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Capítulo 8

Momentos antes de que Katsuki llegara.

Midoriya logró esquivar una aguja gracias a su sensor de peligro, pero sabe que si sigue ahí no contará con la misma suerte esta vez. De nuevo es atacado por un grupo de asesinos enviados por quien sabe quién, y al parecer estos son diferentes ya que sus habilidades son muy distintas a las de antes. El asesino de las agujas vuelve a enviar, en esta ocasión, un juego de agujas las cuales evita con sus ataques aéreos y luego esparce un poco de la cortina de humo para salir de ahí usando el don de flotar.

Tantos ataques por parte de estas personas hicieron que se acostumbrara a pelear entre los árboles, pero no podía confiarse solo en sus habilidades. Justo cuando el látigo negro estaba por engancharse de una rama, un don parecido interrumpió su ruta, obligando al pecoso a caer, y en el suelo lo esperaba otro asesino que se impulsó hacia él. Maldita sea, esta vez venían bien preparados para el combate. Antes de seguir cayendo se impulsa con una onda de aire que expulsa con sus dedos, haciendo que algunos árboles caigan por la presión. Aprovechó que todos estaban en el suelo para alejarse con su Fa–jin lo más posible de la cabaña, pero cuando estaba por patear el aire, sintió como el peso de la gravedad lo hizo caer de nuevo. Esta vez definitivamente no entendía lo que había pasado hasta que sintió un dolor punzante que entumece su pierna. Una de las agujas le había logrado dar.

No entiende cómo llegó ahí, pero no era momento de pensar. Vuelve a activar su don viendo que aún sigue funcionando y vuelve a huir con los dones de flote, látigo negro y sensor de peligro. Esta vez siente el mismo dolor punzante, pero en su hombro y luego un repentino golpe de algo muy pesado y duro. Esto hizo que cayera aturdido en el suelo. Escupe un poco de sangre mientras se levanta. Toma su hombro, sintiendo otra aguja, lo cual no comprende. ¿Cómo llegó ahí? Y ¿por qué el sensor de peligro no le avisó de los últimos ataques?

Mientras piensa en ello los asesinos lo rodean y ahí logra ver algunos de los dones de los tipos. Uno tiene un gran pedazo de tierra en la mano y detrás de él hay una gran pared que rápidamente elevó. Otro tensa sus manos para hacer que agujas bañadas en un líquido morado salgan de sus manos y el último que fue el que atrapó su látigo parece tener un don que le permite convertir sus dedos en cintas. Detrás de ellos tres había otros dos que aún no habían utilizado sus dones, o eso pensaba.

—Así que es verdad que tienes muchos dones, con razón los otros no habían sido capaces de atraparte —mientras hablan, siente como su brazo y su pierna se entumecen cada vez más. Debe buscar una forma de salir de esta situación rápido —Parece que esta vez mandaron a sujetos más hábiles para atraparme —les escupe mientras camina hacia atrás —¿Esas agujas son antiquirk, o me equivoco? —necesita hacer tiempo mientras busca una manera de irse ya que acaba de notar que su flotar tampoco funciona.

Los asesinos saben cuál es su plan: hacerlos hablar para buscar una manera de escapar. Pero como al cabecilla del grupo es uno de los que les gusta jugar con su presa antes de devorarla, decide responderle —Son un veneno que interrumpe temporalmente el uso del quirk así como la movilidad en las zonas afectadas —se encamina un poco más adelante del grupo mientras ve cómo el joven pecoso se hace una vez más para atrás —Pero como tienes tantos dones va restringiendo cada uno poco a poco mientras pierdes la conciencia —cuando dice lo último se acerca amenazante y con una velocidad inhumana al joven Midoriya quien al notar el primer paso se hace para atrás recibiendo el ataque del asesino pero evitando una herida mortal.

Aquel corte en su estómago lo hizo poner una rodilla en el suelo, mientras ve cómo aquella persona se mofa y lame la sangre que cayó en su mano y en la daga.

Maldice haberse confiado tanto en sus dones sabiendo que esos asesinos son diferentes al resto. —Lo siento, pero no soy una presa fácil —. En un intento desesperado por soltarse decide dejar escapar una bocanada de la cortina de humo y comienza a correr con el OFA activado al 20% después de que el veneno también afectara el porcentaje de uso.

Aquel sicario comienza a reír mientras lo sigue con el resto de su equipo, y cuando parecía haber alcanzado una distancia considerable entre ellos sintió un dolor que alcanzó cada rincón de su cuerpo. Con un grito lleno de dolor cae al suelo, fue atacado con un don de electricidad que lo hizo caer. Aún adolorido y casi inconsciente se pregunta por qué no usaron antes ese don. Su pregunta sería respondida en los siguientes segundos.

—Primero haz que esté alerta —dice el tipo mientras se acerca a un Izuku que se empieza a levantar, pero es rápidamente sometido por su pie —cuando active al menos tres dones haz un ataque que no lo deje detectar la primera aguja —levanta el pie y cuando intenta levantarse vuelve a patearlo al suelo —cuando pierda el don para escapar del peligro se sentirá acorralado, evita que use el látigo negro y haz que la segunda aguja lo golpee cuando está flotando —esta vez la patada fue a su cabeza, haciendo que su cara se entierre en la tierra.

—Cuando busque escapar intentará usar un humo morado, deja que gane ventaja y usa la electricidad para hacerlo caer —su emoción crecía con cada palabra que decía, complacido de que el plan que le facilitaron fuera tal y como estaba planeado —El inepto de Izuku Midoriya va a buscar pelear lo menor posible porque puede volar todo el bosque, en serio, ¡eres tan predecible hombre! —Ríe mientras vuelve a darle patadas en la espalda al pecoso, escuchándose como crujieron dos huesos, probablemente las costillas.

—Me permitieron torturarte un poco, después de todo a mi jefe no le importa tenerte con vida —sus risas podían oírse a lo largo del basto bosque. Luego lo dejó y se alejó mientras se calla, admira la gran obra que hizo durante unos segundos que para Midoriya fueron horas. —Pero lo mejor será dejarte ahí, tirado. Quiero saber si puedes sobrevivir a esto o morirás impotente —eso fue lo último que dijo antes de que unas vistosas explosiones amenazaran la vida del grupo de los asesinos. Antes de perder la conciencia, alcanzó a decir un "Kacchan" apenas audible.

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