6 de Noviembre, 2038 | 20:21:02

Connor y mi padre se acercan a la cama donde se encuentra el cuerpo de un señor mientras que yo me agacho al lado del cuerpo del androide y la miro detenidamente; es bastante guapa, tiene el pelo y la han golpeado ya que de su nariz salía sangre.

El androide empieza a analizar al hombre para poder reconstruir la escena del crimen. Después de unos segundos se levanta y mi padre lo mira.

—No murió de un ataque al corazón, lo estrangularon. —dice el castaño.

—Si, he visto la marca en el cuello. Pero tampoco prueba nada. —dice mi padre. —Igual le iba la marcha.

Mientras yo sigo mirando a la pobre androide, siento que alguien se pone a mi lado: el castaño.

—Nos estamos perdiendo algo. —dice y después, con el dedo índice y corazón toma la sangre que tiene el androide y se la lleva a la boca. Yo sólo podía observarlo, me gustaba que hiciera eso.

—¿Qué? ¡Eh, eh, eh! Agh, Connor, eres de lo más asqueroso. —dice mi padre con cara de asco. —Voy a volver a vomitar.

El androide coloca su mano en el vientre de la peliazul, segundos después la coloca en la muñeca de ella.

—El único modo de acceder a su memoria es reactivándola. —dice Connor.

—¿Podrás hacerlo? —pregunto y el androide coloca la mano derecha en el vientre de la peliazul.

—Esta bastante dañada. —responde. —Si puedo, será sólo durante un minuto o tal vez menos. —al decir eso,  abre el vientre de la chica, se podía ver qué tenía un cable desconectado.

—Será suficiente. —digo.

El androide conecta el cable, la chica abre los ojos, al vernos se arrastra a la esquina.

—Hey... Cálmate. —digo mientras me acerco a ella. —No tienes de qué preocuparte. Ese hombre ya no te hará más daño.

—¿Está...? ¿Está muerto? —me pregunta la peliazul mientras me mira asustada. Solo asiento.

—¿Podrías decirme que ha pasado?

—Empezó a pegarme, una y otra vez.

—¿Tú lo mataste? —pregunta Connor.

—No, no fui yo. —responde ella, se podía notar que se estaba poniendo nerviosa.

—¿Qué más puedes recordar? Rápido, ¡no tenemos mucho tiempo!

—Yo... No... No... No lo sé... No me acuerdo. ¿Qué? ¿Cómo que no tenemos mucho tiempo? —pregunta confusa.

—Hubo otra androide, ¿verdad? —pregunto, la androide me mira y asiente.

—Él quería jugar con dos chicas.

—¿De qué modelo era la otra androide? —pregunta el castaño. ¿Era como tú?

Ella no responde, se quedó mirando al infinito. El tiempo se había acabado. Me levanto y me acerco a mi padre.

—Así que había otra androide... —dice el canoso. —Pasó hace más de una hora, ya estará muy lejos.

—No. Si hubiera salido vestida así habría llamado la atención.

—Connor tiene razón. —digo mirando a mi padre.

—¿Encontrarías a una divergente entre el resto de los androides del club? —le pregunta el canoso al androide.

—No es fácil detectar a los divergentes.

—Mierda, tiene que haber un modo. Quizá haya un testigo. Alguien que la viera salir de la habitación. —dice mi padre mientras camina hacia la puerta. —Le voy a hacer unas preguntas al gerente sobre lo que vio. Si se os ocurre algo, decídmelo. —un vez dice eso, sale de la habitación y nosotros hacemos lo mismo.

Hora de buscar a la divergente.

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Perdón por la tardanza ;;;^;;;