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Capítulo 21 - Consuelo

Hunter mira sorprendido a Halley mientras ella llora, completamente estupefacto.

—¿Qué acabas de decir? —le pregunta aún absorto en el asombro —ella sigue llorando— Dime otra vez eso.

—Fue tal lo que escuchaste.

Hunter se lleva las manos en la cabeza.

—No, eso no puede haber pasado —se acerca a ella, quien esconde la mirada—. Dime que no te hicieron nada.

—No me violó, porque pude defenderme y huir, pero hubo un momento en que creí que sí lo haría.

Hunter la agarra de los hombros.

—¡¿Quién fue?!

—¡No lo sé, no lo sé! —aclara ella con un poco de miedo.

Al darse cuenta de ello y de cómo la sujetaba, él la suelta y trata de calmarse.

—¿Cuándo y cómo pasó eso?

—El día que me desmayé y me llevaron a la enfermería. Ese día, cuando salía del entrenamiento, alguien apareció tras de mí, me tapó la boca y me llevó hacia el bosque.

—¿No viste su rostro?

—Tenía un pasamontañas-se sienta en la cama— Quise gritar, pero no pude. Él me tapaba la boca. En un momento lo mordí y grité, pero él me pegó y me volvió a tapar la boca.

Hunter se agarra el cabello.

—¿Y qué más pasó?

—Cuando creí que todo estaba perdido, encontré un trozo de vidrio en la hierba y se lo clavé en la pierna. Fue así como pude salir corriendo antes de que... —su voz se quiebra.

Hunter golpea una mesa.

—Esto no debió pasar —mira a Halley. Luego, paso a paso, se acerca a ella—. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué lo ocultaste?

—Porque no quería que nadie lo supiera. No tienes idea del asco y la vergüenza que siento. No soporto ni siquiera recordar aquello. No puedo salir de esta habitación sin temor de que esa persona pase al lado mío y yo no sepa que se trata de ella, porque no sé quién fue. No puedo ni siquiera dormir, porque siento que cada vez que cierro los ojos él aparece.

Hunter se agacha frente a ella. En ese momento no sabe qué decir. Trata de tocarla, pero ella lo rechaza.

—Halley, yo...

—Por eso terminé contigo. No puedes estar conmigo —junta sus rodillas a su pecho y entierra su rostro en ellas.

Al verla de ese modo, Hunter siente una mezcla de ira y tristeza. Halley era una persona noble y dulce, que no merecía pasar por eso, o mejor dicho, nadie merece pasar por aquello.

—Oh, Halley... —la abraza.

Ella trata de apartarse, pero luego se deja consolar por su abrazo. Llora en su hombro. Hunter se queda en silencio. Luego levanta su mano y le acaricia el cabello. Se quedan así por un largo rato, hasta que ella finalmente cesa su llanto y mira a Hunter. Luego se aparta de él.

—Ahora ya lo sabes. Ahora sabes por qué no podemos estar juntos.

—Sí, ahora entiendo tu reacción de aquel día en el viejo salón —se pone de pie y camina hacia ella— Pero eso no significa que tienes que sentir asco o vergüenza por algo que no fue tu culpa.

Halley se abraza a sí misma y cierra los ojos.

—No puedo evitarlo. Esa persona... me tocó. Es como si aquello se hubiese quedado pegado a mí. Ya no quiero nada, solo quiero estar lejos de aquí y encerrarme en un lugar y nunca más salir.

Hunter cierra los ojos también y deja salir una lágrima.

Halley abre los ojos y lo mira. Él también la mira. Luego se acerca a ella y le toma de las manos.

—No me pidas que me aleje de ti, porque ahora menos que nunca lo voy a hacer.

—Tienes que hacerlo. Yo no...

—Ssh... —se acerca a ella y la abraza otra vez— Tú no tuviste la culpa de eso.







Un rato después, es de noche.

—Debes irte ya —le sugiere ella— Puede que alguien descubra que estás aquí.

—Eso no importa —le pasa una mano por la cara, apartándole un mechón de cabello de esta—. No te dejaré sola —la hace ir hacia la cama—. Ahora duerme.

—No puedo.

—Hazlo. No te va a pasar nada. Me quedaré cuidando tu sueño.

Ella se acuesta lentamente en la cama. Hunter toma la silla del escritorio y se sienta al lado de ella. Le toma de la mano. Se quedan en silencio, hasta que momentos después Halley no resiste más el sueño y se duerme.

