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Me desperté primero que Natalia pero antes de irme la mire; su respiración estaba tranquila, así que antes de irme le di un beso en su frente y salí de la habitación sin hacer mucho ruido.

—No le sigues haciendo daño a Natalia, verdad? —Rebecca se me acercó.

—No —afirme —sabes dónde esta Erick? —le pregunté.

—En el cuarto de armas —se fue a su habitación.

Después que fui a hablar con Erick de lo que me dijo Natalia; me fui a mi habitación. Me sentía sofocado así que me quité la camisa y me puse ver por la ventana. Al rato siento unos brazos pequeños abrazandome y pude ver de reojo que era Natalia.

—Qué tienes? —me preguntó dándome pequeños besos en mi espalda.

—Ocupo relajarme —ella se puso frente a mi —vamos a bañarnos —le empecé a tocar su cabello.

Más tarde que nos bañamos entre besos y caricias; ella se fue a cambiar y solo me puse un bóxer. Luego de un rato regresó y se acostó a mi lado.

—Me encanta el tatuaje que tienes en tu cuello —me tensé cuando su dedo lo remarco.

—En la tarde nos vamos de viaje —mejor cambié de tema.

—A dónde? —me preguntó sorprendida.

—A madrid —aveces me gustaba su curiosidad pero a veces lo odiaba.

—No te preguntaré el por que —se levantó —y tengo que ir yo también —me hizo un puchero.

—Si nena —la besé por que me gusto su puchero y recordé lo que me dijo aquel pendejo.

La iba a agarrar de la cintura pero justo alguien tocó la puerta, yo cabreado la fui a abrir.

—A las 12 del medio día nos vamos —era Rebecca.

—Gracias —iba a cerrar la puerta pero ella lo impedio.

—Haz visto a Natalia —me preguntó.

—No la he visto —cerré la puerta sin esperar su respuesta; escuché que ella se alejó.

—Por que no le dijiste que estaba aquí contigo —se me acercó.

—No quiero que nadie lo sepa por el momento —igual me le acerque —te quiero solo para mi —le besé la mejilla.

—Faltan 30 minutos para irnos —se separó un poco —ire a hacer mi maleta —se fue a su habitación.

Dejé que se fuera a hacer sus maletas por que a mi me gusta ser puntual en todo lo que hago; más tarde que estábamos en el aeropuerto esperando el jet privado. Pero lo que no me acordaba era la chica.

—En qué piensas tanto? —Natalia me preguntó.

—En nada —me dije serio y algo nervioso.

Más tarde cuando llegó el jet privado los guardias subieron nuestras maletas;  luego subimos y justo se me acercó la chica.

—Lo vamos a repetir —vi de reojo que Natalia nos estaba viendo; la chica me iba a tocar.

—No —con mucho respeto la separé de mi.

—Bueno... —se me acercó a mi oído —si quieres; ya sabes dónde buscarme —se fue a la parte de atrás.

Natalia no dijo nada y solamente se fue a sentar cerca de la ventana; yo me senté a la par de ella.

—Qué tienes? —hasta yo mismo me sorprendí de lo preocupado que estaba por ella.

—No soy nada tuyo —me miró —si quieres te puedes ir a revolcar con esa plástica —en lo último me lo dijo algo enojada.

—Tú eres mía quieras o no preciosa —hice que me viera —y si eso quieres —estuve a punto de levantarme.

Pero ella me agarró del brazo ella se sentó en mi regazo y solo rozó nuestros labios.

—Tú igual eres mío —paso sus manos por mi cabello —y no de cualquier zorra —empezó a mover suavemente su cadera —te queda claro —volvió a rozar nuestros labios.

—Si —estaba a punto de poner mis manos en su cintura; pero una voz nos interrumpió.

"Ya hemos llegado a Madrid señor Alex".

—Mierda —tenía mi respiración agitada por culpa de Natalia.

Ella solamente sonrió y se levantó directo a la puerta; pero antes de que ella bajara la agarré de la cintura.

—No te salvas esta noche —nos bajamos del jet.

Nos acercamos a una limusina y después que subieran nuestras maletas nos subimos nosotros. Nos fuimos a mi casa y al bajarnos Natalia se quedó sorprendida.

—Cuantas casas tienes? —me volteo a ver sorprendída.

—A las 3 nos vienes a recoger verdad? —le pregunté al señor; él asintió y se fue después que bajaron nuestras maletas —tengo las suficientes —respondí a su pregunta.

Ella agarró su maleta y yo la mia para luego entrar a la casa; ella se puso a ver cada detalle. Más tarde nos fuimos a nuestra habitación.

—Solo nosotros dos viviremos aquí? —me preguntó cuando entramos a la habitación.

—Si —dije cansado de sus preguntas frecuentes.

Ella fue se guardar su ropa y cuando ella terminó me tocaba a mi.

—En media hora nos vienen a recoger —seguía guardando mi ropa.

—Me tengo que vestir elegante? —me preguntó cuando se me acercó.

—No —la voltee a ver.

Ella se empezó a quitar la blusa y en ese momento yo me tense, ni sabia que hacer. Luego ella se quitó su pantalón; quedando solamente en ropa interior.

—Te gusta lo que ves —me miró con una sonrisa divertida.

—Te ves mejor sin ropa nena —sonreí triunfante cuando ella se sonrojo y me dejó de ver.

—Me tengo que cambiar —se puso a mi lado para buscar ropa en el closet.

—Pero si te ves bien así —puse mis manos en su cintura.

—Si quieres salir temprano —me miró —tienes que calmarte —me señaló algo nerviosa a mi erección.

—Tú tienes la culpa —agarré su mano —tú me pones así —la bajé hasta mi erección, ella lo apretó y no puse evitar soltar un gemido.

—Ve a bañarte —se me acercó más —a ver si se te baja —rozo nuestros labios.

—Deja de hacer eso —trataba de controlar mi respiración.

—El qué? —me miró "confundida" —esto? —volvió a rozar sus labios con los míos y empezó nuevamente a acariciar mi erección; que ya a este punto me estaba empezando a doler.

—Natalia —solté un gemido y un gruñido a la vez.

—Ve a bañarte —se separó de mi divertida.

—Te dije que no te ibas a librar fácil de mi —la acorrale contra la pared y la empecé a besar con lujuria y deseo a la vez.

Ella me quitó la camiseta luego nos fuimos a la cama y me separe un poco para quitarme el pantalón y el bóxer.

—No hay problema que lleguemos tarde? —me preguntó divertida; mirándome directamente a los ojos mientras se quitaba el sujetador.

(....)

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