Dedicado a BritanyMenaP

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Pov:

Me acerco un poco más a la mansión y según lo que veo hay cuatro hombres en la entrada. Esto sera fácil. Regreso al lugar en donde deje a mi madre y la encuentro observando todo con tranquilidad.

-Madre, necesito que regreses a casa. No quiero que nada te pase.-ella me regala una sonrisa tranquilizadora.

-No te preocupes por mi bebé, todo estará bien.- no se porque, pero presiento que después de hoy nada sera igual.-Anda, vamos a salvar a tu chica.

Pov: Mía

-Vamos señorita que el señor la espera.- no, no quiero.

En este momento ahí abajo me espera la puerta del infierno. Hace ya una hora más o menos que Rocío vino a avisarme que su padre me quería arreglada para nuestra boda por el civil.

La noticia me agarro tan de sorpresa que me desmaye y dure en la inconsciencia unos quince minutos, cosa que hubiese preferido quedarme en la inconsciencia de por vida. No quiero que mi vida termine al lado de ese cerdo desagradable, no quiero.

-Señorita. No me haga llevarla a la fuerza.- sin poder hacer nada me término de arreglar el pelo y me dirijo con pasos vacilantes a la puerta.

Cuándo estamos llegando al final de las escaleras veo a Rocío sentada en uno de los sofá, se levanta y se dirige a donde creo se llevara a cabo la ceremonia.

Sigo los pasos de Rocío y ambas nos detenemos en lo que creo es una oficina. En el lugar estaba el padre de Rocío, un señor con un folio en las manos, lo que me da a entender que es el juez, y claro nosotros.

-Bien. Estamos todos.- el señor no pregunta, si no que lo afirma.- Estamos aquí reunidos para ser testigo de la unión de Mía Montero y Alonso Mendoza.- el padre de Rocío que hasta ahora se que se llama Alonso asiente, seguido de su hija y su perro gualda espalda ha excepción de mi.

-Espero que esto sea rápido.- murmura Rocío. Me doy cuenta de que su padre le da una mirada reprobatoria y ella suspira.

-Bien. ¿Han venido aquí por voluntad propia?- pregunta el juez y cuando estoy apunto de responder algo estalla afuera, causando sobresalto en todos.

- ¿Que diablos?- grita Alonso.- Perro llevala a la habitación y encierrala, Rocío tu sabes que hacer.- sigue diciendo él y dando ordenes a diestra y siniestras ¿Ven? No me equivoque, si es un perro.

En menos de cinco minutos ya me encuentro en la habitación designada y encerrada con en Perro. Lindo nombre.

Afuera se escuchan pasos por doquier. Se escucha tanto ruido que da miedo. Se escuchan tiros, gritos y demás, todo pinta mal, pero algo en mi se enciende, Dios han venido a por mi.

De un momento a otro me encuentro sonriendo como una tonta en medio de tanto alboroto. Al fin has venido, mi Jacob. No se por que lo afirmo, solo se que mi corazón late fuerte y me grita a todo pulmón de que es él, es mi Jacob.

-Le recomiendo que no sonría mucho mi señora, el señor sabe como defenderse y quien sea que este ahí abajo tendrá que sudar mucho para poder rescatarla.

Sus palabras al principio me asustan pero luego recuerdo lo que Jacob y los demás son y nuevamente sonrió. No podrán con ellos, no podrán con él. Miro al Perro y lo veo negar y sonreír con suficiencia, algo se traen.

Pov: Jacob

Me siento eufórico, sólo el sentir su olor me hace sentir bien, me llena de energía. Acabo con los cuatro hombres que se encontraban en la entrada mas rápido de lo que creí. Humanos inservibles.

Ingreso al interior de la casa y diviso tres hombres más, estos se dan cuenta de mi presencia y se dirigen hacia a mi con almas en mano. Ridículos.

-Quieto ahí.-dice uno de ellos y es al primero al que le rompo el cuello de un reflejo. Los demás al ver mi movimiento tan rápido empiezan a disparar como locos y yo me río a carcajadas de ellos para luego acabar con sus mugrientas vidas.

