Capítulo 13 - Bésame
El matrimonio conformado por Pierce y Leila Hayes, abuelos de Hunter, visitaba a su nieta Sarah en la clínica de rehabilitación de drogas en la que ella se encontraba.
—Escucha, linda. Nosotros no te trajimos aquí porque no te queríamos con nosotros —dice el hombre—. Lo hicimos porque aquí hay personas que te atenderán de la forma adecuada para que puedas seguir adelante.
—Así es, mi amor. Tu abuelo y yo te amamos. Tú y Hunter son nuestros nietos, y los queremos, apoyaremos y cuidaremos el resto de nuestras vidas.
—Hunter ni siquiera quiere verme —dice la chica—. Se avergüenza de mí.
—No, no es así. Tu hermano te quiere y se preocupa por ti. Él solo se siente culpable, ya que dice que no te cuidó como debía hacerlo.
—Además de que cree que debe encontrar a aquel chico, y que si no lo hace no es digno de estar ante ti —dice Pierce.
Sarah llora.
—¿Por qué Kyle me hizo eso? Yo lo amaba.
Se sienta en el suelo y se agarra el cabello.
Saliendo de clases de biología, Halley ve a Thomas en su casillero.
Él la ve y se acerca a ella.
—Hola —le dice ella.
—Hola.
—¿Podemos hablar?
—Claro.
Caminan.
—Lamento lo de ayer. No quise salir corriendo así.
—Pues la verdad me dejó un poco confundido eso. No esperaba que te asustara tanto lo que te dije a ese punto de que salieras huyendo.
Halley respira profundo.
—No se trata de eso. Thomas, de verdad tú no me desagradas. Es solo que no te veo de ese modo. No te negaré que en un principio sentí un poco de atracción hacia ti, pero luego descubrí que solo te veo como amigo.
Se detienen.
Thomas mira al suelo.
—Bueno, supongo que el rechazo es parte de la vida. Además, las cosas no se pueden forzar —mira hacia otro lado y luego vuelve a mirar a Halley—. Escucha, yo... me siento un poco raro ahora respecto a nosotros.
—¿Eso significa que ya no seremos amigos?
—No es eso. Es solo que necesito un poco de tiempo para ordenar mi mente —se rasca la cabeza—. Mañana iré con mi familia. Te deseo lo mejor en el partido.
Se va.
Halley estaba en la fila de la cafetería. Siente que hay una persona tras de ella, así que de reojo la mira.
—James. Hace mucho tiempo que no te veía.
—Pues eres tú quien anda perdida.
—Lo siento. Tal vez tengas razón. Tú fuiste el primero en ser amable conmigo cuando llegué al colegio —mira hacia una mesa—¿Qué tal si comemos juntos?
—Bien —responde él con una voz un tanto enigmática.
Luego de que cada uno ordena, se sientan en una mesa.
—Así que... ¿Cómo van las cosas? —le pregunta ella.
—Pues bien. Lo mismo de siempre.
En ese momento Alexa pasa.
James se le queda mirando por un instante.
—Oye, mañana hay un partido de fútbol del equipo femenino del colegio. Bueno, es en otra escuela, pero algunos de aquí irán. Tal vez puedas ir.
—No lo sé. No creo poder.
—Es una pena.
El sábado Halley está en otra escuela jugando el partido de fútbol. Al finalizar, este camina hacia el autobús que la llevaría de vuelta al internado, pero en ese instante ve a Hunter parado tras un árbol.
Camina hacia él.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a ver el partido, aunque llegué un poco tarde.
—¿Qué sucedió?
—Yo mmm... Tenía que atender ciertos asuntos.
Aquello le sonó un poco enigmático a Halley.
—¡Oh! —mira hacia el bus—. El equipo ya va de vuelta al internado.
—Te puedo llevar —toma la mochila de Halley—. ¿Vamos?
Ella sonríe y asiente. Luego le escribe a Jade para avisarle que no regresaría en el autobús.
Al ir viajando por la carretera, Hunter toma una ruta distinta.
—Emm, ¿para dónde vamos?
—Es un secuestro —dice seriamente.
Halley corre a mirarlo.
Él la mira. Luego mira hacia al frente y sonríe.
—Es sábado, así que no tenemos por qué volver al internado si no queremos. ¿Qué tal si en vez de eso vamos a otro lado?
—¿Y qué tienes en mente?
Un rato después se encuentran en un centro comercial.
—¿Qué hacemos aquí?
—Pues divertirnos un poco. Hay muchas opciones aquí, así que elige.
Halley mira hacia todos lados. Luego señala hacia un salón de bolos.
Hunter arquea una ceja.
—Interesante elección.
—Nunca he ido a uno. Tengo curiosidad. ¿Podemos ir?
—Adelante.
Entran a los bolos.
Halley tiene dificultad con la bola que tomó.
—Esta bola es más liviana que esa que tienes. Tómala.
Halley toma la bola que Hunter le ofrece. Luego se para frente a la mesa.
—Debes tratar de derribar los que puedas, no importa si no lo logras con todos.
—Se ven tan lejos.
—Solo inténtalo.
Halley camina y lanza la bola. No derriba ningún pino.
Es el turno de Hunter. Él los derriba todos.
—Supongo que en esto seré igual que con el béisbol—Dice ella.
—Ven.
Ella se coloca frente a él dándole la espalda.
Hunter la ayuda a lanzar la bola, logrando así derribar algunos pinos.
Ella sonríe.
Luego de los bolos van a comer. Al finalizar, Hunter la lleva de regreso al internado.
Más tarde, antes de dormir, ella cepilla su cabello.
No podía creer que había tenido su primera cita con un chico, y que había resultado mejor de lo que podía imaginar.
El domingo en la noche, Hunter y los chicos estaban en un lugar a las afueras de la ciudad.
—Creíste que te esconderías fácilmente.
—Ya déjenme en paz —dice Min Ho.
Hunter lo agarra del cabello.
—Nunca, maldito. No solo sabías lo que hacía el infeliz de Kyle desde un inicio, sino que ahora lo encubres —lo mira a los ojos—. Te juro que ambos van a pagar por lo que le pasó a mi hermana.
—Yo no quería participar en eso. Él me obligó, lo juro. Si no hacía lo que él decía me iría mal.
Hunter pierde los estribos.
—¡MI HERMANA ESTÁ EN UN MALDITO CENTRO DE REHABILITACIÓN DE DROGAS POR CULPA DE USTEDES! ¡¿CÓMO MIERDA ESPERAS QUE ME QUEDE TRANQUILO ANTE ESO?!
—Kyle quería vengarse, y la usó a ella.
—¿Vengarse de qué? —le pregunta Jacob.
—No lo sé. Decía odiarlos a ambos.
—Sarah era una persona inocente, tranquila, llena de sueños. Pero todo se arruinó ahora.
Hunter lanza a Min Ho al suelo.
—Si no quieres que acabe contigo, dime de una vez por todas a dónde se fue Kyle.
—No lo sé exactamente. Solo sé que se fue del país.
Hunter golpea su auto.
—¿A dónde se fue?
—No tengo idea, lo juro. Por favor, ya déjenme en paz.
Los chicos miran a Hunter.
Este les hace señas. Luego ellos se acercan a Min Ho.
—Fuiste una rata, y ahora lo pagarás —le dice Donovan al coreano.
Comienzan a pegarle.
Un par de días después, Halley estaba saliendo de clases comiendo una manzana.
Alguien la jala del brazo y la hace meterse en un salón. Se asusta, hasta que ve de quién se trata.
—Me asustaste.
Hunter le quita la manzana.
—Tengo algo que proponerte.
—¿Qué cosa?
—Salgamos esta noche.
—Pero no podemos. No es fin de semana.
—Salgamos aquí dentro del internado.
—Espera, ¿dices en la noche? Pero hay toque de queda.
—Entonces hay que desobedecer eso.
—¿Violar el toque de queda? Pero no podemos hacerlo. Va contra las reglas.
—Y eso es precisamente lo que lo hace más interesante —muerde la manzana—. ¿Qué dices? ¿Aceptas portarte mal esta noche?
Halley no dice nada.
—Te estaré esperando a la entrada de los dormitorios a las ocho.
Se va.
Más tarde Halley estaba en su cama leyendo. Mira su reloj. Eran las 7:55 p.m.
—¿Realmente él piensa que haré eso?
Mira hacia Jade, quien oía música. Luego se asoma por la ventana y efectivamente ve a Hunter parado cerca de la entrada de los dormitorios.
En ese momento fue como si se presentaran ante ella el ángel y el diablo que se ponen cada uno al lado de tu cabeza, uno diciéndote que hagas lo correcto y otro que hagas lo incorrecto.
Por alguna loca razón ella dejó ganar al diablo. Camina hacia la puerta.
Jade estaba con los ojos cerrados, así que ni se da cuenta de que bella sale.
Al ir por el pasillo mira cuidadosamente hacia todos lados, pero para su buena suerte no hay nadie cerca.
Al salir ve a Hunter de espaldas. Camina y se para frente a él.
—Esto va a terminar muy mal.
—Pues ya estás aquí, así que no hay marcha atrás.
La toma de la mano y se la lleva.
Caminan hacia los árboles.
—¿A dónde vamos? ¿Qué planeas hacer? —le cuestiona ella.
—Te quiero mostrar algo.
Llegan hasta una colina.
Halley ve en ella un telescopio.
—¿Qué hace esto aquí? —dice luciendo confundida.
—Patrocinio del salón de astronomía.
—¿Te lo prestaron?
—¡¿Qué?!
—Lo entregaré antes de que lo noten.
Dice despreocupadamente.
—Otro crimen más que añadir a mi expediente.
—Es mejor pedir perdón que pedir permiso —sonríe. Luego se coloca frente al telescopio y mira a través de este—. Ven.
Halley se acerca a él.
Él le da paso para que ella mire a través del aparato.
Ella alcanza a apreciar algo.
—¿Qué es?
—Júpiter. En esta época se puede ver con mayor facilidad y claridad.
—Bueno, debe ser. Es el más grande del sistema solar.
—Sí. No por nada dicen que es una estrella fallida, y es por ello que es tan grande.
Halley lo mira.
—Eres un poquito nerd también.
—No. Solo investigué antes de venir para impresionarte.
—Qué mentiroso. Ya dijiste que te gusta esto de la astronomía, así que admite que eres nerd en eso.
—Bien, pero no lo cuentes o arruinarías mi reputación.
—Se lo voy a contar a todo el internado.
Corre tras un árbol. Hunter la persigue. Cuando la atrapa ella ríe. Luego le mira a los labios.
—Hunter.
—¿Sí?
—Bésame.
Obedientemente él hace aquello. Su beso es tranquilo, pero extrañamente al mismo tiempo estaba lleno de picardía.
¿Sería ese uno de los talentos del diablo, besar bien?
Ella no puede evitar perderse en él, deseando que ese beso fuera eterno.
Sin notarlo termina por enredarle las manos en el cuello.
Al terminar de ver las estrellas en el telescopio, Hunter y Halley regresan a los dormitorios.
Ella mira hacia todos lados para asegurarse de que nadie estuviera cerca.
—Gracias por esto. Nunca había hecho algo así, aunque fue muy arriesgado.
—La vida sin adrenalina no es vida —dice él.
—No suelo desobedecer las reglas.
—De vez en cuando es bueno hacerlo.
Le guiña un ojo y se va.
Ella regresa a su habitación. Entra con cuidado y ve a Jade dormir profundamente.
Se cambia y se pone un pijama.
Al acostarse piensa en su beso de esa noche con Hunter. Se pasa los dedos por los labios y sonríe.
Al día siguiente va saliendo al patio de la escuela cuando lo ve recostado de un árbol.
Por un instante piensa en ir hacia allá, pero se olvida de ello al ver a Jacob y Donovan llegar con él.
Se da la vuelta y se va.
Más tarde recibe un mensaje de él.
Hunter:
¿Ocupada?
Halley:
Solo un poco.
¿Y tú?
Hunter:
No realmente.
Estoy en el salón tras el cuadro de béisbol.
Halley:
¿El infierno?
Hunter:
Si así le quieres decir.
Aquello sonaba como una invitación, por ello más tarde ella decide ir con él.
Al llegar lo ve parado lanzando dardos a un tablero en la pared.
—¿Y en dónde están las dos gárgolas?
Hunter arquea una ceja.
—¿Gárgolas?
—Sí, esos dos amigos tuyos.
Él ríe.
—No vendrán hoy. Les dije que quería estar solo.
—En ese caso no debí venir.
—No lo entiendes —se acerca a ella—. Les dije eso para que no vinieran a molestarnos.
Halley se pone roja.
Hunter sonríe.
Se sientan en un viejo sofá.
—¿Eres de aquí de Illinois?
—De Oklahoma.
—No lo sabía. Yo soy de Ohio.
—Lo sé.
—¿Ah sí?
—Lo dijiste el primer día en que diste clases aquí. ¿Lo olvidaste?
—No creí que hubieras prestado atención a eso.
Él la mira.
—Sí que te presté atención.
Saca un cigarro y lo enciende.
Ella agranda los ojos.
—No sabía que fumaras.
—Ocasionalmente —se mete el cigarro a la boca—. ¿Por qué viniste a estudiar aquí?
—Gané una media beca. Mi padre quería que la aprovechara, así que le hice caso y quise venir.
Hunter expulsa humo de su boca.
—¿Viniste solo para complacerlo?
—Solo quise darle gusto.
—Eso está mal —apaga el cigarro y lo lanza—. No debes hacer cosas solo por complacer a los demás.
—¿Qué tiene de malo?
—Hagas lo que hagas, sea bueno o malo, hazlo porque tú lo quieres, no porque es lo que otros esperan de ti.
Ella se queda pensativa.
—Bueno, no lo había visto de ese modo.
—Al final el mundo es una basura, y si haces bien o mal las cosas de todos modos la gente encontrará la forma de juzgarte.
Halley mira a Hunter, quien miraba fijamente al suelo. En su mirada había algún tipo de pena y rencor reflejados. Quizás había mucho que aún no sabía de él y con lo cual podría entender un poco de su actitud de algunas veces.
Por ello decide preguntarle más.
—Escuché que tienes una hermana. ¿En dónde está ella?
Al oír aquello, Hunter se tensa sin decir nada.
Luego de un momento habla.
—¿Quién te habló de mi hermana?
Halley se queda en silencio.
—¿Qué fue lo que te dijeron de ella?
—Nada. Solo me dijeron que ella estudiaba aquí, pero se fue un día y nadie sabe el porqué.
Hunter se levanta y camina hacia una pared.
Ella lo mira un poco confundida.
—Solo te pregunté por...
—No quiero hablar de eso.
Dice fríamente.
Halley se sorprende por su repentino cambio de humor. Nota que él luce como si en su interior estuviera en cólera.
En ese momento no era el Hunter con que ella había convivido últimamente.
Él le da la espalda.
Ella agacha la mirada. Luego se pone de pie.
—Yo... Creo que será mejor irme.
Camina hacia la puerta. Antes de salir mira por última vez a Hunter y luego se va.
Este cierra los ojos. Luego empieza a calmarse.
