Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Veintinueve


XXIX. Hambre de saber.
Parte II.

—Mi compañera es humana —reveló Nilah con seriedad. Aberración no lució afectado por lo dicho—. Es hija de una chamán llamada Alanna, quien sobrevivió a la masacre del Clan chamánico Norte, del que nunca supimos.

—Yo sí sabía de él —interrumpió Vlad Licaón, indiscreto. Nilah lo miró con molestia—. Ups.

—... Según lo que sabemos, el clan fue atacado por lobos de una manada salvaje. Mataron a todos, excepto a la que nos contó esto y a la madre de mi compañera. Pero no tenemos idea de cómo hizo Alanna para sobrevivir y cómo o de quién quedó embarazada.

—Mmm... Entonces, ¿el favor es que complete la información o que responda tus interrogantes?

—Necesito saber qué fue lo que pasó para que sobreviviera y cuáles son sus intenciones para raptar a la cachorra de Amor omnia vincit.

—Esos serían dos favores —canturreó el vampiro-lobo. Nilah alzó una ceja, suspicaz.

—¿Te acuerdas de aquella vez que te robaste la estatua de Zeus y yo tuve que ocultarte en estiércol durante...?

—¡Ya! ¡No sigas! —chilló Aberración, avergonzado—. Bueno, eso compensa dos favores.

—Respóndeme entonces.

El más poderoso no pasó por alto la actitud demandante de Nilah.

—Los lobos probablemente iban a matarla, a esa chamana, pero ella se les voló antes de que pudieran hacerlo —develó Vlad Licaón con ligereza, poniéndose de pie y caminando a la vez que narraba—. Lo que pasó esa vez fue muy simple. La manada de lobos salvajes sufrió una masacre donde fueron asesinadas sus mujeres y niños. Ellos se volvieron locos por esto y gracias a una torpeza de los chamanes, encontraron el clan escondido y mataron a todos los que no accedieron a ayudarles. En fin, una carnicería.

—¿Ayudarles? ¿A qué?

—A revivir a sus muertos, obviamente.

Nilah sintió cierta opresión en el pecho al oír eso, como si le quitaran un trozo de sí mismo. Aún no comprendía qué tenía que ver esa manada con Níniel y el vínculo, pero con cada palabra que salía de la boca de Aberración, menos seguro se sentía de terminar de oír ese oscuro cuento.

—La chamana que te contó lo que sabes se escapó antes de que la mataran y la tal Alanna fue obligada por los lobos a revivir a sus muertos, pues era la última que quedaba. Pero la muy ignorante no tenía idea de cómo hacerlo y convocó a los espíritus que vagaban como almas en pena.

—¿Cómo pudo invocarlas?

—Echó al fuego objetos de las víctimas y sangre de sus parientes vivos. El problema fue que ese ritual no es para revivir, no existe tal cosa... Ella hizo el ritual de posesión. —Nilah tragó grueso al escuchar aquello. Él algo de artes chamánicas sabía y no le gustaba a dónde se dirigía el asunto—. Hubo una conmoción en los espíritus al no poder poseer a nadie y su energía se expandió como explosión, dejando a la mayoría de los presentes inconscientes o desorientados. La bruja se terminó escapando entremedio de la confusión. Algunos meses después se dio cuenta de que estaba embarazada... Y que algo no marchaba bien con ese bebé.

El Velkan inhaló a la vez que se ponía de pie, tapando su boca. Sus teorías de que Alanna tal vez se había mezclado con licántropos eran erróneas, pero no tenía la cabeza ni el coraje suficiente para aceptar lo que las revelaciones indicaban. Y Aberración al parecer notó su turbación, pues se puso a parlotear casualmente.

—Sé bastante del caso porque en ese tiempo creí que nacería un híbrido, alguien como yo, pero el resultado fue algo inesperado.

—Alanna convocó los espíritus errantes de las mujeres y niños asesinados...

—No, sólo a los niños. Las madres descansan en paz, pues murieron protegiendo a sus hijos —interrumpió el mitad vampiro, mirando con fijeza a Nilah.

—Todos los presentes eran muy fuertes, por lo que los espíritus de los niños se alborotaron al no poder poseerlos, ¿verdad? —Nilah preguntó, sabiendo que sólo se puede poseer al débil. Tenía la esperanza de oír que no había nadie así allí. Pero Aberración soltó la bomba.

—Sí poseyeron a alguien.

En ese preciso momento, Vlad Licaón se plantó frente al Velkan con sus ojos rojos centelleantes, listo para hipnotizar al lobo y emborracharlo de recuerdos ajenos. Nilah se permitió caer en la hipnosis y se sumergió en las memorias que Aberración estaba a punto de mostrarle. Era la hora de saber.

—¡Nana!

Oyó una voz gutural que se parecía al ruido que producían los sismos, profunda y escalofriante, aunque pronunciaba ese nombre con dulzura. Nilah abrió los ojos para encontrarse en su Zona Norte, cerca del río que los separaba del Este. Ante su incrédula mirada, la manada de lobos salvajes se alzaba entre tiendas y algunas fogatas. Había licántropos grandísimos y contra todo pronóstico, majestuosos, de tonos grises y hasta blancos, con pelajes tan gruesos como la densa nieve que cubría el suelo. Y en medio de todos se encontraba un hombre lobo, de porte inigualable y ojos cual plata líquida, quien esperaba con sus brazos abiertos a que una niña llegara a él, dando sus primeros pasos.

Era Níniel.

—Ven con tu padre. Ya casi llegas a mí.

La menuda criatura, que no debía tener más de dos años, avanzaba tambaleante hacia el abrazo acogedor de aquel lobo. Su cabello negro y corto brillaba cual azabache y sus ojos limpios, iguales a los de su padre, se llenaron de dicha cuando logró llegar junto a él. El monstruo la alzó y cobijó en su peludo pecho, lamiendo todo su rostro, llenándola de besos. La escena por sí sola era magna, pero terminó por ser una obra maestra cuando, desde atrás, una hermosa mujer de pelo negro y tez como la canela los abrazó, radiante, sellando así con broche de oro aquel momento digno de enmarcar.

Nilah no se sorprendió al hallarse llorando. Las lágrimas corrían a caudales por sus mejillas y no había fuerza divina que las detuviera.

—Nana, nuestra niña.

En otro momento diferente, pero en el mismo lugar, todos los machos de la manada se habían reunido en un círculo, con el majestuoso lobo gris en el centro. Este extendió su mano izquierda a la vista de todos. Alrededor del grueso dedo medio, un anillo de plata estaba incrustado, quemando constantemente la piel del cánido, sin que eso llegase a importunarle. Mostraba soberbio su joya ante los ojos maravillados de los demás, como si cargar con ella fuera un acto de honor, fuerza y orgullo incondicional. Aquel alfa rebosaba plenitud.

Cuando de pronto, el escenario cambió radicalmente.

Y lo último que vieron los ojos de Nilah antes de salir de ese mundo de recuerdos, fue el pequeño cuerpo de su amada en otra vida, siendo lavadas sus heridas por la lluvia incipiente de noviembre.

—No. Níniel... —Se desplomó en suelo, encogiéndose por el dolor en su corazón—. Nana...

Aberración observaba con solemnidad el sufrimiento de su viejo conocido. En sus irises rojos se podía reflejar la figura de otro alfa destrozado por el dolor de una misma muerte. Una laceración que no tenía caducidad, sin importar la vida o cuánta lluvia hubiese limpiado la sangre. Esa herida no cerraría.

—El espíritu de Nana vio una oportunidad al encontrar un ente débil aún. El ser que se estaba formando en el vientre de Alanna.

—¿Cómo es eso posible? —preguntó Nilah en un hilo de voz, sin poder alzar la cabeza.

—Recientemente ella había concebido a su hija. Un ser se formaba en su interior. Supongo que el alma de tu humana todavía era joven cuando el espíritu entró.

—No comprendo nada... —lloró Nilah, desconsolado al recordar mil y una vez la imagen de la pequeña loba inerte entre el barro—. Cómo es que Níniel existe...

—Los lobos somos seres incompletos, eso de sobra lo sabes. Y el espíritu no tiene distinción, por lo que pudo entrar en el cuerpo de la humana sin problemas. Aunque cuando el alma de la tal Níniel terminó por asentarse, el espíritu de la loba fue sobrepasado y se durmió.

—¿Por qué pasó eso?

—Porque la presencia de Níniel fue aplastante en contraste al espíritu incompleto de un licántropo... —Aquello pareció herir más a Nilah—. Aunque jamás pueda concretar la posesión, Nana se manifestó a través de todas sus facetas como humana.

Los ojos de Nilah se abrieron con incredulidad.

—¿Es por eso por lo que ella puede sentir lo que yo siento?

—Sí, porque esa cualidad es tanto lobuna como humana. Entre otras cosas también. Su apariencia, su voz, su olor, en fin.

—Sí... De hecho, cuando la conocimos, todos pensamos que era una loba muy débil, por cómo olía.

—Es porque Nana también tenía su aroma humano y ahora se expresa en Níniel. A pesar de estar dormida, usa todas las aberturas que tiene para manifestarse. Tu mujer es toda la parte humana de esa loba.

—Sí... —asintió Nilah, poniéndose de pie y enjugando sus lágrimas—. Por eso la noche de luna llena se mostró tan abierta conmigo.

—El poder de la luna seguramente influya en el espíritu de Nana, hasta puede ser que la despierte, pero no tengo idea de cómo influirá en la humana —conjeturó Vlad Licaón, sentándose sobre su sillón. A pesar de haber tenido una actitud empática hace tan sólo unos instantes, ahora se veía tenso y hasta malhumorado. Pero el Velkan no le estaba prestando atención, se hallaba concentrado en terminar con lo que tenía que hacer ahí para volver pronto con Níniel y contarle todo lo que había averiguado.

—Bien... Eso responde a la primera pregunta —suspiró, todavía afectado por la verdad—. Ahora necesito saber cuáles son las intenciones de Alanna con la niña que se llevó. —Al formular la segunda interrogante y no recibir respuesta alguna, el licántropo se cuadró y pidió más cordialmente—. Respóndeme eso también, por favor.

Vlad Licaón estaba apoyado en el respaldo del mueble, con los dedos tapando sus párpados cerrados. Arqueó ligeramente las cejas y miró con un solo ojo al Velkan. Nilah nunca lo había visto hacer una expresión de tribulación tan clara. Se veía sinceramente preocupado.

—No lo sé con exactitud...

—No juegues ahora, te lo pido. Tú lo sabes todo con terrible exactitud.

El mitad vampiro torció los labios. El lobo intuyó que algo extraño le pasaba.

—Ella quiere resarcir lo que hizo en el pasado —soltó, escueto. Nilah dio pasos ansiosos hacia Vlad Licaón.

—Sé más específico.

El aire nuevamente se volvió heladísimo. La paciencia del tirano se estaba agotando.

—Alanna desea que todo vuelva al lugar que corresponde —contestó brusco, poniéndose de pie y desterrando de su rostro aquella tonta expresión de preocupación que lo embargó hace segundos.

Él era Aberración, el híbrido que tenía la sangre de las dos razas más poderosas, el ser al que medio mundo y la mitad del otro temían, la pesadilla de los humanos que desfallecían anémicos en sus mazmorras. El más horripilante y poderoso. La compasión no era una cualidad de alguien calificado como una abominación que consumía vida con la misma facilidad de respirar. La amistad y la vida humana eran vanas y su eternidad era lo bastante solitaria como para que se la jugara por una efímera sensación de pertenencia. Él jamás estaría con los vampiros, ni con los lobos. Mucho menos con los humanos. El lado que siempre escogería era en el que estaba parado. Y en ese lugar sólo había espacio para él.

Así que sonrió diabólicamente —como debía hacerlo— y dio un paso imponente que destilaba autoridad y decía que el horario de visitas se había acabado. Era momento de volver a ser monstruos.

Llenaría de terror y desconfianza a aquel que, con su valeroso espíritu de alfa, amenazaba su posición y dominio.

—A tu querida humana la arrancarán de tu lado. Y a ella le arrancarán el espíritu de la loba que tanto quieres, para tirarla a un cuerpo pútrido que nuevamente será consumido por los gusanos.

Al oír esas gélidas palabras, Nilah supo que debía echarse a correr.

¡Y la verdad os hará libres!

Hola, queridos lectores. Aquí he llegado con el capítulo revelación. ¿Se esperaban algo así? ¿Qué creen que pasará? Sus impresiones y demás, aquí.

Ahora, una petición solemne e importante para ustedes. ¡Por favor! Si disfrutan leyendo la novela, no les cuesta nada votar ni dejar un comentario. Eso ayuda mucho y hace falta. ¡Gracias de antemano!

Otra cosita. Ya estoy terminando de escribir la siguiente novela. ¿Saben lo que significa? ¡Qué se viene una tercera! Jaja, estoy que no paro, eh. Por eso necesito su apoyo, para ampliar el público y lograr que todo este trabajo llegue a más gente.

Bueno, sin nada más que agregar, me despido. Cuídense y nos leemos.

¡Besos!
HLena.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro