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Capitulo 29 Parte II

Lia.

A pesar de mi insistencia para pedir comida mamá no cedió a ninguna de mis peticiones. Así que apenas llegamos se dirigió a la cocina para hacer el almuerzo, mientras yo aproveché para sentarme en el sofá y llamar al paranoico padre de la criatura. Quien iba ya por quince mensajes y dos llamadas perdidas.

Por supuesto que no me asombro que descolgara al segundo timbre y más con el nivel de ansiedad que se cargaba últimamente.

—¿En serio vas a ser así?

— ¿Así como amore mio? — respondo usando mi tono más juguetón.

—Siempre que te llamo lo hago por una razón Lia, ¿Por qué no puedes simplemente responder?

—Porque uno de los dos tiene que dejar de lado la paranoia— suspire con pesar, este comportamiento ya me estaba preocupando y lo cierto es que tenía mis razones para estarlo— Alex cariño, estoy en casa de mis padres, no he salido a ningún lado a excepción de la consulta de esta mañana, y planeo seguir así el resto de mis vacaciones, a las cuales le quedan tan solo cuarenta y dos horas, treinta minutos y nueve segundos.

—Aún no sé por qué la insistencia de pasar tus vacaciones en un lugar tan lejano, cuando aquí puedes hacer lo mismo y ser tratada como una reina.

—Quería ver a mamá y pasar tiempo con mi familia, además si lo que te preocupa es mi seguridad puedes estar tranquilo, esta casa es tan o más segura como la tuya y las chicas ya hicieron planes sus sin mí.

—De acuerdo, tan solo... cuídate ¿Sí? ¿Lo prometes?

—Lo prometo, te amo.

—Yo también las amo.

Apenas colgué mamá se asomó en el umbral de la puerta. De solo verla entrar mis tripas rugieron, así que me despedí, dispuesta a devorar mi almuerzo. Si unos meses antes me hubieran puesto esta variedad y cantidad de platos en la mesa, le habría recordado que solo seriamos nosotras dos y no un ejército. Sin embargo, en estos momentos una sola pregunta rondaba por mi cabeza apenas me senté frente a ella en la pequeña mesa de la cocina ¿Alcanzará? Eso era lo único que rondaba por mi cabeza desde que había salido embarazada.

Toqué mi vientre satisfecha y feliz, recogí los platos, fregué y subí a mi habitación para descansar un poco. Últimamente, no servía para muchas cosas aparte de comer o dormir.

Los minutos de paz, acompañados de un libro nuevo y la suave brisa californiana, definitivamente era justo lo que necesitaba para saber lo que es un embarazo tranquilo y feliz. Ojeo la página de la última novela recomendada por una influencer con un gusto para libros bastante confiable y similar al mío.

Las páginas lograron envolverme en poco tiempo y es que tenía tantas similitudes con la protagonista. La chica en cuestión había sido elegida por un temido mafioso, ella le salvó la vida y a los meses él vuelve para irrumpir en su rutina y casarse con ella, ya que ella era el centro de su oscura obsesión.

—¡Pero si es que lo tiene demasiado fácil!— exclame sin importarme que me dieran por una auténtica loca.

Es que... lo tenía fácil él viene y la reclama y ella se derrite, no lo hace sufrir ni siquiera le dice que espere, aunque con lo bueno que esta. Y entonces ¿qué es eso que sus padres están muertos? La familia política debe hacerle un mínimo de guerra para probar de que van ellos.

—Lia— llaman a la puerta y tardo al menos un segundo para mentalizarme que es a mí a quien llama y no a la protagonista, quien por cierto se llama Lea, solo tenemos una letra de diferencia.

—Entra mamá.

—Cariño tus amigas están aquí— anuncia y yo me congelo, dejando caer el libro de mi regazo al piso.

Esto es crónica de una muerte anunciada. Algo me dice que mis amigas van a ser el motivo de un divorcio antes de tiempo.

—Dile que estoy durmiendo— me excuso, pero por la cara que pone mi madre está claro que esa oferta caducó.

—Les he dicho que estabas en tu habitación.

¡Madre mía! Ni la resaca, ni un jet-lag las detiene.

¿Me meterán en problemas? Ni sé porque me lo pregunto. Aunque en este caso debo reconocer que son los problemas los que han venido a buscarme.

Mamá me escaneo de pies a cabeza como buscando una respuesta, entonces asentí, pero ella solo me dedicó una mirada expectante antes de salir de mi habitación.

Dejo a un lado la pereza y decido abandonar el mullido sillón y despojarme de mis pantalones de chándal y camiseta, para entrar en un hermoso vestido veraniego de flores, zapatillas a juegos y una coleta.

Bajo las escaleras y ahí están ellas. Todas reunidas como hienas cuan festín. Porque aun si seré madre ellas siguen siendo mis amigas y como amigas no podemos estar en California y no ir...

— ¡De compras! — gritan todas al unísono.

Si es que ya hasta verbalizan mis pensamientos.

