Final
Entonces le besó.
Un beso muy distinto al último que compartieron. Aquí el rencor, la furia y el deseo de someter no se encontraban.
Taehyung se sintió perfectamente capaz de ronronear contra su boca, así de pletórico estaba.
Encerró los brazos alrededor de su cuello y encontrando la posición torcida de ambos -uno al lado del otro en el sofá- un poco incómoda, escaló hasta el regazo del otro hombre y colocó cada rodilla a los lados de su cadera, en una postura donde no había reserva de espacio entre sus cuerpos.
Cualquier entidad superior, de haber una, sabría que tomó todo de sí mismo aquella noche para no devolver ese beso con las mismas ansias.
Ahora no tenía que obligarse a pretender, ni regañarse por querer tan mal esto.
Así que devoró sus labios con abandono, lo acarició y saqueó todo lo que se le ofreció al alcance. Y dejó que Jungkook también hiciera lo mismo.
Cuando la conexión entre sus labios se volvió tan feroz, caprichosa y desesperada que les agotó el aire, ambos se apartaron sin aliento y con los ojos brillosos.
"No es justo que solo yo esté sin camisa" comentó dando un pequeño alón a la tela del pijama.
Taehyung esbozó una sonrisa ladeada, una que él conocía de memoria y sabía el significado, por lo que sus cejas se alzaron con sorpresa mucho antes de que el castaño se levantase de su regazo.
De pie frente a él, lo vio quitarse el suéter, seguido de la camisa que desabotonó ojal por ojal y luego dejó que resbalara por sus hombros hacia el suelo.
En ningún momento esos ojos amielados lo abandonaron mientras se desvestía con suma lentitud.
Tae estaba dándole un pequeño espectáculo privado, y Jungkook no podía creer que casi se había olvidado de cuan seductoramente perverso podía llegar a ser este otro lado suyo.
Pensó que se detendría ahí, pero fue cuando el menor enganchó sus pulgares al elástico de la prenda inferior que sus ojos se ensancharon.
La ropa restante cayó y le mostró su desnudez sin vergüenza alguna, como tantas veces antes.
Jungkook fuese un hipócrita si dijese que no esperaba algo como esto -porque en el fondo no anhelaba nada más-, pero cuando dijo lo de su camisa en verdad no creyó obtener el combo completo.
Tuvo que luchar contra la sorpresa de saber que Taehyung quería sentirle a un nivel mucho más íntimo de lo que había previsto cuando su delgada silueta volvió a posarse sobre sus muslos.
"No luces muy convencido..." observó el castaño, que luego agregó de manera hueca. "¿Ya no me encuentras atractivo?"
Aunque le hacía un vacío en el pecho, era una posibilidad a contemplar, se dijo Taehyung. Aunque su cuerpo no ha sufrido grandes cambios en los últimos cuatro años, los gustos de Jungkook quizás sí que hayan mutado debido a las personas con las que haya estado después de él.
Sin embargo el pelinegro bajó de la nube de su estupor y frunció el ceño en su dirección.
¿Cómo era siquiera posible que Taehyung piense algo así?
"Si no estás sintiendo la dura erección abajo de ti entonces creo que debemos preocuparnos"
El castaño parpadeó dos veces antes de percatarse con grato alivio; la sensación abultada que presionaba sus nalgas era inconfundible.
"Aquí no es cómodo" dijo para desviar la atención de sus mejillas acaloradas. "Llévame a nuestra habitación"
Dio un respingo cuando Jungkook se levantó del sofá sin decir palabra, orillándolo a rodear con las piernas sus caderas y trasladándolo, hasta empujar una de las puertas con su rodilla.
Nuestra habitación...
En la vorágine de la lujuria, la mente puede aturdirse y la gente decir muchas cosas que pueden o no carecer de sentido. Ninguno de los dos le prestó especial atención a esa frase, todo lo que atraía su atención de momento estaba justo frente a ellos.
Taehyung fue colocado sobre la cama y Jungkook se quedó mirándole, embelesado ante tanta piel suave y lisa. Con sus manos convertidas en una oda en adoración al cremoso cuerpo que se le permitió trazar, lamer, besar y exquisitamente maltratar. No necesariamente en ese orden.
Durante un tiempo años atrás, no hubo nada más que deseara. No hablaba del sexo solamente, sino su entera presencia, con él, uno junto al otro. Y ahora que por fin lo tenía justo aquí, en su dormitorio, no podía creer que estuviera sucediendo.
