Capítulo 35
—Así que él sigue aquí, eh.
La voz de mi amiga me saca de mis pensamientos, y dejo de ver a través de la ventana para mirarla sobre mi hombro.
—Si —murmuro y vuelvo mi vista a mi ventana—. Sigue esperándome.
—Estoy tratando de seguir odiándolo, pero si hace cosas como... estás, me cuesta. —dice Aby, posicionándose atrás mío.
Asiento con la cabeza dándole la razón.
—Lo sé.
Han pasado cuatro días desde nuestra charla a través de la puerta y, desde ese momento, él ha cumplido lo que me dijo:
«Te esperaré aquí, por el tiempo que sea necesario, hasta que te sientas lista para hablar»
Al principio pensé que lo decía solo por decir y que al día siguiente se marcharía, pero cuando vi su auto quedarse quiero durante dos días seguidos, con él sentado en el cofre o adentro desayunando, comiendo y cenando, supe que hablaba en serio.
Muy en serio...
La segunda noche que se quedó aquí, me vi en la necesidad de avisarles a mi prima y a mí mejor amiga, por medio de un mensaje que Jayden llevaba dos noches durmiendo fuera de mi casa.
Gran error.
Porque al siguiente día, antes de que mis ojos tan siquiera se abrieran, un par de gritos empezaron a escucharse fuera de mi casa y cuando me levanté a ver de qué se trataba, eran ellas.
Khloe le gritaba tantas cosas inapropiadas a Jayden, mientras que él alzaba sus manos pacíficamente y parecía explicarle algo que, obviamente, Khloe no escuchó, porque estaba muy ocupada insultándolo hasta en latín.
Por un momento pensé que, por la firma en la que mi prima alzaba y movía sus brazos, iba a golpearlos, pero por suerte Aby estaba ahí, reteniendo a mi pequeña prima de la cintura, mientras tiraba de ella a la entrada de mi puerta y cuando por fin entraron las dos, Khloe todavía se tomó el atrevimiento de abrir la ventana e insultarlo por ahí, con Jayden mirándola con susto.
Por suerte, después de ese día, no ocurrieron incidentes y ahora que pasaban a lado de su coche, lo ignoraban categóricamente.
Una suerte.
Algo que también había pasado, es que según mi mamá, durante las noches, mientras yo dormía, Jayden se iba a las 4 de la mañana, para después volver dos horas después y estar aquí para cuándo los primeros rayos del sol aparecieran.
No se como se dio cuenta de eso mi madre, pero supongo que se lo agradezco, tal vez puede ser útil esa información para después.
Si, para que en esas horas salgas a tomar un poco de aire.
Y creo que lo haré, porque desde que Jayden está aquí, no me he atrevido a ni siquiera acercarme a la puerta y eso está afectándome un poco, puesto que necesito respirar el fresco aire del exterior, pero mientras mi ex novio siga ahí, no creo que pueda hacerlo...
—¿Crees que se quede por muchos más días?
La voz de mi amiga me saca de mis pensamientos y alzo mis hombros como respuesta.
—No lo sé, pero si no quiere problemas con su empresa, lo mejor será que se vaya.
—Ojalá no se vaya.
La vuelvo a ver con confusión.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque siento que aún no te ha rogado lo suficiente.
Abro los ojos de par en par.
—¡Abigail!—la regaño.
—¡¿Pues qué?! ¡No tiene permitido irse hasta que se haya arrastrado por el piso hasta tus pies!
Se cruza de brazos, muy digna, y yo niego con la cabeza.
—Solo quiero que se vaya antes de que se meta en más problemas de los que ya, de seguro, tiene.
—Aún te preocupas. —murmura.
Suspiro y vuelvo mis ojos hacía la ventana, justo en el momento en el que Jayden, sentado desde su capo, alza sus mirada hacia mi ventana, provocando que mi corazón sufra un colapso.
—¿Y cómo no voy a hacerlo si estoy enamorada de él?
—Oh, Iris.
Aby me rodea con sus brazos por mis hombros y recarga su barbilla en mi cuello.
—Lamento mucho toda esta situación. —susurra en mi oído.
—Si, yo también.
Dejo escapar una bocanada de aire y me hago hacía atrás para recargarme un poco en mi mejor amiga.
—¿Por qué el imbécil sigue aquí?
Aby y yo nos separos al escuchar una tercera voz, y al mirar hacía la puerta, veo a mi prima caminando con el ceño fruncido en dirección a nosotras.
—¿En qué momento llegaste?—pregunto con confusión—. No te vi pasar.
