4
Al entrar a la casa, visualizamos de inmediato una muy bella y amueblada sala, nos quedamos paradas allí esperando a Robert a que entrara con las maletas, cuando el pasó y nos vio paradas, puso una expresión de confundido, luego sonrió.
—¿Qué pasa? ya son parte de nuestra familia, está es su casa — aclaró mientras entraba.
— Gracias, pero preferimos esperarte aquí, a que trajeras las maletas.
— Bueno ya las traje, ahora les voy a presentar a mis hijos — levanta la voz muy fuerte, se escucha en toda la casa — ¡ya llegué!
Nosotros nos sentamos esperar a que los chicos aparecieran, la verdad estaba nerviosa, mientras estábamos en los muebles observaba la casa de arriba abajo la verdad me encantaba la idea de qué iba a vivir ahí, los chicos por fin aparece uno por uno primera llega el segundo luego aparece el cuarto y más atrás vienen los 2 que faltan, al llegar a la sala Robert se levanta del sillón.
— Hola buenas tardes chicos, al fin ya estoy en casa — les da un abrazo a cada uno.
— Hola padre bienvenido — dicen todos con una sonrisa en sus rostros.
Los chicos nos estaban mirando, como muy sorprendidos de vernos o algo así.
— ¡Hijos que mal educado soy!, les presento a Tania y su hija Emma ya les había hablado sobre ellas — volteo a vernos — bueno chicas ellos son mis hijos.
— Hola buenas tardes — se acercó a nosotras de una forma gentil — yo soy Lucas el mayor de todos ellos un placer conocerlas — dándonos un apretónde manos.
— Hola, yo soy Hide el segundo hermano mayor —sonríe, estaba detrás de Lucas, lo veía un poco tímido — un gusto conocerlas — asienta con la cabeza.
— Hola chicos, igual un placer conocerlos a ambos —les sonrió y me dirijo a estrechar sus manos.
— Qué onda, yo soy Stefan el tercero pudiera decirse que estoy en el medio y el casi último, un gusto conocerlas — se acerca sonriendo, su mirada se podía reflejar su gentil y un poco forzada bienvenida.
— Y yo soy el último de todos ellos, pero dicen que lo bueno se hace esperar — sonríe, tratando de romper el hielo ya que había notado que estábamos nerviosas — por eso mis padres esperaron para tenerme — vuelve a ríe — ha por cierto soy Thomas
— Un placer conocerlos chicos, bueno como Robert ya les dijo me llamo Emma, pues soy la única hija de mi mama, así que no sé qué es lo que se siente ser la hermana mayor ni menor — les sonrió.
—Hola guapos, yo soy Tania, bueno soy la madre de esta hermosura — me rodea con el brazo, colocando su codo en mi hombro, sinceramente comienza a avergonzarme —esperó poder llevarnos muy bien.
— La verdad nuestro padre nos habló mucho de ustedes, así que estábamos ansiosos de conocerlas — dice Lucas.
—Si. Esperemos y se sientan cómodas — dice Stefan.
—Muchas gracias por la bienvenida mis niños — se acerca mi madre a ellos y les da un abrazo.
— Si, gracias—dije con una sonrisa un poco tímida.
— Bueno pueden subir a desempacar, mientras yo pido algo para cenar ¿les parece? — dice Robert tomando el teléfono.
— Está bien, entonces subiremos, nos vemos en un rato.
— Ha casi se me olvida, ¿Hide puedes mostrarle la habitación a Emma? y ¿Thomas le mostrarías donde queda la habitación a Tania?
— Claro con gusto — responden.
Mientras subía las escaleras pensaba en que chicos tan guapos eran todos ellos, y que diría maría si estuviera aquí, la verdad ya empezaba a extrañarlas, continué subiendo las escaleras estaba siguiendo a Hide emocionada y ansiosa por saber cómo sería mi habitación, cuando caminaba justo atrás de él noto que volteó su mirada hacia mí, yo desvió mi mirada al suelo y sonrió tratando de demostrarle que lo había visto.
— Oye, espero te sientas cómoda aquí — dice el volteando su cabeza e inclinándola un poco hacia mí.
— Si, gracias por su cordial bienvenida — me sonrojó y agradezco con una sonrisa por su amabilidad.
— ¿Si quieres te puedo ayudar a desempacar? — pasa una mano por su cabello y la otra coloca en el bolsillo de su pantalón.
— Gracias, pero creo poder hacerlo sola — le sonrió, tratando de no causarle molestia, volteo a mirar muy detalladamente su rostro, su piel era algo pálida pero le sentaba muy bien, sus ojos marrones eran muy tiernos. El trato de seguirme la mirada pero en cuanto me di cuenta de lo que hacía, mi mirada apenada volvió al suelo.
— ¿Segura? Esta es tu habitación — se detiene a mitad del pasillo, y abre la puerta de la habitación.
— Espero sea de tu agrado — entra a la cuarto — a por cierto, disculpa pero tuvimos el abuso de subir tus cosas antes de que llegaras — añade mirando las cajas que estaban sobre la cama.
— Tranquilo, muchas gracias por hacer eso por mí — contesto.
— Bueno si necesitas ayuda, no dudes en llamarme — cierra la puerta, puedo escuchar sus pasos cuando va por el pasillo, el sonido se aleja poco a poco.
Después que el sonido de las pisadas de sus piesdesaparecieran, desvió mi mirada para ver lo que sería mi nuevo cuarto, Erahermoso la verdad creo que he dicho mucho esa palabra hoy, el color de lasparedes era rosa claro y morado, estaba muy en amueblada, sin mencionar el grantamaño de mi armario.
Era más de lo que hubiese imaginado, murmure " puede que sea una buena aventura", comencé a desempacar toda mis cosas, no había terminado la primera caja cuando mi mama ya me estaba llamando pensé "Que querrá esta mujer". Y me dirigí a fuera de mi habitación, baje a la sala y mi madre no estaba, cuando me dirijo a la cocina a ver si está allí, justo venía saliendo uno de los chicos.
— ¿Querías algo? linda — me preguntó deteniéndose en frente de mí, se le veía muy ansioso como esperando escuchar mi respuesta.
— No, la verdad solo buscó a mi madre, por cierto tú eres Lucas ¿no?
— Está en su habitación sígueme — se ofrece a llevarme donde esta ella — y sí, soy Lucas —añadió sonriendo.
— Gracias, ya me había perdido — admito.
El me acompaño a la habitación donde se encontraba mi madre.
— Nos vemos en la tarde linda — se voltea y camina nuevamente hacia la cocina.
— Está bien.
Me dirijo a la puerta de la habitación y entro sin avisar, ahora que lo pienso creo que no debía pasar así, ya que mi mama ya no dormirá sola, enfoco mi mirada hacia la cama y encuentro a mi madre desempacando junto a Robert sus cosas.
— Buenas con permiso ¿madre me llamabas? — camino hacia ella, mientras observo su habitación, que a decir verdad, era más amplia que la que tenía, bueno solo vivíamos nosotras 2 así que no necesitábamos mucho espacio.
—Si hija pasa — ya estaba desempacando.
Me senté en la cama que por cierto era de agua, era muy genial sentía como que estaba flotando, cuando me lanzó en la cama para rebotar miro a mi madre.
—¿Dime mamá que quieres? — pregunte muy feliz.
— Bueno hija sólo quería darte esto, sé que te gustara — saca una caja de chocolates de una de sus maletas — y también te iba a decir si quieres esperar un poco y te ayudo a desempacar — con un tono de voz muy entusiasta.
—¡Chocolates! claro que me gusta — afirmo — Gracias mami claro te esperaré — me dirijo a darle un empalagoso abrazo — estoy un poco cansada — admito — así que una mano no me haría mal.
— Bueno si quieres le puedo decir a los chicos que te ayuden, así terminarás mucho más rápido ¿no crees? —dice Robert, tratando de que entre más en confianza con ellos.
— Muchas gracias, pero no quiero molestar — decline amablemente la ayuda.
— No es molestia — y sin yo pedírselo, de inmediato llamó a los chicos.
Yo estaba toda avergonzada, la verdad me daba mucha pena que esos chicos gastar su tiempo en venirme ayudar teniendo otras cosas que hacer.
—No es necesario de verdad yo puedo sola — afirmo parándome de la cama — gracias, ya me voy a mi cuarto a desempacar.
Cuando voy saliendo de la habitación un poco apresurada, me tropiezo con uno de los chicos, retrocedo para no golpearlo.
—Disculpa no te vi — me inclino un poco, y sigo caminando hacia mi habitación.
Él entra a dónde se encuentra mi madre con Robert yo trato de caminar lo más rápido posible, para no estar presente cuando ellos hablen con él así que entre a mi habitación y cerré la puerta, suspiró un poco, estaba aliviada de estar ya adentro, me dirigí a continuar en lo que me quedé, cuando de repente tocan la puerta, ya me imaginaba quienes eran, me levanto del suelo y voy hacia la puerta, la abro y eran los chicos, tal como creía.
—¿Dígame necesitan algo? — pregunte.
— Mi padre nos dijo que necesitabas ayuda para desempacar —se acercaron de forma servicial — ¿Nos dejas entrar? — me miran todos.
Tuve que dejarlos entrar, aunque tenía vergüenza, me daba pena decirles que no, por la forma que se acercaron a ofréceme ayuda.
— Claro, pasen muchas gracias de verdad — me trago la vergüenza y me aparto para dejarlos entrar.
Entraron a mi cuarto y empezaron a sacar todas las cosas que había en las cajas. Cada momento me preguntaba dónde va esto o donde colocó esto yo estaba feliz porque por un minuto pude saber que se sentía tener hermanos. Gracias a ellos terminé mucho más antes de lo esperado creo que terminamos alrededor de 3 horas, estaba súper agotada.
—Gracias, me ayudaron mucho — les sonrió en forma de agradecimiento, mientras cruzo un poco mis brazos, comencé a tener un poco de frio.
—Está bien, linda cuando quieras —dice Lucas, me guiña el ojo, mientras sonríe.
—No tienes por qué dar las gracias —dice Thomas sonríe, me mira de una forma tímida y tierna.
—Si, a partir de ahora eres parte de la familia, recuérdalo — Hide me lo recalca.
—¿Necesitas otra cosa en la que podamos ayudar? — pregunto Stefan.
—Gracias, por esa acogedora bienvenida — vuelvo a mencionar —no ya creo que me ayudaron lo suficiente — les doy un apretón de manos — ya pueden regresar a sus deberes.
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