—¿A dónde va?— preguntó Fred en tanto señaló a Lunna mientras desapareció por las calles de la ciudad.

—Seguramente al estanque... ¿Tienen preguntas? Este es el mejor momento para responderlas. Síganla, no irá lejos— nos sugirió el moreno.

—¿Y si nos perdemos?— preguntó Brian preocupado.

—No lo harán, solo sigan el camino de las calles y luego el sendero hasta encontrarla o hasta que lleguen al estanque, ahí estará.

—Bien. ¡Vamos!— Fred se puso de pie entusiasta.

Tomamos un par de velas que se apagaron poco después cuando el viento sopló y nos aventuramos por la dirección que el bailarín nos dio. Durante veinte minutos caminé detrás de Roger evitando torpemente rocas, ramas, raíces, tierra e insectos. Una vez que mi visión se acostumbró a la nula iluminación, mi andar mejoró para ser más fluido.

Cuando llegamos al destino, no había nadie ahí. Nos quedamos estupefactos sobre el sendero. El temor de Brian se había cumplido, aunque no estábamos perdidos del todo, solo debíamos volver por el mismo camino hasta llegar al punto de partida, pero... había muy poca luz y no estábamos certeros de los pasos que dábamos.

En nuestra inmovilidad, una sombra pasó delante de nosotros, caminaba tranquilamente con una enorme panza en el frente, hasta qué nos miró, se sorprendió tanto que uno de sus pasos falseó; resbaló y cayó de espaldas, haciendo volar su "panza" que en realidad resultaban ser rocas, cayendo estás sobre la sombra.

—¡Auch!— se quejó —Para ser músicos, a veces son muy silenciosos— nos reclamó mientras se levantaba —En especial ustedes dos— señaló a Roger y Freddie... —Un "lo siento" no estaría mal— volvió a quejarse mientras recogía las piedras.

—Cariño, tu te asustaste sola— le respondió Fred.

—Si, cómo no.

—¡Que bueno que estás aquí!— se alegró Brian —Creí que nos habíamos perdido.

Lunna se dirigió hacía el borde del estanque y acomodó las rocas que llevaba consigo.

—En este sendero es difícil. perderse— dejó de lado su labor y nos volvió a mirar —¡Vengan!— nos invitó. Nos ayudó a llegar hasta ella y nos indicó donde sentarnos. Luego, encendió una fogata en cuestión de segundos, alumbrando un poco la encantadora y pacífica vista mostrando que ella ya no llevaba su despampanante vestido sino su misma ropa carente de destacar de siempre —¿Qué les ha parecido Camster?

—¡Muy hermoso!— respondió de inmediato Roger.

—¡Es un paraíso!— comentó Brian.

—Solo ahora porque está de buen humor, pero cuando se enfada...— alegó la peliblanca negando con la cabeza —es una cosa totalmente diferente... Mañana será nuestro último día aquí, bueno, también pasaremos la noche y nos iremos al amanecer. Tenía planeado llevarlos a conocer el bosque pero el deber llama y no nos dará tiempo... Tal vez podamos ir al Canto del Viento o algo así...

—¿Conoceremos a tus padres?— inquirió el ruloso.

—¡Oh, no! ¡No! ¡No! ¡No..! ¡¿Por qué querrías hacer algo así?!

—Quiero conocer a los responsables de criar a tan maravillosa mujer.

—Ah... no soy así por mis padres... o tal vez sí...— suspiró —Es complicado... Mira, yo nací en Camster, pero no crecí aquí. Viví mis primeros ocho años en la tierra plana, en un recóndito lugar de Centroamérica. Siendo invisible en una familia común. Cómo mi pasión es la música, entré a una escuela; en mi primer día, llegué a mi salón donde llegó un chico medio raro, Alex. Entonces un sujeto nos dijo "Aquí no es su clase, vengan conmigo", él y yo lo seguimos hasta aquí, bueno... Nos llevó a Wizand.

