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Capítulo 3: Primer día de trabajo

En el capítulo anterior...

Goku, Fuutaro y Vegeta comienzan oficialmente sus empleos con las quintillizas Nakano. Sin embargo, el primer día terminó siendo un completo desastre, ya que ninguna de las hermanas quizo cooperar con Uesugi. Para colmo, Nino drogo a los hermanos y a Vegeta, dando resultado en Fuutaro, pero siendo completamente fallido a los sayajines. No obstante, como guardaespaldas, deben pasar la noche en aquella residencia.

Ahora...

Fuutaro se encontraba aún bajo el efecto de la droga adormecedora, y se encontraba acostado en su cama ya varios minutos. Su hermano, Uesugi Goku, vigilaba a su hermano, esperando que este despertara. Llevaba cerca de 20 minutos vigilando.

En otra parte de la residencia Uesugi, más específicamente en el pequeño comedor, se encontraba el príncipe Vegeta, quien se encontraba con los brazos cruzados y ojos cerrados, junto a Itsuki Nakano, e Isanari Uesugi, quien estaba en la cocina con Raiha. Ambos jóvenes se encontraban en el comedor, esperando a Kakaroto.

- Así que esta es la cueva donde vive Kakaroto. - pensó Vegeta.

La pelirroja intentó entablar conversación con el orgulloso príncipe de la raza sayajin.

- E-Entonces... Vegeta-kun, ¿cierto?

- ¿Que quieres? - dijo el mencionado mientras volteaba a verla con su típica actitud, haciendo que Itsuki tiemble un poco de miedo.

- ¿T-Tu eres amigo de Goku-kun?

- Hmph. Con ese insecto no soy nada, y aunque lo fuera, no tendría por qué decirte.

- Hmmm, ya veo. ¿Puedo hacerte otra pregunta?

- Que sea rápido.

- ¿Que fue lo que hiciste ayer por mis hermanas? Las defendiste, ¿cierto?

- No lo malinterpretes, nunca fue mi intención hacerlo. He oído que esos sujetos han estado causando estragos últimamente, así que vi que si esos inútiles de la policía no podían encerrarlos, entonces yo acabaría con ellos. - pero luego sonrió un poco. - Aunque tampoco fue mala idea salvar a unas niñas indefensas. Es patético no poder valerse por si mismo.

- Vegeta... kun...

Hubo un pequeño silencio, en donde Itsuki miraba a Vegeta con un pequeño sonrojo, ya que le agradó el pensamiento del sayajin, por muy egoísta que sonase.

- ¿Que miras?

- Vegeta-kun.

- ¿Que?

- Tu... ¿quien eres exactamente?

- ¿A que te refieres con eso?

- Cuando mis hermanas regresaron ayer al departamento, me contaron que un sujeto con cabellos parados las había salvado de unos maleantes. Pero también el "hacia magia", según Yotsuba.

Vegeta solo la miraba.

- ¿Magia?

- Si, porque ella dijo que ese tipo había hecho una esfera de color amarillo, y la uso para noquear a uno de los atacantes.

El peli-flama respondió.

- No es magia. Es energía pura.

- ¿Energía pura?

- Si, pero no te diré mas sobre eso.

Al escuchar eso, la pelirroja solo hizo un puchero porque quería saber mas. Pero en eso, llega el singular par de hermanos, que venia saliendo de la habitación del peli-azul. Vegeta fue el primero en percatarse.

- Vaya, ya habías tardado cabeza hueca. - dijo Vegeta con su típica actitud de brazos cruzados.

- ¡Hola, Goku-kun! - saludó Itsuki a Goku con una sonrisa.

- Oh, ya salieron, par de tórtolos. - dijo Isanari.

- ¡Jeje! Perdón por la demora. Pero Fuutaro tardó un poco en despertar, además que Fuutaro quería hablar conmigo.

- ¿Y se puede saber de que se trata? - preguntó el padre.

- Bueno, la verdad es que...

Flashback.

Tras llevar un buen rato durmiendo, el peli-negro por fin estaba despertando.

- Ugh, ¿dónde estoy? ¿Que hago aquí? - dijo mientras se agarraba la cabeza. Luego recordó que Nino lo drogó. - Tch, esa chica... ¡mas adelante, me las pagará! - esto último lo pensó.

- Vaya, Fuutaro, al fin despertaste. - dijo Goku con una sonrisa.

- Hola, Goku. - dijo el peli negro correspondiendo la sonrisa.

- Si te preguntas que haces acá, es porque Itsuki se ofreció a llevarnos. Ahora ella está en el comedor junto a Vegeta, esperando a que salga.

- Ya veo. Demonios, esas hermanas me van a poner en problemas. Tal parece que no me podré llevar bien con esas mocosas. Si una me drogo hoy, quien sabe que me pueda hacer en un futuro. - dijo con una expresión seria y frustrada.

Goku empezó a dar unas leves carcajadas, extrañando un poco a su hermano.

- Oye, ¿de qué te ríes?

- Esa última parte me recuerda mucho a como habla Vegeta. Usa esas mismas palabras que tú usaste ahora.

- ¿Que más quieres que te diga, Goku?

El sayajin sólo suspiró y dijo:

- Si crees que eso es mucho trabajo para ti, tanto, que piensas que no lo puedas tolerar, entonces déjame darte una mano con eso.

- ¿Que? ¿A que te refieres exactamente con eso?

- Me refiero yo a enseñarle a las chicas. No es porque quiera quitarte el trabajo como tutor, al contrario, me alegra que tu lo aceptaras. Pero dices que al enseñarle a ellas te va a quitar tiempo de tu estudio. Ademas de que temes que te vaya a pasar mas adelante. No estoy de acuerdo con eso, pero solo cumpliré con la promesa que hice con mamá. Te ayudaré en todo lo que necesites, siempre y cuando sea bueno. - dijo Goku con una leve sonrisa.

- ¿En serio harías eso por mí? - dijo Fuutaro emocionado.

- No lo quiero hacer, lo que quiero ver es verte a ti dictándole clases a las hermanas. Pero como tú hermano estoy en mi derecho de darte una mano cuando lo necesites. Así que lo haré. - respondió Goku aún con una leve sonrisa.

