Final
Dean y Chloe seguían mirando con asombro aquel bote abandonado, no tenían una explicación lógica para lo que estaba pasando, no habían tormentas cercas y aún así la niebla no se quitaba, la noche estaba fría y espeluznante. Dean había decidido nadar hasta el bote y tomarlo como suyo, ya no podían estar más tiempo ahí y ese bote era su salvación; sin embargo, Chloe se negaba totalmente a que hiciera semejante estupidez, ella decía que el mar era malo y que las voces se lo confirmaban, pero Dean solo pensaba que Chloe estaba perdido la cabeza y si no salían de allí, él estaría igual en poco tiempo.
Dean saltó al mar en plena noche ignorando los gritos de Chloe, el agua estaba helada y no se podía ver mucho. El bote estaba cerca y Dean no lo dejaría ir, pero un ruido hizo que Chloe se callara y Dean se quedará estático en su lugar. No pasó mucho tiempo para que una gran ola se hiciera presente entre la niebla, Dean trató de nadar nuevamente al crucero, pero la ola fue más rápida y arrasó con su cuerpo completamente, Chloe se sostuvo fuertemente del barco rezando que la ola no destruyera el barco y con mucha suerte así pasó.
-¿Dean? - preguntó Chloe con temor - ¡¿Dean?! - gritó ésta vez, pero nadie respondió.
Chloe sentía sus mejillas humedecidas debido a las lágrimas que empezaban a caer sobre éstas, sostenía fuertemente su vientre mientras miraba alguna señal de su esposo, pues Chloe hace algunos días había descubierto que estaba embarazada y estaba esperando el momento adecuado para contárselo a Dean, pero todos sus planes se habían estropeado. Todo ahora estaba tranquilo, el mar estaba sereno y no había señal de otra catástrofe, pero era demasiado pronto para que Chloe se alegrara.
Una piedra gigante del tamaño de un volcán, salió de la nada destruyendo el barco por la mitad, Chloe se apresuró a lanzarse al mar antes de que el crucero empezara a hundirse y la corriente la arrastrara. Desde un poco más lejos, Chloe miraba como el barco se hundía lentamente, las luces empezaban a fallar y todo al rededor quedó en penumbras, Chloe seguía nadando con temor a hundirse, no había nadie allí y probablemente ella también moriría; por otra parte, Chloe quería mantener la calma y no caer en desesperación, pero algo sujetó con fuerza su tobillo y la arrastró hasta el fondo del mar, ella contenía su respiración tratando de nadar hasta la superficie, pero dejó de intentarlo una vez que vio que todo era inútil.
-Ayúdanos - escuchó un susurro proveniente de una piedra -, estamos atrapados aquí abajo.
-Quiero volver a ver la luz ¡Ayúdame! - susurraba otra piedra a su lado.
-No podemos respirar - sollozó otra más - estamos destinados a sufrir eternamente.
-Debes irte o también quedarás convertida en piedra.
Chloe se sentía aterrorizada por todo lo que estaba pasando, la vista no ayudaba y aquellas piedras le estaban hablando ¿Acaso se estaba enloqueciendo? Quizá solo era el secreto que tanto ocultaba el Triángulo de las Bermudas. Chloe decidió volver a intentar salir a la superficie, pues poco a poco sentía como sus piernas se convertían en piedra y si no luchaba por salir, también quedaría en el olvido, convertida en piedra.
Fin.
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