La cabeza me da vueltas, el cuerpo me tiembla a causa del frío correr por mi piel casi desprotegida.

Siento que estoy acostada en un lugar algo duro y áspero que estremece todo mi ser. Trato de levantarme, no obstante es muy complicado hacerlo: mi cuerpo está encadenado.

¡Un momento!

Abro los ojos asustada, con la respiración agitada a más no poder; diviso el lugar y no es para nada lindo.

A mi alrededor solo hay cortinas azules, además el techo parece maltratado y lo que veo de las paredes está agrietado.

Otra corriente de aire choca contra mi piel desnuda, es tan frío que me aterra, sobretodo en un lugar asqueroso como este.

—¡A-ayuda! —Es lo primero que sale de mi boca, en verdad esto es horrible.

Lo último que recuerdo es a ese par de sujetos en el cyber café apuntándome con una pistola en la cara.

A unos cuantos metros de mi, se logra escuchar jadeos masculinos llenos de placer, más unos cuantos jadeos femeninos llenos de sufrimiento. El miedo es cada vez más profundo, más aún con lo que escucho. Si es lo que estoy pensando, no voy a vivir para contarlo

De pronto, la cortina  frente a mi, se abre velozmente, supongo que mi grito llamó mucho la atención.

—Ya despertaste. —Dijo un hombre enmascarado en tono malicioso.

—¿Dónde… estoy…? —cuestioné instintivamente al hombre, él solo ríe ante mi duda.

—No necesito contestar las estupideces de un juguete como tú. —Su respuesta, me deja atónita.

Pasa su mano cerca de mi estómago descubierto. El frío tacto de aquel sujeto, eriza mi piel a más no poder y aspiro temblorosamente.

—Je… el jefe estará gustoso de verte. —En un momento, siento como aquel sujeto, toca uno de mis pechos, mente, se aleja de mi.

—¡Ah! —Suspiro aterrada por lo que hizo ese sin vergüenza.

Intento moverme con brusquedad, sólo deseo salir antes de que me ocurra lo peor.

***

Media hora ha pasado, las cosas empeoran con el pasar de los minutos. Tan solo escuchar alaridos de mujeres pidiendo ayuda y jadeos de humbre, hace que mi alma quiera salir de mi cuerpo para no volver.

—El jefe, ya está aquí. —La cortina se abre.

Un par de sujetos encapuchados, saca la camilla del lugar cubierto por cortinas azules manchadas de una sustancia asquerosa.

El miedo me tiene cautiva, el simple hecho de conocer al responsable de mi secuestro, es un acontecimiento espantoso.

La camilla ingresa a una habitación con una algo lujosa, tan solo la mera entrada me dejó boquiabierta.

Aquel lugar, tiene de todo, muebles lujosos blancos con negro, una mesa de centro, baldosas azul oscuro, flores, todas las ventanas cubiertas por persianas gris claro, pared blanca y cámaras.

Un terrible nudo se forma en mi estómago al notar lo último, mis nervios hacen que me congelé del miedo al instante.

—Nos volvemos a encontrar. —Escucho la voz de un hombre con máscara negra.

—¿Mmm…? —la duda se apodera de mi—, No lo creo… —Contesto temerosa de mi respuesta.

Un gruñido disgustado, sale de él y me arrepiento de haber hablado. Aquel sujeto golpeó fuertemente mi pierna con su mano.

—¡Ahhh…!

—¡Tú me metiste a la cárcel con tu maldita denuncia! —espeta nuevamente el sujeto y golpea mi torso descubierto.

—¡Ahhh…! —grité adolorida ante el golpe del sujeto. Intenté moverme, pero no puedo.

—¡Te dije que me vengaría de ti, perra! —Su voz suena cada vez más desquiciada.

—¡No te hice nada, no sé quién eres! —lloriqueo muy desesperada.

Una carcajada maliciosa resuena por toda la habitación. Cada centímetro de mi cuerpo se eriza.

—Claro que si. —De inmediato, pasa su mano por mi torso—, tú, me diste una paliza en ciudad T, y me denunciaste con la policía. —detiene sus dedos cerca de mi estómago.

—¿¡Aahhh!? —Aquel tipo desciende cada vez más hasta la zona prohibida.

—¿Sabes algo? —sus dedos est@n muy cerca—, nadie denuncia al jefe —espeta muy enfadado.

—¡AAAHHH! —Horrorizada, trato de moverme para escapar, no funcionó.

Lo siguiente que recuerdo, es muy borroso, mi cuerpo es golpeado por unos minutos, además de ser toqueteado sin mi consentiento.

Sólo lloro ante mi situación, sólo grito por ayuda, sólo pudo piedad.

La c@mara, es encendida, est@ lista para grabarme, y captar cada horrenda escena que mi alma no desea experimentar.

Aquel tipo, empieza a desvestirse, est@ ansioso por desmoronarme sin ninguna pizca de piedad.

—¡POR FAVOR, NO! —grito a todo pulmón pidiendo por mi vida.

De pronto, un temblor, sacide todo el lugar. Aquel enmascarado cae al suelo aterrado.

El temblor no cesa, incluso se hace cada vez más fuerte y más frenético con el paso de los segundos.

El secuestrador intenta levantarse, pero la tierra se parte justo debajo de él.

La camilla también comienza a desmoronarse, y un par de cadenas se desprenden haciendo que caiga al suelo y sea aplastada por la camilla.

—¡AAAAHHHH! —grita el secuestrador como un loco por el tremendo golpe que sufrió.

Trato de arrastrarme, pero la tierra y piedritas hacen que mi piel se lastime lentamente.

De pronto, un rugido aterrador, resuena por todo el lugar. Hombres y mujeres, gritan por ayuda, el terremoto destruye cada pilar del edificio.

De pronto, una horrible serpiente negra aparece: su boca parece estar llena de sangre, sus ojos rojizos reflejan un alma perturbada capaz de destruir todo a su paso.

Una horrible sensación Recorre mi garganta, siento como mi saliva adquiere un sabor metálico, además de eso poco a poco pierdo la visión.

Todo se vuelve borroso, también mi saliva sale de mi boca sin parar. Lo último que pude sentir, es mi cuerpo ser elevado, más el sonido de una bestia.

***

Abro mis ojos lentamente, esperaba sentir el frío destino de la muerte, pero el alivio llega a mi cuando noto que estoy a salvo.

Me levanto del suelo, notando que alguien más me acompaña, ¡Eres tú! Dije en un tono de voz casi imperceptible, a causa de mi garganta destrozada de tanto gritar.

Sus ojos carmesí, se posan en mi, se acerca lentamente y pone una mano sobre mi hombro descubierto.

Por primera vez en mucho tiempo, veo como mi amigo el fantasma sonríe, llena mi corazón de calides… algo que no sentía desde que mi familia murió. Me acerco a él para abrazarlo, éste corresponde sin ninguna objeción.

Varias lágrimas caen de mis ojos, no me importa si me estoy congelando, quiero desahogar todas mis penas, estoy cansada… incluso estoy dispuesta a hacer las pases con Freezer.

Solo quiero estar en paz.

Intento aferrarme a él, pero sus brazos me apartan con total brusquedad. Alzo la mirada confundida y noto su rostro sombrío y sin vida, digno de una leyenda urbana.

—¿Qué debo hacer para que seas feliz? —cuestionó resignado y frustrado.

—¿…? —De pronto un líquido negro sale de las heridas que hay en sus brazos.

—¿¡Qué debo hacer para ver unas mísera sonrisa en tu maldito rostro!?

Ahora yo soy la que se aparta de él, mi instinto me dice que el peligro me acecha. Veo como los ojos rojizos hipnotizantes del fantasma, se convierten en unos orbes endemoniados.

—¡Eres patética! ¿Lo sabías? —Dijo luego de una risa macabra, su voz se hizo más grave y ronca.

—¡…! —Retrocedo más y más, mientras diviso como el cuerpo de Freezer es consumido por esa sustancia asquerosa.

En ese instante, el cuerpo de Freezer pierde su forma, incluso su presencia se volvió horrible.

—Tu mente débil y esas emociones repugnantes, provocaron esto. —Cuando menos lo espere una horrible serpiente emerge de aquel líquido.

—¡Aaahhh! —grito aterrada.

—¡¡¡Quiero tu alma!!! — seguido de un terrible rugido, se oyen sus movimientos.

No lo pensé mucho tiempo, solo me dedico a correr para perder al animal de mi vista.

—¡Ven aquí!

Hice caso omiso y corrí hacia el bosque. El aire penetra mi piel desnuda y las roquitas lastiman mis pies. Varias lágrimas caen de mis ojos y solo deseo salir viva de este lío.

La serpiente casi agarra mi cabello con su mandíbula, lo bueno es que logré wvadirla.

Lastimosamente me siento agitada, y me detengo cerca de un precipicio. Le arrojó piedras a ese animal de color negro, una piedra le dió en su ojo izquierdo, lo cual lo molesto.

—¡No te acerques monstruo! —Sigo lanzando piedras, pero no pasa nada. Retrocedió más y mas hasta tocar el borde del risco. Tiemblo ante mi terrible destino.

En estos momentos estoy entre la espada y la pared, por un lado me aguarda una gran caida, por el otro, una bestia me quiere comer.

—Sigue temblando, es delicioso ver cómo mi cena sufre antes de morir. —Su burlona risa malévola.hace que me tense más de lo usual.

—¡Cállate! —grito—, ¡No seré tu cena! —Exclamé intentando mantenerme firme.

Esa cosa se acerca lentamente, con un movimiento rápido rasguño su ojo con una piedra, él se aplicó.

—¡MALDITA SEAS!

—¡No eres mi amigo, aléjate de mi! —exclamo entre llantos—, ¡Un amigo jamás te haría daño…! ¡Tu me salvaste para comerte mi alma!

—¡…! —La expresión de su rostro cambio de inmediato, parecía impactado.

—¡Vete de mi vida! —Con mi último aliento retrocedió hasta sentir que estaba suspendida en el aire. En ese instante caigo al vacío.

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—¿Y como lograste sobrevivir? —pregunta la psicóloga.

—Gracias a Dios, había un río cuando caí al precipicio, la serpiente no me siguió. He de agregar que unos campistas me ayudaron cuando me encontraron. —contesto.

La mujer se queda sin palabras, supongo que me enviara con un psiquiatra.

—No te sientas mal, además, si esto… bueno, te pasó… con el tiempo lo estás superando. —comenta un tanto cautelosa.

—Ya veo… —Levanto la mirada un poco más tranquila.

—Por ahora, dejemos esto hasta aquí, el tiempo se ha terminado y debo atender a otros pacientes. —me dijo para después guardar mi expediente.

—De acuerdo, la veo la próxima semana. —acto seguido me despido con un ademán para después retirarme del consultorio.

Durante este tiempo, he intentado superar aquel trauma que atormenta mi cabeza. La terapia a funcionado un poco pero aún tengo pesadillas con ese fatídico día.

No obstante, soy feliz a pesar de los problemas. Incluso los criminales qué me secuestraron pagaron las consecuencias, aunque no de la manera que yo esperaba.

En estos momentos salgo del consultorio con la mente más despejada. Ahora solo pienso en mi futuro y en mi familia qué me mira desde el cielo.

Al fin esta historia llegó a su fin, me da gusto que hayan leído mi fanfic. También les agradezco por esperar tanto tiempo.

¡Hasta la próxima!