—Cuando tengas a esa persona especial, querrás darle todo de ti, te sentirás totalmente pleno a su lado.

SeokJin sonrió al escuchar las palabras de su padre.

—¿Y yo tendré a esa persona?— preguntó el pequeño de apenas once  años. Estaba realmente curioso sobre eso.

Su padre sonrió acariciando su cabello. —Lo tendrás.

Él menor comprendía muy bien lo que acababa de decir, tuvo esta plática sobre la primera vez con su padre muchas veces y entendía que a quién quería otorgarsela era a Yoongi. Se había dado cuenta de que el cariño que sentía por el chico con olor a menta era diferente al que sentía por los demás.

"Querer ser besado en los labios"

"Querer desesperadamente ser tocado"

"Querer tener su total y plena atención solo para él"

Pensamientos como esos venían a su mente  una y otra vez desde que conoció a Min Yoongi. Eran muchos sentimientos nuevos que no conocía pero que no le disgustaban en lo absoluto.

Su respiración se acelero cuando sintió la mano del mayor entrelazarse con la suya mientras con la otra mano era tomado por la nuca, suavemente sus labios rozaron con los temblorosos labios del rubio.

Los labios ajenos se presionaron más en los suyos, no sabía que hacer, era su primer beso y se sentía tan nervioso. En su mente solo rondaba lo bien que se sentían los labios de Yoongi sobre los suyos.

Adictivos, era quizás la palabra correcta.

—¿Puedo meter la lengua?— escuchó preguntar al mayor. Movió su cabeza en signo de aceptación, apretó más la suave mano de Yoongi y entre abrió la boca.

Se mareo, la lengua del mayor recorría toda su cavidad bucal, no sabía como seguir el ritmo, se sintió ansioso. Su corazón se aceleró de sobre manera cuando fue recostado en la cama, los labios del mayor recorrían su cuello dejando suaves besos.

Tembló cuando los botones de su camisa estaban siendo abiertos con cierta amabilidad pero también con desesperación. Tenía un poco de miedo pero si era Yoongi quién iba a quitarle su virginidad, se la entregaría con gusto.

—Te quiero... Yoongi-chi— murmuró SeokJin totalmente sonrojado.

—Yo no te quiero Jinnie.... te amo— Yoongi murmuró para luego darle un beso en la frente. El menor entendió que su padre tenía razón, ahora mismo se sentía pleno y amado.

Yoongi sonrió, reposando su cabeza en el pecho del menor, escuchando sus agitadas palpitaciones. —Hoy no voy a tocarte más, solo quiero dormir junto a ti, atesorar te de esta manera.

—E-está bien— contestó apenado Jin, envolviendo a Yoongi en sus brazos.

Justo ahora deseaba poder ver el rostro del hombre que le había robado el corazón, quería poder mirarlo a los ojos y decirle que estaba muy feliz de ser amado por él. Qué todo el dolor que había sentido en el pasado lo estaba apaciguando con su dulzura, tierna voz y gentiles caricias que le daba.

Sin lugar a dudas Yoongi se había convertido en su lugar seguro favorito.