Extra 1
Extra Luna de miel.
Lia.
Desperté algo desubicada y con una sensación de ardor en los muslos.
- Quizás nos pasamos un poco anoche- pensé haciendo un extraordinario esfuerzo por abrir los ojos.
Sinceramente, ya había perdido la cuenta, de las veces que me había venido, creo que esto en vez de llamarse luna de miel debería haberla llamado luna de orgasmos.
A duras penas me levanté, tratando de cumplir la titánica tarea de mantener el equilibrio con unas piernas temblorosas y una enorme barriga. Y es que, a estas alturas, hasta Alexander veía más mi cuca que yo.
Esto de estar de treinta semanas y subir como ballena no me sienta nada bien y lo peor es que es una condena asegurada, ya que ni puedo hacer ejercicio sin parecer un elegante bailando samba, pero tampoco puedo dejar de comer como camionera.
Me enganché la bata de baño cubriendo mi desnudez. Mis pies casi que se mueven por inercia y con prisa rumbo al baño, ¿Les comente que tengo problemas con el grifo? Hacer pis cada diez minutos se ha convertido en una costumbre de lo más "divertida", y en ocasiones hasta en un deporte.
Salgo y volteó a ver a mi marido quien sigue envuelto en las sábanas visitando el planeta de los sueños. Entonces decido ir a la cocina para reponer toda la energía que gasté anoche.
La casa está en completo silencio y el desayuno ya está dispuesto sobre la mesa con una exuberante variedad de alimentos.
Tomo un bol y me sirvo algo de leche y cereal para empezar, si leyeron bien, para empezar, porque luego le siguen el descafeinado que no me puede faltar, acompañado con unas tostadas con huevos revueltos y otro bol lleno de frutas.
¡Al fin puedo comer sin ansiar el sabor de la remolacha en mi paladar! Vegetal miserable. Esto del embarazo va mejorando.
-¿Dónde guardas tanta comida? Si es que tu estómago apenas tiene espacio y eres del tamaño de un maní.
Volteó y veo a mi marido con el cabello revuelto acabado de levantar como dios lo trajo al mundo y una erección matutina que promete lo que mide.
-Se llama desvío de recursos y dudo que algo de esto sea aprovechado por mi estómago- contesto señalando mi vientre abultado.
-Sí, y no quieras saber como me pone el que sea yo la causa de tu apetito- sonríe maliciosamente.
En menos de un segundo, ya tengo a mi esposo acechándome como una pantera y desatando el albornoz.
Me levanta en peso, una costumbre recién adquirida que me deja bien en claro lo mucho que he engordado, ya que antes no lo hacía con tanta frecuencia y no fue hasta hace poco que empezó a hacerlo para demostrarle que mis kilos no le molestaban en lo absoluto.
Me coloca sobre la encimera, abre mis piernas y comienza a devorarme como si no hubiera un mañana.
Levanta la cabeza y me lanza una de esas miradas que he visto demasiadas veces como para no reconocerla. Sonríe y sin previo aviso me penetra de una manera que veo las estrellas y planetas.
Gimo, jadeo, grito, ya no sé ni lo que hago, mientras este hombre me penetra con descaro hasta correrse dentro de mí.
Con el pecho apretado, una leve sonrisa y mi característica sonrisa post-orgásmica, me besa.
Si polla se ablanda en mi interior, pero aún siento un leve estremecimiento debido al orgasmo.
-Buenos días, hermosa- dice con voz ronca- me hubiera encantado despertar contigo a mi lado.
Enarco una ceja mirándolo de arriba a abajo. Mi marido es todo un desvergonzado.
-Sí, ya me imagino el porqué.
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Otee la paradisíaca vista de la playa perdida en la frescura de la brisa y la belleza marina.
Alce mis lentes oscuros esperando a mi marido, quien a sugerencia mía, se había tomado unos minutos para disfrutar del mar.
Es que no puede ser que haya pagado una estadía de cinco días en una villa en el caribe, con playa privada, piscina, mil lujos más, y que lo único que haga el muy ninfómano sea bautizar todas las superficies disponibles con mis fluidos.
Cansada de comer, dormir y jugar al dale que te pego el resto del tiempo, lo convencí para que al menos hiciera que el vuelo valiera la pena. Uno que también nos salió gratis, ya que en el complejo principal hay un aeródromo privado.
Termino mi piña colada y al sentir como el sol comienza a calentar me aplico un poco de bloqueador, aunque no me vendría nada mal un toque moreno, eso contrastaría de maravilla con mi cabello.
Primero los muslos, luego los hombros y cuando llega el momento de la espalda unas manos ásperas y callosas se hacen cargo de la tarea empezando por mis hombros.