Cuando nota que Halley se ha ido de pasa las manos por la cabeza. Luego le da un golpe a la pared, como si estuviera enojado con él mismo por su comportamiento de hace un momento.
Al día siguiente, Halley entra al salón y ve a Hunter sentado en su silla.
Él la mira, pero cuando hace eso ella aparta la mirada.
Terminada una clase ella sale del salón. Hunter la alcanza.
—Halley, escúchame.
Ella lo ignora y va hacia su casillero. Abre este y busca algo.
Él se para a su lado.
—Lamento lo de ayer.
Ella se queda callada.
—No quería hacer aquello. Créeme que no quería que te fueras así.
—Pues pareciera —lo mira—. ¿Puedo saber por qué?
Hunter se queda callado.
Ella mira hacia dentro de su casillero. Luego de un momento de silencio total entre los dos, toma un libro.
Cierra el casillero y se va.
Más tarde está en la biblioteca.
Al percatarse de que necesita un libro se levanta y va por él. No
nota que Hunter había entrado al lugar.
Al verla caminar, él la sigue.
Ella llega a la sección del libro que necesita y lo toma. Se pone a leer una página buscando la información que necesitaba.
De pronto ve a Hunter acercarse.
Él camina hasta estar parado frente a ella.
—Mi hermana es un tema delicado para mí, por eso me puse así. Me cuesta hablar de ella.
Halley lo mira en silencio por un instante.
—No sabía eso —agacha la mirada—. No fue mi intención incomodarte. Lamento si fui imprudente.
Camina tratando de irse, pero él interpone su brazo y le bloquea el camino.
Ella retrocede.
—¿Creíste que perdería los estribos contigo y te haría algo?
—No, no es eso. Es solo que pensé que tal vez podría saber algo más de ti y
conocerte mejor. Por eso pensé en preguntarte aquello.
Hunter se recuesta en un estante, con la mirada perdida en los libros frente a él.
—No puedo hablar sobre eso.
Halley lo mira. Podía ver en sus ojos que estos ocultaban algo que le carcomía por dentro.
No tenía la menor idea de qué podía ser aquello relacionado con su hermana que a él le afectaba tanto.
Recordó que Jade dijo algo de que quizás Hunter tuvo que ver con que su hermana y el enamorado de esta se fueran del internado.
No sabía si se trataba de eso, pero fuera lo que fuera a él le afectaba mucho.
Por ello se acerca a él.
—Está bien. Si dices que es difícil de hablar para ti no lo preguntaré más.
Él la mira. Luego de un instante observa su mano y la toma.
—Gracias por ello.
Ella le sonríe cálidamente.
Él le aparta un mechón de cabello de la cara. Luego se acerca a ella lentamente.
Ella se queda quieta.
Se miran a los ojos antes de juntar sus labios.
Es un beso que inicia sencillo, pero luego de un instante se vuelve más intenso.
Hunter se mantiene recostado al estante de libros mientras Halley está frente a él.
Después de un momento cambian de posición en la que ella está contra el estante y él frente a ella.
Hunter se pega más a ella, haciendo que sus cuerpos creen una placentera fricción.
Las sensaciones que sentía Halley en ese instante eran nuevas para ella. Su cuerpo entero se sentía como si electricidad le recorriera. Sus piernas temblaban mientras que el centro en medio de estas palpitaba ansiosamente.
Se le había olvidado en dónde estaba y las consecuencias que traería consigo si era encontrada bajo esas circunstancias en ese instante. Pero sinceramente a ella eso no le importaba. En ese instante lo que menos quería era dejar de hacer aquello que hacía con Hunter. Era como si todo su ser le rogara por más, así que le agarra del cabello.
Ante eso, Hunter toma sus piernas y las hace enredárselas en su cintura.
Luego sus manos ansiosas viajan bajo la falda de Halley.
Y allí ella no se resiste más y deja salir un jadeo.
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