Mientras ella duerme, él se mantiene despierto mirando la pared. Ahora sentía el mismo odio y deseo de venganza que sintió aquella vez con su hermana. Ahora necesitaba con urgencia saber quién había sido quien le había hecho aquello a Halley, y esta vez no pensaba que fuera como con Kyle que se escapó. Esta vez sí haría justicia, y la haría por sus propias manos.

A la mañana siguiente, era domingo. Halley despierta, encontrándose sola en la habitación. Hunter se había ido, por lo que ella pensó que tal vez se había arrepentido o se había cansado ya de todo eso. Se sienta en la cama y mira al suelo.

Poco después, la puerta se abre. Ella se asusta un poco, hasta que ve que era Hunter.

—Pensaba regresar antes de que despertaras —se acerca a ella mostrando una bolsa de plástico con algunas cosas.

—¿Qué es eso?

—Tu desayuno —saca un jugo y un envase con un emparedado.

Halley lo toma lentamente.

—Gracias.

—Ahora come —se aparta mientras ella empieza a comer— ¿No has traído nada para ti?

Él niega con la cabeza.

—Estoy bien —mira por la ventana mientras ella come. Cuando ella termina, se le acerca nuevamente—. Necesito que me digas algo. ¿Tienes alguna idea de quién pudo haber sido?

Ella agacha la mirada.

—No, no tengo la menor idea.

—¿Su voz no te sonaba parecida a la de alguien?

—Él nunca habló.

—¿Alguna característica física?

Halley niega con la cabeza mientras sus ojos se vuelven a tornar llorosos.

—Su rostro estaba cubierto, y no llegué a fijarme en algún detalle en sus brazos, como algún lunar o marca.

Hunter cierra los ojos con frustración.

—¿Y en qué pierna lo heriste?

—En la derecha —durante algunos segundos se quedan en silencio—. Hace algún tiempo alguien estuvo espiando a Alexa en el baño de chicas.

—¿Quién?

—No lo sé. Alexa dice que estaba cubierto con un pasamontañas también.

Hunter mira hacia otro lado mientras piensa.

—Entonces puede tratarse de la misma persona.

—¿Lo crees?

Hunter asiente.

El resto del día lo pasan juntos. Se hace de noche muy pronto.

—¿Tu compañera vendrá esta noche? —pregunta él.

—No. Me dijo que llegaría hasta mañana por la mañana.

—Bien —se sienta en una silla—. Me quedaré esta noche también.

Más tarde, cuando ella se acomoda para dormir, mira a Hunter, quien estaba en la silla aún mientras miraba al suelo como si estuviera perdido en sus pensamientos. 

—Hunter.

Él la mira. 

—¿Qué sucede?

Ella duda un poco, pero lo dice.

—¿Puedes dormir conmigo?

—¿Quieres que duerma contigo en la cama?

Ella agacha la mirada y asiente.

Hunter se levanta de la silla y camina hacia ella. Se quita los zapatos y se coloca al lado de Halley.

—Gracias. 

—¿Por qué? 

—Por no dejarme sola.

—Nunca lo haré. Ahora descansa.

A la mañana siguiente, antes de entrar a clases, Hunter se reúne con Donovan y Jacob. 

—¿Qué era eso tan urgente que no podía esperar? —cuestiona Donovan.

—Escúchenme bien. Hay alguien que ha estado acosando a las chicas en el colegio.

—Si lo dices por mí, no creo que mirarlas un poco en la clase de deportes sea acoso —expresa Jacob.

Hunter se queda callado. Donovan y Jacob se miran.

—¿Qué ocurre? —interroga Donovan.

—Ocurre que tengo que encontrar a esa persona, porque esto ya se volvió personal —da en respuesta Hunter.

Los chicos lucen confundidos.

—¿De qué hablas? —pregunta el rubio.

Hunter se levanta de donde estaba sentado.

—De que si para todos aquí soy un diablo solo por lo que hizo mi padre, ahora podrán decirlo por lo que yo mismo haré —aprieta los puños—. Porque voy a acabar con ese sujeto cuando lo encuentre.






Saliendo de clases, Halley camina hacia los baños. Se detiene, al darse cuenta de que no quería ir sola.

Ve a las chicas, por lo cual se les acerca.

—Hola. ¿Me acompañan al baño?

Alexa y Jade se miran.

—Claro —dice la última.

Van las tres.

—Creíamos que ya no querías hablarnos, como has estado muy distante.

—No, es solo que he estado... —suspira— No son ustedes, soy yo.

Al entrar al baño, Halley camina hacia uno de los cubículos.

—Estás igual que Thomas —comenta Alexa— Él anda un poco raro últimamente, muy callado y solitario, lo cual no es propio de él. No me quiere decir qué le pasó. Dice que no es nada, pero sé que algo tiene, o al menos algo de salud, porque desde hace unos días anda cojeando.

Halley se queda quieta al oír eso. Mira a Alexa.

—¿Cómo que cojea?

—Pues sí. Solo le falta usar un bastón. Aunque puede ser alguna lesión que sufra jugando algún deporte.

En ese momento, Halley tiene una sensación de escalofríos recorriendo su cuerpo. Se queda pensando en aquello.

No, eso solo debía ser una coincidencia. Thomas no podía ser aquella persona. Thomas no podía haber hecho algo tan bajo solo porque ella lo rechazado para estar con Hunter. Pero incluso por lo bueno que ella pensaba de él, no podía evitar que aquella duda se clavara en su cabeza.

Las chicas, al darse cuenta de su cara de miedo, se acercan a ella.

—¿Qué pasa? —interroga Jade.

Halley niega con la cabeza.

—N-nada. Debo irme —abandona el baño.

Cuando camina por el pasillo ve a Thomas en su casillero, quien buscaba un libro. Cuando él la ve, deja de buscar y la mira.

Ella agranda los ojos y se va rápidamente a su habitación, sin importarle saltarse la siguiente clase. Al llegar a esta, tiembla.

—No, no puede ser él —se agarra la cabeza—. No, él no pudo ser. Es solo una coincidencia. Estoy siendo paranoica.

Trata de calmarse respirando profundamente. Su teléfono suena, siendo Hunter, por lo que contesta.

—Halley, ¿en dónde estás? ¿Por qué no llegas a la siguiente clase?

—Estoy en mi habitación. No quiero dar clases ahora —cierra la llamada.

Se sienta en la cama y una almohada. Piensa que se está volviendo loca. ¿Ahora siempre sería así? ¿Ahora cada persona le resultaría sospechosa? Era difícil para ella estar así, sin saber quién era esa persona que quería hacerle daño.

Poco después, Hunter llega a la habitación. Al verla se acerca a ella.

—¿Qué te sucede?

Ella agacha la mirada y niega con la cabeza.

—Me estoy volviendo loca. Ya no quiero vivir así —llora.

—Dime, ¿qué fue lo que pasó?

—Siento que esa persona siempre está allí observándome y que viene por mí.

Hunter la abraza.

—Eso no volverá a pasar, porque no lo permitiré.

Al día siguiente, él espera a Halley fuera de la habitación para ir con ella a clases. Saliendo de estas, va con ella a la cafetería.

—¿No te molesta hacerla de niñero?

—No te pienso dejar sola de ahora en adelante.

—Pero no puedes cuidarme para siempre.

—Tal vez no en todo momento, pero sí la mayor parte del tiempo —saca algo de su bolsa—. Si esto te hace sentir más tranquila, úsalo.

Halley mira el frasco de gas pimienta.

—Si en algún momento te sientes en peligro y yo no estoy cerca, no dudes en usarlo.









Esa tarde, mientras Halley estaba en su habitación, Hunter estaba con los chicos.

—¿Han averiguado algo?

—Pues no —responde Jacob—. La verdad no hay pistas del tipo.

—Sí. Es difícil saber quién es así por así —agrega Donovan—. Tendríamos que agarrar a cada chico del colegio e interrogarlo.

—Pues de ser necesario eso voy a hacer —dice Hunter pateando una silla.

—¿Por qué es algo personal? —cuestiona Jacob— ¿Es por... Halley?

Hunter cierra los ojos y se pasa una mano por el cabello. Luego respira profundo.

—Escúchenme bien, porque queda prohibido decirle a alguien más esto que les diré. Una persona atacó a Halley, y sospecho que es el mismo que ha estado acosando a las chicas.

Jacob y Donovan se miran.

—Ahora todo tiene sentido —expresa Jacob.

—Sí, ahora entiendo ese afán de saber quién es.

—Lo voy a matar por atreverse a tocarla. Esta vez no pasará como con Sarah que nunca pude vengarla.

—Amigo, en serio queremos ayudarte, pero es difícil —explica Donovan.

—Sí. Si tan solo hubiera una pista, al menos así podríamos partir de eso.

—Solo hay una. Ella logró herir al agresor en su pierna derecha con un vidrio, por lo cual él debe tener una cicatriz.