- De verdad, ¡no sabes cuánto te agradezco! - dijo Fuutaro mientras se levantaba de la cama y abrazaba a su hermano.

Goku solamente lo correspondió, y pensó:

- No dejas de ser un caso perdido, Fuutaro.

- Pero, tu dijiste que no sabías cómo explicar las cosas. - replicó Fuutaro algo preocupado. - ¿Seguro que vas a lograr enseñarle a ellas?

- ¡Jeje! Entonces será un riesgo que voy a tomar. - dijo Goku sonriente aún.

Fin de flashback.

- ¿En serio? - preguntó Itsuki emocionada con brillos por todo su cuerpo.

Goku solo asintió con su típica sonrisa.

- ¡Eso me alegra mucho! - respondió la pelirroja aún alegre, recordando el rato que pasó con el azabache el día anterior.

- ¡Espera un momento, insecto! - replicó Vegeta. - ¿Significa que me vas a dejar la carga completa a mi como guardaespaldas?

- No, no estoy diciendo eso. - respondió el pelo palmera. - También seré guardaespaldas, así que haré dos roles al mismo tiempo. Pero la verdad es que no me importa hacerlo.

- Más te vale, sabandija, porque si no es verdad, te haré pedazos.

Itsuki se asustó un poco por lo que dijo Vegeta, pero le sorprendió más la respuesta de Kakaroto.

- Jeje. Entonces estaré preparado. - dijo con una sonrisa confiada mientras chocaba su puño contra la palma de su mano contraria.

Como en la historia original, Itsuki se quedó a comer con los Uesugi a petición de Raiha, y Vegeta se hizo el duro, y no comió nada. Solo se quedó a esperar que tanto Goku como Itsuki acabaran de comer, y problema resuelto.

Pasaban los minutos, y los Uesugi, junto a la pelirroja, estaban conversando agradablemente, riendo un poco; en otras palabras, pasando un buen rato.

En esos minutos, Itsuki, por alguna razón que estaba fuera de su conocimiento, no podía despegar la mirada del pelo-palmera. Veía que no era un chico aburrido, que no era para nada antipático. Al contrario, era muy sociable y fácil de ligarte como amigo con el.

Oh, y no olvidemos que el come mucho, así que ella se sintió un tanto identificada en ese aspecto con Goku. Cada que lo veía, sus mejillas se tornaban un poco rojas.

Asi como el autor de esta historia, que come hasta mas no pod-

- Ya, deja de decir pinches mentiras, texto mentiroso. - dijo el autor con una vena punzante en la frente.

Después, se calmo y dijo:

- Ok, cálmate, concéntrate, no pierdas la calma, y sigue escribiendo.

De vuelta en la historia...

Minutos mas tarde, después de haber degustado sus alimentos, Goku e Itsuki junto a Vegeta, por fin se iban.

- Muy bien, me tengo que ir. - dijo Goku mientras sonreía como el solo lo sabe hacer.

El sayajin llevaba en una bolsa grande una muda de ropa para el fin de semana, ya que era una prueba que iba a hacer el azabache por esas 48 horas.

- ¡No te desveles hasta tarde, Onii-chan! - gritaba Raiha desde el comedor.

- Buena suerte, hermano. - dijo Fuutaro guiñando un ojo.

- No hagan cosas traviesas, chicos. - dijo Isanari de forma divertida.

Y si, un color rojo profundo se iba formando lentamente en las mejillas de Itsuki, haciendo perfecto juego con su pelo. Esto porque ella sabia a que se refería, al igual que Vegeta.

- B-Bueno, yo y-ya pedi un taxi, para que nos lleve a nuestro departamento. - dijo Itsuki entre tartamudos, ya que se estaba imaginando a ella junto a ambos sayajines.

Y no voy a entrar mas en detalles, se los dejo a su imaginación XD

- Espera. - replico Vegeta. - Tengo que ir a mi casa.

- ¿Eh? ¿Por que? - pregunto Itsuki.

- Si me voy a quedar este fin de semana como dice este cabeza hueca, entonces necesito ropa.

- Oh, si, claro. - respondió la pelirroja.

Después de eso, hubo un largo, y muy incomodo silencio entre los tres. Tanta fue la incomodidad de la situación, que el autor no podía acomodarse en su silla porque también se incomodo un poco por eso.

En fin, estos eran los pensamientos de los presentes mientras esperaban el taxi.

- Si Kakaroto tiene razón con su premonición, entonces tendré que entrenar mas fuerte para acabar con ese sujeto de una vez por todas rápidamente. - pensaba Vegeta.

- ¿En que estaba pensando? ¡Apenas los conozco! - pensaba Itsuki con un pequeño sonrojo.

- Tengo hambre. - pensaba Goku.

- ¿En serio, Goku? Acabas de comer, ¿y ya tienes mas hambre? No tienes remedio. - pensaba el autor con cara de póquer mientras escribía.

Nadie hablo durante el rato que tardaba el particular en llegar. Como 30 segundos después, se ve a un vehículo de color negro doblar la cuadra en la que se encontraban ellos.

- Ya era hora. - pensaba Vegeta.

El vehículo estaciono enfrente de los tres. Itsuki abrió la puerta del copiloto, mientras el sayajin con pelos alborotados abría la puerta de pasajeros. Se subieron al particular, donde Vegeta le menciono su dirección a la chica, para que el chófer los llevara hasta allá.

Nadie soltó una palabra durante el trayecto. Solo se podían oír como las llantas del automóvil rozaban la carretera.

Despues de unos 3 minutos, llegaron a la residencia del sayajin, que era notoriamente mas grande que la casa de su rival. Era una casa de dos pisos, muy bien decorada.

- Espérenos aquí, por favor. - le decía Itsuki al chófer. Este solo asintió.

Los tres se bajaron del taxi, mientras Vegeta sacaba del bolsillo de su pantalón las llaves de su casa. Despues de desbloquear la puerta, se podía ver la amplia sala del apartamento. La madre de Vegeta estaba en la sala leyendo un libro. Cuando se percato de que el sayajin ya había arribado, dejo su libro a un lado, y se acercó para recibirlo.

- ¡Vegeta-kun, llegaste! - dijo la madre abrazando a su hijo.

- Si madre, ya llegue. - dijo Vegeta correspondiendo el abrazo, sorprendiendo a Kakaroto de sobra, ya que su compañero no era tan afectivo con sus familiares de la otra dimensión.

- Oh, y veo que no vienes solo. ¿Quienes son ellos? - dijo la madre separándose del abrazo y viendo detrás de el.

- Bueno, creo que uno ya te conté una vez quien es. - dijo señalando al peli-punta.

- No me digas que el es... - respondió Agata sorprendida mientras miraba a Goku.

- ¡Jeje! ¡Hola! - saludaba alegre el sayajin. - Mi nombre es Uesugi Goku, pero me gustaría que me llame solamente Goku. - dijo el sayajin con su típica sonrisa.

- ¿Eh? ¿Goku? - pregunto confundida la mujer, mientras ladeaba un poco la cabeza. - Yo crei que te llamabas Kakaroto.

Itsuki se sorprendió un poco por eso, pero no dijo nada.

- La verdad es que no me gusta que me llamen así, me gusta mas que me digan Goku. - dijo mientras tenia una mano en la nuca.

- Bueno, que se le va a hacer... Goku-kun. - dijo Agata mientras sonreía.

Y luego volteo a ver a la chica que estaba al lado del sayajin.

- ¿Eh? ¿Y tu quien eres?

- Oh, perdone que no me haya podido presentar. - dijo Itsuki para después, hacer una pequeña reverencia. - Mi nombre es Itsuki Nakano, mucho gusto, señora.

- No hace falta que me llames "señora". - dijo ella sonriendo. Luego le extendió su mano. - Mucho gusto, Itsuki-chan. Mi nombre es Agata Tesuka.

- Mucho gusto, Agata-sama. - dijo Itsuki mientras correspondía el apretón de manos.

- No hace falta que me digas así. Dime solo Agata. - decía ella sonriendo aún. La pelirroja solo asintió.

En eso, Vegeta se fue a su habitación a recoger lo que el necesitase para soportar el fin de semana completo en la casa de las quintillizas.

- Oigan, ¿no quieren de casualidad comer? Me sobra un poco, a pesar de que mi esposo y mi hijo ya comieron.

- No, gracias Agata-san. - respondió Itsuki.

- Yo paso. - decía Goku mientras se rascaba la nuca.

- Oh, es una lástima. - dijo la mujer cabizbaja, pero se recuperó casi al instante. - Por cierto, es la primera vez que Vegeta-kun trae a alguien a mi casa, en especial si se trata de una mujer. - decía, pero luego se acercó a Itsuki algo emocionada. - ¡No me digas que eres la novia de mi hijo!

Al escuchar eso, la quintilliza se puso roja a más no poder.

- C-C-Claro que no, s-señora. Yo a d-duras penas conozco a su hijo. Y el no me atrae tanto como otra persona. - dijo Itsuki entre tartamudos, y esto último lo pensó mientras veía al joven que tenía a su costado.

- Oh, que pena. Sería muy bonito verlos a ambos juntos. Harían buena pareja. - decía Agata mientras guiñaba el ojo.

- Oiga, tengo una pregunta, señora Agata. - dijo Goku algo intrigado.

- ¿Ah? ¿Que ocurre?

Pero en eso llega Vegeta con una bolsa.

- Ya estoy listo.

- ¡Genial, ya nos podemos ir! - dijo Itsuki alegre.

- Fue un gusto conocerla, señora Agata. - continuaba Goku mientras esbozaba una leve sonrisa y se dirigía a la puerta junto a Itsuki y Vegeta.

- ¡El gusto fue mío! - respondió Agata mientras agitaba la mano en señal de despedida.

Así, los tres salieron del departamento Tesuka, y se reincorporaron al automóvil que paciente aguardaba la salida de ellos tres. Dirigieron rumbo al departamento Nakano, donde en cuestión de unos minutos, ya habían llegado a la entrada del edificio.

Una vez pagado el servicio, los tres jóvenes bajaron del vehículo, y ahora se dirigían al ascensor. Itsuki desbloqueó la puerta que separaba la entrada del ascensor y escaleras de la entrada del mismo edificio, y se dispuso a subir al ascensor, junto a los sayajines que estaban a sus costados. Presionó el botón del piso correspondido, y el ascensor comenzó a subir.

Durante el corto trayecto de subida, nadie dijo nada. Nadie abría la boca. Ninguno se atrevía a hablar. Y después de unos 85 segundos, segundos que parecían que jamás pararían, el ascensor paró en el piso marcado. Los tres caminaron hacía el departamento de Itsuki, quién estaba algo incómoda por estar con dos chicos que a su parecer, no estaban tan mal a simple vista.

Itsuki abrió la puerta del apartamento, dejando ver su extenso interior. Las demás hermanas estaban en el sofá, hablando de cosas triviales.

Yotsuba fue la primera en percatarse de la llegada de su hermana menor. Así que con esa energía, y sobre todo, actitud que la caracterizan, se lanzó hacía la pelirroja.

- ¡Itsuki! ¡Goku y Vegeta-san! ¡Ya llegaron! - gritó Yotsuba mientras se abalanzaba hacía su hermana, tumbándola al suelo.

- Tch. Que mocosa tan fastidiosa. - pensó Vegeta mientras observaba como Yotsuba abrazaba a su hermana aún en el suelo

- Vaya, por fin llegaste, Itsuki. - decía Nino con su típica actitud de superioridad. Y luego miró a ambos sayajines, sonrojandose un tanto.

Sin perder ni su actitud ni el sonrojo, la peli-magenta replicó:

- ¡Y-Yo dije que n-no aceptaría a este par de acosadores!

- ¡Oye! - respondió Goku. - Pero si no tenemos cara de acosadores. - preguntó inocentemente mientras se señalaba la cara.

- ¡A-A mi no me importa! ¡No permitiré que dos hombres se queden hoy!

- Oye, Nino, tampoco hay que ser tan dura. - decía Ichika con cara juguetona. - No nos haría mal la compañía de un hombre. - dijo mientras le hacía ojos a Vegeta.

- No molestes. - dijo el peli-flama penetrantemente.

- ¡Jeje! No seas tan quisquilloso, Vegeta.

- ¡Callate, insecto!