—Pues claro que no —dice con obviedad y se pone a mi lado para pegarse a la ventana—. Cómo ibas a hacerlo si estabas muy ocupada teniendo un contando visual con Jayden estúpido Blackwood.
Hago una mueca.
—Pero no le digas así.
—Le diré así porque es lo que es. Un estúpido. —suelta y se cruza de brazos.
Ruedo los ojos.
—¿Hasta que hora seguirá aquí?
—Hasta que hable con él.
—Bueno, pues tendrá que esperar cinco año, porque no vas a ir a hablar con él. —vocifera mi prima, mirando al cantante con molestia.
Mordisqueo mi labio, reprimiendo el deseo de decirle que cada hora que Jayden pasa fuera de mi casa, solo hace que las ganas, que hace tres días no tenía, de hablar con el crezcan.
—Todo esta es muy raro.
Me vuelvo sobre mi hombro para ver a mi amiga.
—¿Por qué dices, Abs?
—Solo piénsalo, ¿por qué Jayden cancelaría tres de sus conciertos para venir a explicarte algo que ya sabemos?
—Porque es hombre y quiere recuperarla para seguirle mintiendo. —responde Khloe, mirando a Jayden con furia.
—Si ese fuera el caso, Khloe, sería una estupidez porque, conociendo como es su empresa, se estaría arriesgando a tener unas consecuencias que, seguramente, no serán nada bonitas.
Mi prima la voltea a ver y alza una ceja en su dirección.
—¿A qué quieres llegar con todo esto?
—No lo sé —pasa su mano por su cabello, nerviosa—. Es solo que creo que existe la posibilidad de en realidad no le haya sido infiel a Paris.
Silencio.
La habitación se llena en un tenso silencio en el cual solo existe la mirada incrédula de Khloe hacia mi mejor amiga, quién tiene las mejillas totalmente rojas luego de haber dado su opinión.
Oh, oh...
—¿Es en serio lo que estás diciendo, Abigail?
Aby no dice nada, simplemente mira a sus manos con inquietud.
—Es solo una suposición, Khloe.
—Pues no me gusta tu suposición —sus ojos flamean—. ¿Cómo puedes decir eso luego de que viste las fotos de ese estúpido besando a su ex?—dice con evidente molestia—. ¡Incluso tú se las mandaste a Paris!
—Se que yo las mandé, pero... —mordisquea su labio—, si lo pensamos bien, en ninguna de las fotos se ve que se estén... besando.
Khloe suelta una risa sin gracia y pasa sus manos por su cara.
—En verdad espero que lo que estés diciendo sea una broma o voy a llorar. —musita.
—Solo piensa en eso, Khlo, que tal y...
—No voy tomarme el tiempo para pensar en esa estupidez, Abigail —interrumpe con voz firme—. Él lastimó a Paris, a mi prima, y eso es todo en lo que necesito pensar para saber que él imbécil de allá afuera no necesita una segunda oportunidad.
Aby hace una mueca y yo vuelvo la mirada hacía la ventana para ver a Jayden una ves más, antes de volver a encarar a mi amiga y a mí prima.
—Ya no hay que seguir con ese tema —pido—. Mejor, ¿que tal y vemos una película?
No las dejo responder, porque al segundo en el que termino mi oración, me encamino hacía la entrada de mi habitación, alejándome lo más que puedo de la ventana y de Jayden.
€
No puedo dormir...
No se cuanto tiempo llevo girando en mi cama de un lado a otro, pero sé que ha sido lo suficiente como para provocar que me desespere.
Con un bufido, lanzo las sábanas de mi cama fuera y me levanto de ella, encaminando me hacía la ventana.
Con mi mano derecha, tomo la cortina abriéndola de uno de los lados y mi corazón da un giro en mi pecho cuando veo que el carro de Jayden sigue ahí.
Entonces más de las 4 de la mañana no son...
Exacto.
Muerdo mi labio mirando con fijeza su auto, y meneo la cabeza cuando una idea, no muy buena, se atraviesa en mi cabeza.
—No, Paris, saca esa idea de tu cabeza. —me regaño.
Paso mis manos por mi cabeza y me doy la vuelta para volver a mi cama, no sin antes darle un rápida ojeada a la ventana.
—Pero si...
Agito la cabeza nuevamente.
—¡No! ¡Basta de ideas locas!—me exijo.
Pasan dos minutos más para que esos pensamientos tomen mi mente y me desvíe hacía las escaleras para el segundo piso con una manta cubriéndome el cuerpo.
Bajo las escaleras con pequeños pasos tratando de no hacer nada de ruido y, al llegar a la entrada, paso mis manos por mi pijama para quitar todo el sudor de ellas.
—Espero no arrepentirme de esto.