"Cuando llegamos, a mi me presentaron como la hija del rey regente. Y por un tiempo fui feliz creyendo que mi verdadero padre era un soberano. Alex y yo iniciamos las clases de magia y adicionalmente, yo recibí educación para ser una reina.

"El problema fue que no encajé en ninguna de las dos cosas; en la escuela, Alex y yo nos esforzarnos por aprender y practicar pero nunca nos salieron los hechizos, éramos un desastre y los profesores optaron por dejarnos estudiar teóricamente pero no en la práctica. Nos quedamos con la parte aburrida, y pronto decidimos dejar de asistir a clases y pasar nuestros días en la biblioteca leyendo todo lo que fuera posible.

"Cuando llegué aquí me prometí que no sería la misma niña que antes fui. Yo... aprendí a gobernar pero hubo cosas que no me gustaron, obviamente alcé la voz, me interpuse, peleé muchas cosas y eso hizo que todo el mundo me odiara. Pero, no me rendí. Continué con las lecciones de princesa y poco a poco Alex y yo hicimos más amigos; él nos enseñó a cantar, Kevin nos hizo bailar y había una chica, Alison, que nos enseñó actuación. Nuestro grupito de nueve magos éramos los encargados del entretenimiento en Wizand.

"Con tanto tiempo libre, Alex y yo, repartimos nuestros días entre, cantar, bailar, actuación y los libros que devoramos. Cuando terminamos con los escritos comunes, pasamos a otros más sofisticados y luego a los prohibidos, donde descubrimos que ambos tenemos ascendencia druida.

"Según los terribles mitos, los druidas son una tribu de hechiceros que practican la magia oscura, por eso fueron perseguidos y masacrados por siglos. Alex y yo poseemos magia diferente, es por lo que no podemos hacer los hechizos comunes de un camsteriano. Con esa información, buscamos nuestros verdaderos hechizos y los practicamos, a escondidas, claro está.

—¿Qué tan diferente es su magia?— interrumpió Rog.

—Un mago no se hace, nace. Dentro de él tiene esa energía que le permite hacer magia. Pero cuando son niños esa energía se extrae y se encapsula en algún objeto de joyería, accesorios o varitas. ¿Han visto el anillo de Kevin? ¿O la tobillera de Alex? Es eso.

Jamás me había percatado de eso.

—¡Wow! ¿Tienes uno? ¿Cuál es? ¿A ver?— la impaciencia del rubio volvía.

—¿Son los hexágonos?— le pregunté.

—Mmm... no realmente. Yo tengo un... cosito dónde encapsularon mi magia.

—¿Puedo verlo?

—Ah... me lo quitaron porque "era peligroso"— dijo en voz burlona — Pero, luego te lo enseño. Mucho después descubrí que el rey no era mi padre,— continuó —sino que él necesitaba una heredera casamentera, yo era una niña perdida, así que fue mejor hacerme pasar por su hija. Él en su desesperación por hacerme una buena princesa acudió con un noble allegado para que me educara, Connor, hizo un excelente trabajo conmigo, me enseñó todo lo que sabía y yo lo seguí ciegamente, he de admitir.

"Él era rico, noble, guapo, el primero de la clase, inteligente, un excelente mago, muy popular entre las chicas... Me gustaba— admitió con una gran sonrisa —pasaba mucho tiempo con él. Un día me declaré y sorpresivamente él me correspondió, pero... solo salió conmigo por una estúpida apuesta con sus amigos y hermanos; para su familia también era conveniente, porque si yo era la princesa y me casaba con su hijo, ellos tomarían el poder de Camster. Su engaño me destrozó. Él fue mi primer gran amor y que jugara así conmigo, bueno... No fue nada lindo.

"Tiempo después Connor cedió ante mi, se unió a nuestro grupo de artistas, se dió la oportunidad de conocerme y se enamoró de mí— sonrió victoriosa —pero... hablando con el rey, decidimos que declinaría "mi puesto como princesa", ambos estuvimos de acuerdo, y todo el reino lo apoyó porque nadie quería a una princesita rebelde al frente.