Después de esta escena, y después de que Itsuki se levantara del suelo, los sayajines hicieron sus respectivas presentaciones adecuadamente.

Ambos chicos se sentaron en el sofá, quedando frente a frente a las quintillizas, quienes también estaban sentadas.

El primero en presentarse fue Goku.

- ¡Hola, chicas! - dijo con su sonrisa firma Son, marcando un notorio color rojo en las mejillas de las chicas. - Mi nombre es Uesugi Goku, aunque me gustaría que me llamaran Goku solamente. Espero nos podamos llevar bien.

Todas miraban a Goku con un sonrojo, sobre todo cierta pelirroja y peli- castaña.

Luego fue Vegeta.

- Mi nombre es Vegeta Tesuka, y quiero advertirles que si me hacen enojar, las haré pedazos, sabandijas. Seré su guardaespaldas junto a este insecto. - dijo señalando con el pulgar a Goku.

Todas temblaban un poco de miedo por la actitud tan fría del príncipe. Y Goku solo podía reír un poco.

Después de las presentaciones, las quintillizas lo hicieron ante los sayajines. Claro, todas estaban algo coloradas por el sayajin alegre, y temblando de miedo por el peli-flama.

- M-Mi nombre es Ichika Nakano. - dijo la peli-rosa volteando a ver a Vegeta.

- Mi nombre es Nino Nakano. - decía la peli-magenta mirando hacía otra parte.

- Mi-Mi nombre e-es Miku Nakano. - decía la peli-castaña mientras tartamudeaba y miraba tímidamente a Goku.

- ¡Mi nombre es Yotsuba Nakano! - decía la peli-naranja con su clásica actitud.

- M-M-Mi nombre es I-Itsuki Nakano.

Una vez terminadas las formalidades, las quintillizas junto a los sayajines empezaron a platicar un poco. No salió a flote el tema de que no eran humanos, ni que tenían poderes, no. Salió mejor que Goku reemplazaría a Fuutaro como tutor, cosa que alegró a las chicas, a excepción de Nino, claro esta.

Pasado un rato donde platicaron un poco con los sayajines, ya era hora de ir a dormir. Miku dejo dormir a Goku en su habitación, mientras que Yotsuba le cedió la suya a Vegeta. Asi se acaba por fin este día.

Mientras tanto, dimensión 4524.

Nos ubicamos en un planeta muy distante de cualquier sistema solar o estelar existente en el universo. Se parece mucho a una pirámide invertida, que en su parte superior, se veía un gigantesco roble.

En el, podemos ver a un tipo que tenía aspecto de gato de color morado, que portaba ropas divinas, características de su rol divino. Era Bills, el dios de la destrucción del universo 7.

Junto a el se encontraba un tipo más alto que el, que tenía la piel de color azul, ojos plateados, cabello blanco, y que de igual forma, portaba vestimentas divinas. El ángel y asistente del dios de la destrucción del universo 7, Whis.

Desde el momento en el que ambos sayajines desaparecieron sin razón aparente, han estado en busca frecuente de ellos. Bills en ese momento estaba parado frente a un lago, mirando al cielo.

- Oye, whis. - llamó el hakaishin (dios de la destrucción) a su asistente.

- ¿Si? - preguntó el mencionado, mientras se acercaba con su báculo en la mano.

- ¿Ya los encontraste?

- No todavía. He buscado en cada rincón del universo, y no hay señal de ellos. Tampoco pueden estar en otro de los 12 universos, puesto que necesitarían de la ayuda de mi padre para hacerlo.

- Puede ser, ya han pasado unos meses, y ellos... Espera, ¿que? ¿No están en este universo? ¿Ni en ninguno de los otros 11? ¿Entonces que significa eso? - volteó algo sorprendido hacia su asistente.

- Significa que... existe la posibilidad de que se encuentren en otra dimensión. - dijo con cara neutra.

- ¿Es eso posible, viajar entre dimensiones?

- Si, claro que se puede, ya que existen una infinidad de realidades alternas a esta, pero para viajar entre ellas, necesitaría la aprobación de Zeno-sama para lograrlo. Además que el caso de ellos fue un completo accidente, así que pasó por desapercibido por el rey del todo del presente. - dijo el ángel para después, mirar su báculo, ya que aún se encontraba buscando al par de sayajines.

- Ya veo, así que se encuentran en otra dimensión. Un universo diferente a este. Interesante.- dijo Bills con un dedo en el mentón.

De repente, Whis, quien estaba aún en busca de los sayajines, solo volteó a ver al gato destructor con un semblante serio.

- Señor Bills, tal parece que al fin logré encontrar la ubicación de Goku y Vegeta.

- Ya era hora. - dijo con cara neutra.

- Pero si los vamos a buscar, tenemos que apresurarnos.

- ¿Eh? ¿Por que? - preguntó confundido Bills.

- Alguien se nos esta adelantando. - dijo mientras señalaba su báculo, haciendo que el hakaishin se acerque un poco para ver mejor lo que su asistente quería que viera.

En el círculo superior del artefacto del ángel, se puede ver como una nave circular va a toda velocidad rumbo a la dimensión donde se encontraban los sayajines.

- No puede ser... Esa nave, es de... - dijo Bills algo asustado. No mucho, pero si un poco.

- Me temo mucho que así es.

- Pero... ¿no se suponía que había muerto en la explosión de aquella estrella?

- Y así fue, señor Bills. Pero sus soldados lo revivieron con las esferas de Namekusei, con el objetivo de poder cumplir su venganza. Casi diezman el planeta.

- Esto no me gusta. ¡Para nada! - dijo Bills apretando sus puños, mientras crujía levemente sus dientes.

--- En la tierra del universo 7... ---

Los familiares y amigos de Goku y Vegeta aún estaban esperando a que el ángel de ese universo les diera con el paradero de sus esposos/padres/amigos.

Ahora nos ubicamos en la residencia Son, donde la esposa de Goku, Milk, se encontraba viendo el cielo azul con una sonrisa. También se encontraba el hijo menor, Goten.

Este se acerca a su madre.

- Mamá. - decía Goten mientras le jalaba un poco la ropa. - ¿Cuanto crees que demore papá en volver?

Esta solo miro a su hijo con una sonrisa.

