Chloe se encontraba en una habitación totalmente blanca, sus paredes acolchonadas impedían cualquier intento de lastimarse o de huir. En una esquina de la habitación había una ventana totalmente sellada por dentro y por fuera, grandes barrotes de hierro impedían que cualquier persona saliera de allí, así que Chloe estaba destinada a morir allí, pues no había señales de su familia ni de la familia de su esposo ¿Qué era lo que había pasado? Todo había pasado tan rápido y misterioso, que no había manera de llevar pruebas o mostrar que realmente ella no estaba loca, aunque cualquier persona que viera lo que ella vio, probablemente quedaría orate de por vida.

Chloe pasaba la mayor parte de sus días mirando por la ventana llorando y gritando, las pesadillas no la dejaban dormir bien y sentía que realmente estaba perdiendo la cabeza, cada que empezaba a gritar diciendo lo ocurrido, unos hombres vestidos de blanco entraban para drogarla, así que la otra parte del tiempo la pasaba dormido tras el calmante que corría por sus venas casi todos los días.

—No estoy loca —susurró—, yo sé lo que vi, pero no tengo como probarlo, después de todo, el misterio del triángulo de las Bermudas seguirá siendo desconocido. Ojalá alguien escuche mi historia y sepa que allí hay algo más que simples teorías científicas.

Chloe decidió dormir por un rato rezando que las pesadillas no la atormentaran esa noche, realmente se sentía cansada y la droga no ayudaba, poco a poco se estaba volviendo loca y ya no habría razón para seguir luchando, había pasado una semana desde aquel accidente en el crucero 432 y las voces jamás abandonaron la cabeza de Chloe. El sudor poco a poco aparecía en la frente de ella, nuevamente tenía pesadillas de aquel lugar que le había arrebatado todo, pero al despertar sería diferente, muy diferente a las demás veces.

—Amor — murmuró otorgándole calidez y protección entre sus brazos —, era una pesadilla, tranquila.

—Dios, parecía tan real — sollozó —. Por un momento creí que te había perdido.

—No pasa nada, yo siempre estaré contigo — tomó su rostro con ambas manos y depósito un casto beso en sus labios — te amo.

—Te amo — devolvió el beso y volvieron a dormir.

Una especie de deja vú pasó por la cabeza de Chloe, pues una parte de su memoria le recordaba haber vivido esa escena ¿Acaso le había afectado tanto ese sueño? Es que realmente todo parecía muy real, aquel Triángulo de las Bermudas, aquellas piedras gigantes pidiendo ayuda y la sensación de dolor al perder a su bebé y a su esposo. Chloe al recordar su embarazo se dirigió hacia su maleta y allí estaba la prueba positiva, realmente todo había sido un simple sueño ¿O realmente era una advertencia? Nadie lo sabría.