Capitulo 25 Parte II
Si les sale este capitulo primero, pues vayan antes porque se perdieron parte de la intriga.
Vladímir asiente en respuesta y se retira.
—No deberías incorporarte a trabajar tan pronto— replica el doctor con el ceño fruncido— ni estar hablando tanto, una de las balas paso muy cerca del pulmón.
Índica con rostro severo apenas se cierran la puerta.
— ¿Cómo te sientes? — reitera la pregunta y algo de su molestia se filtra a través de la suavidad de sus palabras.
Abro la boca para responder, pero él me levanta la mano interrumpiéndome.
—Ni te molestes en decirme nada, de seguro estas de maravilla teniendo en cuenta que ya estás dando órdenes.
Sus ojos escudriñan la máquina que monitoriza mis vitales, toma nota en un cuaderno, para luego revisar y cambiar el vendaje.
El cabello canoso y las arrugas no le hacen justicia, ya que a sus setenta y cinco años el doctor Boslov sigue siendo uno de los mejores galenos del país y en el que más confío. Durante años ha demostrado su lealtad y no son pocas las veces en que, tanto mis hombres como yo hemos puesto nuestra vida en sus manos.
—Has tenido suerte— afirma aclarándose la garganta— ¿Lo sabes verdad?
—Sí.
—Entonces si lo sabes, será mejor que seas cuidadoso, tu pobre madre no haya la paz en el más allá por andar vigilándote.
—Lo tendré en cuenta— respondo y minutos después comienzo a sentirme cansado.
— Te he puesto algo para evitar una infección y otro medicamento para obligarte a descansar, si te dejo así capaz que salgas antes de tiempo, y necesitas reposo.
Dicho esto, sale de la habitación dejándome sumido en un sueño profundo.
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No voy a ceder, y mucho menos ante ella. Hace dos días, que cierta pelirroja llamada Lia, evita mis llamadas y mensajes. Como consecuencia decidí ponerle vigilancia extra, pero verla en fotos no es lo mismo que verla en persona. Su molestia es algo que reverbera entre ambos. Ella no está dispuesta a darse por vencida y dejarlo pasar del mismo modo que yo no estoy dispuesto a ceder, al menos no en ese aspecto.
¿Es que no se da cuenta de que lo hago por su propio bien? No le basta con haber sido raptada, amenazada y que su vida haya estado en peligro desde el día uno en que nos cruzamos, sino que también desea conocer la oscuridad que habita en lugares qué deseo ignorar, y eso es algo que no pienso permitir.
Mi viaje de última hora no hizo más que empeorar las cosas, pero no tenía más opciones salvo coger un avión y reunirme con un importante socio, el cual podría asegurarme la ventaja contra la Cosa Nostra. Si las cosas salían como esperaba, mi industria levantaría viento en popa y a toda vela apenas me reuniera con Shadow y nuestro primer cliente, sería nasa más y nada menos que el controversial Tyson Herthowne.
Todo estaba marchando según el plan, pero cada minuto de silencio por parte de Lia se sentía justamente lo contrario.
¡Dios! Exclamé al pensar en su terquedad y para evitar ceder, convoqué a Vladímir y a Shadow a una reunión apenas aterricé, de lo contrario corría el riesgo de ir a su casa y e inclinar la cabeza, cosa que no iba a pasar... Jamás.
—¿Suramérica? — exclama Vladímir apenas termino de ponerlos al día con las negociaciones.
—Sí, según Tyson, el 75% de la droga que se distribuye en Suramérica es de la Cosa Nostra.
—¿Y los demás los dejan ir así de rositas por el mundo? — inquiere con escepticismo.
—Los demás no lo saben, los italianos han ido apropiándose del negocio de la droga poco a poco, a tal punto que podrían crear un monopolio y a día de hoy, es una de sus mayores fuentes de ingreso.
—Entonces... ¿Te vas a vengar por ser tan molestos como un grano en el culo?
—No exactamente, les daré algo en lo que entretenerse mientras me ocupo de otros asuntos, como por ejemplo las armas, lo que me lleva a la otra parte de mi plan ¿Shadow alguna novedad?
—Todo está listo para comenzar, solo estamos esperando tus órdenes.
—Creo que últimamente nos hemos dedicado demasiado al peligroso deporte de subestimar al prójimo— cite textualmente la frase que Lia me había dicho hace poco y automáticamente una sonrisa brota de mis labios.
Resulta ser que se niega a dirigirme la palabra, pero, en cambio, había desarrollado una extraña afición por los libros de mafia.
—Alexander...— Vladímir me miro como si me hubiera salido una segunda cabeza— ¿Estás bien?
—Sí, perfecto— carraspeé— Shadow con respecto a fabricar nuestras propias armas...
—Logramos añadir a la nómina dos ingenieros que trabajan en el ministerio de defensa, pronto nos mostrarán los resultados del nuevo modelo que están diseñando.
— Perfecto, si todo sale bien podremos hacer limpieza y cargarle la mierda encima a Pedro.
—Vlad necesito que me mantengas al corriente de todo y Shadow.
El teléfono suena interrumpiendo mi creciente entusiasmo, veo el número que se refleja en la pantalla y no llega al tercer timbre antes de responder.
