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Salí de mi casa, en el camino me puse a pensar porque mi madre me haría esto, ya iba terminando de cursar este año, aquí están mis amigas, aunque sea hubiese esperado un poco más, ya no había nada que hacer los boletos estaban comprados y hasta me habían conseguido cupo en una institución.
Ya no quería pensar en eso, porque también tenía en mente el examen que tenía que presentar hoy, pero me ponía mal, porque se me había olvidado todo, así que simplemente me coloque mis audífonos y me puse a escuchar mi música favorita, el camino era largo, ya que decidí caminar en vez de agarrar el bus porque quería despejar mi mente, realmente lo necesitaba, me senté en unos bancos de la plaza coloque mis manos en la cabeza y dije:
— ¿Porque justamente ahora cuando se acerca la fiesta? cuando estoy muy cómoda con mis amigas, aunque que no lo estoy con los chicos de mi salón, no sé qué hacer, tendré que esperar a ver cómo es allá.
Diciendo eso me levanté y me fui hacia la preparatoria, ya iba un poco retrasada porque iba caminando, pero entre música y música y pensamientos de todo tipo, llegué a la preparatoria sin darme cuenta. Al entrar las chicas habían salido de salón pues sólo quedaron los que estaban presentando el examen, y ellas ya habían terminado, me fui corriendo a sentarme en un pupitre a comenzar mi examen me disculpé con el profesor y le dije:
— Buenas profesor disculpe la tardanza, se me presento un inconveniente — entro un poco agitada.
— Está bien siéntate — me entregó el examen.
Por suerte estaba fácil, pude recordar algunas cosas, sólo me faltan dos preguntas pero lo entregué así
—Gracias por entender, profesor.
Me retiré del salón, ya que ahí la puntualidad es muy esencial, si no llegas a tiempo no presentas exámenes o no dejen entrar al salón, específicamente como una escuela básica, cuando iba por los pasillos hacia mi casillero, me encontré con un amigo, él me había invitado a ir a la fiesta de preparatoria y me detuvo para preguntarme qué debería ponerse para la fiesta que fuera de mi agrado, yo con mucha pena le respondí:
— Lo siento, la verdad no podré ir a la fiesta ya que me mudare antes de que termine el curso, la verdad este es mi último día aquí, otra vez Lo siento — lo dije sin poder mirarlo a la cara.
— ¿Cómo que te mudas? no puedes irte así ¿Qué pasará con las clases, los exámenes?¿Te vas a ir así nada más?
— Pues sí, la decisión no la tomé yo, sino mi madre, lo siento — bajo mi cabeza y veo la punta de mis zapatos.
— Ya deja de disculparte tanto, entiendo — con un tono muy molesto, se retiró sin más que decir.
Me dolió un poco, porque se lo había prometido, pero era como yo le dije, la decisión no la tomé yo sino mi madre, y si está feliz por irse a Inglaterra aunque a mí me duela, yo estaré feliz por ella, seguí caminando hacia mi casillero de forma lenta y deprimida, muchas personas pasaban por alrededor mío, hablando de la fiesta, ya no quería escuchar más sobre el tema, buscare los libros que necesito, después de sacar todos mis libros me iría a buscar a las chicas que estaban en el comedor, camine con el peso de los libros, la verdad no me importaba quería verlas, cuando llegué allá, ellas me abrazaron con lágrimas en los ojos, eso que aún no les había dicho la noticia.
—Chicas tengo que decirle algo muy importante — lo dije con la voz muy apagada y todavía abrazada a ellas.
—¿Dinos amiga qué pasa? — dijo lucia, apartándose y mirándome fijamente a los ojos.
—Me mudare mañana, los boletos ya los han comprado — bajo la mirada y dejo salir una lagrima.
—¿Qué? ¿No era dentro de un mes? — dijo María con cara de sorprendida.
— No amiga no te vayas tan rápido, por favor —dijo Rebeca con lágrimas en los ojos.
— Lo siento chicas ya no puedo hacer nada, tendré que irme mañana temprano ¿me prometen que estarán en el aeropuerto temprano para despedirnos? — las miro tratando de sonreír, pero por dentro quería poder llorar.
— Sí amiga, por supuesto nunca faltaríamos — lo dijeron todas aun con los ojos llorosos y volviéndome abrazar.
Mientras estábamos conversando se nos pasó la hora, y no nos dimos cuenta de que ya era tarde para entrar a la clase de química, así que fuimos corriendo al salón cuando entramos por suerte, la profesora todavía no había llegado. Así que fuimos a sentarnos juntas por última vez en el salón, el amigo con quien había hablado en el pasillo estaba en esa clase y me miraba con desprecio, mis amigas notaron eso y me preguntaron:
— ¿Qué paso con Mateo porque te mira así?— Dice lucia, mientras las chicas voltean a verlo disimuladamente.
— Se molestó, porque le dije que no iría a la fiesta, le explique por qué razón no podía ir y dije que lo sentía muchas veces, pero no le importo, simplemente se marchó con un "entiendo" muy frio — voltee a mirarlo, pero él estaba embobado viendo hacia a la ventana.
—Lo que pasa es que seguro no podrá superar que te vayas — dice María en forma de juego tratando de aligerar la atmosfera.
— Puede que te dé con el lápiz en la cabeza maría si sigue con esas cosas — le sonreí, ya que ella solo trataba de subirme el ánimo.
En ese instante llego la profesora y nos dio una las lista de nombres óxidos, cobre, y esas cosas yo casi me duermo pero no lo hice ya que este era mi último día y no quería dejar un mal recuerdo de mi a la profesora. Dicto y explico su clase, detenidamente durante treinta largos minutos cuando por fin termino la hora, ella se retiró y más atrás nosotras yo me despedí de las chicas al salir de la preparatoria ya que tenía que ir a empacar mis cosas les grite cuando iba un poco lejos:
— Recuerden ir mañana temprano — camino agitando mi mano.
Me fui a la parada a tomar un bus que no quedaba tan lejos de la preparatoria, estaba a dos cuadras, ya que no pensaba caminar más, estaba súper agotada. Por suerte cuando llegue encontré un bus que iba saliendo, le hice señas para que se detuviera, agite mis manos y apresure el paso, el conductor abrió la puerta.
— Buenas tardes jovencita — sonríe sosteniendo el volante.
— Buenas tardes señor — respondo — gracias por detenerse.
Subo las escaleras del bus, y fui directo a los último asientos, ya que por lo general siempre estaban libres, me siente al lado de la ventana, me coloque mis audífonos y me puse de nuevo a pensar en las cosas. Como cambiarían estando allá, ya no viviríamos solo mi mama y yo, sino que también viviría con Robert y sus hijos, por ciertos hijos que
no conozco ni nunca he visto. Cuando me di cuenta por donde iba, ya estaba a solo una cuadra de mi casa, llegue más rápido de lo que esperaba, me baje del bus agradeciéndole de nuevo al conductor, mientras caminaba saque las llaves del bolso, me dirigí a la entrada, abrí la puerta y entre a la casa, que por cierto ya casi estaba completamente vacía, cuando entre a la cocina deje mi bolso en la mesa y me senté a comerme unas galletas, en eso entra mi mama y me dice:
—Llegas temprano a casa — acercándose para darme un beso en la frente.
— Sí, salí temprano hoy — no le mire la cara.
—Hija sé que esto es muy repentino, pero cree que harás nuevos amigos allá —me abrazo, poniendo una sonrisa en su rostro.
—Si mama, puede que tengas razón — me da otro beso en la frente y me retiro a mi habitación.
Entro, veo todo de arriba abajo y lágrimas comienzan a salir sin ninguna duda extrañare este lugar, tomo una caja y comienzo a empacar. Mientras empaco me encuentro fotos, regalos y cosas que creía perdidas, me sacan aún más lágrimas, las tomo y las presiono contra mi pecho, las guardo y desguindo cuadros peluche, y los coloco en su respectiva caja, abro mi armario, saca toda mi ropa y algunas prendas las acomodo y las guardo, cuando veo el reloj eran las 11:00 pm ya era muy tarde al guardar la última cosa, me levanto, vuelvo a ver el cuarto de arriba abajo, y repito en mi cabeza una vez más "si de verdad Extrañaré este lugar" , apague las luces y me acosté en mi cama, mi madre me vino a llamar para cenar pero no tenía hambre. Así que lo único que podía hacer ahora era escuchar música y entre música y música caí en un profundo sueño, Hasta que siento a alguien que me acaricia la espalda. Cuando levanto la mirada era mi madre, lucia muy hermosa, estaba con una sonrisa contagiosa y animada, acaricia mi cabello.
—Ya levántate cariño, no queremos llegar tarde al aeropuerto — abre las cortinas de mi ventana dejando entrar toda la luz del sol a mi cuarto.
—Si madre ya me levanto y buenos días — le Sonreí, arrugando un poco los ojos por la luz.
—Buenos días princesa, te estaremos esperando abajo — se levanta de mi cama haciendo un gesto gentil y sale de mi habitación.
No puede ser me he quedado profundamente dormida, no he escuchado la alarma, ya mis cosas se las habían llevado y ni siquiera sentí cuando mi madre las saco "Hoy es el día, hoy me mudo, mi estilo de vida cambiará, y me separaré de mis amigas" pensé un poco desalentada.
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