Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21

El viernes fue día libre y el sábado mi esposa y yo nos dimos prisa por limpiar, así el domingo pudimos disfrutar del día. Dejamos a Robert en la fiesta mientras que nosotros mantuvimos nuestro picnic a la distancia.

Disfrutamos de la comida, llevé a Michael a los juegos y tomé algunas fotografías con mi cámara. Fue un día perfecto, sin duda alguna lo gocé. Y al final los cuatro terminamos rendidos.

En pleno Miércoles fue día de paga y, por falta de asistente, tuve que hacerlo por mi propia cuenta. Desde que decidimos parar con las giras y dedicarnos solo a los álbumes y grabaciones, decidí que no era necesario mi molesto asistente, aunque eso implicaría que yo tenía que hacer las cosas que no me gustan como ir al banco. Así que desde que él descansa yo tengo que hacerlo. Realmente no me molesta manejar mis cuentas, es solo que no soporto que haya tanta gente en el banco y esperar por horas para ser atendido. De cualquier forma, lo hice, pero no en el suficiente tiempo como para llegar al ensayo programado de ese día.

Tuve que llamar a Roger y posponer nuestra lección de bajo. También llamé a Lunna, me dijo que ella tampoco pudo ir al estudio, por lo que me pidió que nos reuniéramos en su casa. En un principio me pareció incómodo, pero luego recordé que ese lugar tiene demasiadas habitaciones, seguramente, alguna de ellas estaría vacía para que pudiera practicar con privacidad. Al final acepté y acordamos una hora para la cita.

Tuve el suficiente tiempo para volver a casa, preparar la comida, comer y jugar con mis niños. Michael y yo robamos un par de golosinas que le dieron a Robert por la fiesta. Y después de una riña por dulces, salí de mi casa y conduje hasta la de Lunna.

—¡Hola, John!— me recibió Connor a la vez que el delicioso aroma a café invadió mis fosas nasales. —¿Vienes a ver a Lu?

—Sí.

—¡Pasa! Está allá arriba en el estudio.

—Gracias.

Me dirigí a la parte de arriba y recorrí todas las puertas tratando de recordar cuál era la del estudio. Cuando llegué a la correspondiente, me sentí un verdadero imbécil, pues era la única con ventana hacía el pasillo.

Eché un vistazo, dentro estaban Brian y Lunna trabajando con las guitarras.

—¿Así?— Lunna le preguntó a Bri por la posición de los dedos, los cuales estaban blancos por la presión contra las cuerdas. A simple vista me pareció que estaba presionando demasiado.

—Ahora intenta sonreír un poco.

Ella dejó ver su dentadura arrugando su nariz y dejando soltar un ligero gruñido.

Sí. Era demasiada fuerza. Su cuerpo pequeño y su rostro tierno haciendo un sobreesfuerzo con la guitarra me parecieron graciosos. También a Brian.

—¿De qué se ríen?— preguntó aún tensa.

—No tienes que presionar tanto— le respondió él entre risas.

—¡Mis dedos no alcanzan!

Eran tan pequeños que no podía poner la posición correcta para el acorde en turno y verla esforzarse por alcanzarlo me pareció gracioso. En particular, porque solo bastaba con acomodar la muñeca para que pudiera hacerlo. Me sorprendió que Brian no le hubiera corregido la postura de su mano, pero tal vez eso fue porque estaba igual de divertido que yo.

—Practicalo, ¿sí?— le pidió Brian antes de retirarse.

—Seguro. Gracias por venir hasta acá.

Cuando él salió nos dejó a Lunna y a mí solos.

—¿Estás listo, John?

—Supongo.

—Hoy podemos matar dos pájaros de un tiro.

—¿Cómo?

—Bueno, hoy toca trabajar con globos y sí quieres, puedes llevarlos a tu casa para tu bebé, les encantan esas cosas.

—Ya no es un bebé. Pronto cumplirá dos años. 

Lunna me miró con sus tiernos ojos completamente abiertos plantados en mí. Se veía confundida y pocos segundos después me dijo:

—Es cierto, ha pasado un año. A veces olvido que el tiempo vuela… ¿Cómo han sido? Estos dos años.

—Creí que sería más fácil por ser el segundo, pero nada es igual, aún así es hermoso. Su risa es lo mejor de todo.

Después de todos estos años, aún recuerdo las carcajadas de mi hijo, se grabó en mi mente más que cualquier canción que haya aprendido.

—Estoy segura de que los globos le encantará. Eso sí me atrapas.

—¿Eh?

—¿Ya olvidaste nuestro trato? Sí me atrapas, te dejo ir.

Aquella segunda vez también me hizo correr, y volví a perder, ella es rápida. Me hizo inflar los globos y cantar dentro de ellos, cosa que resultó mucho más difícil de lo que parece. Mi estómago dolió, incluso me mareé un poco. 

Después hicimos ruidos raros, imitamos escalas mayores en el teclado y luego cantamos; me dijo que cerrara los ojos y que empezara con el estribillo. Al llegar al coro, no se detuvo, en su lugar, ella lo cantó magníficamente. Me obligué a seguir su energía y sentimiento. Fue como sí jalara de mis extremidades hacía adelante a gran velocidad dónde no podía parar. No quería parar.

Fue uno de esos momentos asombrosos dónde el sonido se cuela por mis oídos y llega hasta lo más profundo de mi existencia, en esos pequeños instantes es cuando puedo sentir mi alma retumbar con las notas y me inunda de éxtasis dónde deseo ahogarme y permanecer allí por siempre.

Aunque claro, eso lo hizo Lunna, porque yo no lo logré. Ella fue más rápida de lo que mi inexperiencia en el canto me dió, no pude igualar su sentimiento y lo arruiné por completo.

Por último, volvió a empujarme y hacerme cosquillas, haciéndome reír y sentir ligeramente aliviado.

—Estuvo genial, ¿no?

—Sí tú lo dices…

—Sí lo digo es porque así fue.

—No estoy seguro… No me lo tomes a mal, pero creo que estás desperdiciando tu tiempo conmigo.

—¿De qué estás hablando? Yo disfruto de hacer esto contigo. Solo tienes que relajarte y divertirte. Además no es tan malo como crees.

—Solo te estoy siguiendo y espero que tus locuras no sean un completo desastre.

—No lo será sí tienes fé— me sonrió tiernamente.

Era curioso los polos opuestos de la perspectiva femenina, mi esposa me dijo que no perdiera el tiempo y Lunna intentaba convencerme de que podía lograrlo. Sí Freddie hubiera estado conmigo le preguntaría, de hecho estaba ansioso por saber lo que él opinaba, sin embargo, no tenía ni idea de lo que diría. De cualquier forma, esperaba que mi esposa me apoyara, en cambio, Lunna, la molesta chica, lo hizo, ella creyó en mí y me sentir feliz por saber que al menos una persona me apoyaba en ese reto.

Ante su mirada, sentí que en mis mejillas se elevó ligeramente la temperatura, por lo que antes de sonrojarme, le dije.

—L-la acústica de este e-estudio es increíble.

—¿Verdad que sí? Brian dijo lo mismo.

—¿Cómo lo hicieron?— realmente el sonido era fantástico, y yo no veía más allá de unas simples paredes recubiertas como la de cualquier estudio casero, por ese motivo me sorprendió que fuera muy bueno y estaba deseoso por saber el secreto.

—Bueno… es como un estudio común y corriente, solo que hicimos un poco de trampa… nada importante, pero se oye genial ¿no?

—¿A qué te refieres con trampa…?

—Un mago jamás revela sus secretos…

Nunca entendí a qué se refirió, fue porque las paredes tenían algún otro material o porque de hecho habían hecho magia sobre aquellos muros.

—Escuchen… Yo sé que tal vez me estoy apresurado, pero tengo una gran idea sobre el videoclip para Emperor's.

En cuanto Lunna llegó al estudio, dejó volar su entusiasmo con ese anuncio. Yo creía que íbamos corriendo y ella quería volar.

—¿De qué se trata?

—Me imagino algo tétrico; una persona que murió y entró al reino de Belcebú haciendo que poco a poco se transforme en uno de sus fieles…— explicó en tono misterioso.

—Me agrada— el hecho de que fuera volando, no impidió que su idea me gustará. Además, cómo buen amante de las películas de miedo, me sentí atraído por su visión. Y cómo olvidar a Michael Jackson en Thriller, había hecho algo increíble y por qué no hacer algo nosotros.

—Podría funcionar— concordó Brian conmigo.

—¿Quién lo haría?— preguntó Roger.

—Se aceptan voluntarios.

—¡No!— dijimos los tres al unísono.

—¡Ay, por favor! Brian, John, ustedes dijeron que les gusta.

—Me gusta. Quiero verlo. Pero no soy bueno en eso— me defendí. 

—Yo te veo perfectamente…— me señaló con sus dedos de ambas manos formando un cuadro. —Eres perfecto.

—No lo creo.

—Piénsalo— dijo por último.

—Concéntrense en lo que verdaderamente importa— irrumpió Jim —Mañana es la entrevista. ¿Están listos?

—Demonios— rezongué.

—¿Lunna?

—Brian me dió unos consejos y me siento bien…

—Genial.

