Prólogo: Desde un futuro alterno.
El inicio de esta historia tiene lugar en la saga de Trunks del futuro/Goku black. Nos encontramos con dos guerreros muy fuertes:
- Son Goku, un sayajin de clase baja criado en la tierra, que alcanzó un nivel muy alto para ser un mortal. Incluso podría considerarse un digno sucesor del dios de la destrucción de su universo por su poder.
- El orgulloso príncipe de la raza sayajin, Vegeta, que al igual que el anterior sayajin, tenía un poder que era de admirar de sobremanera. Pero pese a toda esa fuerza, quiere superar a su eterno rival, Kakaroto.
La situación para ambos no era la mas favorable, puesto que iban perdiendo frente a un ser que declaraba ser un dios, pero en realidad no era mas que una falsificación de uno:
- Zamasu, quien se apropio del cuerpo de Goku, gracias a las super esferas del dragón, las cuales pueden cumplir cualquier deseo sin ninguna clase de limitación. Como si tomar el cuerpo del sayajin no hubiese sido suficiente, también se hizo inmortal. Así que era la fusión de la parte "inmortal" y la version maligna de Goku. Todo eso en busca de la justicia que tanto anhelaba.
Los sayajines habían planeado batallar por separado, con el objetivo de hacerle un daño significativo al villano, sin éxito. Pero todo cambio cuando el villano quizó terminar de una vez por todas esta titánica contienda, creando una gigantesca esfera de energía, casi del mismo tamaño de la luna. Al lanzarlo, fue recibido por un poderoso y brutal Kamehameha de parte de Goku, quien con su transformación de Super Sayajin Dios Super Sayajin (o Super Sayajin Blue) logró contrarrestar el avance del ataque, creando así un espectacular choque de energías. Ambos hacían presión para salir victoriosos en aquella colisión que parecía no tener fin.
Habían instantes en los que el ataque del kaioshin parecía el vencedor, otros en los que la técnica del sayajin dominaba levemente la situación, pero había una cosa de por seguro que ambos tenían claro: ninguno pensaba ceder, no pensaban rendirse, pasase lo que pasase.
Varios instantes pasaron antes de que otro ataque se llenase de aún más potencia, hasta que finalmente el cuerpo y energía de Goku dieron abasto para un último y potente empujón energético, destruyendo al cien por cien el ataque del Kaioshin, y dándole de lleno.
El ataque dejó ver la mitad mortal del maligno, que se reflejaba a través de sus pieles. Y cuando me refiero la mitad, hablo literalmente la mitad, ya que se podía ver como la parte derecha de su cuerpo había adquirido una textura morada viscosa.
Sin perder más tiempo, Goku voló rápidamente hacía el enemigo, y le asestó una patada en la cara, más específicamente en su parte mortal. Patada que fue bloqueada por uno de los brazos del mismo Kaio.
- ¡Tch! ¡Demonios! - gritaba algo desesperado Goku, aún con su pierna agarrada, ya que su energía estaba en las últimas, y ya no podía usar más de super sayajin blue, porque ya de por si estaba usando su máximo poder.
Pero no le quedó de otra sino usar su última carta.
- ¡Kaioken!
- ¿Pero que...? - expresó sorprendido el kaio.
Dicho esto, un aura de color rojo carmesí rodeó al aura de color celeste característica de la transformación. Tal técnica fue suficiente para que el sayajin se zafe del agarre de Zamasu, y mandarlo directamente al suelo con una patada profunda en la mejilla derecha del maligno.
Goku solo vió como su patada mandó a comer polvo a su más profundo enemigo.
Perduró con la transformación unos instantes más mientras jadeaba muy agitado, hasta que el aura del Kaioken se disipó, seguido inmediatamente de su transformación. En el momento en el que regresó a su estado base, no pudo aguantar más tiempo, y empezó a caer en picado rendido al suelo.
Parecía que la batalla por fin ha culminado, no se mostraban señales de que el villano siguiera en pie, y aunque aún lo estuviese, los héroes ya no contaban con las fuerzas suficientes para hacerle frente... de ninguna forma.
Pero... cuando se trata de un villano inmortal... la batalla no tiene fin...