- No lo se, Goten. Pero espero que sea muy pronto. - dijo mientras le acariciaba la cabeza a su pequeño hijo.

- ¿Y crees que ya haya conocido a otra chica?

Ella solo sonríe.

- Si creo. Después de todo, es lo que el se merece: iniciar una nueva vida. - Su expresión de ternura cambió a una seria. - Pero si se olvida de ustedes, juró que no lo voy a perdonar.

Goten solo tragó saliva nervioso por lo último dicho por su madre.

Ahora nos ubicamos en corporación cápsula, donde Bulma esta en el amplio patio del lugar, de igual forma, mirando al cielo azulado.

En eso aparece Trunks, el hijo de Vegeta.

- Oye, mamá. - dijo el mientras se acercaba al lugar. Ella solo volteó.

- Hola, Trunks. - dijo con una sonrisa. - ¿Que ocurre?

- Nada en especial, solo vine a decirte que logré que mi hermanita se durmiera, aunque no fue trabajo fácil. - dijo con risa nerviosa. Pero cambió de tema completamente.- Por cierto, ¿han habido noticias de mi papá?

La expresión de la mujer cambio a una de cierta melancolía, ya que de algún modo, le dolía no ver a su amado.

- Aún no, hijo. Pero estoy segura que no tardará. Además, pienso que... el debió empezar de cero, enamorarse de otra mujer.

- Oye, pero papá no es de esas personas que se enamoran fácil.

- Lo sé. Pero el tarde o temprano demuestra sus sentimientos de alguna forma. - esto último lo dijo con una sonrisa nostálgica, puesto que recordó la vida que formó junto a Vegeta, pese a el no querer hacerlo.

En ese momento, un llanto que provenía de la Corporación Cápsula hizo que tanto madre e hijo voltearan.

- ¡Ay, no otra vez! - dijo Trunks con cara aburrida mientras corría hacía adentro nuevamente.

La peli-celeste solo vio en la dirección donde su hijo había corrido, y lo miraba con una sonrisa.

- Sea donde sea que estés, te deseo buena suerte... Vegeta. - pensó.

De vuelta a la dimensión 5546

El reloj de la ciudad de Tokio marcaba las 8 de la mañana. Se podía ver como la gente se dirigía a sus trabajos, personas que salían y hacían ejercicio, los perros siendo sacados a pasear... En pocas palabras, lo de todos los días.

Ahora nos ubicamos en una residencia en específico, donde vemos a un tipo de pelos parados viendo con los brazos cruzados al cielo color amarillo óleo del amanecer a través del gigantesco ventanal del departamento, absorto en sus pensamientos. Detrás de el, se podían notar 5 siluetas femeninas, que de las cuales, 3 de ellas estaban en la mesa, y las dos restantes en el sofá.

- Maldita sea, este cabeza hueca es un holgazán sin remedio.

- ¡Oigan, chicas! El desayuno ya esta listo. - decía Nino mientras volteaba a ver a Yotsuba e Ichika, quienes se encontraban en el sofá.

Miku e Itsuki se encontraban en el mismo comedor, platicando sobre trivialidades.

- ¡Si! ¡Por fin! - decía Yotsuba con su actitud característica, mientras se dirigía a la mesa del comedor.

- Genial, ya tenía un poco de hambre. - continuaba Ichika mientras se levantaba del sofá y de igual forma se dirigía al comedor junto a su hermana.

- Yo también quería comer. Por cierto Nino, ¿también les preparaste a Goku-kun y Vegeta-kun? - preguntaba Itsuki.

- Es lo menos que puedo hacer, como modo de disculpa por haberlos drogado. - decía la peli-magenta, para después, voltear a ver al sayajin que estaba aún mirando al cielo por la ventana. - Voy a decirle al ese.

Vegeta estaba aún pensativo. Pero esta vez, sonreía confiadamente.

- Hoy... después de tanto tiempo... te demostraré que soy más fuerte que tu, Kakaroto.

Una voz femenina estaba llamando, interrumpiendo sus pensamientos. Era Nino.

- Oye. Oye. ¡Oye, tu! - decía ella con más fuerza, ya que no la estaba escuchando.

Eso distrajo al príncipe, quien al escuchar la voz de la chica cuyo cabello tiene adornos de mariposas, su ceja empezó a tener un tic, mientras una vena punzante se iba formando en la frente del sayajin, y empezaba a gruñir un poco.

Al final, la insistencia de la chica hizo que la paciencia del príncipe se colme por completo.

- ¡Demonios! ¡¿Que es lo que quieres?! - gritó ya algo fastidiado, asustando a las otras 4.

- ¡Oye, ca-cálmate! - replicaba algo asustada la peli-magenta. - Solo te iba a decir que el desayuno ya está listo.

- Hmph. ¿Crees que después de lo de ayer recibiré comida de ti?

- Oye, yo ya me disculpe por eso, así que por lo menos déjame atenderte, además de que tu, con el otro acosador, se tomaron la molestia de quedarse acá. Tómalo también como una garantía de que no lo voy a volver a hacer.

Vegeta solo soltó un suspiro.

- Bien. - dijo mientras relajaba los brazos y se dirigía al comedor.

En eso, una puerta en el segundo piso se abrió. Y de ella, salía una silueta masculina, cuya melena tenía forma de palmera. Los que estaban en el primer piso veían quien salía.

- ¡Cielos! ¿Que es ese aroma tan rico? - decía Goku mientras se estiraba un poco. Las quintillizas se sonrojaron más de la cuenta, ya que los músculos del torso del sayajin se notaban desde su camiseta azul.

- Al fin despertaste, cabeza hueca. - decía Vegeta con su actitud de siempre.

- Perdonen la tardanza, pero no he dormido bien estos últimos días. Asi que pensé que sería una buena ocasión para recuperar el tiempo perdido. - respondió Goku mientras bajaba las escaleras con una mano en la nuca.

- No hay problema, igual ya íbamos a empezar a comer, Goku-san. - decía Yotsuba con una sonrisa.

- ¡Genial, ya estaba muerto de hambre!

- Hmph. No piensas en nada más que no sea comer, dormir o entrenar, definitivamente no tienes remedio, sabandija. - replicó Vegeta con los brazos cruzados.

- ¿Entrenar? - preguntaron curiosas las hermanas al unísono.

- ¡Jeje! Se los diré más adelante. - decía Goku sonriendo.

Dicho esto, los sayajines se sentaron en la mesa para así, por fin, degustar su desayuno con tranquilidad junto a las hermanas Nakano. Agradecieron la comida, y empezaron a comer a sus respectivos ritmos.

Si bien sabemos que ambos sayajines comen muy rápido, sobre todo Kakaroto, esta vez comían de forma calmada, sobre todo para no asustar a sus acompañantes, además que no había tanta prisa.

Pero lo que si asustó a los dos chicos era la velocidad del huracán Itsuki, categoría F para los climatólogos. Comía casi a la misma velocidad que come normalmente Goku, cosa que hizo que las demás sacaran una gota de sudor tipo anime.

Pasados unos minutos, habían acabado de desayunar. Así que Goku y Vegeta aprovecharon para irse a arreglar, ya que aún tenían sus pijamas puestas.

El primero en irse a bañar sería Goku. En ese intervalo de tiempo, las Nakano intentaron entablar conversación con el peli-flama.

- Oye, ¿y tu como conoces a Goku-san, Vegeta-san? - preguntaba Yotsuba con curiosidad.

- Eso no les interesa, como conozca al insecto de Kakaroto.

- ¿Kakaroto? - preguntó Nino mientras se sentaba al frente del peli-flama.

- ¿Acaso es una palabra clave? - continuó Ichika con una ceja levantada por la curiosidad.

- Eso lo escuche ayer, Vegeta-kun, y nunca dijiste que significaba. - replicaba Itsuki.

- ¿Que? ¿Eso también te lo dijo ayer, Itsuki?

- Si, ayer tuvimos que parar en casa de el, y la madre de Vegeta-kun también se refirió a Goku-kun como Kakaroto.

Miku no decía absolutamente nada.

- Yo solo voy a decir que es cosa de ese cabeza hueca decirles a ustedes quien es el de verdad.

Todas se extrañaron un poco al escuchar eso, ya que pensaban que su nuevo tutor tenía una personalidad por punto y aparte. Pero no dijeron nada. Solo una se atrevió a reclamar.

- Pero tú tampoco eres alguien normal. No creas que olvidamos lo de hace unos días. - decía Nino con su semblante arrogante de siempre.

- Eso tampoco les incumbe. Es mi decisión si les digo o no. - respondió Vegeta de brazos cruzados.

Aunque Vegeta no quería decirles, las chicas le insistían. Insistían, insistían y no desistian. Al punto de sacar de casillas nuevamente al peli-flama.

Antes de que Vegeta pudiera reaccionar o hablar, Goku había salido de la ducha.

- Bien, Vegeta, te toca a ti. - dijo viendo al mencionado, mientras señalaba con su pulgar el baño.

Las chicas oyeron la voz, y se sonrojaron al ver el cuerpo del sayajin, que solo estaba cubierto por una toalla en la parte de abajo.

- Ya, por fin me puedo librar de estas mocosas. - pensaba Vegeta.

Después, Goku se fue a la habitación de Miku a cambiarse de ropa, mientras Vegeta se dirigía al baño.

1 hora después...

Ahora, vemos a Goku sentado al frente de 3 de las 5 hermanas, dispuestos a estudiar.

- ¿Eh? ¿Por qué solo hay tres de ustedes?

- Bueno, lo que pasa es que Ichika tenía que ir a trabajar, y Nino tenía que hacer unas compras. - respondía Yotsuba con una risa nerviosa, pensando que su tutor se iba a enfadar.

- Esta bien, me adelantare con ellas cuando regresen. - decía Goku sonriendo.

Vegeta, que estaba meditando en su lugar, escucho lo que la peli-naranja había dicho, y se paro rápidamente de su lugar.

- ¡MALDITA SEA! ¡¿Y POR QUE NO AVISAN ANTES QUE VAN A SALIR?! - dijo para después, desaparecer instantáneamente de la vista de los presentes.

Nota: Antes de que alguien diga que como Vegeta se pudo ir así sin saber la teletransportacion, hay una técnica que le permite a uno aparecer cerca del oponente sin ser visto. Yo lo conozco como "Z-vanish"

- ¡¿Que?! ¡¿Desapareció?! - preguntaron sorprendidas las chicas.

- Jeje, la verdad es que a mi ya no me sorprende. - respondió Goku riendo con una mano en la nuca.

- ¿Queeeee? ¡No me digas que tu también lo puedes hacer, Goku-san!

Este solo rió algo nervioso.

- Dejemos ese tema para otra ocasión. ¿Por que no comenzamos a estudiar?

- Si, claro, empecemos. - respondió Miku con una sonrisa.

Y así, empezaron a estudiar con ayuda de Goku. Empezaron con biología, materia en la que Itsuki se especializaba más. Cada cosa que el sayajin preguntaba, muchas de las veces era la pelirroja la que respondía, claro, las otras dos tampoco se quedaban tan atrás, y respondían lo que podían. Así por 90 minutos.

Después, Goku las puso a leer unos libros que trataban de genética avanzada. Pasados otros 45 minutos, el azabache les evaluó, una por una, su comprensión de lectura, y para sorpresa de él, no estaban tan mal como el pensaba.

Asi pasaba lo que quedaba de la mañana, llegando el mediodía.

- Bien, creo que eso es todo por ahora. - decía Goku cerrando su libro de golpe. - Descansen un poco. ¡Lo hicieron muy bien!

Todas se impresionaron un poco por lo dicho por el pelo palmera, ya que normalmente, sus tutores anteriores no les habrían dicho eso. Es como si ellos no hubiesen valorado el esfuerzo que ellas empeñaban en completar de manera exitosa todo lo que ellos les imponían, cosa que no pasó por desapercibido por el azabache. Y aunque con el también la embarraron un poco, era sorpresa para ellas que el no se lo tomase como algo personal, cosa que sus particulares anteriores hacían, así que ya estaban acostumbradas a tales comportamientos. Pero fue una experiencia más placentera con el, ya que no habían estado con alguien que diera semejante aliento en los estudios.

Y si, los que leen esto estarán comentando "mucho texto". A mi no me engañan.

En fin, aprovechando que Goku les había dado un descanso, Yotsuba e Itsuki se fueron a la cocina a comer un pequeño snack.

- A ver, voy a coger esto de aquí, y esto, y esto otro... ¡Ah! Y que no se me olvide esto. - decía la pelirroja mientras sacaba un montón de paquetes de la repisa de la cocina. Goku solo sacó una pequeña gota de sudor por eso.

- Itsuki, aunque sea déjame algo. - replicó Yotsuba algo molesta con un pequeño puchero.

- ¡Lo siento, pero tengo mucha hambre cuando estudio! - respondió Itsuki casi gritando con los ojos cerrados, muy nerviosa.

Y así, discutiendo un buen rato. Goku solo sonreía un poco por esto, y mientras ellas descansaban, el se puso a meditar.

Con Ichika...

- Muy bien, los espero la próxima semana para ensayar nuevamente. Se pueden retirar. - decía un tipo castaño, que al parecer, dirigía una obra de actuación.

Todos los jóvenes estaban recogiendo sus cosas ya para retirarse, entre ellos estaba la peli-rosa, quién estaba guardando sus pertenencias en un maletín; ya guardado todo, se dirigió a la salida del edificio.

Y ya cuando se disponía a irse, una voz la detuvo.

- Vaya, ya era hora de que salieras. Ya estaba a punto de irme. - decía el chico mirando al cielo mientras estaba recostado en la pared con los brazos cruzados.

- ¿Uh? - Ichika volteó a ver quién era el que había dicho eso. - ¿Vegeta-kun? ¿Que haces acá?

- ¿Como que que hago acá? ¿No se supone que soy tu mísero guardaespaldas?

- Ah, sí. Ya se me había olvidado. - decía la peli-rosada riendo nerviosa.

- Hmph, eres muy despistada para ser la mayor de tus hermanas.

- ¿Eh? ¿Como lo sabes? - preguntó Ichika sorprendida.

- Eso no es de tu incumbencia por ahora, sabandija. Además... - dijo mientras se acercaba a una distancia peligrosa de Ichika, haciendo que esta se sonroje de sobremanera.

- ¿Q-Que haces?

Vegeta solo tomó un poco de aire, y entonces...

- ¡AVISA ANTES QUE VAS A SALIR, MALDITA SEA! ¡O TE HARÉ PEDAZOS! ¡RECUERDA QUE ES MI MALDITO TRABAJO! ¡NO HAGAS QUE ME DESPIDAN! - gritaba Vegeta de una manera cómica, mientras Ichika solo reía de forma nerviosa.

- Perdón, perdón, lo tendré en cuenta.

- Eso espero. - decía el peli-flama de manera más calmada. Y continuó. - Y ahora, ¿vas a seguir perdiendo el tiempo haciendo cosas absurdas?

- Oye, cálmate un poco. No tengo nada más que hacer hoy, así que tal vez pueda estudiar un poco con Goku-kun.

- Esta bien. - dijo Vegeta cruzado de brazos.

Dicho esto, ambos empezaron a caminar en dirección a la residencia Nakano. Durante el trayecto, ninguno de los dos decía nada.

Con Nino...

Se veía a una cierta peli-magenta que cargaba con varias bolsas en sus manos, hombros, brazos y antebrazos. ¿La razón? Tenía que hacer el mercado de cada mes, y no digamos que podía comprar poca comida, por dos razones principales. La primera, y la más obvia, era porque cinco personas compartían el mismo techo, sin contar al padre, que estaba básicamente ausente todo el tiempo. Y la segunda, porque su hermana menor podría arrasar con la cocina entera si ella quisiera, así que era mejor prevenir que lamentar.

Entonces ahí iba ella, cargando con todas esas bolsas... ella sola, deseando que cualquier persona que andaba por ahí le diera una mano, que le ayudara a aligerar la carga que llevaba consigo. Lamentablemente para Nino, no fue así.

O eso creía.

- Jeje. Veo que estas en unos aprietos. -decía una voz masculina que se encontraba a un lado de la peli-magenta

Nino volteó a ver quien era el dueño de esa voz, y no era nadie más que Kakaroto, quien se encontraba sonriendo levemente por la situación en la que se encontraba la chica.

Esta se molestó porque aún lo veía como un vil acosador, y pensó que venía a precisamente a eso.

- ¡¿Que?! ¡¿Acaso me estabas siguiendo, acosador?!

- Oye, no me sigas llamando así. Solo quería ayudarte a llevar eso, además de que te estábamos esperando para estudiar. Además, ¡no se que es un acosador! - reclamó Goku con cara aburrida.

- Dios, ¡en verdad eres un idiota! ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no necesito tu ayuda?! Yo puedo sola con esto. - decía Nino mientras seguía su camino, ignorando por completo al sayajin.

Pero como si por cosa del destino se tratase, Nino empezaba a tambalearse gracias al peso mal distribuido que sus brazos tenían que soportar.

Hasta que por fin, después de unos instantes, las piernas de la chicas no dieron para más camino, y se desplomó en el suelo. Todas las bolsas que traía se cayeron de igual forma al suelo, haciendo que todo el contenido de estas se dispersaran por toda el área.

Antes de que Nino pudiese sentir el golpe del pavimento, un hombre la recibió de forma nupcial.

- ¡Fiu! ¡Eso estuvo cerca! ¿Te encuentras bien?

Un color rojo profundo se formó en las mejillas de la chica, que fueron parcialmente tapadas por sus hermosos cabellos color magenta.

- S-Si... G-Gracias. - murmuraba Nino entre tartamudeos.

- Ahora, déjame ayudarte con eso. - continuó el sayajin mientras ponía a la chica de pie, que aún seguía sonrojada.

Acto seguido, el sayajin empezó a empacar todo lo que se había regado por el suelo en las mismas bolsas que la Nakano llevaba consigo. Después, las cargo.

- Listo, ya nos podemos ir.

- Espera. - interrumpió Nino. - ¿No quieres que te ayude con eso? - dijo mientras señalaba las mismas bolsas que cargaba ella, solo que ahora, estaban a manos del azabache.

- ¡Jejeje! No hace falta, es lo menos que puedo hacer por una amiga. - respondió el sayajin con su sonrisa.