"La familia de Connor enfureció y decidieron llevárselo. Nadie en el colegio estuvo de acuerdo, pero no era decisión de él. Recuerdo que fue toda una semana trágica para Wizand. Todos se despidieron y para cuando fue mi turno, le organicé una cena donde metimos la pata... pero hasta el fondo— dijo en tono pícaro y se rió —Poco antes de que se marcharan, me enteré de mi embarazo. Su familia lo desheredó, lo echaron y al final se quedó conmigo.

"Éramos unos niños y no sabíamos qué hacer, pero tuvimos el apoyo de muchas personas en el colegio. Algunas cosas pasan y... Alex y Connor murieron por un accidente. Eran los dos chicos más importantes en mi vida y no podía dejarlos ir, así que, cómo buena hechicera, hice un abracadabra y los traje de vuelta, pero si tomas dos vidas debes pagar dos vidas. Así perdí a quienes crecían en mi interior.

"Después de la conmoción, volvimos al estudio, a reiniciar nuestras vidas. Alex y yo no paramos de investigar sobre nuestro pasado, los druidas y hechizos.

"Conocí a una hechicera que era increíble, hermosa, bella, inteligente, se parecía mucho a mí o bueno, yo a ella. Nos hicimos amigas hasta que después de muchas preguntas, libros y cuentos descubrí que era mi madre, Elizabeth Stuwettel. Le conté todo, todo lo que sabía, pero ella no se lo tomó tan bien como yo. Me recriminó todo lo que tenía contra mí, porque ella era muy aclamada, la reina hechicera perfecta, hasta que la deshonra llegó a su vida por embarazarse fuera del matrimonio con mi padre teniéndome. Cómo si hubiera sido mi culpa— bufó.

"Mi padre era un viajero en Camster que tuvo su noche de aventura con mi madre, claramente, no tenía planes de tenerme tampoco, entonces, me abandonaron en cuanto nací.

"Por obra del destino, dioses, suerte o el universo... sobreviví, llegué a una tierra muy lejana dónde me acogieron y me nombraron "Lunna"— esbozó una enorme sonrisa —Ellos me dieron el nombre y nuevamente los Dioses me hicieron llegar a Centroamérica. Claro que todo esto lo descubrí a través de libros y ancianos que se apiadaron de mí y me contaron la historia. Desde ahí mi madre me hizo la vida imposible en cuanto pudo.

"Los Dioses de verdad son crueles. Después de que había descubierto mi pasado, mi padre decidió venir y ver qué ocurría. Mi madre le dijo "llévate a tu engendro", así que después de mucho pensarlo mi padre aceptó y me llevó con él. Creo que me aferré a la ilusión de "¡Hey, tengo un padre! Sé que no me quiere pero me esforzaré para que lo haga".

"Me presentó a su esposa y a su hijo y... Bueno, él era un espía para la policía de allá y mi medio hermano también se enlistó como espía así que yo intenté seguir sus pasos. Mi padre me enseñó defensa personal, armas de mediano y largo alcance y me hizo una estratega, así se dio cuenta que tenía potencial... o yo lo hice. Por más que me esforcé y mejoré, mi padre no me aceptó, nunca lo hizo, tampoco mi medio hermano, que nos parecíamos muchísimo. Quién me quiso fue su esposa, ella me hizo sentir menos sola... En fin, cuando estaba acostumbrándome, mi medio hermano enloqueció y decidió matar a sus padres, empezando por nuestro padre. Pero aún no comprendo por qué me dejó ir.

"El camino de vuelta a Camster no fue nada fácil, yo... conocí muchos lugares, muchas personas y me metí en muchos problemas. Pero al final lo logré. Regresé como una verdadera fracasada. Connor me aceptó y seguimos adelante, él estaba por terminar sus estudios en Wizand y yo... Nunca me gradué.

