Si quería salir, debía pedir permiso a Antony, osea un favor. 

Miré a Antony, quien aún leía el periódico.

-Disculpa, te puedo pedir una cosa- dije con voz tranquila y suave.

Dejó de mirar el periódico y me vio a mi. 

-Depende, espero y sea bueno- dijo con cara neutral mirándome a los ojos.

-¿Podría salir a ver tu jardín? Lo mejor seria adaptarme, ya que comprendí que de verdad pasaré un buen tiempo aquí- dije. Esperaba que se creyera la mentira, aunque para ser sinceras, ni yo me lo creía.

También esperaba que dijera que si.

-¿Quieres salir?- dijo con las cejas arriba, yo asentí. -Esta bien, pero no puedes salir sola y yo tengo cosas que hacer, así que tendrás que salir con Luis, mi guardaespaldas-

-Luis estaría bien- dije sonriente. Acababa de conseguir salir.

Caminé o mas bien corrí a mi habitación y me coloqué algo cómodo.

Me seguía asustando el hecho de que él supiera mi talla de ropa y zapatos.

Baje las escaleras y ahí en la sala estaba la rubia esa "Karla". Al parecer no había ido muy lejos y esto sería divertido.

-Miren a quien me encontré aquí sentada- dije maliciosamente.

Ella volteó y me miro con ojos furiosos.

-No pensé que bajarías después de la pelea de ayer- otra vez dije yo.

No puedes mantener la boca callada Miller.

-Mírame aquí estoy. Además,entendí que Antony siempre me defenderá ante gatas como tu, ¿Crees que eres algo para el? Yo se que eres una zorra mas- dijo ella con orgullo y mirándome de pies a cabeza con algo de asco -No pasará mucho tiempo para que te vayas de aquí como perro abandonado-

Eso esperaba.

-Al menos a mi me presta más atención que a ti. Si crees que yo no le importo, imagina lo que le importas tú- conteste yo igual de orgullosa.

Ella se puso de pie y quedó frente a frente.

-Además no creo que tu querido novio, quiera que te vuelva a partir la cara- añadí

-Que bueno que entiendas que es mío. Y para tu información, deseo pasar el día con el padre de mi hijo- su voz chillona me irrita.

-¿Sabes que no te ama? Verdad- dije altanera y orgullosa. No me puedo callar, tengo que ganarle a esta maldita.

Antes de poderle decir otra cosa me dio una cachetada. La mire con furia y tenia ganas inmensas de matarla a golpes, pero sabía si lo hacía, me echaría más problemas al hombro.

-Nada mas no te he matado por ese bastardo que llevas adentro- dije muy molesta. Tal vez no medí mis palabras, porque después me arrepentí de lo que había dicho.

-¿Como llamaste a mi hijo?-  preguntó molesta. Su cara se había puesto roja del enojo y no me importaba. 

Maldito Luis que no aparece.

-Como escuchaste- dije sin mostrar rastro de arrepentimiento, aunque en fondo si lo sentía. Sabia que ese niño no tenia la culpa de tener a los padres que tenía.

-Ahora si te mato zorra- se me lanzo y me jaló del cabello, ninguna de las dos calló, pero Antony y Luis llegaron antes de que alguien lo hiciera. Intenté no dar ningún golpe o lastimarla, porque por mas que la odiara, no soportaría que le pasara algo a su bebé por mi culpa.

¡Perfecto!

Antony la tomó de la cintura y la jaló hacia atrás. A mi me tomo Luis y me jalo hacia atrás.

-Las dos sentadas ahora- dijo Antony molesto.

-¿Por que debería obedecerte?- pregunte con la cabeza en alto y todavía alterada.

-Solo siéntate y cállate- me respondió de gana y antes de poder decir algo, Luis me hizo la seña de que me callara.

Karla y yo lo obedecimos y tomamos asiento. 

¡Genial! Tenia otro problema con ese idiota...