No término bien con ellos cuando aparecen mas y yo me dedicó a terminar con ellos rápido.

Unos quince minutos después ya he terminado con todos o eso creí. Siento un ruido y como impacta en mi una bala en mi costado izquierdo. Dirijo la vista al frente y veo aún hombre de unos treinta y tantos de edad.

Sin detenerme a examinarlo mucho, introdusco mi dedo índice en la herida, saco la bala y la tiro con desgana al suelo. Vuelvo a dirigir mi vista al hombre y le veo sonreír, extraño.

- ¿Creíste que no sabia que eres vampiro, al igual que Eddry y los demás? Se que no te hará nada pero al menos te distraería.

Después de él terminar decir esas palabras, escuchó un grito aterrador, un grito de dolor, un grito procedente de mi madre. Abro los ojos como plato y se me corta la respiración. Parpadeo unas cuantas veces para luego paralizar a todo ser humano que este en la casa, salgo afuera y me dirijo al lugar en donde deje a mi madre pero lo que encuentro me deja echo mierda.

Tirada en el suelo y con una estaca en su corazón se encuentra la mujer de mi existencia, la que me dio su amor incondicional, la que me dio la vida. En el suelo, con sus ojos empañados en lágrimas y bañada en su propia sangre se encuentra mi madre. Caigo al suelo desesperado y la acuno en mi regazo con delicadeza y amor.

-No, no. Madre, mami no te atrevas a dejarme. No me dejes, te lo suplicó no me dejes - le ruego desesperado y con mis ojos empapados en lágrimas.

-Mi pequeño, mi bebé, no llores. No me iré, siempre estaré Cuidándote desde donde este.- dice ella rosando sus dedos empapados de sangre en mi mejilla.

-NO. No digas tonterías ¿Acaso dejaras a papá? ¿Le dejaras sólo? ¿Eh? - le pregunto angustiado. Papá morirá de dolor y todo por mi culpa, por pedirle que me ayude.

-Mirame.- me pide ella débil.- Tu no tienes la culpa de nada mi pequeño. Te amo y regalame tu felicidad. Se feliz y sin culpas mi bebé y dile a tú padre que lo amo. Dile que siempre lo amare.- y sin mas que decir ella muere en mis brazos.

-NO madre no, no,no,no.......vuelve mamá, vuelve... NO ME DEJES MALDICION, DESPIERTA, DESPIERTAAA...

No se cuanto estuve llorando a mi madre, no se cuanto estuve aferrado a su cuerpo inerte, solo se que cuando salí del transe deje su cuerpo con delicadeza en el frío suelo y camine a la mansión.

Cuando entro esta todo paralizado, tal cuál lo deje. Observó al hombre que tengo enfrente y le doy movilidad. Cuando él vuelve en si, me mira de arriba a abajo y al ver mi sangre sonríe con suficiencia.

- ¿Ya te diste cuent...?- sin dejarle terminar,me acerco a él tan rápido que no logra verme, le introduzco mi mano en su lado izquierdo del pecho y le saco el corazón.

Sus ojos se agrandan y su cuerpo cae como un peso muerto en el piso. Exprimo su corazón en mis manos para luego desecharlo. Subo las escaleras y rastreo a Mía por su olor, la encuentro, pateo la puerta y no le doy posibilidad al hombre de defenderse y sin mas le rompo el cuello.

Tomo a Mía de la mano y bajo. Salgo, voy al cuerpo de mi madre y la cargo con cuidado. Me dirijo a Mía que al ver el cuerpo de mi madre y notarlo sin vida brotan gotas de lágrimas de sus ojos y ahoga un grito con sus manos.

Yo, yo sólo la miro con dolor...

Oh por Dios no me maten, dije que me odiarían y que seria triste, aquí tienen su deseado capítulo. Lo prometido es deuda. Lindos sueños.

Chaito.