"Además en ese tiempo vivimos la peor invasión que Camster tuvo; unos humanos cruzaron un portal y el rey, para "protegernos", prohibió la magia. Es como si a ustedes les prohibieran el té— hizo la analogía para que pudiéramos entender —¡Fue una estupidez!— si que lo era —Nadie estuvo de acuerdo, pero aún así acatamos las órdenes. De cualquier forma, su estrategia no funcionó porque los foráneos lo invadieron todo, incluso llegaron a Wizand, ahí los detuvimos con un verdadero milagro.

"El rey murió y los profesores nos pidieron a Connor y a mi interceder, así tomamos el mando y gobernamos como reyes, ya lo vieron... Pero, lo hice a mi manera, hice todos los cambios que yo quise, uno de ellos fue la libertad de hacer más magia, otro, fue que Camster se convirtió en un refugio para todas aquellas criaturas que no tenían un hogar; cómo trolls, hadas, duendes, naguales, de todo tipo. A los ancianos no les agradó al principio, aunque después lo aceptaron.

"Mientras tanto, yo continué con mi obsesión de encontrar alguna figura materna o paterna que me quisiera, entonces busqué hasta el cansancio aquella tierra lejana dónde me nombraron y la encontré. No me recibieron con laureles o fiestas, pero sin duda alguna fue mucho mejor que con mis propios padres. En esas tierras se encargan de la preservación de los dragones.

"Aprendí todo lo que había que saber y conocí a Einar, me gané su confianza, su amistad y algo más... Fui feliz, pero en mi interior había algo que me decía que no pertenecía ahí y también el líder de la tribu me lo dijo, muchos lo hicieron, así que una vez más volví a Camster.

"Junto a Connor goberné por un tiempo, sin embargo, lo convencí de que no era tan cool ser rey, por lo que buscamos a alguien que se hiciera cargo del reino. En nuestra misión, decidimos sentar cabeza y nos casamos, cómo era debido, poco después tuvimos a nuestro primer hijo, Unai. Connor y yo vivimos en un sueño; él entrenando a nuestros sucesores, yo fui una espía para las fuerzas camsterianas, trabajos de ensueño, con nuestro hijo creciendo, los tres amándonos... Realmente fue perfecto. Cuatro años después nació Eder, nuestro segundo hijo. Solo qué el parto no fue como todos esperamos, Eder nació sano, pero mi cuerpo no lo resistió y morí...

"Así como tú, Fred, años después volví, y me quedé— obvió —sobreviví a mi día de prueba. Mis hijos ya no eran unos niños, ya no tenían cuatro ni era un recién nacido, sino que tenían dieciséis y doce años. Es bastante difícil darte cuenta de todo lo que perdiste. Yo estaba un tanto decepcionada conmigo misma porque no tuve ese amor parental y no quería que a mis hijos les faltará eso, pero después me dí cuenta que yo les hice falta— Cuánto parecido tenía con ella —Quiero decir, Connor lo hizo increíble, él solo crió a nuestros hijos de la mejor manera, pero dónde estaba yo. Connor se esforzó por convencerme de que no todo estaba perdido, aún podía hacer mucho por ellos y yo también me esforcé porque lo vieran.

"Cómo sea, después de un tiempo, volvimos a nuestra vida de ensueño, Connor con un simple empleo, yo obtuve el mío de vuelta, como espía, y nuestros hijos estudiaban para ser los mejores magos de su generación. Pudieron serlo, su destino era ser aún más grandes de lo que Connor y yo alguna vez seremos.

"Por mi trabajo, me mandaron a investigar unas criaturas en la tierra plana. No me agradó la idea de volver a partir, pero eran órdenes y no podía negarme. Así que viajé a Japón y me dispuse a investigar a los eatans. Mi misión era aprender todo lo que sabía, corroborar o corregir la información que teníamos y complementar con lo que supiera. Por un tiempo estuve mandando mis informes, pero nunca obtuve respuesta de Camster, y no podía regresar por mi cuenta, porque debía esperar el documento escrito con la autorización para volver. Así que seguí y seguí en el corazón de un enorme país con un idioma extraño que comenzaba a dominar. Me sentí muy sola, completamente abandonada y bajé la guardia.

"No ví que las personas a las que acababa de conocer eran un grupo de eatans. Me acorralaron, uno de ellos me atacó, pero logré herirlo. Su sangre se juntó a la mía sobre mi cuello, inmediatamente la sangre de eatan consumió la mía y bueno... en vez de matarme, fui su número de entrenamiento mientras mi interior colapsaba... A ellos les pareció muy divertido darme una golpiza para comprobar que realmente me había convertido en una eatan. Luego me abandonaron a mi suerte. Mi cabeza volvió a hacer un revoltijo de cosas porque yo tenía a mi familia, a mi esposo, mi empleo, mi tierra; en esas condiciones no podía volver, era una amenaza para todos.

"Por fortuna, después me tope con Takeda y Turret y me acogieron. Me enseñaron a ser una eatan decente, a controlarme y a vivir entre humanos, me dieron la esperanza de que aún podía volver con mi familia y me esforcé, en serio lo hice, pero... No fue necesario.

"Un día Connor llegó a la cafetería y me contó que Camster había sucumbido ante el mal clima y la catástrofe. Muy pocos sobrevivieron y mis hijos, dieron sus vidas protegiendo a su padre, a su rey. Así que mientras yo estaba aprendiendo a sobrevivir como un monstruo come humanos, mis hijos morían por su padre— tomó un respiro antes de continuar —De pronto, ya nada tenía sentido, todo por lo que me esforcé se había esfumado. No quedaba nada en Camster y no tenía nada en Japón. Tenía a Connor pero ambos estábamos dolidos y no se sentía igual, así que separamos nuestros caminos... Dentro del derrumbe emocional que tenía, mandé todo a la mierda e hice un verdadero desastre, ignoré mi parte humana y me dediqué a ser un monstruo; hice muchas cosas malas, muy pocas buenas hasta que al final me atraparon.

"El gobierno japonés me retuvo por una eternidad, hasta que por cuestiones políticas y de deudas, me entregaron al imperio británico, dónde tampoco fueron nada lindos...

"En aquel entonces me rendí, me dejé llevar, deje de pelear, pedí a mis Dioses pero jamás me escucharon. Hasta que una estupidez llevó a la otra y yo, escapé. De algún modo lo logré. Yo... Resolví asuntos pendientes y luego me encontré vagando por las calles de Londres, no tenía nada, absolutamente nada y estaba sola.

"Caminé, caminé y caminé hasta que me topé con unos sujetos medio extraños que estaban combatiendo contra otros, no tenía nada mejor que hacer y los ayudé. Resultó que eran agentes de INSAL, por mi ayuda, ellos me ofrecieron un techo, cosa que con mucho gusto acepté, tiempo después me dijeron, "¿No estás haciendo nada? Ve y cumple con el entrenamiento" eso hice y cuando menos lo esperé ya era una agente de INSAL; me asignaron un equipo con el que trabajé un tiempo, pero el jefe y yo tuvimos varias discusiones, tuve muchos reportes por insubordinación, falta a la autoridad y cosas por el estilo. Porque yo... cuestionaba mucho; es típico de INSAL dar órdenes y seguirlas sin rezongar, pero ese no es mi estilo. A mí me gusta saber por qué hago las cosas y me gusta opinar, así que todo el tiempo preguntaba "¿Por qué? ¿Quién? ¿Qué hizo?" Y también sugería "debemos hacer esto o es más fácil aquello..." Y como respuesta siempre obtuve "son órdenes y tu deber es seguirlas".

"Después descubrí que ni siquiera nuestro jefe sabía por qué lo hacía, él solo seguía órdenes. INSAL oculta mucha información a sus agentes. Entonces, investigué por mi cuenta, lo hacía antes de salir a cada misión, claro que me llevé muchos regaños y castigos por eso. Pero, descubrí que a veces hacíamos más mal que bien.

"U-un día nos mandaron a extraer a un niño que había sido secuestrado, se supone que lo devolveríamos a sus padres, aquella ocasión no pude revisar los expedientes, pero seguimos las órdenes y cumplimos con la misión satisfactoriamente, sin embargo, cuando lo encontré estaba con una señora que peleó mucho por él, se veía muy aterrada. No me importó y continué con lo mío. Al llegar aquí, entregamos al niño y parecía todo bien, pero la actitud de la señora me inquietó, así que investigué y resultó que no estaba en ningún peligro, sino que habíamos sido nosotros quienes lo secuestramos. Obviamente me enfurecí, reclamé a quién tuve enfrente, pero me dijeron que era una lástima y que no había nada que hacer. Decidí devolver al niño por mi propia cuenta pero nunca lo hallé. En cambio, el director Hugh Wild pidió por mí, no como una recompensa a mi servicio, sino como una medida para vigilarme y controlarme.

"Estaba más que enfada por habernos usado y tomé esa oportunidad para desafiarlo, humillarlo y corregirlo, le hice la vida imposible y él no perdió ninguna oportunidad para devolverme todo lo que yo le hacía; me mandaba a las misiones de mayor riesgo con la esperanza de que muriera en alguna de ellas.

"Me uní a INSAL por las fuerzas especiales, que era el primer grupo al que ayudé, yo quería formar parte de ellas pero no me mandaron para allá aunque los ayudé en varias ocasiones. Aún así no podía declararme oficialmente como un agente de fuerza especial, en cambio, las misiones peligrosas subían y subían de nivel, hasta que Hugh nos mandó a una chica primeriza en las fuerzas y a mi a una misión muy peligrosa y dura, dónde una vez cumplido el objetivo, nos abandonó a las dos a nuestra suerte.

"Eso hizo enfurecer a todas las fuerzas especiales, como unidad, nos ayudaron a escapar del hoyo donde nos dejaron y poco después planearon su independencia de INSAL, la lucharon conmigo a su lado y al final lo lograron convirtiéndose en OINA y reconociéndome a mí como una de sus agentes, pero como había completado el entrenamiento de INSAL, me quedé siendo agente de ambas compañías. Hasta que Hugh cruzó una línea sensible y no resistí más. Huí de ahí para terminar de nuevo vagando por las calles de Londres.

"El destino por fin me sonrió y me encontré con Kevin, tampoco tenía nada, pero era mejor estar juntos y enfrentar las frías y mojadas calles de Londres como un equipo. Intentamos obtener empleos para al menos comprar un poco de comida pero, nadie quiere a los hediondos extranjeros.

"Una tarde Kevin hizo su obra de caridad ayudando a una viejecita a llevar sus compras a su casa. Para ser honesta, creo que ella temía que la fuéramos a robar, pero devolvimos todas sus pertenencias en su gran edificio; había sido un pequeño hotel, pero a partir de que el esposo de la señora murió, ella fue incapaz de seguir con el negocio, así que estaba abandonado y en muy malas condiciones, he de decir. En agradecimiento, dejó que nos quedáramos en una de las habitaciones, era más polvo que oxígeno, pero fue la gloria para nosotros, además ella nos compartió de cena...— una enorme sonrisa acompañó su parte del relato —Fue la noche más feliz que en mucho tiempo habíamos tenido.

"Después, para agradecerle a la anciana, Kevin y yo nos dedicamos a servirle, arreglamos todo lo que pudimos en la casa; la parte de abajo, limpiamos, ordenamos y reparamos muchas cosas. Los tres hicimos un trato, ella nos permitía vivir ahí hasta que reparamos todo el edificio; aceptamos sin duda.

"Aseados y con ropa sin tantas manchas, yo conseguí empleo en una cafetería y Kevin luchaba por vivir del arte; bailaba y cantaba en las calles y las monedas que los transeúntes le daban le alcanzaban para consolar a su corazón. La anciana le pidió a Kev que no se rindiera, le ayudó a soñar y a decir que algún día construiría su propia casa en uno de los barrios adinerados de la ciudad, dónde fuera su refugio para seguir con su arte. Le hizo prometer que lo haría. Kev lo prometió; La viejecita murió antes de que el edificio estuviera terminando, nos pidió que llamarnos a sus hijos y les contaramos lo sucedido, pero ninguno de ellos quiso saber nada ni de su madre ni de la herencia, así que dejó que nosotros lo conservaramos.

"En una de las locuras de Kevin, nos inscribió a un concurso de bandas, el ganador recibiría el patrocinio para grabar un álbum. Él arregló reunirnos con unos chicos, contactó a otros y al final de la semana éramos seis cantantes. Así nació Harmies. Un grupo de acapela, adaptamos varias canciones al acústico y le gustó al público, nos recibieron bien, ganamos, grabamos el álbum, tuvimos varias presentaciones y ganamos bastante dinero. Con ese, terminamos de reparar el edificio y lo vendimos. Juntamos lo que reunimos del álbum y las presentaciones y Kevin pudo construir la casa que prometió.

"Poco después nos encontramos con Connor y luego con Alex. También les dimos refugio a los japoneses que me acogieron y así se armó la gran casa que ahora ustedes conocen. Por un tiempo vivimos todos acoplándonos a las rutinas de cada uno, pero entonces Connor nos contó que había vuelto aquí y emprendió una estrategia para repoblar después de la devastación.

"Connor lo logró, pero los vecinos del sur se declararon la guerra entre ellos y a su vez a Camster. Fue todo un revoltijo que hicieron. Definitivamente había que proteger nuestra tierra a cualquier costo. Por un tiempo, él y yo apoyamos a aquellos que junraban nuestra independencia en caso de vencer, pero no podíamos confiar en nadie. Entonces, reunimos nuestro propio ejército y nos unimos a la guerra conmigo al frente.

"Nos abrimos paso y tras la alianza con mi Señor Rey ganamos. Conmigo reinando del otro lado, la autonomía de Camster era un hecho. Entonces, con la misión cumplida estaba lista para volver a casa pero Connor, Alex y Kevin me miraron y me dijeron "No, ahora eres la reina y tu deber es reinar" Y los tres imbéciles me abandonaron a mi suerte en un país extraño, con un extraño como esposo con la gigantesca responsabilidad de gobernar.

"En toda mi vida he aprendido a sobrevivir. Ejecuté el papel al cual estaba atada, ser una reina, con su rey. Pronto él tenía que tener herederos y se los dí...

"Después tuvimos que viajar a la tierra plana a una de las ciudades más húmedas y bueno, el resto lo saben ustedes...

—Cariño, has pasado por muchas adversidades...— reconoció Fred en tono dulce.

—Sí pero no me tengan compasión ni lástima, no he sido una palomita blanca... En resumen, no conocerán a mis padres...

—¡Es increíble! Conoces tantos lugares de todas partes, seguramente muchas personas te aman— exclamó May.

—Muchas personas me odian, eso es cierto... Sí, conozco muchos lugares, pero ninguno de ellos se siente como un hogar, ni siquiera aquí o en la mansión de Kevin, no con Connor, ni con mi Rey... pero eso no importa, ya me resigné a que en ningún lado lo encontraré.

—No lo hagas, en laguna lado lo encontrarás— prometió Brian —No te rindas...— la consoló.

—Te faltó contarnos por qué tú cabello es blanco— gritó Roger.

—Bueno… Nací en las fauces del bosque, los árboles traviesos abrieron paso a qué los rayos de luz lunar me tocaran y mi cabello se tornó blanco…

Una mentira coherente, al estilo Camster pero los cuadros de la galería mostraron otra cosa diferente.

—No es verdad— comenté con algo de temor.

—No, no lo es— me concedió ella entre risas.