Los diálogos (noveno texto)
¿Qué es un diálogo?
En el ámbito literario, entendemos por diálogo a la comunicación verbal o escrita entre dos o varios personajes, siendo al menos uno emisor y el otro receptor.
Podemos reflejar desde una conversación distendida a una discusión. Tenemos el poder de dejar entrever el humor de aquellos que intervienen, su carácter, darnos información, en ocasiones, vital de la historia. De ahí la importancia de crear un buen diálogo que haga amena la historia, que nos aporte datos importantes, veracidad a cuánto estemos narrando en la obra que tenemos entre manos.
Hay varios tipos de diálogos entre los que podemos encontrar:
-Entrevistas: En su estructura suele incluir un Pregunta y Respuesta o las iniciales de entrevistador y entrevistado.
-Hispanos: Aquellos en los que nos centraremos más adelante por ser los que solemos encontrar en las historias de la comunidad hispana que van precedidos de la raya:
—Adriana, acércame el vaso —dijo Javier.
-Anglosajones: Van entrecomillados y en cursiva, y por el contrario de los hispanos, el punto se pone antes de cerrar las comillas, por ejemplo:
«¿Puedes mandar esta carta?», pidió Cristina. «Claro. Esta misma tarde lo haré.»
También es muy común este uso:
"¿Puedes mandar esta carta?", pidió Cristina. "Claro. Esta misma tarde lo haré."
-Diálogo indirecto: El diálogo lo incluye el narrador en el texto, por ejemplo;
Ella dijo que no podía seguir por más tiempo en la fiesta. Cogió su bolso y lo colgó de su hombro antes de dirigirse a la salida. Matías respondió que se quedara solo un ratito más. Le colocó el cabello tras la oreja. La muchacha, pensativa, respondió que solo media hora. Al día siguiente trabajaba.
-Diálogo libre: Aquí la puntuación es simple y se van introduciendo las intervenciones de los personajes sin hacer uso de las reglas habituales.
Nosotros, nos enfocaremos en mayor profundidad en aquellos que son de tradición hispana y bajo las reglas de la Real Academia Española (RAE).
Como bien se indica al inicio, estos van siempre introducidas por una raya (—), no por el guion (-). Puedes encontrar la raya de diálogo en el teclado de PC con el siguiente atajo alt+0151 (presionar los números sin soltar la tecla Alt.
Damos comienzo a la conversación sin dejar un espacio entre la raya de diálogo y el texto que pronuncia el personaje, que nos sirve de apertura del diálogo, para que quede clara la intervención de uno y otro personaje.
—Nadia se acaba de ir.
En los casos de interrogación o exclamación tampoco se deja un espacio entre la raya y el signo de interrogación o exclamación, por lo que quedaría de la siguiente forma.
—¿Estuvo aquí el cura?
—¡No puedo creerlo!
Ahora vamos con las acotaciones o intervenciones del autor que bien pueden ser precedidos por verbos del habla (dicendi), o acciones, lo presentaremos con ejemplos para que sea más sencillo.
Antes les presento una lista de verbos declarativos (del habla) para que les sea más sencillo identificarlos y también puedan usar sinónimos en sus diálogos.
VERBOS DECLARATIVOS:
aclarar
aconsejar
admitir
afirmar
añadir
apuntar
asegurar
aseverar
avisar
berrear
bramar
clamar
comentar
comunicar
concretar
confesar
confirmar
considerar
contar
contestar
cuchichear
decir
declarar
demandar
describir
destacar
enfatizar
escribir
especificar
exclamar
explicar
exponer
expresar
gritar
implorar
increpar
indicar
informar
insinuar
insistir
interrogar
manifestar
mascullar
matizar
mencionar
murmurar
musitar
narrar
negar
notificar
objetar
opinar
platicar
pedir
precisar
pregonar
preguntar
proclamar
proponer
protestar
puntualizar
quejarse
querer decir
ratificar
recalcar
reconocer
recomendar
reiterar
replicar
reprender
responder
revelar
trasmitir
señalar
sermonear
sostener
subrayar
sugerir
suplicar
suponer
susurrar
(lista disponible en wikilengua)
La acotación de verbos declarativos en un diálogo sería de la siguiente forma:
—Ana, tengo que contarte algo —dijo su novio.
En este caso cerramos con punto final, sin necesidad de incluir raya al final de la frase, ya que no sigue el diálogo. Y la frase inicial no se puntúa si hay uso de un verbo de habla.
—Dormí hasta las diez —afirmó la mujer—. Aunque todavía tengo sueño.
Entre las rayas que usamos para aclarar algo no hay que dejar espacio. En este caso, sí hay raya al final de la aclaración, a causa de que el diálogo prosigue.
En cambio, si en el diálogo introducimos una acción tras el inciso, siempre comenzará con mayúscula cuando no es un verbo de habla, sino que nos dice algo que hace el personaje, introducimos información adicional, entre otras cosas, para aclararnos, todo lo que no sea verbo dicendi.
—Dormí hasta las diez. —Sirvió café a su amigo—. Aunque todavía tengo sueño.
Lo primero y más visible es que aquí sí puntuamos la frase inicial aunque también haya inciso.
—Removí el archivo de la papelera. —Se levantó de la silla y se acercó hasta mí para mostrarme—. ¿Lo ves?
También puntuamos la acotación ya que se termina la acción del personaje y regresamos con el diálogo. Si tras el inciso, el personaje continúa hablando, la puntuación se coloca detrás de la raya de cierre. Esta norma sirve para el punto, los dos puntos, la coma y el punto y coma, pongamos un ejemplo:
En caso de verbo dicendi:
—No —dijo el padre—, no puedes ir.
En caso de verbo de acción:
—Aunque claro... Supongo que no podría esperar menos de alguien que desayuna viendo porno en internet y se acuesta viendo un programa de... tertulianos. —El profesor miró lo que Segismundo había escrito en el papel con letra abigarrada. Se levantó y añadió—: Por cierto, inútil se escribe con acento.
¿Y qué pasa con el verbo de habla si introducimos signos de exclamación e interrogación en el diálogo? ¿Varía algo?
—¿Cómo estás, María? —dijo Matías—. ¿Te apetece un café?
Aunque se trata de signo de exclamación o interrogación se iniciará el verbo dicendi en minúscula siempre.
—Tengo que besarlo una vez más. —Sacó de su bolso el celular para hacer una llamada.
Se cierra la frase de diálogo porque no continúa, además lo que hace a continuación no tiene que ver con una aclaración de lo que dice, sino con una acción.
Si un mismo personaje ocupa más de un párrafo en su diálogo, se hace uso de las comillas de seguimiento que son estas (») para indicar que el parlamento prosigue.
No se cierra comillas al finalizar el texto, ya que no se trata de un inicio y cierre de comillas, sino de indicar la continuación de su intervención, por ejemplo.
—Hola, mamá. ¿Estás bien? —pregunté cuando descolgó la llamada.
»¿Está en el hospital?
»¿Qué dice el médico?
»No puedo creerlo.
»Voy para allá.
Ese sería un caso de diálogo introducido por comillas de seguimiento, ya que no deja de hablar el mismo interlocutor y como no tenemos, en este caso, a causa del tipo de narrador, las respuestas, se indica que habla el mismo personaje, introducido por comillas de seguimiento.
También os dejo un ejemplo, si es a causa de que la explicación se alarga más de un párrafo sin necesidad de ser una llamada, solamente una continuación de su intervención:
—Durante años estuve convencida de que era una buena idea —contestó retorciéndose un mechón de cabello—. Luego vinieron los problemas: no podía pagar la deuda, el banco me atosigaba más de lo que podía imaginar, incluso me mandaban cartas de amenaza.
»Los años siguientes fueron un auténtico infierno. Tuve que mudarme dos veces, me despidieron del trabajo, los niños no querían salir a la calle. Mi marido sufrió tres infartos. Y todo por haber firmado aquel papelito que prometía que me iba a hacer rica.
»Así, que no. No estoy dispuesta a invertir en esta ganga.
—Le prometo que es una inversión segura, señora —intentó convencerla el chico—, sin trampa ni cartón.
TIPS PARA UN BUEN DIÁLOGO
-Es importante que el diálogo tenga un motivo para incluirse en el texto, por ejemplo evitar los del tipo:
—Hola —dijo José.
—Hola —respondió Laura.
—¿Qué tal estás? —repuso de nuevo el chico.
—¿Bien y tú? —contestó ella.
A pesar de que es un diálogo común en la vida real, en un texto puede resultar tedioso y carente de información para el lector.
-Que no rompan el ritmo del texto: los diálogos muy largos con descripciones que parecen no terminar nunca pueden hacer que dejen de leer o salten lo que decimos.
-Tratar de darle a cada personaje su voz teniendo en cuenta su carácter, aunque escriba el mismo autor, en las intervenciones se debe diferenciar quién es quién para darle credibilidad.
-Que resulte creíble la conversación dentro del contexto que se le desea conferir.
-Es importante que haya cierto equilibrio entre diálogo y narrativa, pero siempre en función de su historia, no más diálogo significa que una novela tenga una calidad mejor.
Aun así, en ocasiones es complicado saber si la trama avanza con el diálogo, hagan un ejercicio para saber si ocurre en su novela y pregúntese lo siguiente:
¿La historia sigue teniendo sentido si el diálogo se retira? ¿Si se puede sacar sin dejar un eslabón perdido en el viaje del personaje hacia su meta?
¿El diálogo aumenta el suspenso de lo que está por venir? Si un personaje dice algo que hace que el lector se preocupe acerca de la naturaleza o el resultado de un evento próximo, debería quedarse.
¿Cambia la situación del personaje, para bien o para mal? ¿El personaje recibe alguna información buena o mala que lo acerca o aleja de su objetivo? Si es así, la trama se mueve.
¿El diálogo arroja algo de luz sobre lo que el personaje quiere? Cualquier cosa que haga más claro el objetivo o los motivos del personaje es buena y debe mantenerse.
¿Sirve para fortalecer la determinación del personaje, o lo debilita? ¿Se dijo algo que le hace desear al lector que el personaje desista de alcanzar su meta o que el lector se sienta contento de que insista en lograrla? Cualquiera de las dos cosas es buena.
Y no olvidemos que el diálogo es una base importante de nuestra historia, por eso la importancia de saber introducirlo bien, a nivel de estructura y saber cómo enfocarlo para mejorar nuestra historia, hacerla más atractiva.
Podemos lograr que cree tensión con una frase que deje en el lector ganas de seguir leyendo, de conocer la respuesta de los otros interlocutores.
Darle un tono acorde al género, romántico o apasionado si es una novela de amor, chick-lit por ejemplo, frases divertidas si apostamos por comedia, haciendo pasar un buen rato a la persona que nos lee.
Darle más interés a un conflicto, al lograr que el lector vaya descubriendo paso a paso con nosotros lo que está por venir, sin anticipaciones.
¿Quieres darle más veracidad a tu diálogo?
-Presta atención en tu vida diaria a las conversaciones de la gente, cómo hablan, se expresan, para luego poder emocionar con tu texto. Añade expresiones reales.
-Puedes ahorrarte aquellas partes que no aportan nada, que son irrelevantes o tediosas, para hacerlo más interesante.
-No es necesario añadir verbos demasiado rebuscados, es preferible repetir dijo, contestó a que se centre más la atención en dichos verbos que el mensaje que queremos transmitir.
-Leer otros textos y observar qué te resulta creíble, atractivo y qué no para aplicarlo a la hora de crear conversaciones.
-No escribas frases demasiado rebuscadas, si hay una forma corta y sencilla de decirlo, pónla en práctica, eso será más ameno en la lectura.
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