No pasó mucho para que el calor invadiera el cuarto. La compatibilidad sexual seguía siendo abrasadora.
Eso no se había borrado.
Cuando Taehyung se volvió exigente le obligó a deshacerse de la ropa interior que aprisionaba su erección. La boca le salivó y sus piernas se abrieron inconscientemente todavía más.
Estiró una mano y dejó una sinuosa caricia sobre el falo rojizo y necesitado, haciendo que Jungkook gimiera sonando casi como un hombre herido.
Había llovido mucho, demasiado, desde la última vez que lo tocaron de esta forma. Normalmente se enorgullecía de su aguante pero justo ahora no estaba muy seguro.
Tomó la mano de Taehyung y le apartó antes de que estallara en el acto. Y por un infierno que Jungkook cavaría un hueco donde enterrar la cabeza si eso pasaba.
"Mejor dejamos esto para otro momento" rebatió en la poca voz que le costó sacar, grave y ahogada.
Podía ver en la contracción de sus comisuras las ganas de protestar de su compañero bribón, Jungkook le distrajo con varias succiones a los rígidos persones y clavículas. Los gemidos de Taehyung no pusieron resistencia, y el pelinegro se sintió aliviado momentáneamente.
La cosita castaña retorciéndose bajo su peso era tan atrevida cuando se excitaba, se recordó.
Se separó y a escasas pulgadas lo devoró con la mirada desde arriba. Taehyung lucía tan mancillado e impaciente, que estaba siendo obvio que la preocupación de no durar lo suficiente no era solo suya.
Dio un pequeño beso como incentivo a sus labios antes de separar sus muslos a un ángulo obtuso, como gustaba llamarle Tae.
Cuando obtuvo la deliciosa visión del diminuto aro estriado, contrayéndose alrededor de nada con la desesperación en carne viva de sentirse llenado, le sobrevino un cubo de hielo que habría de aguar su erección de forma inminente.
Jungkook tragó saliva antes de hacer una evaluación de los hechos... Y sí, definitivamente estaban jodidos.
"No tengo condones ni lubricante" informó mortificado.
Taehyung se apoyó en ambos codos oteando alrededor de la sencilla habitación como si pudiera hallar algo que el dueño había pasado por alto.
No lo hizo. Y el gel para cabellos definitivamente quedaba descartado.
El castaño le miró entonces con un pesado suspiro, pero desde luego más calmado que su amante.
Si Jungkook no tenía nada aquí que facilitara una buena ronda de sexo entonces supuso que no había estado con nadie últimamente, a ese nivel al menos.
Bien. Muy bien.
Se podía decir que incluso se encontraba un poco demasiado contento por el descubrimiento.
Volvió en sí cuando el pelinegro se levantó de la cama.
"¿Qué estás haciendo?" demandó arrugando la frente, mientras lo veía agacharse a un lado de la cama.
Jungkook se empeñó en la búsqueda infructífera de su bóxer que parecía había sido engullido por el suelo.
"Tengo que ir a la farmacia a por ellos" contestó distraído levantando la frazada de cama que entre el desenfreno había caído al suelo.
¿Dónde mierda estaban?
Casi sonríe como un obseso cuando, enrollados entre la tela encontró el elástico blanco de su ropa interior.
"Claro que no. Vuelve aquí"
Con un pie en una de las patas de la prenda y el otro a medio meter, Jungkook se tambaleó con una ceja alzada en su dirección.
Taehyung se había sentado sobre las pantorrillas con una almohada abrazada a su abdomen. Y su rictus enfurruñado lo juzgaba con tal dureza, como si estuviera a punto de abandonar a un cachorro en medio de la autopista, que Jungkook de repente se cuestionó si estaba haciendo algo mal.
Rascó su frente con el dedo índice antes de dialogar lo más sensato.
"Sabes que sería irresponsable hacerlo sin protección, Tae" razonó terminando de subir el bóxer. "Además te dolerá, y será incómodo"
"No, no lo será. Lo hemos hecho sin lubricante otras veces y aún mantengo mi trasero en su sitio, por si no lo notaste" rebatió decidido a ganar la partida. "En cuanto a lo otro, tú nunca lo haces sin preservativos. Sé que fui la única excepción cuando nos volvimos oficiales, así que sé lo responsable que eres en cuanto a eso. Lo mismo va para mí " agregó. "Dime que sigue siendo así, y confiaré en tí. La pregunta es ¿Tú confías en mí?"
Jungkook prefirió no aclarar que en realidad, Taehyung fue la última persona con quien compartió su cuerpo, y este parecía no saberlo. Por supuesto, no tenía cómo, pero Jungkook sí. Demonios, si incluso lo había visto en persona.
El mero hecho de recordar al tipo le hacía hervir. Y ahora tenía aquí, a su perduradero amor, con su bello rostro serio y el corazón en la mano preguntándole esto.
La respuesta era una sola.
¿Alguna vez mencionó Jungkook que su única debilidad tenía nombre propio y un muy, muy atrayente carácter recio?
"Confío en tí"
Intercalaron una mirada llena de significado, uno que acababa de afianzar cimiento más sólido a lo nuevo que construirían.
El menor soltó la almohada y se dejó caer hacia atrás en el colchón con las rodillas semiflexionadas y extendidas.
"Entonces regresa"
Para cuando Taehyung hubo respirado dos veces, el pelinegro ya estaba acaparándolo, libre de cualquier tela que estorbase.
"Date la vuelta" el tono, ronco y exigente le hizo morderse el labio inferior.
Su mirada oscura, llena de perversas promesas de cama para ambos, fue lo último que vio el menor al colocarse sobre su vientre.
Su cadera fue sujeta por una áspera mano y la almohada que antes había abandonado fue colocada dejando su trasero a la altura.
Jungkook no perdió tiempo al cubrir de su saliva -a falta de otra cosa- dos de sus dedos. E introdujo el dedo medio de a poco encontrando resistencia.
Dejó un beso en el hueso de su cadera seguido de un pequeño mordisco. La respiración de su amante se aceleraba cada vez, estaba tan distraído en el placer semidoloroso que las mordidas le otorgaban y la caliente respiración de Jungkook sobre su piel que, verdaderamente siseó cuando tuvo tres dedos completos entrando y saliendo de su interior.
Pero el dolor, nuevamente, se veía opacado y reducido a relámpagos intermitentes.
Cuando Jeon consideró que estaba lo suficientemente dilatado para no dañarlo, dejó salir sus dedos húmedos.
Pero antes de que pudiera seguir con el punto número dos del plan, Taehyung intercambió posiciones y ahora era él quien yacía sobre su espalda con el chico encima.
No era una queja.
"Yo tendré el control esta vez" contestó a la inquisitiva mirada del mayor. "Tómalo como venganza por siquiera pensar en irte y dejarme así de dolorido y duro"
Ah, su pequeña cosita pervertida.
Jungkook quiso decirle que si esta era su idea de castigo, debería replanteársela más detenidamente.
Entrelazó los dedos por detrás de su cabeza y dejó su cuerpo a merced del castaño.
"Te dejaré creer que lo tienes mientras estoy de humor" rebatió con una sonrisa lobuna.
La excitación del reto brilló en los ojos más claros de Taehyung, que suprimió luego con una fingida actitud imperturbable.
Era su turno de explorar, y eso hizo.
Podía sentir bajo sus palmas cada músculo trabajado que en un acto reflejo se flexionaba a su tacto, desde los sólidos pectorales hasta la hilera de montículos de fibra sobre el abdomen. Se inclinó y los succionó, uno por uno, dejando marcas visibles por el abdomen y la V de su cadera.
El menor ocultó una sonrisa ante su respiración errática, y continuó descendiendo hasta que sus rodillas flexionadas quedaron paralelas a las contrarias.
"Taehyung" gruñó el pelinegro en aviso.
Si hace lo que creía que iba a hacer.... Dios lo ayude.
El menor arrojó una mirada inocente a través de sus pestañas. Exactamente antes de lamer la unión entre sus bolas y llevarse una a la boca, saboreándola como si de su postre favorito se tratase.
El jadeo de Jungkook fue salvaje. Si no se vino en ese mismo instante fue por pura voluntad.
Se abalanzó hacia adelante en un solo movimiento brusco que tomó por sorpresa a Taehyung, tumbándolos a ambos en la posición inicial.
Estaba evidentemente resentido por fastidiar su diversión pero no puso resistencia cuando Jungkook le recargó los tobillos en sus hombros.
"Ya me cansé de jugar" espetó, masajeando su polla y humedeciéndola con ayuda del líquido preseminal que brotaba de la punta.
Taehyung tenía una buena vista desde su posición si doblaba un poco el cuello. Cuando vio a Jungkook dirigir su miembro a su entrada, su respiración se desacompasó de manera ansiosa. Cada átomo presente en sus células rogaba por ello.
Le sintió abrirse paso con cuidado, a pesar de que su mandíbula apretada dejaba ver lo mucho que se controlaba. Y él disfrutó cada centímetro del grosor expandiéndole, el peso llenarlo e incluso del escozor inicial.
Una vez dentro hasta la empuñadura, Taehyung dejó escapar un ruidito satisfecho. Posó las manos en los antebrazos del pelinegro cuando Jungkook empezó a embestir en cortas ondulaciones de caderas, certeras y precisas.
Tan disfrutable y romántico como ver la marea serena del mar mecerse.
Ninguno de los dos estaba diciendo nada, no podían cuando sus ojos estaban anclados al contrario; todo lo que había que conocer, la emoción más poderosa aún no dicha, estaba en ellos.
A través de cada nervio pulsante en su sistema, Taehyung se sintió con vida tras demasiado tiempo. Esto es hacer el amor, pensó. Casi había olvidado como se sentía.
Solo puedes saber de diferencias cuando comparas entre experiencias, y aunque Taehyung solo había estado con otra persona después y antes de Jungkook, nada ni nadie podría superarlo jamás.
Se percató casi atemorizado.
No se trataba del sexo, ni de la técnica o la práctica en sí. Era algo mucho más abarcador que eso. Su cuerpo vibraba de deseo con el simple hecho de complacerlo, de perderse en sus manos, de entregar y recibir a cambio todo cuanto haya. Todo.
Jungkook aceleró las penetraciones con un sonido gutural; moldear, poseer y borrar toda marca de otro hombre que haya habido, sobretodo de ese idiota. Especialmente las de él.
Todo lo que estaba destinado a quedar marcado en su piel era él. Jeon Jungkook.
La marea en calma se había transformado en crestas de olas violentas que arremetían contra la costa. Sin piedad, sin descanso y errático.
A pesar de su cuerpo siendo llevado a los bordes del límite, Taehyung experimentaba un placer tan distinto a lo carnal. Podía apreciar, en algún recoveco del fondo de su pecho, los pedazos rotos levitar como imantados y juntarse entre sí. Como una pieza original perfecta.
Y se sintió dichosamente completo, como una vez estuvo. Las lágrimas rodaron por los laterales de sus ojos.
Su amante frunció el ceño.
"¿Te estoy haciendo daño?" lo escrutó aminorando el ritmo.
El menor arrastró sus ingrávidos brazos hasta su cuello y él le permitió atraerlo hacia sí. Pecho a pecho.
Sacudió la cabeza con una sonrisa desarmada.
"¿Y entonces?" insistió mirando las lágrimas que no dejaban de escurrir.
"Es solo que te he echado de menos" le dijo.
Jungkook se detuvo por completo, descentrado ante tal declaración. Enterró la cabeza entre su cuello y dejó un casto beso allí.
"También yo"
El menor enredó las piernas en su cintura cuando el asalto continuó.
Quiso tomar su propio miembro y aliviarse, sin embargo se vio socavado cuando Jungkook arremetió contra un punto sensible en su interior que le hizo blanquear los ojos.
Taehyung gritó, gritó su nombre y enterró las uñas en su espalda minutos antes de estallar.
Esa fuerza arrolladora con la que el mar traspasa el litoral, inundando todo a su paso sin contemplaciones.
Segundos después le siguió Jungkook.
No habían tomado una ducha, los dos sentían que era demasiado esfuerzo pararse.
Estaban con las piernas enredadas debajo de la sábana, el pelo de Taehyung desparramado sobre el níveo pecho mientras dibujaba círculos en su pectoral izquierdo y Jungkook enredaba los dedos en su cabello.
Pereza o comodidad, no iban a juzgar eso.
"Eché a mi madre de casa" habló el menor, su voz sin matices como si estuviera leyendo un informe académico. "Después de que la enfrenté"
Sobre su cráneo podía sentir la mirada de Jungkook preocupada en él.
