Capitulo 15
- ¿Puedo entrar? - preguntó Camila en voz baja, tocando tres veces la puerta, aunque estaba abierta.
- ¡Camz! - dijo Lauren emocionada. - Mamá dijo que no vendrías ni hoy ni mañana.
- No podría tardar tanto sin verte. - dijo sonriendo, entrando a una habitación con un globo.
-- Hermosa. - dijo Lauren de repente, al ver a Camila acercándose lentamente.
-- Hermosa. Globo es una palabra masculina. - corrigió Camila, inclinándose para besar a Lauren en la mejilla.
- Estaba hablando sobre ti. - confesó Lauren. Camila realmente se veía más hermosa que de costumbre.
- Oh.- dijo Camila sorprendida. -- Gracias. - respondió ella con una pequeña sonrisa jugando en sus labios.
-- Tome una ducha. - dijo Lauren emocionada. - ¡Siente mi olor, mira! - Dijo, estirando su barbilla para darle a Camila acceso a su cuello.
La más pequeña se inclinó e inhaló la fragancia del jabón en su piel, un suave aroma acompañando esa esencia, probablemente el aroma natural del cuerpo de Lauren.
- Muy fragante. - dijo Camila, colocando un beso en la piel del cuello de Lauren antes de alejarse. Una sonrisa nació en sus labios, inevitablemente, cuando vio que Lauren se había estremecido. Un carraspeo hizo que Camila cayera en la realidad. - Lo siento, Sra. Jauregui, ni siquiera la saludé.
Dijo la chica, caminando alrededor de la cama y dándole a la mujer un beso en la mejilla.
-- No te preocupes. - Dijo Clara sonriendo.
- Mira, Camila casi se olvida de presentarnos. La voz de Junior sonaba educada. - Somos sus amigos de la república donde vive.
- ¡Oh! - dijo Clara al ver a Camila sonrojarse. - Por favor entra. - Y no tuvo que hablar dos veces para entrar. Camila ató el globo a la plancha de la cama antes de decir nada.
- Laur, Clara, estos son mis amigos. Junior, Carlos y Dinah. - dijo señalando a cada uno. - Y estas son Clara y Lauren.
- Vaya, qué hermosa chica. - dijo Junior galantemente. - Felicitaciones, eres muy hermosa.
-- Gracias. - Dijo Lauren sonriendo, saludando a todos.
- Solo vine a ver como estaban, tengo un asado para hoy. - se explicó Camila. - ¿Cómo estás, hm? Preguntó, sujetando la punta de la nariz de Lauren entre sus dedos.
- Hoy le pedí a mamá que cambiara la flor porque el sol la estaba debilitando. - dijo Lauren, haciendo que Camila volviera a sonreír.
- Sabía que la cuidarías bien. - dijo Camila.
- Camz... - dijo Lauren entrelazando sus dedos con los de Camila. - Mamá dijo que el lunes me voy a ir a casa. Me vas a visitar? - Camila miró a Clara, quien sonrió emocionada.
- Sí. Será dada de alta. - Confirmó Clara al ver la sonrisa de Camila desgarrar su rostro. - Podrías visitarnos cuando quieras. Lleva a tus amigos también.
- Oh, les encantaría, pero están muy ocupados. - dijo Camila, agradeciéndole mentalmente verlos estar de acuerdo.
- Y podré comer chocolate. - dijo Lauren emocionada. - Y caramelos.
-- ¿Ah sí? Camila preguntó y Lauren asintió con entusiasmo. - Así que prometo llevarte bombones y caramelos.
- ¿Lo juraz? Los ojos de Lauren se iluminaron con la información.
- Sí. - dijo Camila sonriendo.
- ¿Dedo meñique?
- Dedo meñique, mi princesita. - dijo Camila, ajena a las miradas confusas de sus amigos sobre ella.
- Y cuando camine, ¿podré visitar tu casa también?
- Lauren, es feo invitarte a lugares. - advirtió Clara.
- No hay problema, doña Clara. - dijo Camila. - Cuando quieran, pueden visitar mi casa. Estos locos viven conmigo, pero nada mas.
- Es bueno que los hayas traído. Lauren necesita mezclarse con gente de esta edad. - dijo Clara.
- Ellos estan locos. No debería decir cómo ...
- Camz, cuéntame una historia antes de irte. - preguntó Lauren, haciendo que Camila perdiera la noción de lo que diría y mirara a Lauren.
- Te lo contaré. - Dijo, viendo a Lauren darle espacio en la cama.