Tomo el pomo de la puerta, abriéndola con cuidado para evitar hacer ruido, y antes de arrepentirme comienzo a trazar mi camino hacia el carro de Jayden.
Una vez estoy enfrente de su auto, noto inmediatamente que está dormido. Sus ojos están completamente cerrados, sus labios están entre abiertos y sus mejillas están ligeramente sonrojadas.
¿Cómo puede ser que hasta dormido se siga viendo tan atractivo?
Sintiendo con cada segundo que pasa las mariposas de mi interior revolotear más fuerte y mi corazón latir con más velocidad, continúo viéndolo dormir un par de minutos más y una vez me siento satisfecha de admirarlo, me doy la media vuelta y me encamino hacia mi casa.
Camino con velocidad, queriendo llegar lo más pronto posible hasta le entrada, pero cuando estoy a solo un par de pasos más para llegar al porche de mi casa, el sonido de la puerta de un carro abriéndose, me hace quedar totalmente quieta en mi lugar.
Por favor, por favor, que no sea...
—¿Rubia?
Oh, oh.
—¿Rubia, eres tú?
Mi sangre se hiela y mi corazón se frena cuando la voz de Jayden llega hasta mis oídos, poniendo a temblar mis piernas y a mis manos sudar.
Aferro mis uñas a la cobija, que está al rededor de mi cuerpo, y tras tomar varias respiraciones con fuerza, me doy la media vuelta para encarar a Jayden.
Cuando mis ojos chocan con los suyos, todos los sentimientos que había tratado de reprimir y desaparecer por él, vuelven a aparecerse, pero está vez con más fuerza que antes. Un suspiro tembloroso sale de sus labios al tiempo en que sus ojos adquieren un particular brillo, y comienza a abrir y cerrar sus manos compulsivamente, como si le picaran o estuviera nervioso.
—¿Qué haces afuera, Paris?
El sonido de su voz me hace salir de mis pensamientos y subo mi vista de las manos de Jayden, hacía su rostro.
Carraspeo con fuerza buscando mi voz que, al parecer, se ha desaparecido y clavo mis uñas con fuerza en la manta que me cubre, como una clara señal de nerviosismo.
—Vine a dar un paseo. —respondo en un hilo de voz.
Alza una ceja, confundido.
—¿A las 3 de la mañana?
Siento el color subir por mis mejillas, avergonzada.
—Si. —digo en un chillido.
Vuelvo a carraspear nuevamente, luego de que mi voz saliera de esa manera tan aguda, y clavo mis ojos en el suelo, desviando mi mirada apenada de la suya, cuando veo a Jayden esbozar una sonrisa divertida.
Ay, dios mío, pero que vergüenza.
—Oh, está bien. ¿Puedo hacerte compañía?
Por el rabillo del ojo lo veo dar un paso en mi dirección, provocando que como reflejo me haga hacia atrás, y que suba mi mirada aterrizada con rapidez hacía su rostro.
Sus ojos se tiñen en una gran tristeza, que no se molesta en ocultar, luego de mi acción y eso termina lastimar aún más mi corazón.
—Lo siento —susurro—, pero ya debo irme.
Me doy la vuelta para correr hacía el interior de mi casa, pero apenas doy un paso cuando una mano grande y cálida toma mi codo, sobre la cobija, impidiendo mi escape.
Oh, no. Por favor, no...
—Espera, Paris. Por favor no te vayas —pide con voz suplicante—. Quédate solo un momento conmigo.
El corazón comienza a bombearme con fuerza el pecho y mi respiración se acelera mientras mantengo mis ojos clavados en la puerta, negándome a mirarlo.
Paso saliva con dificultad.
—No creo que sea buena idea, Jayden.
—Solo será un momento, Paris.
El sonido de sus pies moviéndose, hace que mi cuerpo se tense y que mis nervios aumenten, cuando de un momento a otro, noto como se para a mi lado, clavando sus ojos en mi perfil.
—Jayden...
—Te prometo que solo será un momento, rubia.
Alza su mano hacia mi rostro con lentitud, para tomar con suavidad un mechón de mi cabello, y llevarlo detrás de mi oreja.
—Por favor, Paris. —susurra cerca de mi oído, poniendo mis piernas a temblar.
Muevo mi cabeza en su dirección, haciendo que sus preciosos ojos grises colisionen con los míos, y solo hacen falta un par de segundos más mirándolo fijamente, para que mi cuerpo y mente ceda ante él.
—Solo un rato, Jayden. —verbalizo con firmeza.
Me suelto del agarre de mi ex novio y fingiendo que tengo todo bajo control, me encamino hacia las escaleras de mi pórtico y me siento en un extremo de ellas.
Jayden se queda por un momento pasmado en su lugar, hasta que parece caer en cuenta que he aceptado quedarme un rato con él y agita su cabeza, para después correr a sentarse en la escaleras, a una distancia prudente de mi.
Silencio...
Es lo único que hay a nuestro alrededor. Un muy incomodo silencio que apenas es cubierto por el cántico de los grillos a nuestro alrededor y por las rápidas miradas que nos damos el uno al otro con cada minuto que pasa.
Esto es muy incómodo hasta para mí.
Si, lo se.
—Entonces... —la voz de Jay corta mi conversación con mi conciencia y le doy una ojeada—, ¿cómo has estado?
Enarco una ceja en su dirección.
¿Pues cómo cree que voy a estar luego de la cantidad de noticias que salieron de él y de Sarah? Seguramente saltando de felicidad.
—Mejor que cuando salió la noticia en donde estabas con tu ex. —vuelvo mi vista hacía enfrente.
—Ah.
Silencio incomodo.
—¿Y tú?
Suspira y pasa su mano por las hebras de su cabello.
—He estado mejor.
—Créeme, lo he notado. —respondo entre dientes.
Y otra vez, silencio incomodo.
—Bonnie me dijo que ya rentaste tu departamento. —menciona luego de un par de minutos.
—Si.
—Y... ¿qué tal está?
—Bonito. Lo suficientemente amplio para Aby y para mí.
—Ya veo —empieza a juguetear con sus dedos—. ¿Y dónde estás?
Lo volteo a ver con el ceño fruncido.
—¿Y para qué quieres saber?
—Pues para ir a visitarte. —dice con una pequeña sonrisa.
—¿Y para qué querrías visitarme? Si tú y yo ya no somos nada.
Y ahí va, otro silencio incómodo.
Por favor, basta de hacer este momento más incómodo de lo que ya es.
¡Pues es que él no ayuda!
¡La que no ayuda es otra!
Ruedo los ojos y volteo un poco mi rostro para ver a Jayden, justo en el momento en que su sonrisa borra y baja sus ojos a sus manos.
—¿Leíste los correos?—murmura aún con su mirada clavada en sus ojos.
El recordatorio de la sensación de tristeza que me hizo sentir los correos cuando lo leí llega a mi mente, haciéndome tener un escalofrío.
—Si.
—¿Y los mensajes?
Niego.
—No.
Asiente con la cabeza lentamente.
—¿Puedo saber por qué?
—Mi mamá me quitó mi teléfono desde el día que salió la noticia; me puse muy mal, así que decidió quitármelo para que no siguiera torturándome viendo todo lo que decía la prensa sobre su «relación»—me escondo más en la cobija—. Desde ese día no lo he usado.
—Oh —vuelve su cabeza hacia enfrente—, ya veo.
—Aunque igual, si lo hubiera tenido, no te hubiera contestado. —murmuro en voz baja.
Recargo mi barbilla sobre mis rodillas y cierro mis ojos con fuerza cuando siento la mirada de Jayden volverse a posar sobre mi perfil y, a pesar de no estarlo viendo, puedo sentir que la forma en la que me está mirando es con absoluto dolor.
Esto fue una mala idea.
No hubiera aceptado quedarme con él.
Me hubiera metido a mi casa.
No hubiera salido desde un principio.
—Fue mala idea quedarme. —suelto y me levanto de mi lugar para marcharme.
—No, Paris, espera.
En el momento en el que tomo el pomo de la puerta para entrar a mi casa, la mano de Jayden se coloca encima de la mía, impidiéndome abrir la puerta y dejándome acorralada entre su pecho y la madera.
—Espera, Paris —acerca sus labios a mi oído—. Por favor, no te vayas.
Paso saliva con dificultad.
—Jayden...
—Solo escúchame, por favor.
Abro los labios para decirle que no estoy dispuesta a escucharlo, pero una de sus manos se desliza por mi cintura, rodeándola por completo con su brazo, haciendo que cualquier palabra o pensamiento en su contra sea borrado de mi mente.
Un suspiro entrecortado sale de mis labios cuando su pecho se pega a mi espalda y llevo mi mano libre a la puerta, buscando sostenerme de algo cuando mis rodillas empiezan a temblar, a causa de los nervios que me está ocasionando su cercanía .
—Jay, yo...
—Las fotos que viste en las redes, las que subió la prensa, son mentiras, amor. —roza mi oreja con sus labios.
—Las fotos no parecían ser mentiras. —respondo con el hilo de conciencia que me queda.
