Desenredando los cables
Randy
Miro pasmado a las dos mujeres que sonríen a cada paso que dan mas cerca de nosotros. Volteo a ver a Carly y noto que esta igual que yo, igual que todos.
-Mamá, ¿tu sabías que Randy era El Ninja? -pregunta ella con un temblor en la voz y me mira en con ojos de disculpa.
-Carly, hija, es hora de que te contemos algo -responde ella y Honey pone una mano en el hombro de Carly, alejándola de mi.
-Hermanita, espero que después de esto no termine nuestra amistad -le dice la pelinegra dejándonos a todos boquiabiertos.
¿Tan malo es lo que le tienen que decir? Tanto que, ¿se podría enojar con ellas?
Su madre le da un codazo diciéndole que se calle.
-Bueno mamá, si quieres vamos afuera para que me lo digan o...
-No -la interrumpe ésta-. Todos nos iremos a un lugar muy especial.
Nos miramos entre nosotros y Honey estira sus manos mientras sostiene el Nomicon.
-Llevanos, por favor -le susurra al libro y en un abrir y cerrar de ojos ya estamos dentro de el. Oh mierda, me dará una paliza por haber puesto en peligro a tanta gente. Y por haber dejado el Nomicon en manos equivocadas. Y tambien por dejar que mi identidad se supiera.
-¿Q-qué hacemos aquí? -pregunta Carly mientras el pánico la consume. Noto que me mira de reojo; aquí se dio cuenta de mi secreto- ¿Por qué estamos todos aquí adentro? ¡Tengo que salir de aquí?
-¿Qué es este lugar? -interrumpe Debby Kang, pero todos la ignorar. Bueno, Howard le susurra algo al oído que la hace girar los ojos y cruzarse de brazos.
-Cariño, ¿porqué te incomoda tanto estar aquí? -inquiere su madre sin dejarla respirar de tantas preguntas y cosas. Me cruzo de brazos.
-No lo se mamá, yo... Yo... -me mira y se le llenan los ojos de lágrimas-. Gracias a este libro extraño me enteré de la verdadera identidad de Randy; me enteré de su engaño.
Las lágrimas corren por sus mejillas y yo no puedo evitar sentirme culpable. Alargo mis brazos con la intención de envolverla en ellos pero Honey me detiene y me sonríe a modo de disculpa.
-Ahora no -susurra y yo sólo asiento, derrotado. Theresa se posiciona a un lado mio y me rodea el brazo con sus tiernas y delicadas manos. Las pasa de arriba a abajo con ternura y dando un sentimiento reconfortante. Le sonrío y ella se sonroja.
-Dejense de estupideces y ya digan porqué estamos aquí y porqué están haciendo sufrir a Carly -exclama Howard completamente fuera de si y algo deseoso de saber qué está sucediendo.
-Si, con todo respeto señora Thompson, diga de una jodida vez lo que sea que tiene que decir para que su hija deje de sufrir y asi podamos largarnos de este mundo de pergamino -apoya Debby. Okay, esa chica está loca por Howard.
-Ese es el punto -dice la mujer y luego se dirije a su hija-. Carly, tu no eres una Thompson. Ese no es tu apellido.
¿Qué?
-¿Qué quieres decir mamá? -pregunta temblorosa, con miedo a oír la respuesta.
-Eres adoptada -esa frase, esas dos palabras, bastaron para que Carly se derrumbara completamente. Sus manos comenzaron a moverse y su rostro se inundó con aún más. Por alguna extraña razón, en el paisaje del Nomicon comenzó a hacer mucho frío y el viento soplaba atrayendo nubes con algo de lluvia. Me saco la sudadera y se la pongo a Theresa sobre los hombros. Ella me agradece en un susurro.
-Entonces, ¿ni tu, ni Jordan son mis padres? -pregunta.
-No -tan cortante, tan insensible...-. Honey tampoco es tu hermana.
-Lo siento Carly, pero espero que aún me consideres como tu hermana -habla Honey con un hilo de voz.
Carly corre a abrazarla y todo se convierte en un momento emotivo y familiar.
-Pero, entonces, ¿qué hacemos en el Nomicon? -pregunta Theresa.
-Niña, esa es una buena pregunta -la señora sonríe-. Carly es adoptada, y su origen es algo retorcido...
-Por favor no me diga que es hija de una prostituta -susurra Debby, pero todos la oímos. Soltamos algunas risitas.
-No, Carly cariño, tu apareciste en nuestra puerta con este extraño libro rojo a un lado tuyo. Eras sólo una bebé y nosotros teníamos a Honey y otra hija era un completo giro a nuestra vida pero aun asi te aceptamos. Al leer la nota que venia dentro del libro... Fue cuando Jordan y yo discutimos y el dijo que no podía con todo eso y nos abandonó. Las crié a ambas y tu, oh Carly, con tu melena roja... Era tan roja que tuve que teñirla de blanco para que no sospecharan tanto de ti y te quedo de ese color... Un coral hermoso. Recuerdo cuando llegaste a casa hablando de Randy Cunningham -sonrío inconscientemente-. Dijiste que ese chico se había convertido en un amigo tuyo y que te había ayudado. En ese momento supe que el destino estaba obrando y que muy pronto estarias en peligro, y que la profecía se cumpliría. Ahora estamos aquí, dando cierre a todo el asunto.
Todos nos quedamos con la palabra en el aire. Nadie encuentra nada para decir y lo mejor es Solo observar.
Carly sigue llorando y decido acercarme a ella y abrazarla. Ella hunde su cabeza en mi pecho y solloza.
-Todo estará bien, Carly, te amo, todo va a estar bien -beso su cabello y sigo apretando el abrazo.
-Si, es mejor que se despidan -la madre de Carly nos dice.
-¿Despedirnos? -pregunto a la defensiva y abrazándola mas. Como si no quisiera dejarla ir nunca. Y no quiero.
-Randy, ¿nunca te preguntaste porqué el Nomicon llamó a Carly? ¿No te puso a pensar lo que yo dije? -me pregunta la mujer y yo asiento, reconociéndolo.
-Si, pero eso no...
-Si importa -toma aire-. Carly, tu eres la personificación del Nomicon.
Nos separamos sorprendidos.
-¿Qué? -preguntamos al unisono.
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