De soslayo observo a mi marido que está a solo un paso de salivar sobre mi espalda.
-¿En qué momento saliste?- pregunto acomodándome sobre la tumbona del lado izquierdo para darle libre acceso a mi cuerpo.
-Hace unos minutos, solo que estabas demasiado entretenida para darte cuenta.
- ¿A si? - respondo embelesada- son vacaciones Alexander se supone que vinimos a relajarnos.
-Y eso hago- comenta y me da una cachetada en la nalga.
El escozor envía un mensaje directo a mi centro, uno que de ser posible planeo ignorar.
-Nena, vamos a la cama ¿Sí?- súplica llenándome de besos y mordidas por toda la espalda- no se haga de rogar señora Ivanov, te suplico que no prolongues mi abstinencia.
- ¿Abstinencia dices?- Vale ahora si me ofendí- Lo hicimos en el avión, en el auto, cuando llegamos a la cabaña, y te recuerdo que ayer trasnochamos encima de...
No termino la frase y ya me tiene semidesnuda mientras me da un beso.
- ¿Cómo...?- le miro desconcertada con la frase a media y agarrando la parte superior del bikini.
-Vamos adentro Lia por favor- me suplica una vez más.
La embarazada soy yo y el de las ganas es él, a menudo me preguntó que trato mierdero habré hecho en mi vida pasada para haber llegado a esto.
Cada caricia, beso y chupón envían una señal bien clara. Solo se necesitó un jadeo para que mi marido me levantara en peso, con los 5 kg que había aumentado en estos días a raíz del embarazo. Kilos que seguían preocupándome, segura estoy que ya ando rozando la línea de no retorno.
-¿Estoy gorda?- pregunté apenas llegamos a la cama.
-Mira como me pones- respondió simplemente desplazando mi mano por su falo erecto.
-¿Pero estoy gorda?
-Joder te quiero como sea que estés, gorda, flaca, embarazada, pelirroja, rubia, morena o violeta, me prendes como quieras Liana Watson, porque tu esencia es mi droga.
No era la respuesta que estaba buscando, pero me sirve y no es que él tampoco me diera mucho tiempo a pensar, al menos no con las atenciones que le estaba proporcionando ahora mismo a mi clítoris hinchado.
-Eres el manjar más delicioso que he probado en mi vida- lame- y aun así te atreves a decirme que no eres suficiente.
El hambre de mi esposo era la de un hombre saciando su sed luego de vagar por el desierto. Y fue esa última lamida la que me reinició por completo, arrasándome en un poderoso orgasmo.
-Te corriste demasiado rápido esposa mía- direcciona su erección a mi coño, y luego levanta la vista para dedicarme una mirada de esas que dicen: está noche no dormimos.
Con un exigente y frenético beso, me tumba de lado y se coloca justo detrás de mí acariciando mi entrada arriba y abajo. Un último jadeo acompañado de un tierno beso en la espalda es el magnífico preludio que antecede a la dulce sensación de la penetración. Su miembro se abre paso a paso mientras siento cada centímetro.
Se detiene por unos segundos y luego reanuda con estocadas suaves cada una, aumentando y prolongando el placer del anterior. Justo cuando estoy al borde del segundo orgasmo, o del quinto ya ni sé, acelera el ritmo y acto seguido exploto, sintiendo como cada músculo de mi cuerpo se contrae en un prolongado orgasmo.
- Milaya, moya prekrasnaya zhena, ty ne znayesh', kak sil'no ya tebya lyubly *1 - dice en su lengua materna, entonces le respondo.
- Ya tozhe *2 - sus caricias se detienen y siento como deja de respirar por un segundo. Una extraña sonrisa brota de mis labios sabiendo que le he sorprendido
-Duerme mi pequeña Lia- y eso es lo último que logró escuchar antes de quedarme rendida en sus brazos.
*1: mi hermosa esposa, no sabes cuánto te amo
*2: Yo también
Sinceramente vale la pena cualquier sacrificio. Este capítulo va dedicado a personitas muy especiales que me dejaron unos comentarios que literal me hicieron llorar. Porque hace un año estuve súper indecisa de empezar a escribir Lía.
En una ocasión me comentaron que siempre doy gracias y como no darlas cuando fueron ustedes y la escritura las que son darse cuenta me sacaron del hueco.
Anyelina548 lo prometido es deuda 🤭
junglolita0915 gracia por el apoyo incondicional
Adiaroz24diaroz24
EliBetaBV mil gracias bellaaaaaaaa
@EscarletTejada, besitos para ti porque 🤭 lees mi muro y te enteras de los chismes más rápido 🤣🤣🤣🤣
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