—¿Qué ocurre?
—Ella salió— miro el reloj, notando que son las nueve de la mañana, si se dirigía al trabajo lo más probable es que ya esté tarde— entonces...
—Sufrió mareos, una de sus amigas la auxilió y ella volvió a subir al edificio, todo esto sucedió hace cinco minutos, Pakhan.
Mis nudillos se tornan blancos, sin darme cuenta agarro el teléfono tan fuerte que es un milagro que no sufra daños.
¿Mareos? La simple visión de Lia tambaleándose indefensa me desarma y ata de pies y manos. Ella enferma era algo para lo que no estaba preparado.
—No te muevas de allí y reportármelo todo, estate preparado, que en diez minutos estoy allí.
Baje las escaleras principales como si mi vida dependiera de ello, justo cuando estoy en el lobby me detengo a responder par de mensajes, al terminar levanto la vista y me encuentro con mi médico de cabecera.
Salí de la casa bajo la atenta mirada de desaprobación de Oslov, por no hablar de cómo su cara reflejaba cada gramo de molestia, cuando obviamente me había recomendado guardar reposo. Aun así, mis decisiones, por irrazonables que fueran, no eran discutidas ni cuestionadas, aunque se basaran en velar por el bienestar de mi mujer.
Apenas llegó al garaje siento el sonido de otra notificación, no lo pienso dos veces y reviso el teléfono llevándome una sorpresa.
Es un mensaje de Lia.
Necesito verte, es urgente.
Si antes sentía miedo, creo que he desbloqueado otro nivel, uno llamado pánico.
Llegué al apartamento más rápido de lo legalmente permitido y no pasó ningún minuto antes que tocará la puerta con la suficiente fuerza como para que se escuchara en cada rincón.
Mi huella estaba registrada en el panel de acceso a la casa, como plan b, para emergencias. Pero no necesite usarlo, ya que una de sus amigas, de todas la que menos ropa acostumbraba a usar, me abre la puerta asombrada como si estuviera viendo un fantasma.
—Lia —grita a toda voz— él está aquí.
Aclara con disimulo como si fuera tan estúpido para no darme cuenta de que están hablando de mí por el simple hecho de no mencionarme.
El silencio es la única respuesta que recibe, seguidas del sonido de varias acaradas que provienen desde el interior de la casa.
Aparto a la trigueña de mi camino y avanzo directo al baño donde encuentro a una Lia desplomada y sin fuerzas en el piso.
—¿Estás bien?
— Me siento como una mierda— balbucea.
—Tranquila, te llevaré al hospital— digo agarrándola del brazo y casi levantándola en brazos, pero ella se niega a cooperar.
—¿A dónde fuiste aquel día? —cuestiona evocando las palabras de hace días atrás.
Mi silencio es más suficiente para contestarle.
—Vete— insiste— esto no funcionará si no somos capaces de poner al descubierto los demonios que nos acechan— hace una pausa cuando nuestras miradas chocan— a ambos.
Aclara.
—Tu bienestar es algo que no está sujeto a discusión o caprichos, además me dijiste que era urgente.
— Nada en este mundo es gratis información por información.
Está pálida, ojerosa, débil y a simple vista noto que ha perdido algo de peso, detalle que era imposible percibir en las últimas fotos que me habían enviado los del equipo de seguridad. Si continúa por este camino va a desaparecer en cualquier momento. De ninguna manera le voy a permitir continuar con este juego infantil.
—¡Ya basta con eso Liana! — exploto y escucho la puerta cerrarse.
Mi reacción ante la obstinación de Lia, es la señal que recibe su amiga para retirarse.
— No puedes andar de terca, si no te dije lo que hice aquella noche es por tu bien, ¿Por qué cojones no puedes simplemente entenderlo y aceptarlo? — arguyo.
— Yo también me intereso por tu bienestar, ¿Dónde estabas? ¿Por qué volviste herido? ¿Fue mi papá? —Esta última pregunta la formuló en un débil murmullo, como si una parte de ella estuviera rezando al cielo por escuchar un no como respuesta.
¿Tan preocupada estaba? ¿De veras creía a su padre capaz de matarme? Lo cierto es que yo en su lugar tampoco dudaría.
—Esa noche fui a recibir un cargamento, en mis filas había un topo, me dispararon y no, no fue tu padre.
A duras penas logro llevarla del baño a la sala de estar. Con la cercanía observo como algo de color vuelve a sus mejillas, ese simple cambio representa todo un alivio.
Ella suspira y en sus ojos puedo ver una preocupación menos. Ya sentada en el sofá, y más calmada que cuando llegue, Lia simplemente se limita a decir
—Estoy embarazada.
¿Qué?
Este capitulo va dedicado a los lectores que leen primero, gente, los estoy mirando, jajajajajaja, nada gracias por leer de primero, no saben ustedes lo feliz que me hace ver esas vistas apenas se publica el capitulo, los quiero y feliz domingo.
PD. se que me estoy demorando en publicar, pero es que los estoy haciendo bien largos los capítulos !Ah! casi lo olvido EuniceDERenderos y Titania2408 tenían razón 🤭
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