- Pueden irse si quieren. Esto puede tardar un rato. - dijo Camila a sus amigos, que por alguna razón desconocida para ella se comportaron y callaron.
- Esperamos. - dijo Wilker, envolviendo su brazo alrededor de Dinah y Camila asintió, subiéndose a la cama y sintiendo a Lauren acurrucarse en su cuerpo.
- ¿Podemos cambiar? Me duele el hombro. - preguntó Lauren suavemente y Camila asintió.
-- date la vuelta. - dijo Camila, viendo a Lauren obedecerla, aunque confundida. Se quedaron en posición de cuchara sobre la cama y, sin preocuparse por los demás, Camila puso una mano sobre el hombro de la niña, iniciando un masaje.
Sus manos eran suaves y su delicado toque hizo que Lauren cerrara los ojos con satisfacción. Su dolor se estaba calmando, gracias a Camila.
- Eso es bueno, Camz. - Dijo Lauren en voz baja, comenzando a sentir sueño. Su madre se sentó en la silla y empezó a tejer. Ya se había dado cuenta de que con Camila cerca no tenía que preocuparse por el bienestar de su hija.
-- ¿Bueno? Así que cállate y disfruta. - dijo Camila al ver a Lauren asentir. Sus manos se deslizaron desde sus hombros hasta sus brazos, a un ritmo lento y constante. Camila ni siquiera tuvo que contar una historia para que Lauren se durmiera.
La más pequeña, al ver que Lauren roncaba silenciosamente, abrazó su cuerpo, dejándole un beso en la cara y respiró hondo. Quería quedarse ahí acostada con el calor y el olor de Lauren, pero les había prometido a sus amigos que iría a esa barbacoa.
- Creo que estara bien. - dijo Camila, aún abrazando a Lauren. - ¿Necesitas algo?
- No. Gracias por eso, se estaba quejando desde que se despertó por ese dolor. - dijo Clara.
- Es normal, ayer hizo mucho esfuerzo y sus músculos no están acostumbrados. - explicó Camila. - Estaré aquí de nuevo mañana. Cualquier cosa me llama, ¿de acuerdo?
-- Gracias. - respondió Clara. - Te estoy tejiendo una camiseta navideña para ella y otra para ti. - dijo Clara. - Después de todo, casi es la fecha.
- No lo necesitaba, pero muchas gracias, me va a encantar, seguro. - respondió ella, amenazando con levantarse de la cama, pero Lauren giró su cuerpo y enterró su rostro en la curva del cuello de Camila.
- Parece que hay alguien que no quiere dejarte ir. - Dijo Clara riendo, viendo a Camila acariciar el cabello de Lauren y dejar un largo beso en su frente, antes de separarse de la chica.
- Ve con Dios, niña. - dijo Clara, sintiendo un beso en la mejilla, que venía de Camila.
- Amén, quédate con él también. - dijo ella, saliendo de la habitación y escuchando a sus amigas despedirse antes de seguirla.
- ¿Qué diablos fue eso? - preguntó Dinah a Camila.
-- ¿Que quieres decir? - preguntó Camila. - ¿Y qué milagro te hizo comportarte tan bien?
- Ella es realmente especial para ti, ¿eh? Preguntó Wilker.
-- Claro que sí. ¿Por qué crees que vendría aquí un sábado?
- Mila, es más que hermosa. - dijo Junior.
- Por supuesto que lo es, pero quítale los ojos de encima, imbécil. Ella no es el tipo de persona con la que normalmente tienes relaciones sexuales y la descartas.
- ¡Vaya, cálmate! - dijo riendo. -- Yo no soy idiota. Conozco a mi mejor amiga. - Él afirmó. - No necesitas ponerte el escudo, ¿de acuerdo? Estaba claro que te gusta.
-- ¿Qué? - dijo Camila, perpleja. -- Estás loco.
- Oye, no tienes que intentar negarlo y te apoyamos. - dijo Wilker con ternura.
- No estoy de humor para eso y no quiero escucharlo más. - Dijo ella con irritación. - Ella no tiene esa ... mentalidad. Ahora bebamos porque he estado sobria toda la semana.
- Tan pronto como lleguemos. - dijo Junior emocionado.
- El zarpazo y su formas de negar lo evidente. - Dijo Dinah en un suspiro, siguiendo al trío que se adelantó.
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Bueno ya vi que les gustó o yo me emocioné aquí les va otro regalito gracias esos 8 votos del anterior eso sí anima a actualizar
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