Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: ¿Lo ves?

La siguiente vez que nos reunimos en el estudio empezó de manera habitual; Freddie como siempre llegando tarde con Prenter a su lado, para ello, Roger, Brian y yo ya habíamos hecho pruebas de sonido con instrumentos y micrófonos y habíamos discutido algunos arreglos, aunque había sido en vano pues Brian era muy difícil de convencer.

Nuestra sala de ensayos, exclusiva para Queen, se encuentra en el séptimo piso, es amplia, al fondo tiene una tarima donde caben la batería con todos sus tambores y platillos, varias guitarras y bajos, micrófonos y un piano vertical. Hay un piano de cola, pero ese está abajo de la tarima. Enfrente tenemos unos sofás con varias mesas de varios tamaños, papeles por donde quiera, revistas y juegos de mesa debajo del ventanal de la cabina de control, donde usualmente es el lugar de Jim y los dos ingenieros de sonido. Por los costados de la habitación hay varias ventanas; las del lado izquierdo tienen vista hacia la ciudad, se abren empujándolas desde la parte inferior hacia afuera, las del lado derecho, tienen vista al pasillo que conecta a otros estudios, salas de ensayo y cabinas de grabación, esas son corredizas pero solo una pequeña parte de arriba.

Cuando Mercury llegó, calentó su voz y comenzamos a practicar nuestras canciones. Poco tiempo después Fred pidió un descanso; hacía varios meses que llevaba enfermo; tenía mucha tos, se agitaba demasiado por casi nada, a veces le era difícil respirar, se cansaba muy rápido y tenía ataques de tos por lo que las canciones se interrumpían y parabamos constantemente.

Por esa misma razón habíamos acordado no hacer giras ni conciertos, solo nos dedicamos a componer y hacer álbumes, eso incluía vídeos y alguna que otra entrevista.

La prensa comenzó a hacer sus propias especulaciones y esparcieron chismes respecto a la salud de Freddie; principalmente decían que tenía sida. Lo peor era The Sun, ese diario nos odiaba por lo que esparcieron rumores a diestra y siniestra como si nos conocieran. Habíamos acordado no hacer caso de lo que dijeran pero aún así era frustrante.

Freddie decía que ya había ido con los médicos y que llevaba al pie de la letra los tratamientos, tal vez era cierto porque había dejado de beber drásticamente, había cambiado su alimentación y tomaba varias píldoras con regularidad. Pero, ¿por qué no estaban funcionando? Tal vez no seguía sus tratamientos como él decía o porque no eran los tratamientos adecuados o tal vez necesitaba descansar. Aunque para ser sincero, siempre creí que era algo más que él no nos decía. En fin, mi amigo cada vez adelgazaba y palidecía aún más. En repetidas ocasiones ofrecimos parar con nuestros proyectos pero él se negó, era muy terco, decía que no había tiempo que perder y eso hacía que mi frustración aumentara.

Poco antes de que el descanso terminara Jim atrajo nuestra atención:

—Desde hoy y por un tiempo tendremos la presencia de alguien aquí en el estudio— dijo.

—¿De quién se trata?— preguntó Roger.

—No quiero reporteros, Miami— contestó Fred.

—No se trata de ningún reportero...— el sonido del teléfono de Jim interrumpió su respuesta obligándolo a salir a atender su llamada.

Continuamos con lo nuestro y retomamos posiciones arriba de la tarima donde se encontraban los instrumentos. La sorpresa me dejó atónito pues justo cuando Rog nos daba la entrada apareció Jim y detrás de él, la niña del cabello teñido. Supongo que mis amigos también se sorprendieron pues un silencio incómodo se esparció por varios segundos.

La niña, que está vez iba mejor vestida con tennis y chaqueta blancos y pantalón rojo vivo se adentró en el estudio para detenerse justo enfrente de nosotros.

—¡Hola! Un gusto conocerlos, soy Luna— saludó con cortesía.

—A partir de ahora, eh... Luna trabajará con nosotros.

—¿Haciendo qué?— preguntó Freddie.

—Intentando aplacar a ciertos artistas caprichosos...— respondió ella con picardía.

—¿Es en serio?— preguntó Fred dirigiéndose a Jim.

—Y necesario— repuso nuestro representante.

—Freddie no necesita a nadie— salió a protesta Prenter.

—Lo que faltaba... una niña va a ser mi niñera— se quejó Fred —Solo siéntate por allá y déjanos trabajar— señaló uno de los sillones que había ahí dentro.

Ella en lugar de obedecerlo se quedó parada frente a nosotros.

—Ustedes, ¿cómo se llaman?— preguntó con los ojos clavados en Freddie.

—¡Ah es cierto! ni siquiera sabes quienes somos— respondió Fred con desprecio.

Por la mala respuesta, ahora la chica se dirigió hacía mi, inclinó un poco su cabeza y esperó por mi nombre.

—¡John Deacon!— dije rápida y torpemente, de hecho, casi lo grito pues en un principio no había entendido porque me miraba a mi. Me sonrió y extendió su mano hacia mí, la tomé y la estreché. Sus manos realmente eran pequeñas.

—Un placer, John.

De la misma manera se dirigió a Bri.

—Brian May— él se había mencionado con naturalidad mientras estrechaba sus manos —Tú eres ¿Luna...?— preguntó mi amigo para saber su apellido.

—Solo Luna— le respondió ella.

—Roger Taylor— dijo él desde atrás de su batería agitando una de sus baquetas de lado a lado a modo de saludo a lo que ella imitó el movimiento, en verdad, simuló tener una banqueta en la mano e hizo el mismo gesto.

Al terminar con nosotros tres, de nuevo se fijó en Freddie esperando por su presentación pero él se negó a hablar.

—¡¿Acaso eres estúpida?! ¡Es Freddie Mercury, ya te lo había dicho!— explotó Prenter pero ella no reaccionó solo continúo observando a mi amigo hasta unos segundos después.

—¿Si pregunto cómo se llama él, tú me dirás?— preguntó con sarcasmo.

—¡Soy Paul Prenter!— se presentó él mismo, pero Luna volvió a ignorarlo.

—Quiero dejarte algo en claro, estoy aquí para ser un dolor en el trasero y para aliviar la vida la de quienes te rodean, eso me da autoridad, lo que significa que quien da las instrucciones aquí soy yo— como si nos leyeramos el pensamiento, miramos a Jim y él asintió encogiéndose de hombros —¿Quieres que te deje trabajar? lo haré, pero primero: Paul, ¡fuera!

—¡¿Qué?!

—No se necesita tu presencia.

—¡Freddie!

—Paul es mi asistente, yo lo requiero— Mercury salió a la defensiva.

—Pero no lo necesitas— reafirmó Lunna posando sus ojos en los de Fred, él cedió y no dijo nada más.

—¡¿En serio vas a permitir esto?!— Prenter reclamó.

—Descuida, al rato te llama para que arreglen su matrimonio— Luna alcanzó a Paul y lo llevó hacia la salida —¡Qué tengas buen día!— ella no dejaba de hablar con sarcasmo.

Cuando Prenter estuvo fuera del estudio, ella cerró la puerta y cuando cruzó la mirada con nosotros se sorprendió, bueno, todos lo estábamos. En realidad dudaba si podía hacer eso, pero por lo mientras se lo agradecí.

—¡Gracias!— gritó Rog desde el fondo.

—¿Un placer?— le respondió ella —También es un placer conocerlos— ahora nos sonreía dulcemente —Bueno, ¡a trabajar!— anunció y después tomó asiento en el marco de la ventana más cercana al cuarto del control, tenía tres sofás enteros para ella sola y ¿se sentó en la ventana? Esa chica era muy extraña.

—Ya la oyeron, a trabajar— repitió Jim.

Retomamos nuestro ritmo, tuvimos otra ronda de práctica donde el ambiente fue más ligero y agradable, incluso sonamos mucho mejor de lo que se esperaba. Justo cómo en los viejos tiempos, aunque no llevábamos tanto tiempo de carrera, no cómo otras bandas.

A mitad de la última canción antes de otro descanso, la recién llegada, quién hasta ese entonces se había dedicado a escucharnos y observarnos desde la ventana, se incorporó y tomó posición justo en medio de la sala, miró fijamente a Freddie y deslizó el cierre de su chaqueta blanca hacia abajo, dejando ver una playera, muy grande para ella, en verde brillante como el césped en primavera.

Cuando los extremos de su abrigo estuvieron separados, comenzó a moverse en formas extrañas, creo que intentaba modelar su ropa; estiró sus brazos en varias direcciones e hizo lo mismo con las piernas. Sus caderas las balanceaba de un lugar a otro y cambiaba de perfil constantemente mientras sus gestos faciales se tornaban en distintas caras provocativas y sexys, pero no estaba funcionando, sus movimientos eran torpes y exagerados, fue inevitable reírme, su andar era muy gracioso y sus gestos solo le agregaban más humor. Por el micrófono, se escuchó como Freddie luchó contra su risa para continuar la canción. Por esa distracción, el final fue torpe pero el ambiente seguía mejorando notablemente.

—¿Ahora lo ves? ¡Es horrible!— dijo Luna cuando bajamos de la tarima.

—Ya veo— respondió Fred aún sonriente por el modelaje de la chica —Y para que sepas, compré el naranja.

—¿Por qué no lo dijiste antes? ¡No me hubiera vestido así!

—¿Cómo iba a saberlo?

—Qué bien que hayas escogido el naranja, y mira que te lo dice alguien que odia ese color...

Su discusión era divertida, no había enojo u odio de por medio o al menos, no lo percibí.

—¡¿Es en serio?! ¿Me obligaste a comprar un traje del color que odias? ¿Por qué?

—En primer lugar, yo no te obligué a nada, fue tu decisión. En segundo lugar, de tus opciones, el mejor era el negro con blanco pero no tenía caso porque antes ya lo habías utilizado...

¿Qué dijo?

—Espera...— los interrumpió Brian —¿Cómo sabes eso? Creí que no nos conocías— ella se alzó en hombros.

—Nos conoces— comenté.

—Claro que lo hago. ¿Quién no conoce a Queen?

—¿Y por qué dijiste que no?— Roger también estaba en sintonía.

—Porque son artistas, y arrogantes. Quería molestarte y eso hice. No hay nada más molesto para una estrellita perdida en las nubes que se cree conocido y amado por todos, que se cruce con alguien que a quien no le interesa.

—Eres lista— le dijo Brian.

—Más de lo que te imaginas.

Luna subió el cierre de su chaqueta para cubrir la desagradable combinación y ahora sí tomó asiento en uno de los sillones. A ella la seguimos Brian, Roger y yo, Freddie salió del estudio, tal vez hablaría con Paul.

—Estoy aquí para molestar a su amigo, pero no quiero quedarme sin hacer nada todo el día, entonces... si hay algo en lo que los pueda ayudar, con gusto lo haré— no entendí muy bien a qué se refería pero era lindo de su parte.

—¿Cómo qué? ¿En qué nos podrías ayudar?— preguntó Rog.

—Lo que sea, creo... Incluso puedo ir por café, pero eso lo haré una sola vez al día.

—Está bien. Gracias— terminó Brian.

—¿Y esos dos siempre han sido así?

—¿Freddie y Prenter? Es complicado...— le contestó Rog.

—No, Freddie no. Prenter ni idea, desde que conoció a Fred estuvo interesado en él— dijo Brian

—¿Interesado en qué sentido?

—¡En todos!— grité impulsivamente —Lo siento— me disculpé de inmediato —El verdadero Freddie no es con el que hablaste la última vez. Freddie es noble, amable, atento, tierno, un poco tímido, es arrogante y muy exigente, pero es tolerable.

—Es Prenter, es una mala influencia para él. Cuando empezaron a estar más juntos fue cuando empezó la vida desenfrenada de Fred; alcohol, drogas, sexo, clubes. Cada vez estaba más allá que acá. Y eso ocasionó que hubiera más peleas entre nosotros.

—Prenter es insoportable, se mete donde no le llaman, cree que puede meterse en nuestros asuntos; estamos discutiendo sobre canciones o sonidos y él abre su bocota— continúo Roger con rabia.

—Lo noté— dijo ella.

Estando más cerca, podía apreciar su cuerpo, realmente era pequeña, muy pequeña.

—En serio, ese sujeto nos está arruinando y más a Freddie; se mete en su cabeza y le lava el cerebro. Le dice: "Freddie haz esto. Freddie no hables con él. Aléjate de esa persona, no te conviene"— me uní a la rabia de Roger.

—¿Qué creen que quiera lograr con eso? ¿Dinero, fama, amor, a Freddie?

—¡Todo!— volví a gritar —Necesitamos a Freddie de vuelta. ¡Lo quiero de vuelta!— Eso no sonó bien —Lo siento.

—No te disculpes por expresarte— me respondió ella mientras me dedicó una sonrisa tierna —Aquí entre nosotros: a mi tampoco me agradó ese sujeto, odio los lamebotas y se nota que es un controlador.

—Tienes razón— concordó Brian.

A pesar de que esa niña nos había mentido y de la extrañeza que emanaba, nos daba confianza para hablar con ella; por eso nos fue fácil soltar nuestras quejas de Paul.

—Quería preguntarles... ¿Freddie es así o está enfermo? Lo veo pálido y delgado o al menos no se ve así ante las cámaras.

—Ahora que lo mencionas si, lleva varios o demasiados meses enfermo— le respondí.

—¿De qué?

—¡Ni idea! Al principio solo dijo que se trataba de una simple gripe y ahora dice que solo es tos, pero ninguna tos o gripe duran tanto— no se que me pasaba ese día, estaba muy reactivo.

—¿Crees que esté mintiendo?

—¡No! Yo creo que son los médicos que no le dicen qué tiene en verdad o es él que no sigue las instrucciones de sus tratamientos— Ya había considerado esa opción pero me negaba a creer que Freddie me mintiera.

—También podría ser...

Durante veinticinco minutos estuvimos hablando de Freddie, ella hizo preguntas y nosotros respondimos con lujo de detalles, cómo si nos conociéramos desde tiempo atrás.

Entre ensayos, pausas y pláticas, se fue el día. Había sido diferente y agradable; en parte se debía a la nueva compañía y la ausencia de Prenter, también por el ambiente en sí, fue relajado, sin las habituales tensiones. Terminé cansado, solo quería llegar a casa y dormir.

Al final, estábamos tomando un respiro antes de marcharnos cuando Roger se animó a decir:

—Ah Luna... ¿Es cierto lo que dijiste del café?— ella asintió tiernamente —¿Podrías traerme uno?

—Claro, ¿algo en particular?

—Solo un late normal.

—Ok ¿Alguien más quiere café?

—Si yo, igual que Rog— solo le respondió Brian. Y salió del estudio.

Jim se acercó a nosotros y nos dijo:

—Espero que no le hayan dicho nada importante, no sabemos qué intenciones tiene.

—¿De qué hablas?

—No sabemos si va a ir con la prensa a contar todo lo que sepa de aquí.

—¿Cómo? ¿Entonces por qué está aquí?

—Me dijo que estaba buscando empleo y no necesitamos que hable con la prensa sobre su discusión en la boutique.

—¿Es como una clase de... acuerdo?— intuyó Brian.

—Algo así.

—¿La contrataste para que me molestara? ¿No tenías una mejor vacante?— preguntó Freddie indignado.

—Nos beneficia a todos.

—¿Y si es una fan loca que solo quiere sacarnos información?

—¿O de la prensa?

—Por eso tengan cuidado con lo que le dicen y la imagen que transmiten— demasiado tarde, ya le habíamos dado demasiados datos del estado de Freddie.

—Pudiste haberlo dicho antes— le recriminó Rog.

—Esperemos que no hable con los medios...

Nuestro día al fin terminó y cada quién volvió a su casa. Al llegar a la mía me sentí muy hambriento. Mientras cenaba escuché las aventuras que mi esposa había tenido en su día;

—... Melissa obviamente reclamó al mesero por su comida, fue una gran discusión, al final ellos se disculparon por el trato que nos habían dado y nos fuimos de compras— generalmente Verónica hablaba de lo "fabuloso" que había sido su día y yo solo la escuchaba —Emily compró un vestido hermoso. No podía quedarme atrás y yo también me compré un vestido junto con un bolso, son lindos aunque no me gustó del todo, es demasiado...

—Si no te gustó, ¿por qué lo compraste?— la interrumpí.

—¡Quería comprarme algo!

—¿Tenía que ser algo que no te gusta?

—No lo entiendes, Deacy. Son cosas de chicas— Claro que no entendía. No entendía sus caprichos —Necesito que deposites más a mí cuenta— soltó de pronto.

—¡¿Qué?!

—Quiero más dinero. ¡No seas tacaño!

—No soy tacaño, solo creo que podemos administrar mejor nuestro dinero.

—¿Por qué? Tu ganas millones.

—Apenas y no nos vendría mal ahorrar un poco.

—¡No tendríamos porqué ahorrar!— alzó la voz —Pero, cómo solo eres el bajista, te pagan menos y ahora quieres ahorrar.

—No me pagan menos.

—Tendríamos más dinero si al menos cantaras un poco... o puedes hacer más canciones y exigir más paga.

—No voy a discutir eso contigo— estaba muy irritado. Ya no quería seguir discutiendo. —Y tendríamos más dinero si no lo malgastaras en cosas que no te gustan.

—En lugar de preocuparte por cómo gasto el dinero, deberías preocuparte por pasar más tiempo con tus hijos— Aquí vamos de nuevo —¿Acaso viste los dibujos de Robert?

—Los ví. Son geniales.

—Le vendría bien un poco de tu apoyo.

—Claro que lo apoyo. ¿Quién crees que le ayuda a hacer los círculos y las otras figuras?— Verónica no supo qué contestarme por lo que guardó silencio mientras me miraba —Yo estaba teniendo un día increíble. Gracias por preguntar— dije al final.

Me duché y me metí a la cama, en mi cabeza, había repasado el día, quería quedarme con ese recuerdo y no con la discusión con mi esposa, quién me alcanzó en la alcoba.

—¿Qué hizo tu día increíble?— preguntó con amabilidad, en tono de paz.

—Hoy fue una chica nueva...— le respondí tranquilo. Me confundió un poco, no supe si su interés en mi día era genuino.

—¿Roger llevó una chica nueva?— insinuó interrumpiendome, a la vez que dejó caer su brazo en mi abdomen.

—No, ella fue por Freddie a...

—¿Por Freddie? ¿En serio? ¿Ahora sale con chicas?— me volvió a interrumpir —Parece que se está reformando. Me alegro por él.

—No es lo que estás pensando...

—Pero, Deacy, eso es muy bueno. Volverá a ser el chico que debe ser. Y a ti te dejará en paz, dejará de confundirte.

—¡¿Qué?! ¡No! No hables así de Freddie. Esa chica solo está ahí para...— Odiaba que dijeran ese tipo de cosas de mi amigo —Olvídalo.

—¿Por qué lo defiendes tanto? Todavía sientes algo por él ¿cierto?— insistió ella.

—Olvídalo— me di vuelta para darle la espalda y me quité su brazo de encima. Cerré mis ojos con fuerza e intenté pensar en otra cosa que no fueran las recientes palabras de Verónica. "¿Todavía te confunde?" No me confunde. Sé que lo amo.


¡Hola!
Hasta aquí, una probadita de los problemas que siguen.
Gracias por continuar.
Déjenme saber sus opiniones.
Besitos en la pompi derecha! 😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro