Estaba preparado para decirle todo. Qué nos dijeramos todo sin pena.

Estaba en el Jardín.
Toco su ventana 3 veces.

La abre y me dice.

—Manu, ¿Qué hacés aquí?—

—Dejame entrar un rato, tengo qué hablar contigo.—

—¿Porque no llamás a la puerta, boludo?—

—¿Te importa? No.—

Hace una negación con la cabeza y
Me deja entrar y una vez ahí le digo.

—¿Por qué corri' de mi?—

—¿A qué te referís?—

—Hoy día me dijiste qué no te podiai' olvidar de mi y ayer, bueno, son más de las 12, antes de ayer te había dicho qué ya no estaba con el Julio.—

—No me dijiste eso, me dijiste qué se fue.—

—Bueno, no estoy con el, pero aún así no lo entiendo, yo tambien corrí de tí cuando te ví, tampoco te he podido sacar de mi cabeza, también te quería olvidar, y lo hice, creo, pero vo' llegaste y lo arruinaste.—

—¿Y a qué querés llegar con esto? Me voy hoy a en la mañana.—

En ese momento lo abrazé, dejé de ser quien era por un momento, yo, quien siempre se enoja hasta porque la empanada de alguien tiene 1% más de queso qué la mía, a pedir disculpas y a pedirle cosas al Martin, Este argento me ha cambiado mucho.

—M-Manu.—

Me separo y le dijo.

—No te vayai', no te vayai', porfa.—

—¿Qué te pasa? Nunca pensé qué me pedirías algo, sos muy enojón y orgulloso.—

—¿Enserio no te dai' cuenta?—

—¿De qué?—

N/A:

Mañana último capítulo, logré qué los dos personajes usaran al menos una vez la frase del título de la historia, baia.

Espero qué les haya gustado este penúltimo, tenkiu.