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Capitulo 8

En ese momento estaban frente a la máquina, Lauren ya estaba acostada, pero lloraba fuerte, por miedo a estar sola.

- Laur, no puedo entrar contigo, pero estaré aquí afuera observándote. - dijo Camila, viendo a Lauren negar con la cabeza.

- Dijiste que no te irías de mi lado. - dijo la niña llorando y Camila suspiró. -- Por favor...

- Mira… - dijo Camila, colocando su mano sobre el rostro de Lauren y limpiando suavemente las lágrimas del área. - No me iré de aquí. ¿Qué tal si jugamos algo realmente genial? - sollozó Lauren, dejando de llorar para prestar más atención a Camila.

-- ¿De que? - preguntó aún dejando escapar sollozos involuntarios.

- Imaginemos que esta es tu nave espacial. - dijo Camila. - Necesitas estar ahí pero estar callada mientras cuento una historia. ¿Si? - pensó Lauren por un rato y luego asintió y Camila sonrió, inclinándose y dejando un beso en el rostro de la chica. - Por eso me gustas, porque sabes comportarte. Lauren sonrió tímidamente y luego Camila miró al doctor, asintiendo con la cabeza en confirmación.

Al momento siguiente, la máquina llevó a Lauren adentro y Camila respiró hondo.

- ¿Camz? Hay una luz en mi cara. - dijo Lauren preocupada, pero se sentó aliviada cuando escuchó la risa de Camila.

- Ésta es la luz de tu nave. - Lauren escuchó decir a Camila y sonrió emocionada. - Laur… - dijo Camila mirando al doctor. - El médico me pidió que le dijera de qué no dejabamos de hablar en la habitación.

- Camz ... ¡No! El tono de voz estaba preocupado y el médico asintió. - Por favor, no se lo digas. Es un secreto.

-- Esta bien princesa. Cálmate, ¿cómo estás? - dijo Camila en cuanto el doctor dio la señal. - ¿Puedes quedarte calladita un segundo para que pueda tomar una foto de tu cerebro?

- ¿Y la historia? - Camila sonrió e ignoró el hecho de que el doctor la estaba escuchando.

- Érase una vez, una chica que no vivía en nuestra galaxia. Su nombre era Lauren ...

-- ¿Igual a mí?

- Sí, mi ángel, pero necesito que te quedes sin hablar. ¿Puedes oírme? - preguntó dulcemente en su voz, viendo al doctor asentir en positivo.

"Sí," dijo Lauren y luego Camila continuó.

- Caminaba en su nave a través del espacio en su misión, pero entonces una estrella gigante, llamada Betelgeuse, obstaculizó su camino, arrojándola a un planeta muy lejos del suyo. Allí conoció a amigos y a una chica muy dispuesta a ayudarla ...

Lauren escuchó toda la historia con atención y ni siquiera se dio cuenta de que su cuerpo ya estaba frente al de Camila de nuevo.

- Dije que no dolería, ¿ves? - dijo Camila, viendo a Lauren asentir y estirar los brazos para un abrazo. Camila se inclinó sobre ella, sin poner demasiada fuerza en su cuerpo, sintió los pálidos brazos alrededor de su cuello.

- Camz, ¿y al final Lauren se queda con Camila? - se rió Camila, dándose cuenta de lo ingenua que era Lauren.

- Sí, Laur. Permanecieron juntos. - Dijo, alejándose del abrazo.

- ¿Aunque Lauren sea de otro planeta y diferente? - Preguntó al ver que la enfermera la levantaba y la colocaba en la silla de ruedas, ya que aún necesitaba fisioterapia para poder caminar sin problemas. Sus brazos también estaban débiles, pero eran mucho más fuertes que sus piernas.

- Sí. Aunque Lauren es de otro planeta. - Dijo cuando empezó a empujar la silla por los pasillos del hospital, llevando a Lauren de regreso a su habitación. - Camila estaba demasiado concentrada en su trabajo, en las estrellas, en su equipo… - dijo Camila, teniendo a Lauren totalmente sintonizada con sus palabras. - Creo que precisamente porque Lauren es diferente eso le llamó la atención. No era cualquiera quien la hiciera interesar de esa manera.

- Lauren debió estar muy feliz de que Camila quisiera cuidar de ella para siempre. - dijo Lauren y Camila sonrió.

- Y Camila debió estar muy feliz de que Lauren se quedara con ella. - Dijo, al ver que Lauren volvía el cuerpo y lo miraba fijamente.

- ¿Te vas? - Camila frunció el ceño.

-- ¿Cómo?

"¿Vas a dejar mi vida o vas a hacer lo mismo que Lauren y te quedarás?" - Camila detuvo la silla y se acercó a Lauren, arrodillándose frente a ella.

- Haré lo mismo que Lauren y me quedaré. - dijo, sosteniendo las manos de la niña. - Porque como Camila en esta historia, también tengo que cuidar a mi Lauren. - Camila no pudo explicar la intensidad de la sonrisa que desgarró el rostro de Lauren.

La menor suspiro bobamente y se recordó a si mentalmente que Lauren era apenas una niña en un cuerpo de adulto, no tedrian una história de amor igual a los cuentos, mas su deceo de cuidar de Lauren no se iría, por al contrário, ella queria cuidarla cada vez más.

- ¿Camz?

-- ¿Sí?

- Creceré. - dijo Lauren sonriendo. - ¿Me seguirás cuidando cuando mi mente se vuelva grande? - Camila se rió y asintió.

- Lo haré, mi amor, pero no quiero que te desesperes para crecer. Tómalo un día a la vez. - Dijo y Lauren asintió.

-- ¿Puedo contarte un secreto? - preguntó Lauren tan pronto como Camila se levantó y empujó su silla hacia atrás.

-- Dime.

- Yo ... - El tono de voz preocupó considerablemente a Camila, quien se detuvo y se agachó frente a Lauren. La niña estaba sonrojada y parpadeaba sin parar.

- Oye, ¿estás bien? Preguntó Camila, viendo a Lauren presionar sus ojos con fuerza y ​​asentir. - ¿Qué es lo que me querías decir?

-- Quiero hacer popó. - Susurró con la cabeza gacha, haciendo que Camila suspirara cuando vio que sus ojos volvían a la normalidad.

- ¿Y cómo puedo ayudarte? - preguntó Camila confundida.

- Mis piernas no tienen mucha fuerza. - dijo torpemente. - ¿Podrías ponerme ahí? - La más pequeña asintió, llevando a Lauren al baño de su habitación.

- ¿Puedes sostenerte? - preguntó Camila, sabiendo que Lauren aún no tenía mucha fuerza en sus brazos.

"Sí", dijo Lauren, parpadeando de nuevo muy rápidamente. Camila asintió y salió del baño sin mirar a Lauren de cintura para abajo.

Ahora solo necesitaba esperar a que llegara el médico para finalmente descubrir por qué Lauren parpadeaba así.

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