CAPITULO 18
Hoy sí que costó levantarme... reprogramé mi alarma tres veces. Por supuesto, me levanté tarde. Tuve que vestirme con lo primero que encontré —jeans converse camiseta y cazadora— Está lloviendo esta mañana. Lloviendo no. Más bien estamos a principios de un diluvio, logré llamar a un servicio de taxi y encontrar uno disponible.
Ahora estoy en medio del tráfico con diez minutos exactos para llegar a mi trabajo y más de cinco kilómetros de distancia. ¡Genial!
Decido bajar del taxi y caminar/correr pero recuerdo que no tengo paraguas. Es preferible llegar tarde que llegar mojada. Tomo mi teléfono y llamo a Zamara.
—Buen día Alec ¿También vas tarde? —¿Qué? ¿Acaso no soy la única?
—Lo siento Zamara, estoy a unas pocas calles de la empresa. Pero el trafico esta horrible y no tengo paraguas...
—Tranquila estoy en el taxi al lado tuyo. Tampoco tengo paraguas —miro hacia mi izquierda pero hay un auto rojo—. Tu otro lado —Ah, ahí está el taxi, aun en medio de la horrible lluvia logro reconocer a Zamara—. ¿Qué tal chica?
—Esto es horrible Zamara. ¿Cómo es posible que esta cuidad entre en caos cuando llueve?
—Porque somos una ciudad plana. No hay una dirección para que el agua corra. Las calles se inundan más rápido y los autos van más despacio por ello. Y no olvidemos a los imprudentes que desean morir acompañados por los otros conductores y transeúntes
—Mira nada más. Mi segunda semana y ya voy tarde —Me quejo
—Relájate. Jazmín llego dos horas tarde el día de su entrevista —No dudo de ello— Y mira lo buena empleada que es.
—Pero ¿qué ejemplo le voy a dar a mi equipo de trabajo?
—Creo que no demoran en llamarte para decirte lo mismo. Julia ya informó que llega tarde y Brad también. Tengo algunas otras llamadas y mensajes pero sé que es para lo mismo así que no contestaré.
Dioses... jefes como ella muy pocos.
—Nos vemos en la oficina Alec —cuelga el móvil y se despide con la mano. Su carril ha sido despejado.
Llegamos diez minutos tarde. Brenda ya se encuentra en su puesto de trabajo. Me doy cuenta que ella vive a dos cuadras de la revista y si tiene un paraguas. Esta misma tarde compraré uno. Eunice también se encuentra en la oficina, Pipe tuvo una cita médica temprana así que llego a tiempo y evito el tráficó de mierda. Gabi y Luisa aun no llegan.
Enciendo mi computador y me dispongo a trabajar, saco uno de los sobres que Brenda me ha dado, mi energía esta por el suelo. Veinte minutos más tarde Luisa, seguida por una empapada Gabi llegan a la oficina.
—Lo siento jefe traté de comunicarme pero mi jodido móvil se mojó y no funciona.
—¿Qué te paso Gabi? ¿Por qué estás tan mojada? —Me preocupa que se enferme.
—Tuve que bajar de autobús por ese maldito trancón. Venia corriendo con mi sombrilla y un hijo de puta en auto pasó cerca de un charco y me empapó. ¡Mira mi móvil murió por inundación en mi bolsillo! —Me ensaña su móvil el cual está totalmente muerto.
—Sácale la batería y colócalo en arroz. Vamos, voy a decirle a Luigi que nos dé algo de arroz para arreglar tu teléfono —Eunice se lleva a Gabi no sin que yo le indique que debe cambiar su ropa.
—No puedo creer que en esta ciudad tan grande llueva y se produzca tal caos —murmura Luisa.
—Precisamente por ser tan grande es que eso pasa. ¿Sabes cuantos autos hay en la ciudad?
—Odio las capitales.
El causante de tanto tráfico fueron trece accidentes automovilísticos, cuatro en la misma calle del edificio donde se encuentra la revista. Gracias al señor, no hubo ningún muerto pero si varios heridos. Eso es lo que informa el noticiero al medio día mientras almorzamos en la terraza.
—Zack no demora en llegar ¿Feliz de ver a Vincent? —canturrea Jazmín.
Gruño en respuesta, lo cual hace que todas dejen de alimentarse y se concentren en mí.
—Oh ya veo... Problemas en el paraíso ¿Es mal polvo?
—Cállate Jaz. —bramo.
—Debe serlo estás de un humor perra/insatisfecha hoy.
—Jaz déjalo —Amber me da una mirada de disculpa.
—Pero es que no es ella hoy. Ha estado toda gruñocienta. Quiero a la Alec normal —Es cierto, mi ánimo esta mañana no ha sido normal. he estado molesta desde que me levanté y lo he dado a conocer a todos con mis secas respuestas y mi mala actitud.
—Si ese cabrón te hizo algo dímelo... yo le daré una buena dosis de perra.
—Jaz eso deben resolver ellos —Julia trata de razonar con Jazmín. Pero eso y discutir con una pared es lo mismo.
—No me importa. Alec es mi amiga ahora y sabes como de mama leona soy con mis amigas. Si alguien le ha hecho algo, lo pagará —Escucharla decir eso logra sacarme una sonrisa. Jaz puede estar un poco loca, pero ha demostrado ser buena amiga. La semana pasada un idiota homofóbico dijo algo sobre los gays que hizo sentir mal a Artie. Jaz casi se lo come vivo.
—Gracias Jaz, pero creo que fui yo quien la embarró –—Procedo a contarles el motivo de mi malestar lo más breve posible.
—Pero él solo quiere que seas recompensada por tu sacrificio y aguantarte a ese idiota.
—Lo sé Gabi, pero no quiero sobras de nadie.
—No son sobras. Tu viviste ahí —Artie trata de hacerme caer en la cuenta.
—Y Perronica vive ahí ahora. —espeto. Todos me dan una mirada.
—Buen punto —concuerda Jena.
—A ver si entendí. ¿Te enojaste con el guapo musculoso de ojos verdes porque él quiere que tú no firmes los papeles del divorcio sin obtener algo a cambio como la casa, el carro o el perro? —Asiento hacia Luisa—. Entiendo tu punto de vista. Pero, ¿no crees que si no le das pelea él siempre se saldrá con la suya? Piensa en todas las mujeres que han sido despojadas y echadas a la calle por sinvergüenza como él. Debes sentar un precedente Alec. Hazle pagar.
—Pero eso sería una lucha sin fin, jamás se librará de él ni estará tranquila —Sebastián refleja mis pensamientos.
—Exacto. Tienes un punto Luisa pero es mi felicidad y mi tranquilidad la que peligra aquí. No voy a seguir gastando mi tiempo en Alex. Ya suficiente de él le di. Es hora de empezar desde cero.
Algunos murmuran un "de acuerdo", Jaz y Luisa niegan con la cabeza. Amber, Julia y Jena me dan una mirada de entendimiento. Cinco minutos después Zack llega con Valentino, Randy y Paul a su lado. No hay señales de Vincent, no sé si sentirme aliviada o decepcionada.
—¿Qué fue lo que le hiciste a Bismarck? Ha estado de un humor de perros toda la maldita mañana. Ha hecho que repita un jodido reporte tres veces —gruñe Zack mientras toma asiento al lado de Jaz.
—Nada —respondo a secas. Valentino se disculpa por su compañero y Randy se concentra en su menú.
—A mí me ha hecho dibujar el mismo croquis seis veces y no me quejo como una niña —musita Paul.
—¿A quién le dices niña? Jaz cariño, dile que no soy una niña.
Jaz se dispone a decir algo pero antes de escuchar cualquier "dato" de su boca todos gritamos que no es necesario.
—Lo siento Alec, sé que no me incumbe pero nuestro compañero ha estado terriblemente molesto esta mañana, lo cual no es normal en él. Anoche cuando salió del trabajo dijo que tenían algo planeado contigo. Asumimos que sucedió algo —Valentino me susurra
—Solo discutimos... bueno en realidad fui algo perra con él. Voy a llamarlo.
—Te lo agradezco. No quiero volver a armar mi equipo otras quince veces. —suspira, el italiano.
—¿En serio ha sido tan molesto e idiota? —pregunto escéptica.
—Ni te imaginas. —murmuran los tres.
Decido enviarle un mensaje para saber si desea hablar conmigo.
Yo: Pensé que vendrías a almorzar con nosotros.
Obtengo su respuesta inmediatamente. Tal vez esperaba que le escribiera.
Tu Sexy Hombre: No creí que desearas verme por como terminaron las cosas anoche ¿Aún estas molesta conmigo?
Yo: No estoy molesta. Lo siento por exagerar anoche, es solo que deseo de verdad que por una vez, si decido algo sea respetado ya aceptado.
Tu Sexy Hombre: Lo entiendo nena. Discúlpame a mí por ser entrometido. Somos amigos y debemos apoyarnos.
¿Amigos? Esa definición de lo que pasa entre nosotros me incomoda.
Yo: Gracias. ¿Vienes?
Tu Sexy Hombre: Pide un ENORME pastel de carne para mí... en camino.
—Vincent dice que ya viene —informo al grupo.
—Aleluya —murmura Paul
—Gracias a Dios —suspira Randy
—Ya era hora hombre, estaba a punto de lanzarle el informe en su cara —menciona Zack mientras lleva un bocado de pasta a su boca.
Valentino me guiña un ojo y sonríe, luego, toda su atención es para Julia. Pido el pastel más grande que puedan tener, a Luigi y espero a mi sexy hombre. Cuando llega trae una barra de chocolate y una rosa artificial.
—Sé que no te gustan las flores porque se marchitan y te pones triste. Te traje esta rosa artificial nunca dejara de estar hermosa para ti. Mira hasta huele bien. —Escucho el "Aww" de las chicas, un "nenaza" de parte de Zack y luego un "auch" Jaz le ha golpeado. Me entrega el chocolate—. Y no nos puede faltar el chocolate —Me da una hermosa sonrisa que ilumina sus hermosos ojos verdes. Es imposible no suspirar con este hombre.
—Gracias. ¿Dónde compraste esto?
—Esta mañana fui a House Center. Pensaba disculparme hoy en la noche contigo. Dejar que te calmaras en el día. Gracias al cielo me enviaste ese mensaje. Estaba seriamente considerando almorzar en esa horrible cafetería del departamento —Finge estremecerse.
—Bueno, pues entonces aquí tienes —le entrego su almuerzo—, un delicioso pastel de carne, incluso le pedí a Luigi extra queso.
Sonríe nuevamente, toma el pastel y besa mi mejilla. —¿En serio? Te amo nena —Esa expresión de cariño me pone nerviosa. Todos escucharon lo que dijo pero ninguno hace comentario alguno. Gracias al cielo.
Regresamos al trabajo y Vincent logra robarme un beso. Tengo una sonrisa tonta en el rostro. Zack me "aconseja" mantener feliz a la bestia, si lo hago me dará chocolate como recompensa, como soy débil digo que lo intentaré. Valentino me sonríe. Busco un lugar en mi escritorio para la rosa y dejo la barra de chocolate para la tarde. El día transcurre sin incidentes y pronto estoy de regreso a casa.
****
Los siguientes dos días pasan sin más. Vincent y yo nos hemos enviado mensajes de texto y en cada almuerzo siempre lleva chocolate para mí. Zack ha cumplido su promesa y también me entrega algunas barras. Vincent lo ve y parece confundido
—¿Por qué le estas dado chocolate a Alec? Para eso estoy yo. —gruñe más que preguntar.
Antes de poder responderle, Zack decide jugar un poco con él.
—Me han dicho que el chocolate es su debilidad así que estoy intentando conquistarla.
—No juegues conmigo Zack... cuidado con tus intenciones. Mantente al margen —Vuelve a gruñir—. Además tú sales con Jazmín.
—Jaz y yo tenemos una relación abierta. Igualmente, compartir con una de sus amigas lo hace menos complicado ¿Cierto bebé? —Jaz ríe y asiente guiñándonos un ojo. Vincent gruñe y me rio.
—Zack me da chocolates si tu no le haces repetir los informes por estar de mal humor —cuando termino la mandíbula de Vincent cae abierta, murmura un "Idiota" y todos reímos.
****
El jueves es el día de visitar una tienda Sexshop. Me decido por "La Pantera Roja" me parece un buen lugar con gran variedad y excelente atención. Discuto si ir con Eunice o sola, no me gustaría escandalizarla, se ve es un poco conservadora. Pero ella se adelanta informando que se encuentra lista para salir. Gabi y Luisa sienten curiosidad y deciden ir también. Cam se reúne conmigo en la tienda argumentando que hay un nuevo vibrador que desea probar con Adam.
Tenía unos cuantos juguetes, pero por arte de magia, cuando me casé con Alex fueron desapareciendo —mi hipótesis es que Constanza, la ama de llaves los desechó— entramos y lo primero que llama mi atención es un hermoso conjunto comestible de bragas y top rojo. La asesora nos da la descripción del conjunto. Le informo el propósito de nuestra visita y la idea que tenemos. Encantada, nos lleva con el administrador al cual también le agrada nuestro propósito y decide ayudarnos con todo. Nos dan el recorrido, explican sus productos, cuales son los más vendidos, cuanta cantidad de clientes piden a domicilio para evitar ser vistos en la tienda y nos dan a conocer el club de sexo casual que funciona sobre la tienda. Se comprometen a enviarnos un catálogo con todas las descripciones y la información que anteriormente compartieron, la única condición es mencionar en nuestra revista su tienda. Pan comido.
—Deberías llevar este. —Cam me enseña un Basix de diecinueve centímetros con punta giratoria—.Por lo menos este jamás entrara en la vagina de otra que no seas tú.
—Ja.Ja.Ja... muy graciosa Cam. Sim embargo, voy a comprarlo no quiero que "se dañe mi vagina" —Cam ríe histéricamente.
Para mi sorpresa, Eunice compró un hermoso disfraz de azafata. Cuando vio mi mirada solo se encogió de hombros y murmuró algo como "reavivar la pasión" —vaya con Eunice quien no la conoce dirá que es toda una gatita— Gabi compró unas bragas estimulantes y Luisa un gel multiorgasmico junto con unas vendas y aceites aromáticos. Tengo que ver la cara de Paul mañana.
Mientras estaba en la tienda Vincent me envió un mensaje avisándome que estaría en casa a las siete. Cerca de las cinco treinta tomo una ducha, depilo mis partes íntimas —debo hacerme la cera— humecto mi piel y aplico tratamiento en mi cabello. Escuché mi teléfono sonar, pero estoy demasiado llena de cremas y acondicionadores. Termino mi sección de spa y voy a mi armario.
Me decido por un vestido de verano con estampado floral en la parte inferior y de color rosa en la parte superior —Fue un regalo de Cam y el rosa no es tan feo— uso unos botines bajos de gamuza color café. Mi remera de jean y poco maquillaje. Copio el peinado de Jazmín de hace algunas noches dejando el resto de mi cabello suelto. Justo cuando estoy aplicando perfume escucho que Cam abre la puerta y saluda a quien supongo debe ser Vincent.
Salgo para recibirlo y me encuentro con un hermoso y sexy hombre que me roba el aliento. Vincent está en unos pantalones de dril claro y una camisa verde que resalta sus hermosos ojos. Su cabello aun húmedo se encuentra peinado en esa forma de "Soy malditamente sexy sea como sea". Me ve y sus ojos se oscurecen con el mismo sentimiento que me embarga Deseo. Lo deseo tanto.
—Cada vez te ves mucho más hermosa que la anterior —Me da un beso y murmura sobre mis labios—. Eres tan hermosa y te ves tan deliciosa que estoy seriamente considerando llevarte a mi apartamento y hacerte mil cosas.
Desde ahora en adelante voy a usar rosado en todo mi cuerpo y no solo en mi ropa interior. Sus palabras me excitan y siento la presión entre mis muslos.
—No puedes sólo decirme esas cosas. Mi cuerpo no está hecho ni de metal ni de madera —murmuro de vuelta. Mi voz es agitada llena de deseo y ansiedad.
Cam se aclara la garganta rompiendo el hechizo que había entre mi sexy hombre y yo.
—Puedo quedarme con Adam hoy si necesitan espacio para sus "mil y una cosas" —puedo percibir la diversión en la voz de Cam—. Dios sabe que Alec necesita algo de jaleo allí abajo —Maldita zorra... ¿Dónde carajos dejé el laxante? Vincent ríe al ver mi mortificación responde algo que se asemeja mucho a un "Yo me encargo".
****
En el cine toma mi mano todo el tiempo. Somos amigos pero al parecer hoy somos algo más. Hacemos nuestro pedido, que consiste en palomitas de maíz, dos refrescos, nachos y hamburguesa. No me da pena comer... si la comida es para avergonzarse ¿por qué habría restaurantes? Además quien come eres tú no los demás así que no me importa si piensan que soy un cerdo por la cantidad de grasa que consumo. A Vincent parece no incomodarle.
Mientras vamos hacia la sala, él recuerda que aún no le agrega queso a sus nachos por lo cual me quedo esperando en la entrada mientras el regresa. Un hombre alto me ve y se acerca para conversar conmigo. Parece conocerme pero la verdad no le recuerdo.
—Alejandra ¿Cómo estás? —Es bastante guapo, no tanto como Vincent pero lo suficiente como para llamar mi atención.
—Bien... —Estoy seriamente tratando de recordar a este chico pero me es imposible recordarle. Es alto de ojos oscuros mandíbula cuadrada. Usa unos lentes muy cool que dan ese aire de sexy intelectual. Viste jeans. Converse amarillos y una camiseta blanca. Ríe al ver mi estado de confusión.
—Probablemente no me recuerdes. Soy Diego Sandoval estuvimos juntos en clase de sistemas avanzados en la universidad —Diego... ¡espera! Ese Diego. Pero este hombre frente a mí no es nada parecido al Diego que recuerdo. Era gordito. Usaba frenillos y tenía una cicatriz en su ceja... Oh si ahí está la cicatriz sólo que sus lentes se ven tan bien que no me permiten verla.
—Virgen santísima y Papa de oro... ¡Diego! No puedo creerlo. Te ves... wow. Bajaste de peso y ya no usas frenos...—yo y mi bocota—: lo siento.
Ríe y es muy lindo. ¡Doble wow! Diego Sandoval. Está súper lindo. Estuvimos en la misma clase los primeros dos semestres, me ayudaba mucho y su familia es súper amorosa, especialmente su hermana menor. Era una cosita tan dulce de seis años. Era un genio con las computadoras todo lo contrario a mí. No puedo creer que se vea tan sexy ahora.
Se acerca un poco a mí, no me incómodo. La atención de los hombres sexy me gusta siempre y cuando no se atreva a tocarme inapropiadamente todo estará bien.
—No te preocupes, sé que no era un modelo en la universidad pero ya vez, el tiempo ha estado a mi favor. Debo decir que siempre ha estado de tu lado, luces incluso más hermosa que hace siete años. Y eras la bomba sexy la U.
Sonrío por su cumplido y también porque su sonrisa es muy bonita y contagiosa. En ese momento Vincent llega, su rostro es sombrío, luce algo molesto.
—¿Estás lista Alec? —pregunta no muy gentilmente ignorando totalmente a Diego ¿en serio?
—¿Lo estás tú? —Asiente aún sin determinar a mi ex compañero, Diego luce algo incómodo también por lo que decido presentarlo y dejar las cosas claras—. Vincent te presento a mi amigo Diego, fuimos juntos a la universidad. Diego él es mi...
—Novio ¿Qué tal hombre? —Extiende su mano y aprieta la de Diego. Yo me encuentro desencajada por la respuesta que dio... ¿Novio?
—Diego —responde en el mismo tono que Vincent, se dirige a mí con su siguiente pregunta—. ¿Pensé que estabas casada?
—Me separé.
—Ya veo. Bien voy a buscar a Sara —Sara es la pequeña hermana de Diego.
—¿Sara está aquí? ¿Cuántos años tiene ya? ¿Trece?
—Si —Sonríe tiernamente Diego—. Ya mi pulga se creció. Hoy tiene una cita con su novio pero ya sabes cómo es mi padre. Si quería salir, debía venir su hermano mayor. Así que aquí estoy atrapado con dos adolescentes —Una hermosa chica pelirroja se dirige en nuestra dirección brincando, con un chico que luce un poco intimidado.
—Mani ya estamos listos. Vamos, que Tobías no puede esperar más por mi... —Se percata de que su hermano no está solo. Me reconoce al instante—. ¡Alec! No puedo creer —Salta y me da un fuerte abrazo rompecostillas.
—Pequeña Piu... estas hermosa y muy grande.
—Lo sé, soy más bella que mi hermano —Diego resopla, yo sonrió y Vincent permanece imperturbable—. ¿Quién es tu sexy acompañante? —Jesucristo estos niños de hoy en día. Vincent sonríe por la pregunta de Sara.
—Es su novio —responde Diego por mí. Bueno esto es muy molesto. Si la pregunta es para mí yo debo contestar.
—Sexy... siempre has tenido buen gusto. No como otros —Le da una mirada fulminante a Diego lo que me dice que algo pasa ahí—. Él es mi novio. Tobías ella es Alec, una amiga de mi estúpido hermano y su sexy novio eh... ¿Cómo te llamas sexy?
Diego tose, Vincent está en show y yo solo me rio... Sara es única.
—Me llamo Vincent pero puedes decirme Vin —responde, ya recompuesto le guiña un ojo a Sara... sí, esa chica hoy soñara con mi novio.
—Un placer cariño —expresa con voz melosa. ¡Ja! No puedo creer esto, estoy frente a una próxima Camilla.
—Bien afrodita vamos a ver tu película. Además tu novio está allí deja de robar el de las demás.
—Tobías no es celoso ¿Verdad? —El chico del cual no se ha escuchado una sola palabra, lo más seguro es que no esté respirando tampoco, asiente.
—Bien. Nos vemos Alec ¿Aun conservas en mismo número? —pregunta Diego, empuja a su hermana que continua observando a Vin.
—Si.
—Genial. Yo igual, nos vemos. Adiós Vincent.
Vin murmura un adiós mientras Diego sale con sus adolescentes hacia la siguiente sala.
—¿Novio? —Necesito que me aclare su seria escena de celos. Eso es lo que considero que fue.
—Lo sé. Me pase. Discúlpame —Su respuesta me deja con la guardia baja. Esperaba que me dijera que así se sentía respecto a mí, en vez de eso se disculpa. Este hombre me confunde.
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