- ¡SON... GOKU! - gritó Zamasu muy furioso mientras se alzaba nuevamente en el cielo, haciendo que un aura de color blanco se alce sobre el. Y mientras gritaba, se apreciaba a simple vista
Estaba jadeando muy agitado, pero sobre todo, muy furioso, ya que el ataque previamente ejecutado por Goku lo dejó muy herido.
- Luz de la justicia, ¡ven a mi! - exclamó mirando al cielo, y de la nada, una luz cegadora de color violeta rodeó al mutante villano, y dejo a los héroes ciegos por unos segundos.
Unos segundos pasaron para que el brillo se disipase, dejando ver a un Zamasu totalmente amorfo, con ambos brazo normal con un volumen y tamaño excesivo, pero el derecho era de color morado.
La fusión había alcanzado su "máximo" poder, por así decirlo, así que ya nadie podía hacerle ninguna clase de frente. O eso era lo que el pensaba.
Goku y Vegeta ya estaban demasiado cansados como para continuar, tenían sus vestiduras completamente rasgadas, y sus energías totalmente diezmadas. A duras penas podían permanecer sentados, pensando en alguna forma de como derrotar a semejante enemigo.
No se les ocurrió nada, pero entonces... al pelo palmera se le prendió el foco.
- Vegeta, necesito de tu ayuda. - dijo Goku mirando al mencionado.
Y aqui les dejo el resumen de la pelea tanto de Vegetto contra Zamasu, como de Trunks contra Zamasu para evitar escribir mucho.
https://youtu.be/c5mcZGphaNQ
https://youtu.be/dMswPqlUOAA
No voy a entrar más en detalles, y vamos directo a la parte en donde llaman a Zeno-sama.
Mientras Goku estaba buscando alguna semilla del ermitaño en su bolsillo, encontraría algo.
- Si tan solo tuviéramos una semilla del ermitaño. - dijo Goku mirando al cielo mientras estaba buscando en su bolsillo una de estas.
- No deberían quedar. Ya nos las comimos todas, ¿no es así? - increpó Vegeta.
- No, espera aquí hay una. - dijo Goku esperanzado, pero se decepcionó, ya que no era precisamente una semilla lo que había sacado de su bolsillo. - Oh, que lástima, solo está esto, que decepción. - dijo mientras en su mano tenía lo que parecía un botón de dos caras.
Pero después, Goku recordó que ese botón no era cualquier botón. Ese se lo dio Zeno-sama para llamarlo cuando el quisiera, y el aparecería al instante.
- Oiga, supremo kaiosama. - dijo el sayajin al supremo kaio de su universo, y línea de tiempo, que se encontraba ahí. - ¿Cree que el Zeno-sama de este mundo siga vivo?
El mencionado Zeno-sama es la mas poderosa deidad de los 12 universos, que puede eliminarlos como si de un juego de niños se tratase
El supremo kaioshin miró al kaio del universo 10, este hizo lo mismo, para después ambos mirar al peli-punta.
- S-Seguro que sigue con vida. No importa que quien se trate, nadie puede derrotar a Zeno-sama. - dijo el supremo kaioshin.
- Jeje, ya veo. - dijo el sayajin.
Vegeta, que estaba a un costado de Goku, preguntó:
- ¿Se puede saber que es lo que tramas?
Goku lo volteó a ver, y después soltó una carcajada confiada. Para después mirar el botón.
- Seguro que aquí también funciona. A ver.
Dicho esto, el pelo palmera oprimió el botón, el cual era de color azul.
Al hacerlo, una luz aparecería encima de todos, y casi al instante, se podría ver a un ser muy peculiar apareciendo. Su cabeza tenía forma de un círculo medio aplastado, de muy baja estatura, con unas vestimentas que de entrada te decían "es una deidad suprema". Descendía lentamente, y ni siquiera había tocado el suelo cuando fue abrazado por Goku.
- ¡Vaya! ¡Zeno-Sama! - dijo mientras abrazaba al dios.
El kaioshin del universo 10, y el supremo kaioshin del universo 7, al ver que funcionó el plan del sayajin, se acercaron, y una vez ahí, se inclinaron, por temor, pero sobre todo respeto, al pequeño, pero poderoso rey.
Cuando Zeno-sama tocó tierra, vería al peli-punta.
- ¿Tu fuiste quien me llamó? - dijo la pequeña deidad viendo de reojo al sayajin.
- Así es, verás, yo soy Goku.
- Hmmm.
Dicho esto, Zeno-sama miró a su alrededor, viendo que sólo había un planeta completamente desértico, vacío e inhóspito.
- ¿Donde... estoy? - preguntó algo confundido. - Que feo lugar, no hay nada aquí.
Después señalaría al pelo palmera.
- ¿Tú fuiste quien lo hizo?
Nervioso, el sayajin respondió:
- No, no, no, yo no lo hice. El culpable está allá arriba. - dijo Goku señalando al cielo.
En este se podían ver muchas, muchas, pero muchas caras de Zamasu, haciéndose imponer en toda la tierra. Recordemos que obtuvo la inmortalidad gracias a las esferas del dragón, así que, aunque Trunks lo haya cortado por la mitad, aún seguirá regenerándose.
- ¿Crees que debas eliminarlo? - preguntó Goku.
- Si, tienes razón... - dijo Zeno-sama con cara neutra - ...me desharé de él.
Esto puso muy asustados a todos los presentes, y más cuando la deidad extendería sus manos, las cuales reflejaban un brillo de color azul, indicando que iba a ejecutar un ataque.
- ¡Amigos, entren rápido a la máquina del tiempo! - gritó serio Goku a todos los presentes.
Después se dirigió a los kaios que estaban sentados ahí.
- Supremo kaiosama, es mejor que se retiren de aquí igualmente.
Ambos asintieron y se retiraron rápidamente del sitio.
De vuelta al panorama principal, Bulma, la esposa de Vegeta, quien había estado ahí desde el principio de esta historia; Mai, la novia de Trunks del futuro, que de igual manera estuvo ahí, y el propio Trunks, entrarían a la cabina de la máquina de tiempo. Los dos sayajines se agarraron de dos de las patas de la máquina del tiempo, justo antes de que esta despegara. Después, la máquina arrancó rápidamente del lugar.
- Desapareceré, ¡este mundo! - declaraba Zeno-sama.
Mientras el rey del todo eliminaba aquel universo, Vegeta, que estaba aferrado a una de las patas de la máquina, se empezó a caer, debido a la gran velocidad a la que iba esta.
- ¡Kakaroto! - gritó Vegeta hacía Goku, para que este le ponga atención.
Inmediatamente, se dio cuenta de que Vegeta se iba para abajo.
- ¡Resiste, Vegeta! - dijo el azabache. Este, en un acto muy hábil, se columpió hasta donde estaba el príncipe. Así, agarrándose de su brazo.- ¡Jeje! ¡Te tengo!
Aparentemente, Vegeta estaba a salvo, pero Goku también se empezó a caer por la velocidad de el artefacto y por el peso de ambos sayajines.
- ¡Insecto, nos vamos ambos para abajo! - gritó el príncipe.
- ¡Solo resiste un poco más! ¡Ya casi nos vamos! - reprochó el pelo palmera.
Goku estaba ya al borde de caer junto con Vegeta, y sus brazos ya no podían sostenerlos a ambos.
- ¡Maldita sea! ¡No soporto más! - exclamó Vegeta, que inevitablemente, se soltó del agarre de Kakaroto.
- ¡Nooooo! ¡Vegeta!
Sin pensarlo dos veces, Goku fue a rescatar a su rival, y una vez alcanzado, lo agarró de ambas manos, con el objetivo de volver volando a agarrarse de la máquina, pero había un pequeño detalle: no podía volar, ya que la gravedad era algo mayor por el ataque de Zeno-sama.
Ellos dos pensaron que llegaría su inminente muerte, pero...
Vieron que ambos caían a toda velocidad... hacía lo que parecía ser... ¿un portal?
Cayeron sin control hacia la apertura, la cual se cerró 1 segundo antes de que ese universo fuese eliminado completamente. El par de sayajines alcanzaron a pasar la apertura.
Podemos ver en el presente, como había en el cielo, una cara de un Zamasu moribundo, o más bien, una cara de sufrimiento. ¿Que por qué Zamasu estaba reflejado en el presente? Bueno, este hizo influencia desde su línea de tiempo en vida, gracias a un artefacto que es de propiedad del kaioshin del universo 10, mejor conocido como "anillo de tiempo", del cual Zamasu se apoderaría haciendo que la actualidad se viese afectada por el futuro. Pero esa cara, que llevaba ahí un buen rato, desapareció en la nada.
Y casualmente, la máquina de tiempo apareció en el acto.
Los presentes notarían que no venían dos caras muy conocidas junto con ellos.
- ¿Eh? ¿Donde está mi Goku? - dijo Milk, la esposa del mencionado, algo preocupada.
- ¿Donde está mi papá/padre? - dijeron los hijos del sayajin, Goten y Gohan.
- ¿Y mi papá? - diría Trunks del presente, es decir, Trunks niño.
Esta misma pregunta se hicieron Mai, Trunks del futuro, y Bulma, todos ellos al bajar de la máquina del tiempo.
- Yo juraría que ellos se subieron a las patas de la máquina. - dijo Bulma, rascándose un poco la barbilla.
Ahora vamos con los sayajines, al momento de desaparecer la línea temporal.
Estos seguían cayendo a toda velocidad a través del portal, mientras sentían un dolor imposible de resistir.
- ¡AAAARGH! ¡Mi cuerpo! - dijo el peli-punta gritando de dolor
- ¡Maldita sea! ¡No me puedo mover! - exclamó el príncipe sayajin, que de igual forma, gritaba de dolor.
De repente, estos empezarían a rejuvenecer. Estos no se dieron cuenta hasta que un brillo de un color verde esmeralda rodeó sus cuerpos, y estos empezaban a hacerse más pequeños. Y más. Y más. Hasta ambos tener cerca de 6 años Goku, y 8 años Vegeta.
Sus cuerpos se habían hecho al tamaño de un niño pequeño de la edad antes mencionada, de modo que su entrenamiento físico (es decir, fuerza física y resistencia) bajaron a los suelos, pero sus conocimientos y entrenamiento mental (es decir, como transformarse y eso) estaban intactos.
Aún cuando aún tenían conocimiento de su entorno, veían como enfrente de ellos, había una especie de salida. Estos no podían controlar su trayectoria de caída, así que sólo podían esperar caer ahí.
En este mundo, la noche empezaba a reinar, dejándose ver la luna en primer plano.
Atravesada la "salida", Goku y Vegeta caerían en puntos diferentes, muy alejados uno del otro.
Empecemos con Goku:
Este estaba inconsciente, mientras caía a toda velocidad hacía un bosque, y aterrizó violentamente en medio de este, creando un pequeño cráter. Después caería noqueado por completo.
Nadie sabría de su existencia, sino hasta la tarde siguiente, cuando una familia haría un picnic cerca del lugar. Esta familia estaba compuesta por los padres, y un chico.
Era un chico rubio, con sus ojos color castaño y una cara que aparentaba no ser tan social. Aparentaba tener cerca de 5 años.
Este, junto a sus padres, estarían comiendo alegremente, gozando el momento en familia, hasta que terminarían de almorzar.
- Padre, ¿puedo pasear por el bosque un poco? - preguntó el chico.
- Pero si estamos a punto de irnos, Fuutaro. - respondería la madre.
- ¡Vamos! Solo mientras recogen.
- Esta bien. Ve, pero no te alejes mucho. - diría algo serio el padre.
El chico ya conocido como Fuutaro, fue alegremente hacía el bosque, adentrándose en el. Una vez ahí, empezó a buscar cosas interesantes para enseñarles a sus padres (aunque no se que habría de interesante por esos lugares). Hubo de buscar en el un muy buen rato, como 15 minutos. Y estaba por darse por vencido, cuando de pronto vio algo que lo dejó estupefacto...
- ¡Oye, Fuutaro!¡Ven, ya nos vamos! - diría la madre llamando a su hijo.
- ¡Hijo, ven, nos vamos! - diría el monarca de la familia, de igual forma llamando al chico.
Ambos se pusieron algo preocupados al no recibir respuesta por parte del chico. Se pusieron a buscarlo por el bosque, ya que recordaron que su hijo mencionó que iba allá.