—¿Y eso pasó hace mucho? —indaga Donovan— Porque si es así, él debe cojear aún. De una herida así no te recuperas tan fácil.

Hunter se apoya en la pared.

—Encuéntrenlo. Cualquier sospechoso debe ser traído ante mí para sacarle
verdad.

Al día siguiente, Halley entraba a su salón, cuando ve a James bebiendo agua en la fuente, por lo que se le acerca.

—James, perdona lo de hace unos días en la cafetería. No quise ser grosera.

Él la mira de reojo.

—¿Eso o tu novio te prohíbe cosas?

—Nada de eso.

—En ese caso, no habrá problemas con que te pida un favor. Tengo un examen de matemáticas y hay algo que no entiendo, y como oí que tú eres buena, pensé que podrías ayudarme.

—¿Es para hoy?

—Sí.

—Mmm... bueno. Bien.

—Vamos a un salón que esté vacío.

Halley le escribe a Hunter para avisarle que no iría a la siguiente clase, ya que estaría explicándole algo de matemáticas a James.

Al estar en clases, Hunter se levanta a entregar algo al profesor. Tras de él llega Thomas, quien por poco le choca.

Él lo mira brevemente y se da la vuelta para ir a su puesto. Al sentarse mira a Thomas, quien regresaba a su lugar. En ese momento Thomas cojea un poco, cosa que Hunter nota y lo deja pensando.

Cuando termina la clase, lo espera a la entrada de los dormitorios.

—¿Qué quieres? —interroga Thomas.

Hunter le mete un puñetazo, el cual lo manda a dormir. Luego se lo lleva hacia el viejo salón.

Al despertar, Tomás lo mira.

—¿Qué rayos? ¿Qué te pasa? ¿Por qué me pegaste? ¿Qué hago aquí?

—Cállate. Aquí quien hará preguntas soy yo —se acerca a él y lo mira fijamente— ¿Fuiste tú?

—¿Fui yo qué?

Hunter lo agarra del cabello y lo hace levantar la cabeza.

—¡Tú fuiste quien le hizo eso!

—¡Suéltame, maldito loco!

—¿Te gustaba Halley, no es así?

—Sí, en su momento. ¿Y eso qué? Ella está contigo ahora.

—Por eso no te aguantaste el coraje y le hiciste esa cochinada. Debí imaginar desde un principio que habías sido tú —lo suelta y toma un bate—. Vas a pagar por ello.

Thomas lo mira viéndose confundido.

—Tranquilo. No sé de qué me hablas.

—¡Te vas a morir, perro! —levanta el bate.

Jacob y Donovan llegan y miran la escena.

—Oye, ¿qué haces? —le pregunta Donovan.

—Encontré a la rata.

Thomas los mira.

—Este tipo se volvió loco.

—Hunter, baja eso —le dice Jacob.

—¡Largo los dos!

—Tienes a la persona equivocada. No es él.

Hunter voltea a verlos.

—Mira su pierna para que lo confirmes — le sugiere Donovan.

Hunter levanta la manga del pantalón de Thomas, pero no se encuentra sin ninguna señal de herida en esta. Mira en la otra, y tampoco.

—No tiene la herida.

—¿De qué hablan? —pregunta Thomas— ¿Qué mierda ocurre?

—Hunter, si el acosador es el mismo que atacó a Halley, entonces ya lo hallamos —dice Jacob—. Hoy vi a alguien mirando a una chica de una forma un tanto sospechosa, y como dijiste que quien diera cualquier sospecha lo investigáramos, eso que hice. Y según averigüé, la persona que acosa a las chicas les toma fotos, así que pensé que allí estaba la clave para atraparlo.

—Por ello, fuimos a su casillero y sacamos su teléfono —agrega Donovan—. Tomamos su memoria micro SD, la metimos en mi teléfono y volvimos a dejar su celular sin que se diera cuenta. Y efectivamente, allí encontramos fotos de chicas del colegio, y entre ellas había fotos de Halley, las cuales se nota que se las tomó cuando ella estaba distraída.

Hunter les quita el teléfono y mira las fotos.

—¿Quién es?

—Sigue viendo las fotos, ya que el muy idiota tiene fotos suyas también —le responde Jacob.

Hunter continúa viendo las fotos. Cuando ve de quién se trata, su cara palidece.

—Oh mierda... —le entrega el celular a Jacob— Halley corre peligro.

Sale corriendo en busca de ella.

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