Nino se sorprendió un poco, ya que pensaba que Goku le tenía rencor guardado por lo que había consumado hasta el momento. Era todo lo contrario.

Así, empezaron a caminar rumbo a la residencia de las quintillizas.

Hora y media más tarde...

Después de haber comido su almuerzo, las 5 hermanas en pleno se presentaron para la segunda ronda de estudios del día. Esta vez, estudiaron matemáticas.

Como en la primera ronda, el sayajin saco el material didáctico necesario, y más que suficiente para que ellas aprendiesen a su ritmo. Pasada 1 hora y 10 minutos, empezaron con las actividades de comprensión. Ellas se equivocaban mucho a la hora de responder cierta pregunta, sin embargo, Goku no perdía la paciencia. El sabe que el ritmo de aprendizaje de ellas no es el mismo de su hermano, así que no podía quejarse.

Pasadas ya las 4 y 45 de la tarde, la sesión de estudios de ese día había acabado por fin.

- ¡Ah! - decía el pelo palmera mientras se estiraba. - Estoy cansado. Lo hicieron muy bien, chicas. - decía Goku esbozando una sonrisa que era más pequeña de lo habitual, pero seguía siendo grande.

- Bien, ya era hora. - decía Vegeta que se la pasó el rato completo meditando.

Ambos sayajines se levantaron del sofá, y se dirigieron a la puerta.

- Bueno, ya nos tenemos que ir. Repasen un poco lo que vimos hoy. - dijo Goku mientras abría la puerta del apartamento, y salía junto a Vegeta.

Una vez en la salida del edificio, Goku y Vegeta iban a tomar caminos distintos para dirigirse a sus casas. Sin embargo, el príncipe tenía otros planes.

- Bueno, nos vemos mañana, Vegeta. - decía Goku haciendo una seña con la mano, mientras se ponía sus dedos índice y medio en la frente.

- Un momento, insecto. - detuvo Vegeta a su rival. - Hay algo que quiero saber.

- ¿Eh? ¿Que sucede, Vegeta?

Pasaron unos segundos de completo silencio, en los cuales solo se podía escuchar el suave viento pasar por las mejillas de ambos sayajines.

- Quiero saber que tan fuerte te has vuelto. - completó el peli-flama mientras miraba el cielo.

- ¿Que?

- No te hagas el estúpido. Se que tratándose de ti, no solo has fortalecido tus conocimientos, también tu poder. Así que... - dijo Vegeta.

Dicho esto, este se lanzó a su rival, con la intención de darle un puñetazo en la mejilla. Goku logró reaccionar a tiempo, y con su brazo detuvo el golpe.

- ¡Muéstrame todo lo que tengas! - gritó Vegeta de forma desafiante.

- ¡Jeje! Entonces será un entrenamiento. - decía Goku mientras sonreía confiadamente.

Vegeta retiró rápidamente su puño, e hizo una voltereta para atrás para después, posicionarse en pose de pelea.

- Pero no quiero causar daños, así que mejor cambiemos el lugar de la pelea.

- Hmph. Como quieras.

Así, Vegeta se acercó al pelo palmera para colocar su mano en el hombro derecho del anterior mencionado. Y Goku usaría la teletransportación para moverse junto a su compañero a un lugar alejado de la ciudad.

Instantes después, ambos llegarían a una llanura muy amplia que estaba alejada de la ciudad. Ahí sería el encuentro amistoso.

- Bien, aquí esta bien. - decía Goku inspeccionando el área.

Ambos sayajines saltaron a una distancia considerable uno del otro, quedando frente a frente.

- He estado esperando este momento por mucho tiempo. No tienes ni idea cuanto entrené para llegar hasta este punto. - decía Vegeta con una voz que denotaba emoción, mientras se ponía en pose de pelea.

(Imaginen que no esta transformado en super sayajin blue)

- También estuve entrenando para este momento, Vegeta. ¡No sabes las ansías que tengo ahora de volver a pelear contigo! - respondió emocionado Goku de igual forma, poniéndose en pose de batalla.

Ambos se quedaron mirando con una sonrisa confiada por unos instantes. Sin previo aviso, la presión del lugar empezó a aumentar, ya que dos auras de color blanco brotaron de ambos guerreros.

- ¡Te demostraré que yo sigo siendo el número uno!

Y ambos se lanzaron al ataque.

Continuará...

Y bueno chicos, hasta acá el capítulo de hoy.

Tengo que admitir que no me quedó como yo esperaba, la verdad tenía las ideas en el aire, pero no sabía como colocarlas. Además que hubo una que otra cosa que no me cuadró del todo, así que me toca actualizar más tarde. Esperen actualizaciones de este capítulo.

Pero publico el cap ahora para que vean que sigo vivo.

Así que nada, ¿que les pareció (por ahora)?

Recuerden que cualquier sugerencia es bien aceptada acá, y no olviden compartir la historia para que así, más gente la lea, y así vea que les está gustando esta historia. Tampoco olviden dejar su votico abajo.

Les dejo aquí una escena post-créditos, o escena extra.

Sin nada más que decir, me despido. ¡Chau Chau!

Extra

Dimensión 5546

Nos situamos en el espacio vacío del universo, donde un fenómeno completamente descomunal acontecía a varios años luz de la tierra.

Un portal se abrió en medio de la nada, saliendo una gigantesca nave circular.

Ahora nos situamos en el interior de aquella nave.

- Al fin logramos llegar, señor Cooler. - decía un asistente personal del mencionado. - Nos tardó un poco más de lo calculado, pero en el punto esperado.

- Bien, eso es lo que menos me importa. Lo que me importa en este mismo instante es recobrar mi venganza. - decía el ser metalizado. - Localiza de inmediato la tierra de este universo.

- Con todo respeto señor Cooler, ¿como esta seguro de que ellos se encuentran en la tierra?

- Solo hazlo, no tengo porque explicar.

- Como ordene, señor.

Así, el asistente se retiró de la cabina principal, dirigiéndose al laboratorio de la nave.

- Mi venganza al fin se va a consumar. Espero que estés preparado, Son Goku, porque no dudaré en matarte. - murmuraba Cooler mientras miraba al ventanal de la cabina.

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