"Ella necesitará unos días para enfriarse, al igual que tú" concilió el pelinegro. "Luego regresará y actuará como si nada hubiera sucedido nunca, pero eres lo único que tiene"
"Ese es el problema con ella. Es incapaz de disculparse por nada" argumentó con tirantez. Recordar lo sucedido hace tan solo unas horas lo hacía tensar. "Pero está bien. No creo que pueda perdonarla de todas formas"
Jungkook suspiró pesado antes de dejar un beso sobre su cabeza, entre las hebras castañas amontonadas.
La madre de Taehyung y la mirada por sobre el hombro que le arrojó cuando lo conoció significaron problemas desde un principio. Jungkook ya había soportado el desprecio de sus padres desde una etapa clave en su adolescencia, bien podía lidiar con el rechazo de un extraño; lo toleró solo por el bienestar de Taehyung sin protestar.
Sabía que en cuanto Tae escuchara su versión de los hechos, algo como esto pasaría. Como la vez en que prohibió a su madre las visitas a casa si no se comportaba.
Ella no sé comportó. Hasta el final, nunca lo hizo.
Lo único que lamentaba era la angustia que Taehyung podría llegar a sentir después. Jungkook siempre tuvo una relación espinosa con sus padres, después de que supieron su sexualidad fue como caminar sobre tachuelas uno alrededor del otro; nunca quiso eso para Taehyung. Quien a diferencia de él, siempre fue amado y protegido por sus padres.
"¿Estarás bien con eso?" quiso saber.
Taehyung se tomó unos segundos en pensar una respuesta sincera. La extrañaría, pero eso sería todo. Nunca podría mirarla a la cara y no ver la manipulación y la confianza rota esparcidas entre ambos.
Taehyung no era ningún iluso, no iba a enteramente culpar a su madre de la separación suya y de Jungkook cuando las cosas de por sí ya iban bastante mal. Que ahora supiera la inocencia de Jungkook en cuanto a lo que se le acusó no borraba los meses de calvario que vivieron ni todos los problemas que se fueron acumulando detrás hasta llevarlos al borde del acantilado.
Su madre fue el empujón a su espalda que les hizo saltar sin conocer el fondo.
Quizá por eso se aferró a su histeria y a la excusa que necesitó para largarse.
Pero, qué hubiese pasado si en vez de eso se hubiera quedado, hubiera escuchado a su pareja desde el principio.
¿Nunca hubieran roto? ¿Jungkook nunca encontraría la salida? ¿Él seguiría demasiado cobarde para dejarlo ir? ¿O las cosas hubiesen mejorado y todo estos años lejos el uno del otro fue un desperdicio?
Nunca lo sabrán.
Todo lo que tenían era el aquí y ahora, y estaban dispuestos a aferrarse a ello.
"Lo estaré" contestó finalmente.
Taehyung apoyó la barbilla sobre el puño cerrado de su mano, en busca de dispersar el momento sombrío.
"Pensé que esta sería la parte donde repetías que estaba igual de enfermo que tú y te jactabas con una sonrisa" valoró con sorna, señalando el desorden de sábanas que apenas cubrían sus piernas enredadas.
Jungkook miró hacia el techo de blanco que se extendía por encima de ellos.
"Ese era yo con mi ánimo oscurecido" dijo sin detener el rastrillar de sus dedos. "Probablemente debería estar arrepentido de haber dicho eso, ¿no es así?"
El castaño resopló antes de dejar caer la cabeza nuevamente a su torso.
Estaba claro que no lo hacía.
Algunas cosas habían cambiado, otras se mantuvieron iguales; el Jungkook que amaba de manera exigente y conquistadora, era una de ellas.
Si anteriormente había pensado en Minho como un rayo de sol, Jungkook era todo un clima inconstante; desde fuertes vientos huracanados hasta el más abrazador calor del desierto. No puedes estar cómodo con la tranquilidad monótona cuando haz conocido la adrenalina de planear por sobre el cielo, esa euforia capaz de encender tus huesos.
Eso era Jungkook para él.
"¿Qué piensas de estampar pegatinas en el techo? De esas que alumbran en la oscuridad" preguntó el pelinegro de imprevisto. "Aunque también hay lámparas que emiten un destello parecido a una galaxia"
Taehyung echó un vistazo entre las sobrias paredes color crema y el techo antes de recaer en Jungkook.
"¿Por qué?"
"Detesto el blanco" contestó con desdén. "Todo lo que rodeaba la habitación de la clínica era blanco y poco azul. No quiero que lo primero que vean mis ojos al despertar sea el mismo deprimente techo blanco"
Puedes mirarme a mí en su lugar.
Taehyung desconectó el pensamiento tan rápido como emergió. Era demasiado pronto. Por un infierno, ni siquiera se suponía que el sexo estuviera en la ecuación cuando quedaban asuntos todavía por hablar, pero ninguno de los dos pudo mantener sus manos alejadas del otro.
Él menor se aclaró la garganta antes de volver a preguntar.
"Lo que quiero decir es por qué me estás preguntando por la decoración de tu habitación"
Jungkook detuvo entonces las caricias, y Taehyung se lamentó internamente.
El mayor lo miró con sus ojos negros fijamente, analítico y cauteloso.
"Pensé que podría ser nuestra habitación a partir de ahora"
Taehyung le sostuvo la mirada por un par de segundos antes de voltear, con el pulso frenético.
"Necesitamos tiempo, Jungkook" concilió con sutileza.
Lo que menos quería era activar otra vez su parte defensiva y desconfiada.
"Necesitamos tiempo" repitió con un músculo en su mandíbula trabajando.
El castaño suspiró antes de enderezarse con una mano apoyada sobre los tersos pectorales.
"Decidimos empezar de nuevo ¿Recuerdas?" insistió. "Y eso significa ir despacio..."
Taehyung cortó la línea.
La imagen de Jungkook con sus labios fruncidos y un ceño encontrado, mientras él le daba explicaciones con la paciencia que requería un niño en preescolar, trajo un cómico Déjà Vu de la primera vez que almorzaron juntos, en la apartada mesa con vista al campus cubierto de nieve de la universidad.
"¿Qué ocurre?" preguntó Jungkook al notar la mirada diluída en sus iris claros. "Por qué estás viéndome así"
Taehyung negó con una sonrisa fácil, antes de extender un brazo y apartar los mechones azabache de la frente.
"Eres como un niño grande"
Jeon enarcó una ceja ante la confesión, si bien estaba disfrutando de sus atenciones, Taehyung le había echado cal a su ego. ¿A qué demonios venía eso?
"Sí, bueno. No te recuerdo quejándote cuando me hundía en tí hasta hace unos minutos, cariño"
Y ese era Jungkook matando el momento entrañable y dejando que su boca sucia saliera a pasear, como siempre.
El castaño lanzó un gemido de frustración antes de golpearle en el pecho.
"No era una queja"
Se apartó de él hacia su propio lado de la cama, pero ni bien dejó caer la cabeza sobre la almohada, él se cernió encima como una sombra.
Pesada y caliente sombra.
Por la forma en que lo escrutó, ávida y furtiva, casi se vio tentado a juntar los muslos.
"¿Qué crees que estás haciendo?" exhaló cuando el mayor empezó recorrer el borde de su clavícula con la nariz.
"Nada" murmuró con fingida inocencia. "Adorándote. Una vez más"
Cuando notó pronto que las intenciones de Jungkook abarcaban adorarlo de otra manera que no solo incluían besos tiernos, Taehyung se vio obligado a apartarlo a regañadientes.
"Buen intento, pero si dejo que me enredes una vez más se me hará demasiado tarde" echó un vistazo contemplativo a la vida nocturna que había embargado el exterior. Había dejado de llover. "Necesito llegar a casa, tengo que ir al trabajo mañana"
Jungkook gruñó una especie de quejido y coló un muslo entre sus piernas. Por encima de la sábana, la fricción le arrancó un inesperado jadeo al castaño.
Pero por supuesto, quién sería Jungkook si aceptara un No por respuesta y se resignara tan fácil.
"Puedes irte temprano en la mañana. O..." enfatizó la sugerencia con un movimiento de su cadera. "Bien puedes no irte en lo absoluto. Estoy seguro que tu jefe lo entenderá"
Viniendo de alguien que parecía más interesado en llevarlo al borde de la cordura para obcecar su juicio, no debería aceptar consejos. Y sin embargo, jodidamente que lo estaba consiguiendo.
Cuando el tacto repetido de la tela comenzó a avivar su miembro, colocó ambas manos en las caderas de Jungkook.
Para estrecharlo o detenerlo, no tenía idea. Al parecer, su amante sabía mejor la respuesta.
Sin ningún escrúpulo, le apartó la sábana de un tirón encontrando de nuevo su lugar sobre el vértice de las extremidades del menor.
"No. No lo entenderá" a duras penas logró sofocar su voz ahogada. "Ya me he ausentado demasiado. Tendré suerte de todavía conservar el trabajo cuando vuelva"
Por dos días enteros en los que había enviado un correo electrónico con una vaga excusa y luego los pasó ignorando las repetidas llamadas de Namjoon y de su jefe -más de Namjoon que de su jefe-, Taehyung no podría darse el lujo de agregar otra ausencia deliberadamente. El señor Song le tenía en consideración pero si su tolerancia fuese abundante sería un monje, no el CEO que firma su cheque.
"Eso no explica por qué no puedes quedarte a pasar la noche" refutó Jungkook.
Taehyung mordió los labios en una línea, antes de amoldar con ambas palmas su rostro atrayendo su atención, solo así podría contestarle.
"Se trata de mi espacio, Jungkook. La única zona de confort que tuve y nunca me permití dormir fuera de mi apartamento" sí, se trataba de una casa insípida y tanto espacio muchas veces lo tragaba vivo. Sin embargo era suyo, el primer techo propio que tuvo con el primer sueldo de su reciente trabajo. Por años, fue un símbolo de independencia al que se aferró. Desligarse de algunos hábitos férreos podría tomar un tiempo. "Poco a poco. Lo prometo"
Jungkook tragó la repentina desazón que se alojó en su esófago, y centró la vista en sus talladas y delicadas clavículas, los ángulos redondeados de sus hombros y la curva de su cuello. Había tenido una obsesión por estas gráciles partes suyas en cada lienzo y cuaderno que pintó.
"Lo sé. Supongo que solo estoy asustado" reconoció a media voz. El dolor yacente intermedio le hizo cerrar los párpados. "Una mitad de mi todavía cree que esto no es real mientras la otra se prepara para el momento en que cambies de opinión"
Taehyung asió su rostro con dulzura, rozó con sus labios cada párpado sellado, la punta de su nariz y sus labios. Casto y suave.
Hasta que esos ojos se abrieron, humedecidos daban la impresión de tener pequeños destellos de estrellas blancas contenidas. Era como su propio cielo personal, podía perderse contemplándolos horas y nunca sentirse exhausto. Empero a Taehyung no le gustaba apreciar tal maravilla si provenía de su dolor.
Sin embargo, disfrutó de la emoción y nitidez que en ellos habían ahora, cuando en una última toma a su retentiva lo último que vio de sus iris fue opacidad y vacío.
Podía verse a sí mismo a partir de ahora observando cada instante a través de ellos, la vida en su mirada otra vez demostraba que estaba de vuelta, tenía esto. Por todas esa veces en que la adicción colocó una cuerda en su cuello, en que la abstinencia pareció tan mala que era mejor volver a lo mismo, en que la cura nunca parecía un camino de salida cercano; por todas esas veces, había luchado y ganado.
Taehyung también tenía miedo, de que la disposición de intentarlo al final no sea suficiente, de que Jungkook encuentre algo nuevo en él que termine desagradándole, de las temidas recaídas...
Pero él estaba poniendo de su parte, no sería justo para ninguno que hiciera pender sobre sus cabezas aquellas inseguridades futuras.
"Soy real y estoy aquí, en tus brazos" aseguró. "Ahora tengo que irme pero mañana estaré de vuelta. Cada día"
Jungkook asintió con una consciencia renovada.
"Tenemos todo el tiempo del mundo, ¿No?"
Taehyung le sonrió entonces.
"Todo el que queramos"
3/3
Hemos llegado al final de ER ಥ‿ಥ finalmente jjjj
Parece mentira que me haya demorado un año en llegar hasta aquí, sobretodo con los pocos capítulos que tiene esta historia.
Que vergüenza, por Dios
Aveces se me hacía difícil manejar la trama y el desenvolvimiento de este par. Por la espera y sobretodo porque mi escritura y esta historia están lejos de ser perfectas, les doy mi más sincero agradecimiento por habernos dado una oportunidad.
¡Todavía no quiero dar un discurso de clausura porque faltan los extras! Así que este no es el final inmediato, pero un millón de gracias por haber llegado hasta aquí conmigo.
♡(ӦvӦ。)
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