Un grito de asombro sale de mis labios cuando Jayden me da una rápida vuelta, haciendo que quedemos cara, con mi espalda pegada a la puerta y su rostro a centímetros del mío.
—Todo es mentira, Paris —dice con los dientes y tomando mi barbilla entre sus dedos—. Desde las fotos hasta su estúpido palabrerío. Todo lo que hicimos Sarah y yo fue para protegerte. Fue una estrategia que, por suerte, ha funcionado bastante bien.
Mi ceño se frunce.
—¿Y cómo se supone que ponerme el cuerno me iba a proteger?
—No te puse el cuerno, Paris —suelta con exasperación, acercándose más a mi—. Todas las fotos que subió la prensa fueron tomadas desde un ángulo en el que nos veíamos haciendo cosas de pareja, pero no fue así. Jamás la besé y jamás la toqué de otra manera que no fuera de amigos.
Pasa su lengua por sus labios, y mira a otro lado con desesperación, como si estuviera debatiendo entre decirme algo o no y, al parecer, decide decirme, porque cuando vuelve sus ojos hacia mí, parece decidido.
—Estoy en el ojo de la empresa, Paris. He sido muy descuidado y ahora me tienen en la mira, pero no solo a mi, si no que también te tienen a ti y si no hacía algo por sacarte, al menos a ti, del ojo del público y de la empresa, las consecuencias iban a ser fatales.
Me quedo en silencio, mirándolo con atención, sintiendo el miedo empezar a recorrerme.
—Iban a castigarme, Paris —su voz tiembla—, si no hacia lo que hice.
Paso saliva con dificultad,
—¿De qué manera iban a castigarte?—cuestiono, nerviosa.
—Haciéndole daño a mi punto débil. Y mi punto débil, eres tú.
Un escalofrío, nada agradable, me recorre toda la columna vertebral y siento unas ganas enormes de salir corriendo con mi mamá y refugiarme en sus brazos.
¿Por qué alguien le haría daño de esa manera a Jayden? ¿Qué tan malo ha de ser para que haga ese tipo de daño?
—La persona que maneja mi empresa no es una buena empresa, Paris —dice como si pudiera leer la duda en mi rostro—. Se adueña de las personas y sus sueños, y los moldea a su antojo para que sean totalmente perfectos.
Paso la lengua por mis labios.
—¿Alguna vez has visto que le hagan daño... a alguien?—pregunto, temiendo la respuesta.
Una sonrisa triste aparece en su rostro y sus ojos se apagan.
—Si. Vi a una persona no seguir las reglas de la empresa y vi como lo pagó —estira su mano para tomar un mechón de mi cabello—. Hasta la fecha es algo que no puede olvidar.
Dejo salir una bocanada de aire por mi boca y pongo mis manos en mis brazos, buscando un poco de protección
—Se que es mucha información que digerir y se que tal vez, ahora, no vas a creerme, y menos por el daño que te he hecho pero —lleva su mano izquierda a su pantalón, sacando de ella una USB, para luego estrecharse—, aquí encontrarás las pruebas que necesites.
Con la mano temblando, tomo la USB y la pego a mi pecho.
—Espero que con esto puedas creerme.
—Te creo, Jayden —murmuro con mi mirada clavada en el piso—, no necesito ver ninguna prueba para creerte pero, aun no puedo perdonarte. Me hiciste mucho daño.
Lo veo con la intención de decir algo más, pero no se lo permito, me doy la vuelta y abro la puerta de mi casa para escapar de él.
—Ten una bonita noche, Jayden.
Cierro la puerta detrás de mí, y con los nervios aún a flor de punta y el corazón golpeando con fuerza mi pecho, subo corriendo a mi habitación.
€
¡Aquí el final!
Espero que les haya gustado mucho el capítulo de hoy y con este mismo, me despido de las actualizaciones semanales :(.
Para los que no sepan, vengo a decirles que muy pronto estaré entrando a la universidad, por lo qu he estado estudiando mucho para mi examen de admisión y, por desgracia, el estudiar ha consumido mi tiempo de forma que a veces se me dificulta mucho escribir y, por consiguiente, actualizar, por eso mismo he decidido posponer las actualizaciones semanales :(.
Ojo, eso no quiere decir que dejare de actualizar, no, si no que ahora, en vez de que sea semanalmente, muy probablemente sea una vez cada dos semanas o tres, muy dependiendo de mis tiempos.
Espero que lo entiendan y que sigan muy pendientes de la historia, porque Paris y Jayden un va para largo <3.
Gracias por su atención.
Los quiere, Hanna.
ig:hannasvelez
PSDTA: Una disculpa si ven un error ortográfico, no tuve mucho tiempo para corregir <3.
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