18
El día de las ventas había terminado, los señores volvían a casa, habían logrado vender todo y habían hecho una pequeña compra para cenar algo diferente, también la señora Minyoung le llevaba algo a Taehyung como obsequio. ─ ¿Alguna vez pensaste que un joven rico estaría de visita en nuestro hogar? ─preguntó Leejung, el esposo de aquella bonita pareja.
─La verdad no otro joven, pensé que tal vez nuestro hijo un día nos buscaría... a veces pienso que él nos va a odiar si llega a darse cuenta de la verdad, si llegara a saber que tuvimos que regalarlo porque no teníamos dinero para alimentarlo... ─un nudo se formó en la garganta de la mujer noble y buena.
─Amor... ─Leejung se acercó y la abrazó fuerte ─nuestro hijo debe tener un corazón bueno, además no debe saber nunca que es adoptado... ese fue el trato... ─ terminó de hablar sintiendo la pena de su esposa y la suya propia. Así continuaron su camino, tomados de la mano como dos novios muy enamorados, en silencio, solo consolándose con la compañía del otro, eso los llenaba, eran pobres pero se amaban y eso los volvía millonarios. Después de un tiempo llegaron hasta el pequeño poblado donde residían, aún había luz de día y podían ver algunos rayos del sol entre los árboles, al fondo estaba su hogar, se veía a Taehyung con su nueva amiga, la cual le dedicaba mucho tiempo, los señores sonrieron al verlos.
─ ¿Crees que se enamoren? ─preguntó Minyoung con algo de ilusión.
─No es conveniente para Somin, ella se quedará aquí y él se irá en algún momento, incluso nos puede olvidar ─respondió Leejung. Así llegaron hasta la casa, Somin se despidió de Taehyung y los tres entraron a la casa, había que preparar la cena y antes que la luz del día se fuera.
─Mira Taetae, te traje esto, sé que te va a gustar ─Minyoung sacó de su bolsa de comprados una bolsa pequeña de fresas.
─ ¡Nana! No debiste... pero esto es muy caro... ─dijo tomando aquel obsequio con ambas manos y sus ojos iluminados, era su fruta favorita, aunque su mente no se lo pudiera recordar.
─Has sido un buen niño estos días, mereces un poco de consuelo después de todo lo que estás pasando ─esta vez fue Leejung quién le habló.
─Muchas gracias... ─dijo empezando a saborear una, mordiendo la mitad de una de las rojas frutillas que le estaban obsequiando. Pero al morder aquella pequeña fruta, bajó la mirada y vio los zapatos rotos de Minyoung, recordó que los compraría otros ese día ─Nana... ¿por qué no has comprado tus zapatos? ─preguntó Taehyung, volviendo a ver a la interrogada cambiando su semblante.
Taehyung sintió un nudo en su garganta, las fresas costaban un poco más que un par de zapatos y ella había sacrificado aquella necesidad por consentirlo a él, no pudo más y la abrazó fuerte ahogando aquel doloroso nudo y siendo traicionado por sus lágrimas, él estaba consciente de que ellos no eran su familia y a pesar de eso lo estaban cuidando como a un hijo y sacrificando esas necesidades al que cualquier ser humano tiene derecho. ─ ¿Por qué son tan buenos conmigo? ─preguntó conmovido por aquella bondad. Recibiendo solo una caricia en el rostro como respuesta. Inconscientemente quizá Taehyung sentía que no merecía aquella benevolencia por qué cuando pudo fue malo y jamás tuvo consideración de los pobres, quiénes ahora le servían y alimentaban en aquellas condiciones tan difíciles que había pasado, ahora era ajeno a la vida de millonario que siempre vivió junto a su familia.
Por otro lado, Jimin permanecía en cuidados intensivos, sin saber las discusiones que se estaban generando en los pasillos por tratar de ayudarlo, por fin la señora Park Boyung, madre adoptiva de Jimin había llegado, ahora pensaban la forma de buscar un donante de médula compatible con el paciente. ─ ¡Busca a tu hermano, maldita sea! ─habló fuerte Hansung a JoonLe.
─No tengo una idea de donde puede vivir, cuando nos entregaron al niño les hice prometer que no lo buscarían nunca y que se irían lejos donde nadie los volviera a ver, ni le hablaran de él a Jimin... ─respondió el señor Park.
─Jimin es nuestro hijo, no tenían por qué saber que en la familia había más personas que no sabían cómo salir adelante y se consumieron por la miseria... ─habló Boyung, con aires de superioridad y dándole la razón a su esposo.
─Son unos egoístas, pero si no lo hacen ustedes, lo haré yo, amo a ese chico como si fuera de mi propia sangre, fue hermano de mi hijo y no me quedaré de brazos cruzados viendo como su egoísmo los limita... ─volvió a hablar Hansung y después tomó la mano de su esposa sin esperar respuesta de los Park.
Los dos esposos ahora no sabían que método proseguir, no tenían una idea de donde podrían vivir los Park pobres y menos como decirles que su hijo había sido tan mal cuidado que ahora estaba luchando por su vida gracias a una enfermedad grave.
AnLe volvía a su casa, en el edificio Jeon, se dio cuenta entonces que la muerte de Taehyung había salvado a su familia de quedarse sin hogar, pues se habían olvidado de todo el proyecto de demolición que el joven Kim anhelaba tanto, nadie había vuelto a mencionar el tema y de momento la familia parecía más enfocada en ayudar a Jimin. ─Estas muy temprano en casa, ¿acaso te han despedido? ─preguntó Hoseok a su pequeña hermana al verla llegar cabizbaja.
─Jimin fue internado de emergencia, necesita el trasplante lo antes posible y los padres no son compatibles con él... ─resumió la joven.
─Eso es malo, ese chico dices tú que es diferente al chico Kim, ¿no es así? ─preguntó de nuevo el mayor de los hermanos.
─Lo es, pero ahora Taehyung está muerto, no vale la pena hablar de un muerto... ─ replicó la joven sabiendo que la ausencia de aquel desalmado era la causante de la gravedad de su adorado Jimin.
─Es verdad, sabes ahora vino el abogado Jeon, dijo que de momento estamos a salvo, ya que el padre de joven Kim no está interesado en el edificio... ─resumió el joven Jung, pese a que las noticias eran buenas, las vibras en torno a ellas eran tristes.
Eso confirmaba las teorías de AnLe...
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