Capítulo 14
El cenizo es despertado por los rayos amenazantes del sol, parpadea un par de veces e intenta recordar lo que pasó el día anterior, lo que no tardó mucho ya que sintió una suave presión en su pecho, era el brazo y la cabeza de su lindo Izuku, que parece que se movió en la noche al sentir su compañía. Inspecciona la habitación notando que los pequeños ya no estaban, de seguro la cara redonda se los había llevado a desayunar.
Tener de nuevo a su prometido de esta manera le hace sonreír como tonto lo cual no duró mucho al notar que está incómodo, de seguro hasta adolorido por la posición, con gran tristeza lo separó y lo acomodó correctamente.
Antes de abandonar la cama se queda unos minutos contemplándolo, ahora que descansó toda la tarde y la noche las ojeras habían desaparecido casi en su totalidad, y las marcas rojas estaban por desparecer, tiene el presentimiento de que esas van a volver cuando despierte.
– Así que el bello durmiente por fin despierta – una voz le habla desde el marco de la puerta, no le da ninguna respuesta – El mocoso no irá a ninguna parte, ven a desayunar – quería ignorarlo y seguir del modo en el que estaba, pero el ex militar no le importó y lo cargó con mucha facilidad.
Quiso explotarle la cara, pero eso podría dañar la casa y a su Izuku, así que solo pataleó y golpeó con sus puños la espalda de su hermano quién solo sentía leves cosquillas.
-Buenos… ¿días? – Uraraka está sorprendida de ver que alguien que no fuera Izuku pudiera someter a la fuerza al rey explosivo del mar, quien es depositado con poco cuidado en una de las sillas. Un quejido y una carcajada acompañada con otro juego de risas llenan comedor durante unos segundos. Bakugo, quién no parece tener muy buen humor por haber sido separado de su peliverde les lanza miradas amenazantes a su hermano y a los otros dos amigos de su Deku, aún no tiene la confianza suficiente para lanzarle la misma mirada a Yoichi y los pequeños no tienen la culpa de lo idiotas que son sus tíos.
Hablando de estos últimos, habían estado nerviosos con la presencia de Bakugo, ahora que le prestan atención se dieron cuenta que era igual a la pintura que tiene su madre en su estudio, cuando ellos preguntaban por su padre, el peliverde siempre les mostraba el retrato y les contaba lo genial que es y lo imponente que se ve cuando maneja el Esmeralda, así que no sabían cómo hablar con el que creen, es su padre, eso hasta que vieron como el tío Leader lo trajo de manera tan graciosa, liberándolos de esa tensión que minutos antes había sido percibida por los demás.
-Muy bien, comamos – dice Uraraka sirviendo panqueques para desayunar. El quisquilloso de Bakugo se quedó mirándolos por un momento, luego probó un bocado y dijo con plena seguridad que él podría haberlos hecho mejor. Es entonces cuando comenzó una discusión entre ellos de quien cocinaba mejor, los que estaban presenciando la discusión esperaron pacientes a que terminaran hasta soltaron algunas risas por lo patético que resulta verlos, eso hasta que, cuando parecían estar a punto de levantarse para salir a pelear, Leader decidió dar una sugerencia.
- ¿Por qué no haces el almuerzo entonces Katsuki? – el nombrado no tuvo problema en aceptar sin conocer sus razones ocultas de su aprovechado hermano, las cuales no tarda en conocer.
- ¡Maldita sea! – el grito proviene de la cocina, y del otro lado de la casa se escuchan risas burlescas provenientes de Leader. – El desgraciado sabía que no hay nada comestible en esta cocina, ¡ja! Como si eso fuera a detenerme – y es así como, en cuestión de dos horas, el cenizo fue a conseguir ingredientes para la cena al pueblo y lo que no consiguió ahí lo buscó en el bosque.
Faltando algunos minutos para el medio día la casa se inunda con un delicioso aroma a cerdo rebosado. - ¡Katsudon! - Gritan al unísono los mellizos siendo los primeros en llegar, contemplando al cenizo que está poniendo la mesa y los invita a sentarse para que comiencen a comer.
– ¡Extras, vengan a comer o mueran! – los demás se asustan al escuchar lo último, pero también se alegran de notar que está más animado que ayer.
Entre regaños y gritos por parte del cocinero, quejas por parte de Shoto porque quería comer soba y risas de parte del resto pasan el almuerzo. Yoichi piensa que sería bonito que el pequeño Izuku formara parte de la reunión, sintiéndose decaído hasta que siente como una mano se posa encima de la suya, era su esposo quien le da confort para que no se deprima.
Cuando todos terminaron la Uraraka y Shoto se quedaron a recoger la mesa, mientras el Katsuki fue a la habitación de Izuku con una ración de su comida favorita. Los pequeños están inquietos, quieren seguirlo, pero no saben si es conveniente.
– Vayan con él – Leader les da un leve empujón para que vayan.
- Te traje el almuerzo Deku, es tu favorito – deja la bandeja a un lado de la cama y toma asiento en una silla cercana. Un par de personitas se asoman por la puerta, viendo en silencio a la pareja, cuando escucharon un “pasen” sintieron que podían entrar con más confianza. Los niños se suben a la cama y se quedan en silencio, ninguno de los tres sabe cómo iniciar hasta que el niño toma valor.
– ¿Es cierto que eres nuestro papá? – el muchacho al escuchar aquello deja escapar una sonrisa ladina en la que se puede ver un colmillo.
– Sí, yo soy su padre – no tenía dudas, ese sentimiento es ahora más claro con cada segundo que pasa al lado de ellos, ese amor incondicional que se arraiga en los corazones de los padres cuando conocen a sus bebés, solo que no tuvo la suerte de estar ahí cuando nacieron.
– ¿Entonces es cierto que no estabas aquí porque andabas viajando por el mar? – es ahora la niña la que se atreve a preguntar, – Eso también es cierto, perdón por dejarlos solos tanto tiempo – los pequeños desconfían un poco en su disculpa así que esperan a que diga algo más.
– No tengo excusas por haberme asentado tanto tiempo, pero les prometo que a partir de ahora me quedaré con ustedes y con Izuku – la pequeña parece comenzar a ceder a su disculpa y el niño también quiere hacerlo.
– Mamá dijo que por tu trabajo tienes que irte siempre así que mientes – en esta ocasión es el pequeño quien habla, Katsuki se sorprende un poco por la acusación, pero tampoco es mentira lo que dijo.
– Tienes razón, mi trabajo me obliga a irme mucho tiempo, pero ¿qué tal si los llevo a todos en mi siguiente viaje? – los niños se emocionan al pensar en ir al mar.
– ¿Iremos en el Esmeralda? – Katsuki afirma con su cabeza orgulloso, haciendo que los niños por fin quieran acercarse a su padre – ¿puedes contarnos más? – el oji rubí asiente gustoso en narrarle a sus retoños acerca de su trabajo, pero antes de eso quiere conocerlos un poco más.
– Pero primero deberían presentarse adecuadamente – ante esto la niña se apena por no haberlo hecho antes, su madre seguro los regañaría por ser tan maleducados.
– Mi nombre es Ryuki, y el de mi hermano es Mikumo –
-Sus nombres son hermosos – les da un suave jalón en las mejillas – ustedes son hermosos, igual que Izuku – estos lo abrazan al oír lo que dijo de su madre, y luego de ese cariño que se dieron los tres, el cenizo los premió con lo que querían saber.
Está feliz de saber que su Izuku les ha hablado mucho de él, lo que hace más fácil hablar con los pequeños quienes están ahora sentados en su regazo, y así pasan la tarde juntos, escuchando las grandiosas travesías las cuales esta vez son contadas de la mano de quien las ha vivido, del grandioso rey explosivo del mar.
Al mismo tiempo, en otro sector de la casa se encontraba el mismo grupo de ayer, liderado por Yagi quien es el más viejo.
- ¿Alguno descubrió algo en el camino? – inicia la reunión, Tamaki quien está al lado de Mirio busca entre sus pertenencias una bolsa que deja en medio de la mesa, en ella estaban las agujas con las que atacaron al peliverde, dos de ellas están bañadas en sangre.
– Esto parece ser lo que utilizaron para inhabilitar a Midoriya, estaban regados por todo el camino hacia el río – la actitud tímida del de cabellos oscuros desaparece en el momento que empieza a dar su informe.
Ahora la que continua es Nejire, quien deja un documento también en la mesa para que los demás lo revisen, - La señora Recovery me dio esto, es un resumen de los daños que sufrió Midoriya, dijo que tal vez podríamos descubrir más información de los atacantes – Leader no duda en tomar el folio para estudiarlo, decide separarse del equipo para que continúen hablando.
– Aún no entiendo lo que pretender lograr con esto, ¿por qué no dejan en paz a Midoriya? – Mirio muestra su disgusto levantando la voz, siendo el tacto de la mano de Tamaki sobre la suya lo que hace que se relaje un poco.
- No importa la razón que sea, mataré a todas esas mierdas que se atrevieron a tocarlo – todos voltean hacia donde viene la voz, que no podía ser de otro que no fuera Katsuki – Lo siento, comenzamos la reunión sin ti – Shoto rompe el corto silencio que hubo mientras observa la bolsa con las agujas, el líquido morado que se revolvió con la sangre de Izuku le parecía extraña, era mucha cantidad para haber sido bañadas en ese veneno y ya.
– Parecen ser huecas, como agujas de inyección, pero son muy finas para haberlas rellenado una por una – con eso el más viejo de la sala solo asiente y dirige su mirada a un tipo de cabellos negros, que se mantuvo lejos del grupo hasta ahora, pero que escucha toda la conversación.
- Buscaremos archivos y registros de personas con ese tipo de don – es lo único que sale de su boca, recibe un “Gracias Aizawa” del señor Yagi.
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