—¿Segura que estás bien?— preguntó Roger insinuante a lo que ella afirmó con su cabeza —Solo pregunto porque yo en tu lugar estaría nerviosa…

—¿Por qué?

—Bueno… Miles de personas verán esa entrevista con ansias… y digo… un error sería algo vergonzoso que será recordado por mucho tiempo… Además, hay mucha presión sobre ti; debes agradarles porque, de otra forma, habrá terminado tu corta, casi inexistente, carrera en Queen…

Lunna miró al rubio con sus ojos bien abiertos clavados en él y su boca entreabierta. Adoro recordar lo tierna que podía lucir.

—Pero sí estás bien y Brian ya te preparó para todo eso… está bien— mi amigo finalizó su discurso y salió de la habitación dejando a la chica con su rostro lleno de preocupación.

—No me hablaste sobre eso— le susurró al rizado después de unos segundos. Apenas sí movió su boca. No recuerdo sí pude contener la risa o simplemente me burlé de ella en su cara.

—No te preocupes. Estarás bien— Brian la tranquilizó mientras que alargó una mano en su espalda.

En plena tarde de verano, nos reunimos en la televisora para hacer el show. Conocimos a los presentadores, y resultaba que uno de ellos conocía a Lunna, entramos a los camerinos dónde nos vestimos, nos peinaron y maquillaron y nos presentaron el programa a seguir, al igual que el guión de las preguntas. Todo transcurrió con normalidad. Yo no extrañé nada de eso.

—¿Tengo que decir algo en particular?— preguntó Lunna.

—Bueno… ya lo hablamos, intenta dar una buena imagen de ti. Ahora ya sabes lo que nos van a preguntar así que puedes darte una idea— le respondió Brian.

—¡Ah sí! Pero no te preocupes, casi nunca nos hacen las preguntas que prometen, por lo general se salen del guión— comentó Roger despreocupado.

—¡Roger!— lo recriminó el ruloso.

Me aburrí de su discusión y me propuse revisar los instrumentos. El equipo de producción los acomodaba y aunque quisiera creer que hacían su mejor esfuerzo, no era lo suficiente para que quedarán bien. Les dí algunas indicaciones para colocar la batería y los micrófonos, mientras que yo me dediqué a terminar de afinar la guitarra. Para ese entonces conocía tan bien a Brian que sabía cómo le gusta afinar a su "preciosa".

No estaba con los mejores ánimos, me sentía muy incómodo e irritado por estar rodeado de personas que no tenían ni idea de lo que hacían. Realmente no quería estar allí.

—¡John!—me llamó Jim. —¿Está todo bien? Luces decaído.

—Entre más rápido termine esto, será mejor para mí— dije después de resoplar.

—Ya hablé con los presentadores, están de acuerdo en solo dirigirte dos preguntas…

El sonido de mi bajo golpeando en el suelo distrajo toda mi atención de Jim. Un chico lo había tirado y lo descubrí levantándolo tan rápido como cayó.

—¡Hey!— le grité —¡¿Podrías tener más cuidado?!— Creo que solo eso me faltaba para empeorar la situación.

No recuerdo sí en chico se disculpó o simplemente desapareció, pero terminé con el bajo en mis manos revisando que no hubiera algún daño y por fortuna, el único daño que recibió fue un raspón en una curvatura.

En plena inspección, Jim se acercó a mí y me dijo:

—¿Por qué no te quedas aquí y te aseguras de que los instrumentos sobrevivan?

—¿En serio?— No sabía sí lo decía por mi mala humor o porque se estaba apiadando de mí.

—Brian y Roger podrán con esto— me dijo por último antes de marcharse.

Jim me salvó. Hizo todo aquello más tolerable. Terminé de sobar el bajo, como sí eso pudiera repararlo, y continué con la guitarra, también acomodé algunos micrófonos y cables que estaban en lugares indebidos sobre la plataforma, que cuando fuera el momento, la deslizarían hasta la vista de las cámaras para que subieramos a tocar.

A medida que se acercaba la hora de la entrevista, el ambiente enloquecía en mayor grado, personas gritando y corriendo por doquier generaron un vértigo dentro de mi. Fue muy diferente de los conciertos, dónde las caras y voces que creaban ese caos eran ligeramente conocidas.

Ví a mis amigos tomar su lugar en el foro y a un costado estaban los presentadores siendo arreglados por maquillistas.

—Estoy nerviosa— anunció Lunna para todas las personas en el foro.

—Tranquila, confía en ti— le respondió Brian dulcemente tomando su mano —Lo harás bien.

—Muy bien. ¡Todo listo!— anunció uno de los camarógrafos.

Todo el mundo tomó posiciones y paulatinamente el lugar quedó en completo silencio. El director del set dió los anuncios pertinentes y así comenzó la dichosa entrevista.

—¡Excelente día tengan todos ustedes!— iniciaron como era un programa habitual, dando la bienvenida, presentándose a sí mismos y a sus invitados. —Tenemos muchas inquietudes para ustedes.

—Veamos qué podemos hacer— comentó Brian.

—Muy bien. Lunna, la misteriosa chica. La última vez que los vimos juntos fue en el concierto tributo a Freddie, ¿cierto? Cuéntanos, ¿cómo fue que te uniste a ese evento fenomenal?

—Bueno… fueron ellos los que me invitaron— señaló a Roger y Brian con la cabeza.

—Sabíamos lo que ella puede hacer, así que dijimos ¿por qué no? A Freddie le hubiese encantado— respondió Roger.

—Y no nos equivocamos— agregó Brian.

—Entonces, ¿Freddie y tú se conocían? ¿Eran amigos?

—Podría decirse que sí.

—¿Cómo se conocieron?

—Bueno… Un sujeto quería hacerle una broma pesada y me contrató para molestar a Fred, estuve pegada a su trasero como… ah… eso no se oyó bien… lo siento. Ah… a su pecho… no tampoco…— es una lástima que no haya podido ver su cara, apuesto a que fue graciosa —El punto es que lo acose por todos lados y a todas horas… de hecho, es un milagro que él no haya puesto una orden de restricción contra mí. Hablamos mucho, le agrade, me agradó y nos hicimos amigos.

—¿Tú sabías a quién ibas a molestar y aún así lo hiciste?

—Me pareció divertido.

—¡Oh! Eres una chica valiente. Lo seguiste hasta el estudio y ahí también lo molestabas ¿cierto? Ahí conociste al resto de la banda.

—Es verdad. Me esforcé porque el único fastidiado fuera Fred.

—¿Lo logró?

—Sí, fue divertido ver a Freddie molesto con alguien más que no fuera nosotros— respondió Rog.

—Y, después de todo, están aquí. ¿Qué sigue ahora para Queen?

—Por ahora solo planeamos honrar la memoria y legado de Freddie. Queremos concluir los proyectos pendientes y darle lo que se merece— respondió Bri.

—¿Con Lunna tomando su lugar?

—¡Oh no!

—¡No!

—No, para nada, no pretendo tomar el lugar de nadie, mucho menos el de él. Es imposible que haya alguien que pueda reemplazar a Freddie Mercury, no creo que exista, ni existirá… a menos que vuelva a nacer. Solo quiero devolverle un poco de todo lo que él me dió.

—¿Y por qué tú? ¿Por qué de entre todos fuiste tú la elegida?

—Yo también quisiera saber eso… pero, bueno, el único que lo sabe es él.

—¿A qué te refieres?

—Fue Freddie quién específicamente pidió por mí. Lo dejó como testamento, por decirlo de alguna forma.

—Seguro… ¿Y cómo se siente tener a una nueva integrante?

—Es completamente extraño. Extrañamos muchísimo a Freddie y su ausencia en todos lados no lo hace más fácil, pero Lunna nos ha dado un toque diferente, tiene ideas nuevas, otro estilo que no es sencillo de asimilar, menos cuando ya teníamos algunos años de trabajar las mismas cuatro cabezas, sin embargo, creo que vale la pena escuchar la nueva perspectiva— explicó Brian.

Lunna dijo incontables veces que no iba a tomar el lugar de Freddie, pero eso fue lo que hizo; cuando llegó el momento de tocar, colocaron los instrumentos y todo el equipo frente a las cámaras, una vez listo, comenzamos a tocar las canciones que habíamos acordado. Y fue extraño. Se sintió muy bien tocar en vivo de nuevo, sin duda alguna, lo extrañé. Sin embargo, cuando me giré hacia mi izquierda, no era el chico persa de ojos hermosos el que estaba a mi lado dejando el corazón en cada nota que salía de su boca, sino que era una niña molesta y mentirosa de cabello raro quién se apoderaba del micrófono. No sé desde cuándo me había vuelto un remolino de enojo y tristeza, pero mis días no mejoraba por mis sentimientos. 

En términos profesionales, Lunna había hecho un buen trabajo en su primera entrevista. Fue la primera vez que sus mentiras nos beneficiaron. Sin embargo, no fue lo suficientemente cuidadosa, pues un alto porcentaje del público no creyó en sus palabras y no fue bien recibida. Algunos críticos de la música elogiaron su trabajo vocal porque eso es innegable, talento lo tiene, pero eso pasó a segundo plano. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro