Capítulo 1: Conociendo a mi Gym boy
Era un domingo por la madrugada mientras veía mi teléfono. No tenía sueño y la libido incrementada me hizo recordar aquel chico del gimnasio. Alto, musculoso y muy sexy. Siempre que iba me sentía atraída, no sólo por él, sino por sus amigos. Pero de todos ellos, él era quien resaltaba. Me obsesionaba un poco la forma de su cuerpo, y tener que usar alguna máquina de entrenamiento cerca, me ponía nerviosa. La forma en la que sus músculos se contraían mientras levantaba las pesas, me hacía estremecer, y aun más cuando iba con gorras. ¡Qué sexy verlo entrenar con gorra!, porque no se veía su rostro, dando un toque de misterio. Yo sabía que no me iba a mirar, ni en sueños, porque yo estaba ahí, peleando con mi sobrepeso y mi acné a mis dieciocho años y él era...un adonis de unos veinticinco.
Merodeando en Instagram, encontré una página de lencería donde una de las modelos era una chica que entrenaba en el gimnasio también, y tremenda desilusión me llevé cuando al meterme en su perfil, vi que ella era novia de mi gym boy. Sus fotos abrazada con él, me hicieron sentir celosa, pero por supuesto, ¿Cómo no iba a tener novia?, así que para no deprimirme, cerré el Instagram y decidí divertirme un poco conmigo misma. Posé mis dedos a mi clítoris, para hacer movimientos circulares, pensando en aquel chico. Imaginando su lengua recorrer cada parte de mi zona íntima. Toqué mis senos, y seguí un poco lento, luego un poco más intenso cuando sentí aquel calor asomarse por mi pelvis. Al sentir la humedad, tomé un poco de ella para seguir acariciando mi sexo, y justo cuando estaba a punto de llegar al clímax, mi teléfono se prendió en el medio de la noche para avisarme algo que me dejó helada. ¡El chico del gimnasio me había aceptado la solicitud de amistad!, sentí la sangre bajar a mis pies, y me di cuenta que en un descuido, a las tres de la mañana le había mandado solicitud de amistad.
Me quedé viendo la pantalla del teléfono por varios segundos, hasta que recibí un mensaje de él.
«Hola guapa»
No respondí, sentía vergüenza. Así que hice lo que cualquier chica de mi edad pudo haber hecho y revisé sus fotos. Sus músculos, su mirada seductora, y su sonrisa, hicieron que mi pelvis lo quisiera dentro de mí. Me imaginé un sinfín de cosas sucias entre el y yo, cosas que el nunca iba a saber, o por lo menos no esa vez. Sin embargo, el sueño y la pesadez llegaron a mis párpados y dormí, diciéndome a mi misma que aquel chico al día siguiente no notaría mi presencia en el gimnasio.
Al día siguiente, un lunes cualquiera, luego de salir de clases, fui al gimnasio. Veía a las otras chicas y sentía un poco de envidia, por el simple hecho de no gustarme lo que veía en el espejo. Mi falta de autoestima era fuerte, pero ir al gimnasio era una terapia física, aunque también me generaba un poco de ansiedad estar rodeada de tantas personas hermosas. Ver aquellas chicas levantando pesas, me hizo ir en contra del entrenador, aquellas chicas levantaban muchas así que yo traté de hacer lo mismo, para ver si tenía resultados rápidos, pero apenas intenté levantar una de las pesas grandes, mi torpeza hizo que cayera hacia atrás, empujando a una chica muy peculiar: la novia de mi gym boy.
—¿Qué te sucede gorda?, cuidado me aplastas —dijo en mal tono, haciendo que las otras chicas rieran y me vieran como si estuviera en un circo.
—Lo siento, yo sólo intente levantar esta pesa y...
Ella enseguida vio la pesa y luego me miró de forma despectiva
–¿Esa pesa de 60kgr?, ni yo puedo levantarla, ahí tienes las de 5 libras, las enclenques como tú deben empezar con esas. –Se acomodó su cola de caballo y se fue.
Sentía mucha vergüenza, y más porque el entrenador me había mandado hacer otro ejercicio. Fui corriendo al baño y justo me tropecé con...¡Mi gym boy!, me ruboricé de inmediato, llevaba una gorra que lo hacia ver más sexy de lo normal, y una franelilla un poco suelta, perfecta para dejar ver sus brazos torneados. Me miró un poco curioso, y la curva de su comisura de curvó un poco.
–¿Estas bien?, vi que te caíste tratando de levantar una pesa —me sonrió.
–Estoy bien, gracias...—Quería salir de ahí corriendo.
—Sé que tienes entrenador, pero si me permites, debes bajar el peso —Su sonrisa se agrandó, dejando relucir unos perfectos y blancos dientes —, y también contestarme el mensaje del Instagram.
Dicho eso, me guiñó el ojo y fue hacia las máquinas para ejercitarse. Yo fui hacia la bicicleta, colocándome cerca de él. Me encantaba verlo. Su concentración al hacer ejercicio mientras escuchaba música en sus audífonos era una maravilla, y más aun al ver cuantos kilos podía levantar. A decir verdad, podía levantarme, y al imaginarme tal escena me sonrojé un poco. Sin embargo, mis miradas furtivas se encontraron con su novia, aquella chica hermosa pero bastante mala que me había dicho gorda hace unos momentos. Fijé la mirada en otro lado y traté de concentrarme en mi cardio, pero un par de chicas me rodearon luego de unos segundos.
—Puerquita, ¿Te gusta mi novio?, puedes verlo, pero es sólo mío —dijo ella de forma sarcástica y se marchó con sus amigas riéndose de tal escena.
Me hizo sentir un poco mal la verdad. Mi peso era el motivo de algunos de mis problemas. La ropa no me quedaba y pues...quería verme sexy.
Seguí con mi entrenamiento, y yo sólo pensaba en verme como aquellas chicas. Pero era algo que veía lejos. Al salir del entrenamiento, no volví a ver a mi gym boy, y por alguna razón, no me había percatado de algo: no me sabía su nombre. Así que decidí meterme en su perfil de Instagram, y para mi sorpresa, su nombre era: «Chico malo». Intenté indagar en sus fotos antiguas, viendo su evolución con el paso de los meses , había mejorado mucho y con solo dos años. Noté que aquella chica era su novia desde hace unos meses, que era amante de los perros y boxeador. Pero no encontré su nombre por ningún lado. Incluso, algo me llamó la atención en una de las fotos, mi gym boy había colocado en una de sus fotos ( una bastante vieja), que estaba saliendo de rehabilitación. Pensé que había sufrido algún accidente pero ninguna de las fotos demostraba que había resultado herido.
Entre tanta búsqueda, mientras comía mi plato de cereal, volví a una de las fotos en donde estaba con su novia. ¡Qué chica tan mala!, pero veía su rostro perfecto, su figura hermosa y sentí un poco de envidia. Miré mi abdomen e inmediatamente dejé de comer. Una parte de mí, (aunque sabia que mi gym boy tenía novia ) quería que el me viera. Y luego de aquel pensamiento, al tomar el teléfono, pasó aquello que cambiaría un poco mi vida: le di like por ¡ equivocación ! a una foto de su feed de hace dos años. Mi corazón se aceleró mientras intentaba quitarlo, pero Instagram justo en ese momento se colgó. ¡Maldita sea!, y para colmo, de la desesperación, mi celular cayó al piso, apagándose.
Respiré profundo, diciéndome a mi misma que no se había percatado todavía, un gym boy debe tener mejores cosas que hacer que estar en Instagram a las ocho de la noche, pero al prender el teléfono, y esperar una eternidad para que la app me abriera, encontré que le había dado like a mis tres ultimas fotos del feed. Es decir: ¡había visto todas mis fotos de hace cinco años!
Me quedé viendo la pantalla por unos instantes.
—Debe pensar que soy una acosadora —dije mientras tomaba un poco de agua.
Pero no pasaron ni dos segundos cuando recibí otro mensaje de él al DM.
«Hola, sé que estabas viendo mis fotos, así que vi las tuyas también, tienes una hermosa sonrisa»
Quería morir. Mi chico malo me había escrito, y yo, sonreí ante tal mensaje. Solo pude responderle :
«Hola...eh, gracias:)», y pensé que se quedaría ahí nuestra conversación, pero me leyó enseguida.
«¿Entrenas sola?»
Quería hablar conmigo, me dio un poco de mala espina. El estaba con un grupito de chicos guapos y yo no era su estilo para nada, además, tenia novia. pero...¿Qué podía perder?, estaba cumpliendo mi sueño.
«Pues estoy empezando en el gimnasio, por ahora me asignaron uno pero solo fue demostrativo, mañana busco uno»
«Yo puedo entrenarte si quieres, descuida, no es mi trabajo, lo haré gratis»
Mis mejillas se pusieron rojas y mis manos empezaron a sudar. Leí varias veces su mensaje, y esta vez, lo deje en visto. Nunca había entrenado en un gimnasio, de hecho, solo me había metido para hacer cardio, las pesas no eran lo mío, pero esa invitación no sabia si tomarla. No quería problemas con su rubia toxica que tenia de novia. Y la idea de que el me entrenara me ponía nerviosa. Me habían asignado un entrenador temporal, y no sabía si continuar, por economía, así que aquella solicitud gratis, estaba bastante bien.
Fui a darme un baño y con el agua caliente, recordé los músculos de mi gym boy y su concentración al hacer ejercicio. Me encantaba ver su mandíbula cuadrada que se contraía mientras hacia el esfuerzo de levantar las pesas. Era muy sexy, incluso, confieso que le había visto su zona intima por el rabillo del ojo, y debo decir, que se veía algo bastante grande. Me imagine a mi chico malo besándome en el gimnasio, antes de entrenar por supuesto ( sin sudor), quería que me acorralara en la pared mientras yo me hacia la interesante al verlo a los ojos en las alturas ( yo mido 1,57 y el unos 1,89 cm), y que me sujetara en las caderas para poder besarme. Sentí, al imaginarme eso, contracciones en mi bajo vientre, por lo que tomé un poco de crema y empecé a tocarme. Sentí una especie de contracción mientras mi mente iba más allá, cerré los ojos y el estaba ahí, con su poderoso miembro, así que me tomaba en la ducha por el cuello para poder besarme mientras sentía su erección entre mi piernas, con su fuerza de chico malo, me subió y yo entrelacé las piernas en sus caderas, chocando contra la pared, y pude sentir, en mi sueño despierta, como su miembro entraba en mi sexo virgen ( si, era virgen), lo que me hizo, junto a mi propia masturbación, sentir una enorme electricidad que invadía mi zona íntima. Toqué mi sexo, orgullosa de mi humedad viscosa, y queriendo que aquello fuera de verdad. Pero mientras el agua caía por mi cuerpo, recordé que no podía competir contra aquella chica rubia, impertinente y mala que lo tenía... por ahora.
NOTA DE ESCRITOR:
¡hola!, esta historia no es tan rosa. Si te gusta, me encantaría y apoyarías mucho si votas y me comentas que te parece. Me puedes seguir en Instagram como Papelylabial y únete a mi canal de telegram papelylabial
DEBES SABER QUE ESTE LIBRO TIENE SEGUNDO LIBRO, GUARDALO EN TU LIBRERIA JUNTO A ESTE.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro