ¡¿POR QUÉ LA VIDA SIEMPRE ELIGE A KAKAROTO PARA HACERNOS SUFRIR...POR QUÉ YO NO?!
–La vida pone obstáculos que debes lograr... por algo pone la vida esos obstáculos, Vegeta, estoy seguro que lograrás salvar a mi nieto —sonriendo— este obstáculo es de los dos así que hay que revasar nuestros límites.
–Sí...
En el planeta Sadalá
*tocan la puerta*
–Yo voy —abre.
–Venimos a ver a nuestro hijo.
–Claro, este... pasen, pasen.
—Gine corre hacia la habitación— Hijo ¿cómo vas?
–El medicamento que me da Bulma sabe asqueroso, pero me mantiene con vida.
–Hijo —llorando— yo fuí quien te alejó de nosotros.
–¿Q-Qué?, pero ¿Por qué?
–Cuando tenías con dos meses éramos del ejército de Freezer, él nos mandaba a invadir planetas... en un planeta... no sé como rayos se llamaba... me logró golpear en la nuca, ya que ese golpe era una arma secreta que tendría premoniciones de como mi raza perdía... me dió miedo porque mis compañeros no me hicieron caso solo se rieron... te mandé en una cápsula hacia el planeta Tierra... para que seas el sobreviviente y mírate... todo en un hombre... —suspiro— también en esa premonición vi como te le enfrentabas a ese demonio, como lo matabas, cuanto habías crecido.
—Llorando— Papá, —sonriendo— siempre serás mi padre, el orgulloso y el pelador más fuerte.
–Bueno, te dejamos para que descanses.
–Sí, gracias por ayudarnos, los amo.
–Y nosotros a ti —cierran la puerta.
–Al fin me quité ese remordimiento.
–Y me alegra —lo besa.
–¡Aquí no! Vamos a la casa —sonrojado.
–Oye, ¿Crees que Vegeta esté enamorado de Bulma?
–¿Vegeta? ¿El esposo de mi hijo? Por favor, no digas tonterías.
–El Rey Vegeta, mensa. Me dijo que le dijera así.
–Ay, se oye raro —confundida.
–Pues sí —risas— ¿Pero que le hacemos verdad? Je, je.
–Vaya, vinieron rápido y ¿qué te dijeron?
–Sobre que le pasó al planeta Vegeta, sobre como terminé en la Tierra —pensativo.
–Bueno... ya duérmete que mañana toca medicamento.
–¡¡HUÁCALA!! ¡¡AHG!! está bien.
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