Emprendieron la búsqueda, y después de unos minutos, lo encontraron.
- ¡Te dijimos que no te alejaras mucho! - dijo la madre algo aliviada y molesta, al ver a su hijo.
- ¡Sea lo que sea que tengas ahí, déjalo y...!
Pero el padre no terminó, ya que vería que Fuutaro estaba viendo un cuerpo inconsciente... de quien parecía ser... un niño.
Este cuerpo tenía numerosas heridas, repartidas por toda la extensión de su compacto cuerpo: varios moretones, marcas de sangre ya secas, rasguños, entre otros. Pero claro, el peculiar peinado del chico, era el aspecto que más le llamaban la atención a los presentess.
- ¿Deberíamos? - preguntó Fuutaro algo preocupado.
- Yo creería que... si. - dijo la madre.
Así la familia se llevaría al azabache a su casa para atender sus heridas. Y de paso preguntar si tenía familia.
Una vez llegada a su residencia, acostaron al sayajin en la cama de Fuutaro. Decidieron dejarlo tranquilo reposando, y 3 horas y media después, Goku despertó. Tenía vendas por todo su cuerpo, y varias gasas. Este despertaba lentamente, agarrándose la cabeza, en señal de que estaba confundido.
- ¿Donde estoy? ¿Que es este lugar? - murmuró para si agarrándose la cabeza mientras veía a sus alrededores.
Acto seguido, se levantó con lentitud para después, verse las heridas en el espejo. Claro, Goku no estaba enterado de que su cuerpo se encogió, así que enterarse de ese cambio fue una sorpresa gigante para el.
- ¡¿QUEEEEEE?! - grita sorprendido el sayajin.
Y si, el grito lo escucharon los integrantes de la familia.
- ¿Que me pasó? ¡Estoy muy pequeño! - continuaba sorprendido Goku.
En eso entraría el padre, quien llevaba una actitud alegre.
- Jeje, ¡al fin despiertas! Llevabas un buen rato así. - dijo el padre.
- ¿Q-Quien es usted? ¿Y que hago aquí? - replicó el peli-punta confundido y desconfiado.
- Bueno, resulta que te encontramos en un bosque, muy malherido, y decidimos curarte las heridas. Por eso estás acá. Ah, y sobre quien soy, mi nombre es Isanari Uesugi, padre de la familia Uesugi.
- E-Es un gusto conocerlo, señor. - respondió el azabache haciendo una reverencia.
- Oye, oye, no hace falta que te presentes así, chico. - mencionó Isanari con una actitud casual.
En eso entrarían la madre y su hijo.
- Vaya, ¡al fin despertaste! - dijo la madre.
- Así que por fin despiertas. - siguió Fuutaro mostrando una leve sonrisa.
- Vaya, no sabía que había más personas aquí. - dijo el sayajin mostrando su característica sonrisa con la mano en la nuca.
Esa fue un aspecto que les agradó mucho, una sonrisa que demostrase plena vida.
- Y bien, pequeño - empezaba la madre, y le preguntó - ¿cómo te llamas? - diría mirando al pequeño pelo palmera.
El sayajin sólo se limitó a responder.
- Bueno, mi nombre es Son Goku. Es un gusto conocerlos. - dijo Goku haciendo otra reverencia.
- Jeje, que nombre tan peculiar. - mencionó Fuutaro con una apenas notoria sonrisa.
- ¡Eso me dicen siempre! - dijo Goku, para después, reír un poco, con su mano en la nuca. Los demás también dieron un poco.
- Y bien, Goku - continuaba la madre - ¿donde están tus padres?
Aquí, el sayajin tenía que inventar algo muy creíble, ya que si decía la verdad, no le iban a creer en ese momento. Claro, porque siendo un infante iban a decir que cada palabra que salía de su boca era mero producto de su imaginación. Así que con toda la inteligencia que el sayajin poseía, dijo lo primero que se le vino a la mente.
- Mis padres no se encuentran en la ciudad. - dijo con una mano en la nuca mientras reía nerviosamente. - Ellos están en un asunto de trabajo. Me dijeron que tardarían unos días.
- ¿Eh? ¿Pero como se les ocurre dejar a alguien tan pequeño solo? - preguntó sorprendida y algo molesta la madre.
- ¡Jajaja! Tranquilos, ellos saben que puedo cuidarme yo solo, así que no hay ningún problema. Pero también es algo aburrido quedarse solo. - respondió rascándose la cabeza.
- Asi que no tienes donde quedarte, ¿cierto?
- Nop. - respondió sonriente el sayajin mientras negaba con la cabeza.
- Entonces, ¿que te parece si te quedas con nosotros?
Eso sorprendió
- ¿S-Segura, señora? Es que no quiero hacer estorbo aquí.
Esta vez el padre hablaría.
- No hay problema. Tenemos la habitación de invitados que siempre esta vacía. Ahí podrías dormir.
- ¿En verdad quieren que me quede? - insistía el azabache aún dudoso.
- ¡Claro! ¡Además te volverías hermano de nuestro Fuutaro! - dijo la madre para después, voltear a ver a Fuutaro - ¿No te gusta la idea?
Fuutaro asintió diciendo:
- La verdad es que no me importa a este punto. Pero no me desagrada la idea. - dijo Fuutaro esbozando una leve sonrisa.
- ¿Ves? ¡No hay ningún problema en quedarte aquí!
Goku solamente suspiraría en símbolo de rendición. Y respondió:
- Esta bien. Me quedaré. ¡Además, ustedes ya me cayeron bien! - diría el sayajin con la mano en la nuca y su sonrisa.
Al escuchar la respuesta del sayajin, todos celebraron.
Así Goku quedándose con los Uesugi, convirtiéndose en el hijo adoptivo de esta familia.
Al día siguiente, Goku se percató que sus amigos no se encontraban, ya que no sentía sus energías. Pero reconoció una muy familiar. Si, solo una...
- Así que... aún sigue aquí... - pensó el sayajin viendo al cielo.
Y ahora se estarán preguntando, ¿qué le pasó a Vegeta? ¿Como terminó?
--- Con Vegeta ---
Volvemos al momento donde Goku y Vegeta tomarían diferentes rumbos desde el portal. Esta vez, nos centraremos con Vegeta.
Este caería a unos cientos de kilómetros de distancia desde donde Goku cayó.
Ahora vamos a un sendero común y corriente, en el cual, una pareja joven de lo más normal caminaba por ahí. Una chica castaña de ojos verdes, y un hombre rubio con ojos azules. Ellos tenían deseos de tener a un chico, ya sea suyo o adoptado. Se veía que llegaban de hacer compras, ya que ambos se distribuían la cantidad de bolsas.
El sendero pasaba por un puente, en el cual, debajo de este, había un lago.
Mientras la pareja hablaba de lo bonito que podía ser tener un niño...
Se escucha un estruendo cerca de ahí. ¿A que se debía? La respuesta es sencilla.
Vegeta... el había caído incluso más violentamente que como lo había hecho Goku, así dejando un cráter considerablemente más grande. Cayó en un terreno frondoso. También caería inconsciente. La pareja antes mencionada, correría hacía donde se había escuchado la colisión. Lo que verían los dejarían atónitos. Ellos tirarían sus paquetes y cargarían al niño en brazos. Estaba lleno de heridas por todo su cuerpo, y sus ropas rasgadas, al igual que la de Goku.
La mujer estaría cargando al pequeño Vegeta en brazos, mientras que el hombre cargaría todos los paquetes de las compras antes hechas. Pobre hombre, se le veía como sufría con los paquetes.
En fin, llegarían a su residencia y acostarían al príncipe en una cama, que no era la de ellos, mientras le curaban las heridas y lo dejarían reposar tranquilamente. Así ellos horas después, irse a dormir a su cama.
A la mañana siguiente, el príncipe abriría los ojos, despertando. Este, una vez recuperado el juicio por completo, se dio cuenta de dos cosas: uno, que no estaba en Corporación Cápsula, y a la vez, en su dimensión. Y dos, que su cuerpo no era el mismo. Es más, veamos cómo reaccionó.
- ¿En dónde demonios estoy? - decía Vegeta mientras se sentaba.
Después, Vegeta se sentó a un lado de la cama, viéndose las manos, preguntándose cómo terminó ahí. Después, vio su armadura en una silla. El se dispondría a ponérsela, pero, al pararse, sintió que tardó más tiempo de lo normal en tocar suelo.
- ¿Pero qué...? ¿Por qué me siento más... pequeño? - dijo Vegeta confundido. - ¿Que demonios me pasa?
Pero al verse en el espejo, sus dudas se despejaron por completo.
- ¡¿QUE?! ¡¿QUE DEMONIOS ES ESTO?! - exclamó Vegeta.
En eso entró la mujer de la noche anterior a platicar un poco con el azabache.
- Que sorpresa que al fin despertarás, ya me empezaba a preguntar cuando lo harías. - dijo la mujer.
El sayajin miraría a la mujer con los brazos cruzados.
- ¿Quien demonios es usted, y que hago aquí? ¡Explíquese! - decía Vegeta con su típica actitud.
Obviamente, la mujer se asustó un poco.
- M-Mi nombre e-es A-Agata Tesuka - dijo con nervios, ya que le asustaba como respondía Vegeta.
- Hmph, ya veo. - dijo con su típica actitud. Luego este mira a su alrededor. - ¿Pero qué demonios hago acá? - replico Vegeta.
- T-Tu estabas con muchas heridas en todo el cuerpo, así que m-mi novio y yo te trajimos acá para curarlas. - diría de igual manera nerviosa la ya conocida Agata.
- Heh, así que aquí hay más insectos. Que poco conveniente...- pensó el sayajin.
- Ya veo. - dijo con su típica actitud.
Hubo un silencio muy incómodo. Que duró cerca de medio minuto. Hasta que se rompió cuando un joven castaño entraría en escena. Vegeta fue el primero en notarlo.
- ¿Así que usted es el insecto que acompañó a esta mujer? - respondió Vegeta, aún con su actitud.
- ¡Jajaja! - reía un poco el joven, mientras abrazaba por la espalda a su pareja. - No tienes por qué compórtate así con nosotros.
- ¡Sanjo-kun! - dijo Agata alegre al ver a su novio, abrazándolo de frente. El ya conocido Sanjo solamente lo correspondería.
Vegeta solo observaba con algo de incomodidad.
- ¿Que estabas haciendo, amor? - dijo Agata.
- Nada importante, solamente venía a ver si ese chico ya despertó. ¡Al parecer te me adelantaste, Agata-San! - dijo Senjo con una mano en la nuca sonriendo.
- L-Lo siento. - dijo Agata cabizbaja.
- ¡No necesitas disculparte! ¡No hiciste nada malo! - respondió Senjo, haciendo sonrojar a Agata.
- ¡G-gracias! - respondió alegre Agata, dándole un beso en la mejilla a su novio.
Una vez terminada esta escena, Vegeta estaría más que incómodo, quería irse, y dejarlos a los dos platicar solos.
Los adultos dejaron al sayajin solo, y de paso, hablar ellos a solas en el pasillo. Pero la conversación seria audible para el pelo flama.
- El parece ser una buena oportunidad para probarnos como padres. - dijo Agata.
- Si, no creo que sea tan malo. Los del orfanato no nos han querido dar respuesta desde aquella vez, asi que seria una mera casualidad - continuó Sanjo. Agata solo asintió.
Ambos adultos solo se asomarían un poco viendo al sayajin infante, quien estaba sumergido en sus pensamientos.
Pero se dio cuenta que lo estaban observando.
- ¿Que miran, insectos? - dijo mostrando medio rostro.
Ya saben, así es Vegeta.
En eso, Agata de forma algo nerviosa pregunta:
- ¿Tienes a-algún lugar a donde ir, chico?
Vegeta se enojaría un poco por el apodo, ya que, aunque el sea de edad reducida, quería seguir creyendo que era ese adulto orgulloso que podía imponer su poder a cualquiera. Infortunadamente, la realidad era otra, y quisiera o no, tenía que aceptarla.
- Pues no, no tengo a nadie con quien quedarme ahora. - dijo el sayajin mirando hacía otro lado con brazos cruzados. - Y no pienso quedarme con ustedes, así que mejor desistan antes de que se arrepientan.
- ¡Que bien! - esta vez hablaría el hombre - ¿Que te pareces si te quedas con nosotros...? Emmm, no sabemos tu nombre. - dijo el hombre rascándose la nuca y riendo un poco.
- La actitud de este terrícola se me hace fastidiosamente familiar. - dijo en sus pensamientos el pelos parados.
Hubo un breve silencio, y terminó cuando Vegeta volteó, dándole la espalda a la pareja.
- Vegeta. - dijo el sayajin.
-¿Eh? ¿Vegeta? - dijeron ambos jóvenes confundidos.
- Querían saber mi nombre, ¿no es cierto? Pues ahí lo tienen: Vegeta.
Ambos sonreían y Agata diría:
- Vegeta... que lindo nombre. - dijo esbozando una dulce sonrisa. Pero siguió. - Entonces, Vegeta, ¿n-no tienes problemas en quedarte con nosotros?
Vegeta solo se limitó a decir:
- Que más remedio. Yo no tengo con quien quedarme ahora, así que no me queda de otra que aceptar. - dijo Vegeta. Pero empezó un debate mental entre la parte orgullosa y la parte humilde de Vegeta.
- ¡Espera! ¿Que haces, estúpido? ¿Te vas a quedar con estos seres repugnantes? - dijo la parte orgullosa de Vegeta, internamente. Este solo ignoró ese comentario por parte de su faceta orgullosa.
- ¡Maravilloso! - dijeron ambos al unísono.
Así, Vegeta empezaría esta nueva vida, desde 0, y no le molestaba, por sorprendente que suene. No obstante, más tarde esa misma noche, se dedicaría a buscar las energías de sus seres amados, sin éxitos.
- ¡Maldita sea! ¡¿Por qué no puedo encontrar el ki de...?!
Pero no terminó, porque sintió 1 presencia muy conocida. Si, solamente 1.
- ¡Imposible... ! ¡¿Ka-Kakaroto?! - pensaba sorprendido Vegeta, ya que este no recordaba que había caído con Goku, y se sorprendió de su presencia, porque pensó que solo cayó el...
Y así, Vegeta quería ver a su eterno rival para enfrentarlo, pero no lo haría... al menos no por ahora...
Pasaría el tiempo, y 3 años más tarde después del arribo de los sayajines, la familia Uesugi tuvo otra niña, cuyo nombre es Raiha Uesugi.
Por último, vamos con otra familia, que era muy extendida por así decirlo, porque habían, no 3, ni 5, ¡sino 7 integrantes!
Pues si, caminaban por un sendero, frente a un hermoso atardecer, un hombre, su pareja... junto con sus 5 hijas. Si, todas niñas. Habían 3 agarradas de la mano del padre, y las otras dos agarradas de la madre. Todas ellas tenían un año menos que Goku, y dos menos que Vegeta.
- ¡Vaya día, cariño! - dijo el hombre algo exhausto, caminando junto con su esposa e hijas.
- Si, hoy fue uno de esos días, amor. - respondió la mujer sonriente. Y continuó - Hacía mucho no teníamos uno de estos, Maruo. - dijo la mujer de manera tierna.
Las niñas solo se molestaban un poquito entre ellas.
El hombre, ya conocido como Maruo, preguntó curioso:
- ¿Como es... uno de esos, Rena?
La ya conocida Rena se acercaría a la boca de su esposo, para después, darle un beso pícaro ahí, y después decir:
- Uno de esos... en los que estamos realmente felices...
- Tienes razón. - dijo Maruo, para después, ver a sus cincos pequeñas. Y después, ver a su esposa con una sonrisa sincera.
Las 5 niñas (cuyas identidades conoceremos más adelante), Goku y Vegeta, nunca se conocieron... nunca supieron de las existencias del uno del otro... por ahora.
Porque el destino quiso que esos 7, se conocieran...
...10 años después...
--- Continuara...---
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¡Hola, gente! Espero que les haya gustado este primer capitulo de este Fanfic. La verdad es que es mi primera vez haciendo historias, y comprenderé que no les guste. Claro, estaré actualizando periódicamente, y de paso cualquier sugerencia se acepta. ¡Todas las que pongan las tengo en cuenta!
Sin mas, me despido. ¡Chau chau!
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