Si esto no es telepatía... pues que me cuelguen de los pies.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

—Estoy segura de que este mameluco le va a quedar monísimo ¿A que si Meg? —Flavia se volvió hacia la puerta con una sonrisa y enseguida señalo el pequeño montón de ropa que al parecer ya había escogido.

—Es de conocimiento común que no se le debe comprar demasiada ropa a un recién nacido para los primeros meses de vida— respondió Megan probablemente azorada por la cantidad de prendas— se le quedaran antes de que pueda usarla.

—Eso no sucederá, simplemente que le ponga un conjunto nuevo cada vez que vaya a cambiarla y ¡Listo! Problema resuelto— dijo Kelly añadiendo más ropa al montón— a propósito, ustedes dos ¿Adónde fueron?

— La sesión de ropa de maternidad tenía rebajas así que decidí pasar y hacerme de algunas cosillas para cuando la panza crezca más, la mayoría de mi ropa ya no me queda.

—Estás casada con un millonario, amiga— dijo Flavia mientras Kelly la miraba debatiéndose entre un juego rosa y otro fucsia— así que ya es hora de que te libres de esos hábitos de pobre.

—Ahorrar nunca está de más— contradije mientras me entretenía con un hermoso sonajero con cara de oso.

Si bien era una salida de chicas, las cuatro no habíamos tardado en disgregarnos por el centro comercial en busca de rebajas, tal y como era mi caso y el de Megan, mientras que Flabia y Kelly se habían ido directo a la sesión infantil para hacer de madrinas ejemplares.

—Es una suerte que tu futuro marido haya superado la fase de padre sobreprotector— la voz de Flavia reflejaba alivio.

Y ¿Quién le dijo que la excesiva protección era agua pasada?

No soportaba ser vigilada, y mucho menos vivir en una jaula de oro, al contrario, amaba la libertad más que nada. Alexander lo entendían así que cedió un poco en lo de andar con un guardaespaldas a nuestro alrededor. Pero nada es gratis en este mundo, lo que significaba que ahora me estaría llamando y mensajeando cada dos por tres.

— ¿Entonces la boda es oficial?

Asentí con un hermoso conjunto rosa en las manos que decía en letras doradas ''Cuidado papá armado hasta los dientes'', estaba indecisa entre ese y un hermoso disfraz de osito que leía ''La princesa de papá oso''. Al final me decidí por ambos y los coloqué en el montón de ropa.

Si bien mis amigas estaban más que al corriente de mi boda, ya que ellas serían mis damas de honor. También conocían todos los avances del gran día, incluso les había hecho llegar el horario confeccionado por Oriana, mi planificadora de bodas.

Aun así, creo que hubo una parte de su conversación en la que me perdí y más al ver el tono que iban tomando las cosas entre ellas.

— ¿En qué momentos dejaron de hablar de mi boda y comenzaron la encuesta de mejores clubs de strippers?

—En el justo momento en que nos dimos cuenta de que a menos de un mes para tu boda y aún no tienes una despedida de soltera decente.

—Mi despedida de soltera fue hace dos semanas— increpo.

—Dije decente, eso implica desnudos, sexo y alcohol—

Definitivamente, no iba a discutir su concepto de decencia.

—Estoy embarazada— les recordé a todas, y no sé porque se me hace que será la primera de tantas veces.

—Nada de alcohol, para compensar me aseguraré que tengas a montones de todo lo demás— dijo Flavia con una sonrisa triunfal.

No sé cómo había logrado convencerlas, pero Kelly y Megan estaban de su lado. Tal y como pintaba la cosa, ya no era de extrañar que los temores de Alexander se estuvieran materializando ahora mismo en la cabeza de mis amigas. Planes de los cuales no tenía ninguna escapatoria.

Trágame tierra y resérvate el derecho de escupirme, porque esa es la única manera de sobrevivir a estas tres fieras.

─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───

El número que intenta localizar está apagado o fuera de servicio, a continuación, su mensaje será dirigido al buzón de voz.

Era la tercera vez que recibía la misma respuesta. Algo que me pareció extremadamente raro y más cuando era el propio Alexander quien me insistía en que lo llamara cada dos horas o menos.

¿Qué diría si se enterara dónde estoy? ¿Se enojaría o simplemente se uniría como uno más, tal y como había hecho aquella vez en el bar?

Tengo la certeza de que se enojaría, sí, definitivamente no le sentaría nada bien verme aquí. Saque mi teléfono y almacene una foto para el recuerdo o simplemente para cuando surgiera el instinto suicida de cabrearlo.

Si tan solo me viera en un club, rodeada de strippers, con las luces de neón, la música a millón y un espectáculo digno de admirar desde todos los ángulos que conocía y otros que recién había descubierto.

Aunque... ahora que los veo bien creo que estos nenes necesitan más ejercicio. Estoy segura de que si caramelito estuviera aquí arrasaría sin necesidad de quitarse tanta ropa. Me pregunto ¿Cuánto pagarán por noche?

Aunque pensándolo bien creo que sería a mí la que no le sentaría nada bien que las otras vengan a comerse con los ojos lo que yo me como con la boca.

Levante la vista y sonreí imaginando que tenía a mi marido frente a mí y no al bailarín, que sin duda está dando lo mejor de sí, pero que nunca llegaría a seducirme.

—Esto no está bien— me giro hacia Megan, mi única amiga que ha permanecido fiel a mi lado, ya que Kelly se está enredando con un stripper y Flavia con la excusa de buscar más bebidas termino coqueteando con el chico rubio de la barra.

—Sí, pero no hay nada que puedas hacer cuando a estas dos se les pasa algo por la cabeza— asiento.

Meg toma entre sus labios una pajita para beber su jugo de tomate, mira el reloj y la imagino contando los minutos. De las cuatro es la que tiene una naturaleza más tranquila.

Sedienta me inclino hacia la mesa y tomo un shirley temple, toda una delicia analcohólica. Como requerimiento especial habíamos pedido la mayoría de los cocteles sin alcohol, yo obviamente por mi embarazo, mientras Megan lo hacía simplemente en un acto de solidaridad.

—Te casas en un mes— ni que yo no lo supiera, decirlo a estas alturas era señalar lo obvio— ¿Lo amas?

Vale, creo que eso si me tomó por sorpresa y más viniendo de Meg.

—Sí, él es...

¿Cómo debería describirlo? Dominante, obsesivo, endemoniadamente guapo, con un aire peligroso.

—Es protector— la palabra simplemente se desplazó de mis labios al recordar el exagerado aumento de las llamadas en las últimas horas— y cada vez que me mira siento como si fuera el centro de su universo, en ocasiones es él quien cede a mis caprichos, en otras cedo yo.

—Eso significa que ambos quieren hacerlo funcionar

Asentí ahora tomando una limonada que estaba deliciosa. Lo cierto es que, aun si no había sido yo quien había mencionado la palabra ambos, sonó demasiado bonita para ser real.

Luego de casi una hora, el sofá comenzaba a escocer. Por no hablar la de veces que había ido al baño entre rechazo y rechazo a cada chico que se me había acercado. No tenía ningún sentido estar aquí cuando tenía un ejemplar mucho mejor esperando en casa, bueno... básicamente era otro país, pero bueno.

—Buenas noches, pequeña Lia— musitaron muy cerca de mi oído.

Solo una voz tan gutural y masculina ocasionaba que mis bragas se humedecieran en tiempo récord. Mis ojos chocaron con una mirada depredadora que lejos de verse amenazadora, era lo más sexy que había visto en toda la noche.

—Los chicos de aquí son demasiado aburridos— señalé a la tarima donde el espectáculo había cambiado de dinámica, ya no era tan ruidoso, pero aun así no lograba captar mi atención.

Alexander se acomodó a mi lado junto al sofá, donde solo quedaba yo, ya que hasta Megan había conseguido ligar con alguien.

—Muéstrame como se hace— susurre paseando mi lengua a lo largo de su mejilla finalizando en su yugular.

Un gruñido bajo escapo de su garganta, y noté el bulto en sus pantalones.

Era él, solo él era capaz de ponerme así. Para mí no existía otro, nunca hubo opciones, era simplemente él, aunque en el mundo hubiese miles.

Actualización dedicada a las que sueñan entre páginas, ríen con las locuras, lloran con cada giro de trama, imaginan escenarios en sus cabezas y viven mas de una vida, siendo cómplices de la locura.
¡Feliz día del lector!

FELICIDADES A:
EscarletTejada
AngieRestrepo162 que maratón guapa 🤣🤣🤣
Titania2408
AlexaGuevara927
CrislimB
andrehinaz
anelam2003
Sam26vmg me encanta ese nombre 🤭 tengo una prota que se llama así y a la cañona me lo puse como seudónimo en el perfil 🤭
MercedesTotoni
diana12loka si supieras lo que me rio con cada uno de tus comentarios, entre nos hay una frase de lía que se me ocurrió gracias a tus comentarios 🤣🤣🤣🤣
abdielisanais
LusmarySalinas
junglolita0915
lomna4
MarthaIselaCristbalE
Cami_reading_lover
lasantiagueras tus comentarios 🤭
Drea-MorTC
Mary24Guai gracias por estar ahí desde el principio
MelendezGrey
MariaAngelicaRodr694 lectora desde el capítulo 0 premio a la paciencia
EuniceDERenderos
YaxeniaMagaa
JuliandriCordova
Day_0207
Y me faltaron tantas pero tantas... Que se me acaban las menciones
Amores comenten, ustedes no saben lo mucho que se me fijan los nombres de los usuarios que comentan, porque son saberlo cada letra me hace extremadamente felíz 🥺 y ya me despedido antes de ponerme sentimental
PD. Ya solo queda el final 😈

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