Advertencias: Shin Soukoku, pequeño debate filosófico.

~•~

—¿Ya te sientes mejor?— un preocupado Dazai acariciaba su mejilla—. Te desmayaste de la nada.

No dijo nada, mordió el interior de su labio, la sensación de verlo así resultaba extraño, especialmente después literalmente estar llorando hace unos minutos (según su percepción del tiempo). El castaño arqueó las cejas curioso.

—¿Has comido bien?— recorrió el cabello que parecía incomodarle—. Sé que últimamente he estado muy ocupado, pero prometo ponerte más atención.

Su rostro se tornó color carmín, su respiración se alentó dejando en claro que no pensaba pelear. Chuuya estaba dispuesto a ceder un poco.

Buscando alejar sus caras, volteó analizando su habitación, no era su casa, y podía jurar que tampoco la de Dazai, pues está estaba muy ordenada y visiblemente tenía rastros de un mejor gusto en decoraciones. El sonido del timbre los hizo saltar.

—Les avisé— soltó algo parecido a una risita—, Que buenos amigos tenemos.

Salió del mullido colchón, mientras que Chuuya buscaba alguna pista de dónde podría estar su "pesadilla", que aún no se dignaba a salir de su escondite.

—¡Chuuya-san!— la voz de Akutagawa lo hizo abrir los ojos aún más, pero nada se comparaba al impacto que sintió al ver detrás de este al tigre.

—¿Estás bien?— Atsushi lo saludo con un pequeño ademán mientras pasaban a su habitación.

—¿Qué haces aquí?— claro, para el no era extraño que Ryunosuke lo visitará, en todo caso era una nueva amabilidad desconocida.

—Se desmayó cuando regresamos de las compras— el castaño atravesó la puerta acomodando una de sus vendas con ayuda de su mano—. Iremos al doctor.

—Yo no necesito un doctor, maldito Dazai— su comentario no causo efecto en el más alto, que en realidad no prestaba mucha atención a sus protestas.

—Si no te sientes bien no tienes que ayudarnos— los ojos de Atsushi se aguaron rápidamente—. Perdón por no darme cuenta cuando estabas conmigo.

—¡¿Qué demonios te pasa?!— un incómodo Chuuya le gritó desde la cama.

—Oye, controlate— murmulló Ryunosuke antes de sentarse junto al más bajo—. Está sensible porque creé que es su culpa.

—Te pedí mucha ayuda con las cosas para la boda— cubrió sus ojos con su antebrazo.

—¿Qué boda?— estaba ansioso por escuchar otro nombre que no fuera el suyo.

—La nuestra— Akutagawa cubrió su boca y parte de las mejillas con la excusa de estar tosiendo.

—¿Nuestra?, ¿Ustedes son...— su cerebro tuvo un cortocircuito.

La risa de Dazai los hizo voltear en su dirección—. Creo que debemos dejarlo descansar, aún está un poco confundido.

—Mierda, gracias a dios no es la mía— a pesar de no entender del todo lo que ocurría estaba más confiado que antes.

—Pero si tú ya estás casado con Dazai-san— el peligris formó una pequeña "o" en sus labios.

—Déjenme solo, quiero suicidarme— pidió con la poca cordura que le quedaba.

—¡Hagámoslo juntos!— obviamente que Osamu no dejaría pasar esa oportunidad.

—¡Cállate!— apretó los dientes debido al enojo—. Quiero descansar.

El de vendas alzó los hombros resignado, llamó a su subordinado y al mafioso para salir del cuarto y dejar al de baja estatura. Cuando dejo de escuchar los lloriqueos del más jóven se sintió en confianza de hablar en voz alta.

—Deidad de mierda, necesito hablar contigo.

—Más respeto para tus mayores— apareció a su lado, vistiendo un absurdo traje tradicional—. ¿Qué ocurre?.

—¿Qué les hiciste?— exclamó mientras de ponía de pie buscando ropas más adecuadas para salir.

—¿A quién?— parpadeó un par de veces.

—¿Por qué los metes en esta mierda?— ciertamente estaba más molesto con eso, que su actual matrimonio con Dazai, ya era un avance.

—Yo no tuve nada que ver con eso...no aquí— alzó las manos con falsa inocencia—. En este universo ambos bandos peleaban, y tú relación con ese muchacho marcó una paz en la ciudad, lo demás vino después.

—¿Cómo lo sabes?— gruñó exasperado.

—Lo sé todo, siempre y cuando esté relacionado con el amor— trono los dedos de sus manos para seguir con su relato—. Él hombre al que te refieres como Dazai, tuvo la grandiosa idea de hacerlos trabajar en equipo, como nunca dejaban de pelear les dió la misión de convivir un poco como amigos.

—¿Y se enamoraron?— estaba un poco asqueado.

—Si, en retrospectiva ya era almas gemelas— sonrió de lado antes de que una media cayera en su cara.

—No existe tal cosa como un alma gemela.

—El alma es muy complicada de entender, Aristóteles tardó años en comprender mi explicación— quitó el calcetín de su cabeza para arrojarlo de vuelta—. Es inmortal, y podría decirse que tú escencia, cuando tienes una conexión sentimental que va mucho más allá de lo físico y te complementa espiritualmente es porqué tienes esta atadura en tú alma.

El pelinaranja ignoraba sus palabras con indiferencia, ya tenía algunas prendas en la mano y se dirigió al baño.

—Malditos niños— una vena se marcó en la frente femenina. Esperó pacientemente hasta que llegó vistiendo como normalmente lo hacía—. ¿Vas a salir?

—Esos dos me pidieron ayuda para su boda— en el fondo estaba un poco emocionado—. Tampoco quiero estar cerca de la caballa.

—Solo tienes que aceptar lo mucho que lo amas...

—Sigue hablando y te partiré la puta cara— su tono se volvió gélido, y amenazante.

—No tienes que admitirlo en voz alta— susurró antes de dar un salto y salir de la cama—. Bueno te dejaré solo, tengo otras personas que atender.

—Eres una sádica de mierda que le hace esto a muchas personas— no era una pregunta.

—Yo amo a todos mis hijos, debo velar por sus intereses— hizo un corazón cruzando su dedo pulgar, e índice—. Si ya te acostumbraste a mi forma femenina no tengo problema con seguir usando este cuerpo, pero podrías utilizar mi nombre.

—No me acuerdo, y deja de joder.

Frunció el ceño antes de desaparecer.

—Alma gemela, que estupidez.

—Tengo que llevarte a un hospital— el castaño lo miraba recargado en el marco de la puerta—. Te volviste loco.

Nota: La descripción de alma gemela puede variar según tu percepción (puse el concepto más genera).

En fin, gracias por leer <3