Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 31

Han pasado apenas un par de horas desde que vi esa noticia y desde ese momento, no ha dejado de doler y las lágrimas no han dejado de caer.

Los únicos cambios que he tenido es que ahora estoy acostada en la cama de mi madre, con ella acariciando mi espalda de arriba a abajo de manera consoladora, y que ahora los sollozos que salen de mis labios son menos ruidosos.

—Es que no se porque fue que lo hizo —digo por lo bajo—. Si todo estaba bien entre nosotros.

Mi madre no responde y continúa acariciando mi espalda.

—Tal vez no fui lo suficiente para él y por eso lo hizo.

Cierro los ojos, sintiendo las lágrimas deslizarse por mi cara hasta caer en la almohada y me hago bolita en mi lugar.

—No, Paris, no digas eso nunca.

—Es la verdad, mamá —mi voz se corta—. Si no, no me hubiera hecho eso.

—El que te haya hecho eso, Paris, no tiene nada que ver contigo, sino con él, porque cada quien es dueño de sus acciones y no puedes sentirte así por algo en lo que tu no influiste, porque aunque él hubiera estado con otra persona, aún así lo hubiera hecho. Así que deja de culparte, no eres la causa de las decisiones que toman las demás personas y deja de pensar que no eres suficiente porque si lo eres, Paris, eres más que suficiente para mi y para el resto del mundo.

Me quedo en silencio, procesando las palabras de mi mamá y aunque una parte de mi sabe que lo que dice es verdad, que yo no influí en las decisiones de Jayden, pero la otra parte se aferra a que yo tuve que ver con su decisión, que yo fui la culpable de que me abandonara.

—Aún lo quiero, mamá. Y mucho. —digo tras unos segundos, en un hilo de voz.

—Lo sé, cielo. Lo sé.

Vuelve a pasar su mano de arriba a abajo por mi espalda y me acurruco más contra ella para seguir sintiendo su tacto y su calor.

Espero que deje de doler pronto...

Siento la vibración de mi teléfono a mi lado, anunciando una llamada y, a duras penas, me obligó a abrir los ojos y a deslizar mi mano para agarrarlo.

—Seguro es Aby. Tal vez quiera saber cómo estoy después de tan encantadora...

Mis palabras se cortan y mi respiración se acelera cuando al darle la vuelta, veo al remitente.

—Es él —mi voz sale más chillona de lo normal—. Es Jayden, mamá.

Me incorporo al momento, con mi madre imitando mi acción, y mantengo mi vista sobre el teléfono.

—No le contestes.

—Tengo que hacerlo. Tal vez, al final de todo, no va a dejarme y esa noticia es falsa. —murmuro sintiendo la ansiedad recorrerme.

—¿De qué hablas, Paris? Esa noticia no es falsa, así que no le contestes. —demanda.

—Mamá, es que no lo entiendes —la miro con frustración—. Si no le contesto va a abandonarme y no quiero que me deje.

—Paris...

No dejo que mi mamá concluya lo que va a decirme, porque vuelvo mi vista hacía mí teléfono y acerco uno de mis dedos temblorosos al botón de contestar.

El movimiento de mi madre tomando el teléfono y arrebatandomelo justo antes de contestar, me toma totalmente desprevenida, por lo que volteo a verla con confusión.

—Mamá, ¿qué haces?

—Te he dicho que no vas a contestarle, Paris.

Un cosquilleo, nada agradable, comienza a recorrerme desde la punta de los dedos de mis pies hasta la cabeza, cuando escucho la llamada finalizar para volver a sonar.

—Mamá, dame mi teléfono. —pido, sintiéndome ansiosa al ver qué Jayden continúa insistiendo.

—He dicho que no.

—Mamá, por favor.

—No, Paris, y no insistas más.

Se levanta de la cama, guardandose mi celular en el bolsillo y al verla dirigirse a la entrada, mis nervios aumentan, por lo que me lanzo a la puerta antes de que llegue a ella.

Mi mamá se detiene y me mira con el ceño fruncido.

—Mamá, es que no lo estas entendido. —digo empezando a desesperarme.

—Ya lo entendí, Paris, y aún así no voy a darte el teléfono. —suelta con firmeza.

Me quedo en silencio, mientras miro a mi mamá con la molestia y la ansiedad burbujeando en mi estómago.

Mi madre da un paso hacía un lado, para salir de la habitación, pero antes de que lo haga, vuelvo a lanzarme hacía ella, frustrada, estirando la mano para tomar mi teléfono que sigue sonando, pero ella es más rápida y da un paso para atrás ocultandolo en su espalda.

—¡Paris!

—¡Solo dame mi maldito teléfono de una vez por todas, mamá!—grito, iracunda.

Mi mamá abre los ojos sorprendida ante mi exigencia, y una chispa de dolor aparece por ellos. Y es aquella chispa lo que me hace dar cuenta de lo que he hecho.

Doy un paso hacía atrás y llevo mi mano a mis labios.

Le acabo de gritar a mi mamá...

A mí mamá.

Mi corazón comienza a bombear con rapidez y la ansiedad y el miedo, desaparecen para abrirle paso al arrepentimiento y la culpa.

—Mamá, lo siento —digo con la voz en un hilo mientras las lágrimas vuelven a picar mis ojos—. Yo jamás... No quise.

Da una suave sonrisa y se acerca a mi para tomar mi rostro con una de sus manos.

—Lo sé, Paris —acaricia mi mejilla con su pulgar—. Lo sé.

Inmediatamente me lanzo a sus brazos de mi mamá, envolviendola en un fuerte abrazo que ella corresponde al momento.

—¿Qué pasa contigo, mi niña?—cuestiona mi mamá con suavidad, pasando su mano por mi cabello, suavemente.

—No lo sé —admito—. Es solo que la idea de que la gente que quiero me abandone, hace que me recorra un terrible... pánico por todo el cuerpo, mamá.

Suspiro contra su pecho.

—Y, por alguna extraña razón, cada que esa idea llega a mi cabeza, no puedo evitar asociarlo con mi padre.

El cuerpo de mi mamá se tensa al instante en el que la última palabra sale de mis labios y se hace un poco para atrás para verme a la cara.

—¿Tu... extrañas a tu papá?

La inseguridad y miedo reflejada en su voz y en sus ojos, hace que mi corazón se apriete y en seguida niego con la cabeza.

—No. No lo extraño, mami. Es solamente ese pensamiento que pasa por mi mente cuando siento que, alguien de la gente que quiero, va a dejarme.

Mi madre recorre sus ojos evaluadores por mi rostro y luego de unos instantes, me da una pequeña sonrisa llena de comprensión.

—Tienes miedo de que, la gente que quieres y que has dejado entrar a tu vida, te abandonen como lo hizo tú padre con nosotras, Iris. Es eso.

Cuando esa revelación me golpea, siento un escalofrío, nada agradable, recorrerme de pies a cabeza. Y me quedo en silencio, sin saber que decir.

—Esta bien, Iris. No tiene nada de malo sentirse así —acaricia mi mejilla con su pulgar—. Yo también, luego de que tú padre nos dejó, me adherí mucho a tus tías por el miedo de que ellas, así como él, me dejaran.

»Recuerdo que Louisa dejó de trabajar por casi dos años para poder estar conmigo durante el embarazo, y contigo cuando naciste. Luego se tuvo que ir, pero durante el tiempo que estuvo conmigo, fue más que suficiente para alejar un poco ese miedo y tristeza que había en mi.

Ladeo la cabeza.

—Nunca me contaste que esa había sido la razón por la que mi tía se quedó contigo. —comento, tratando de recordar alguna parte de la historia en la que me confesara que esa fue la razón por la que se quedo Lousa con ella.

.—Porque no vi necesario sacar a relucir los miedos con los que me dejó tu padre... hasta ahora..

—Pero que tú te sintieras así es normal, mamá —murmuro—. Al final el que te dejó fue tú pareja, con quien estuviste bastante tiempo y creaste recuerdos. A mí, en cambio, me dejó un desconocido; alguien a quien no conocí y de quién no tengo recuerdos.

Suspiro y paso las manos por mi cara sintiéndome abrumada con esta situación

—¿Cómo alguien de quién ni siquiera tengo recuerdos puede atormentarme hasta el grado de relacionarlo con un miedo que, hasta hace poco, no sabía muy bien de que se trataba?

—No lo se —hace una mueca—. Me gustaría poder responderte pero no lo sé, hija.

Suspiro con frustración y mi mamá paso así mano por mi cabello.

—Estarás bien, Iris. Todo estará bien.

Asiento y buscando descansar de todas las emociones del día de hoy, recargo mi cabeza en su pecho.

Todo estará bien.

Volveré a estar bien.

¡Aquí el final!

Espero les haya gustado el capítulo y, aunque estuvo un poco corto, tómenlo como un pequeño descanso a su corazón, porque lo que se viene no esta nada bonito. 

Igual, con este capítulo empezaremos a conocer poco a poco toda la historia detrás de Paris y su mamá y los fantasmas que las atormentan:(.

Los quiere, Hanna.

ig:hannasvelez

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro