La fiesta era demasiado buena y la estábamos pasando muy bien, pero la lluvia empezó a caer a fuera y decidimos que era momento de irnos de ahí. No queríamos ir a mi casa o a la de él, queríamos estar en un lugar solo los dos.

Subimos a la camioneta y llevábamos la comida que había pedido mi hermano. Antony no puso objeción cuando pedí una hamburguesa para llevar, incluso, pidió más.

-¿A que hora voy a regresar a mi casa?- pregunté

-Yo creo que mañana en la mañana- respondió. 

Tome mi teléfono y le avisé a mi hermano:

Regresare mañana temprano. Te quiero mucho.

Por cierto, llevó lo que pediste :)

Envié el mensaje y le subí el volumen a la radio, porque esto estaba muy aburrido. Sonaba la canción de Selena Gómez ¨It ain't me¨ . Yo realmente amaba esa canción.

Antony comenzó a tararearla y eso me sorprendió bastante, pues no creía que ese tipo de canciones le gustaran.

-¿Te gusta Selena Gómez?- pregunté sonriendo.

-Tal vez- respondió divertido.

Seguimos concentrados en el camino, que era por una pequeña carretera por donde solo había arboles y rocas gigantes.

Finalmente llegamos a una casa de un piso, era pequeña con un gran jardín. Era muy bonita, y la lluvia le daba ese efecto dramático.

-No traigo sombrilla para bajarnos- me dijo Antony en cuanto estacionó el coche -Tal vez deberíamos esperar a que pase la lluvia-

-No te preocupes, tengo una idea- Bajé y abrí su puerta. El me miro divertido con una sonrisa.

-¿Que?- pregunté al ver que no se movía, solo sonreía, la sonrisa que me enamoraba.

-¿Me vas a hacer bajarme en la lluvia y morir de algo?-

-Solo vamos- le tomé la mano y lo jalé hacia afuera.

Empezamos a caminar y lo llevé al centro del jardín. La lluvia realmente era muy fuerte, parecía un diluvio.

Lo acerqué a mi cuerpo y lo besé. Un beso lento pero con todo el amor que sentía por él. Me tomó de la cintura y me pegó mas a él, lo tomé del cuello. Amaba sus besos, sus caricias y todo lo demás de el: su físico, su lado romántico, todo. El era perfecto.

El beso se detuvo cuando nos falto el aire. Nuestras miradas coincidieron y nos miramos directamente a los ojos. Apretó su agarré en mi cintura y me levantó para dar vueltas. Nuestras risas se escuchaban como una melodía y hacían un compás asombroso. Me bajó al piso y el beso volvió.

El tomó aire, como si quisiera decir algo, pero no podía. Abrió muchas veces la boca, hasta que se armó de valor.

-Paola, yo...- suspiró- Te amo-

Sus palabras me dejaron sorprendida, era la primera vez que alguno de los 2 lo decía, y me había sorprendido que el lo dijera primera.

-No tienes que decir lo mismo- dijo al ver mi cara.

-Yo también te amo Antony- le respondí, y lo besé. Subí mis piernas a su cintura y así entramos a la casa. Nos costó un poco, pues no veíamos hacia donde ibamos.

-Vamos a mojar todo- dije susurrando sobre sus labios

-Me vale una mierda lo que se moje o no- me respondió y volvió a tomar mis labios salvajemente.

Comenzó a caminar hacia una habitación de la casa. Me dejo sobre la cama y se coloco encima mío evitando que su peso cayera en mi. Empezó a besar mis labios y bajo a mi cuello, y me dio de esos besos que te matan de pasión.

Y poco a poco la ropa fue desapareciendo, haciendo que hiciera mas calor en esa habitación.

Hoy había quedado claro que Antony me amaba y yo a él. Pero sabia que este amor traería algunos problemas y alguna que otra lagrima...