Capítulo veintiuno 💜
Nunca un silencio se había convertido en una declaración de muerte. Hasta ahora.
Desearía que este enojo que siento por él volviera a transformarse en un sólido sentimiento de amor, pero no lo hará. La mirada de Celina se reproduce en mi mente como una tortura.
—Apareciste—me cruzo de brazos. Intento sonar ruda, aunque está muy lejos de mi verdadera personalidad—. No estabas muerto después de todo.
Mientras mira la carretera, noto que sus labios se curvan en una sonrisa divertida.
—Estaba pensando, no quería precipitarme.
—Piensas mucho—determino y alzo las cejas—. Y nada al mismo tiempo.
No me responde, y tampoco mueve un centímetro de su cuerpo—solo los brazos que sostienen el volante—.
Otra vez, un silencio vuelve a reinar en el ambiente. Ahora parece que no podemos mantener una conversación fluida, sin baches incomodos de por medio. Y quizás sea porque nunca tuvimos este problema de querer decirle al otro lo que pensamos, pero, al final, no poder hacerlo.
Pero tengo claro mi objetivo y es tratar de hallar su parte razonable para detener esta catarata de problemas.
Me coloco de lado en mi asiento.
—James, quiero que me escuches con atención—Intenta abrir la boca para disentir pero lo interrumpo:—. No digas nada hasta que lleguemos al hotel.
Suelta un suspiro, cediendo a mi pedido.
—Mira, entiendo que quieras vengarte de tu hermano por el simple hecho de que se va a casar con la mujer que te gusta— Comienzo, y me duele decir esto último, pero es lo que he asumido por el silencio de estos días—, Pero creo que no sería justo que los separes porque ella lo ha elegido a él y son perfectos el uno para el otro...
Durante todo el viaje intento hacerlo entrar en razón sobre que este plan debe revertirse por razones lógicas: no podemos separar a dos personas que han vivido tantos problemas juntos y que desafiaron la distancia. Por supuesto que no le digo lo que me ha dicho Celina sobre su historia de vida porque es algo que debe quedar entre ambas.
Le explico que Jake siguió hablando con ella porque es su amor verdadero, no menospreciando lo que siente él mismo pero sí resaltando la devoción que existe entre ambos.
—Celina es maravillosa, en serio, pero no creo que sea para ti—Frunce el ceño y aunque su gesto me intimida, insisto.
Detallo las desventajas que supone todo este problema; si sus padres se enteran estarían decepcionados, no hablaría nunca jamás con Jake y por supuesto, que él no es así. Él no es está clase de hombre que se centra en terminar con la relación de su hermano solo porque le gusta la chica. Siempre puso la felicidad de otros sobre la de él.
Cuando en la carretera, las luces del hotel se ven a lo lejos brillando como estrellas, cierro mi discurso, pero él no dice absolutamente nada.
Se queda mudo hasta que encuentra un estacionamiento en la entrada y coloca el Jeep en su lugar.
Lo miro con atención, supongo que es momento de su devolución.
—Bien, dime que piensas—lo aliento.
Nada. Su vista está perdida en las plantas decorativas que se encuentran frente al lugar para estacionar. Y no puedo culparlo, quizás le dí mucha información. Es probable que la esté procesando o, lo que me desanimaría, que no me haya oído y ahora esté intentando unir alguna que otra pieza para no quedar mal.
Tal vez sea paciente los primeros segundos en que no dice nada, pero poco a poco me voy cansando de esperar por una respuesta que debería ser inmediata. Y cuando se convierte en minutos, mis ganas de quedarme en este auto con él se vuelven nulas.
—No tiene caso—susurro y tomo la manija de la puerta para abrirla.
Al instante, el sonido de que alguien ha activado la traba se hace presente. Con efectividad, compruebo que mi único escape está bloqueado.
Volteo hacia él, para encontrarlo sentado de costado, mirándome.
Doy un respingo.
—No me atrae Celina—Se avalanza sobre mi asiento. Observo sus ojos claros delatar su honestidad—. En lo más mínimo.
Me encojo en mi sitio e intento echarme hacia atrás, chocando mi espalda contra el vidrio. No porque no quiera besarlo, mierda, sí que quiero...sobre todo porque esa colonia es la entrada a mis ideas más juguetonas, pero aquí me estoy plantando por las emociones de una mujer que ha sufrido demasiado. Así que, atenta.
—Eso es perfecto—muevo las manos, nerviosa—. Porque entonces, todo este problema ha sido resuelto.
Río un tanto aliviada por saber que esto podría terminar, pero a la vez, nerviosa por su acalorada cercanía.
Pero, para mí sorpresa, menea la cabeza con lentitud.
—¿No?—pregunto confundida.
Sonríe como si fuera una pobre inocente.
—Creo que puedo ser sincero contigo. No me gusta Celina, ni me ha gustado jamás, me dí cuenta que era una excusa para cubrir mis verdaderas intenciones—explica y creo que ha tomado esto como su turno de hablar, así que simplemente lo escucharé—. Quiero destruir a Jake, Liz. No sabes el placer que me generaría verlo hecho polvo. No me importa quitarle nada, no tiene nada que yo quiera. Solo busco que pague.
Dice todo entre dientes, como si la idea de hablar de Jake le produjera desagrado. Luego, vuelve a su lugar, con tranquilidad y yo, finalmente, respiro.
—Por supuesto que no me gustaría dañar a Celina, pero lamentablemente está en el medio y será una consecuencia si arruino su boda—comenta con un agobio que me es dificil de creer. Hace una pausa y continúa:—. Al principio fue tan confuso, primero creí que me gustaba, que seguía enamorado. Pero no era eso.
Suelta una pequeña risa irónica.
—Cuando vi esa imagen en el periódico, sentí tanta ira, y la confundí con celos—Niega con la cabeza—. Por favor, solo quería una razón para causarle esto a mi hermano y bueno...de alguna forma, sentía que esto me ayudaría a superarte.
Parpadeo, atónita.
—¿Superarme?
—Lo sé, patético, creces con una chica y de pronto, se convierte en tu vida. Está en todo; los primeros pensamientos del día son sobre ella, reflexionas sobre cómo le gustara que la traten, que la acaricien y que la besen— Confiesa algo que me deja loca—. Te imaginas una vida junto a ella. La acompañas en todo sus proyectos y también la consuelas cuando no funcionan. La visualizas desnuda. Y al final, el amor que sientes te consume.
Parpadeo, atónita.
—James—suelto un gemido provocado por la confusión que me invade.
Sonríe.
—Mierda, como me gusta que digas mi nombre.
La sangre corre a mis mejillas. Nunca nadie me había dicho algo así antes...con esa clase de tono lascivo, buscando encender la llama dentro mi pecho. Nunca nadie antes se había ocupado de hacerme sentir deseada.
Pero, si él está enamorado de mí, ¿Por qué conquistaría a Celina? No tiene sentido, solo intenta manipularme. ¿O no? Quisiera entender lo que pasa con mayor claridad.
—Pero si te gusto yo, ¿Por qué estarías con otra mujer?—intento mostrarle la falla.
—Desde la noche en el motel, sé que no podría estar con alguien más—Entorna los ojos—. Todas estas cosas que te digo las descubrí luego de amanecer contigo y necesité tiempo para pensarlo porque esa misma parte no me encajaba. Luego, descubrí que habría un cambio de planes: solo destruiría la boda, Celina pasaría a un plano no tan importante y no tendría nada con ella.
Bien, de acuerdo, le gusto. ¡Le gusto! No, no debo emocionarme, no vine aquí a hablar de eso, tengo una misión concreta.
—James, ¿Por qué estás tan empecinado en destruir a tu hermano?—Frunzo el ceño y me encojo de hombros—. Es que no entiendo de dónde salió tanto odio.
—¿Por qué? Porque me ha hecho vivir dieciocho años llenos de odio e incitaciones a pelear—Apunta con el dedo a quién sabe dónde—. ¿Recuerdas como era Jake antes? ¿Antes de subir esta extraña bandera blanca de paz entre nosotros que cada tanto baja? ¿Y sabes por qué no puede mantenerla en alto? Porque en el fondo me desprecia y ahora, para quedar bien con Celina, para hacerse el «he cambiado mamá y papá» se muestra como un caballero, pero yo sé lo que es.
Los comentarios en la playa...provocándolo sobre la amistad entre nosotros. O cuando dió a entender que James quizás estaba celoso... seguro él sabía lo que sentía por mí y solo trataba de exponerlo. Comprendo, a veces dice cosas que me recuerdan al viejo él pero eso no significa que no haya cambiado.
—Sé que traía problemas a tu casa, lo sé.
—¡Y quién estaba ahí arreglando todo! ¡Yo!—exclama—. Liz, ha hecho de mi vida un puto infierno y lo sabes.
—Recuerdo que peleaban pero, ¿Qué tan grave podía ser cómo para que lleguemos a este punto?
Menea la cabeza.
—No tienes ni idea. Nunca me quiso—determina y desvía la mirada hacia otro sitio.
—James, eso no es cierto—Coloco una mano sobre su brazo.
—Por supuesto que sí, nunca le gustó que fuera el «otro hijo». Para él, mi madre solo era una oportunista que se metió con su padre para quitarle dinero.
—Es tu hermano, ¿Cómo podría pensar algo así?—Frunzo el ceño, intentando negarmelo a mi misma.
Me cuesta creer que una persona pueda adoptar una postura tan malvada. Es cierto, Jake tuvo una fase en la que le hizo imposible la vida a los Foster: fumaba, bebía y se metía a lugares de mala muerte. Pero no era tan sádico, más bien, parecía que estaba pasando por una crisis.
—Me lo decía todo el tiempo. Siempre quise acercarme pero me empujaba como si fuera de otra sangre. Me miraba con desprecio y trataba de hacerme sentir inferior.
No, no lo puedo entender. Mi mente no lo procesa. Pero sí eran peleas...nada más. James no pudo vivir todo eso, no pude haber pasado por eso solo. ¿Dónde estuve? ¿Cómo no me dí cuenta? Me siento una tonta.
Trago con fuerza el nudo que se formó en mi garganta.
—¿Por qué nunca me lo dijiste?
—No quería molestar a nadie—Suelta un suspiro, resignado—. Solo habría causado más problemas.
Frunzo el ceño y me doy cuenta que ni siquiera puedo mirarlo a los ojos de la vergüenza. ¿Cómo es que no sabía de esto? Debo ser la peor amiga del mundo, me siento inútil y también me da pena que haya atravesado por esto en soledad, cuando no debió ser así.
Por otro lado, me genera bronca que en algun momento pensara que para mí sería una molestia, porque todo lo contrario, siempre quise sentarme y escuchar cómo estaba llevando sus cosas. Pero él, simplemente, no me lo dijo. Y sé que si lo hubiera hecho, lo habríamos tratado de resolver.
Pero quizás eso es lo que no quería...no buscaba resolverlo, solo esperar a que la tormenta pase. Es cierto que James es así, espera sin hacer ruido para que no se vuelva una catástrofe.
El llanto amenaza con aparecer y pronto, lo hace.
—James, lo siento mucho, en serio—me disculpo—. No estuve ahí para ti.
Atrapa una de las lagrimas que se resbala por mi mejilla y deja su mano para acunar mi rostro.
—No importa, era algo que debía atravesar solo—concluye. Y no sé si lo dice para hacerme sentir mejor o porque realmente piensa que era así—. Tú sabes que no haría esto sino estuviera realmente cansado, pero lo estoy, porque he acumulado por muchísimo tiempo.
Entorno los ojos con recelo y reflexiono un momento sobre el discurso que me ha dado.
De alguna forma, comprendo el concepto de «venganza», sobre todo su caso, pero aunque me cuesta admitirlo, no lo apoyo.
Supongo que esa palabra está hecha para gente que solo quiere redoblar la partida. No es un buen presagio de nada, es un sentimiento de ira que espera salir por algún lado. La venganza es «quiero ver al otro a sufrir porque me hizo lo mismo» pero, ¿En qué se beneficia uno mismo cuando lo logra? Satisfacción efímera, porque no se es como la persona que te ha hecho daño en primer lugar y por lo tanto, uno no se regocija de los actos maliciosos.
—James, esto no te beneficiara en nada—intento razonar.
—¿Qué?—Se ve confundido.
—Entiendo, pero aún no creo que se justifique esto que haces—niego—. Si Jake vivió siendo una basura, tienes que dejar que se pudra solo. No puedes actuar como si fueras una mala persona, simplemente para darle su «merecido» por algo que te hizo, porque te estarías rebajando a su nivel y tú sabes que eres mejor.
Suelta una risa sarcástica.
—Ya no sé ni qué es bueno y malo, comienzo a pensar que a veces depende de quién viene—contesta—. Y si tengo que rebajarme a su nivel, lo haré. No me importa.
Mis párpados se abren de la incredulidad. No parece él, no es James quien habla, no puede serlo.
—Eso es una locura—no puedo ni imaginar lo que dice—. ¿Por qué mejor no se sientan a hablar?
—Por favor, Liz—se mofa—. La etapa de conciliación ha llegado a su fin. Hemos estado aquí más días de los que puedo contar y nunca se ha acercado a preguntarme cómo estaba con todo esto, si estaba bien para mí que se casará con Celina luego de nuestro trato.
Me deja enmudecida. Es verdad que Jake simplemente decidió casarse sin avisarle nada, pues recuerdo que mi amigo se enteró por el periódico. Y su hermano mayor ni siquiera se acercó a preguntarle si aún estaba enamorado de ella. Dar por sentado que por los años la habría olvidado es un pensamiento erróneo.
Sin embargo, hay una voz en mí que siente rechazo por lo que sucede. Comprendo a James pero no puedo apoyarlo porque cada movimiento que hace guarda rabia.
—Pero, si hicieron un trato, tampoco se llevaban tan mal...—lo cuestiono, no puedo dejar de hacerlo porque todo esto me parece una idea descabellada.
—Lo hicimos por Celina, eso es todo—concluye—. Le dije que ibamos a dañarla y fue lo único que lo hizo reflexionar un poco en aquel entonces.
Confirmamos de este modo que el punto débil de Jake es ella. Con mayor razón, esto solo puede salir mal.
—Trato de entenderlo pero es que no me cabe en la cabeza—me niego—. No puedo, en serio.
Ya ni siquiera sé quién es cuando lo miro, es como si toda su bondad se estuviera transformando en odio. Cuando veo esos ojos, no noto esa calidez que emanó toda su vida. Más bien, me encuentro con una mirada fría y calculadora.
Es que reconozco que todo este tiempo, lo único que ha hecho es arrastrarme a posiciones dificiles y con misiones de intenciones impuras. No es la buena influencia, no es un ángel que alimenta mi consciencia. Se ha transformado en el amigo que te lleva por caminos cuestionables, cuando siempre ha sido dulce y comprensivo con todos.
—J-James—Me cuesta decirlo—. Si vas a seguir con esto, no cuentes conmigo.
—Fue egoísta hacerte parte, solo quería apoyo, pero si no quieres participar estás en todo tu derecho. Lo entenderé—su tono se apacigua, hasta podría decir que vuelve a hacer un poco como antes.
Meneo la cabeza.
—No quiero seguir con nada—determino y un nudo se me forma en la garganta—. Quizás estés acostumbrado a vivir en una pelea constante con tu familia, pero yo no—Me expreso directa porque es que no puedo aceptar el camino que está tomando —. No tienes idea del daño que vamos a causar. Tampoco logro reconocer quién eres, has cambiado tanto. El hombre del que me enamore no era así.
—Este también soy yo, Liz.
—No, es una versión retorcida y enojada. Pero no eres tú.
Parece que mis palabras lo dejan enmudecido.
—No puedes vivir con resentimiento—concluyo—. Entonces, ¿Cada persona que te haga algo entrará en tu lista negra?
—Quizás tenga que ser así—se encoge de hombros—. El mundo está lleno de personas malas, no entiendo porque debo limitarme a ser el «hombre bueno y considerado». Lo único que he logrado es que me pasen por encima. Me cansé, es todo.
—James...—Comienzo pero me obligo a callar.
Quiero replicar, pero es que, ¿Qué puedes decirle a una persona que se encuentra sumido en un estado tan polémico? No puedes negociar, ni intentar traerlo a la luz, solo verlo descender a la maldad.
Asiento porque acabo de entender todo.
—Si quieres destruir aquello que hay en tu vida, como tu relación con tus padres, puedes hacerlo—lo aliento y me abalanzo sobre él para destrabar la puerta. Cuando lo hago, me apresuro a bajarme del vehículo—. Pero yo no estaré aquí para verlo.
—Liz...—Frunce el ceño.
Le cierro la puerta en la cara y comienzo a caminar hacia el hotel. Ya he oído suficiente y lo único que entendí es que su espiritu se está manchando.
James es un buen hombre, sé que lo es. Pero está lleno de ira y resentimiento hacia su hermano. Como si su mente hubiera sido cubierta por una neblina roja. Y me pregunto, si cabe espacio para algo más...si hay espacio para mí.
-------------------------------------------------------------------------
Uff que capítulo. Realmente me frustra James pero bueno, es un personaje extraño y también lo quiero mucho.
No olviden dejar su estrellita y seguirme en mi perfil de Wattpad. ¡Ya somos treinta! Así que esperemos que podamos seguir creciendo como comunidad.
Los amo.
—Sofi, (La autora).
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro