Chloe y Dean no pronunciaban palabra alguna, en definitiva, algo muy raro estaba pasando en ese lugar y Chloe más que nadie podía afirmarlo. Las personas que aún estaban ahí, hablaban de cómo podrían salir vivos de ese crucero, pues ellos pensaban que solo estaban perdiendo la cabeza y decidían lanzarsen al mar, por esa razón quedaban pocas personas allí. Chloe parecía perdida en otro mundo, por más que Dean le hablara, ella simplemente no le escuchaba o era incapaz de entender lo que le decía, en su cabeza solo se reproducían esas voces una y otra vez.

Al final y después de unos cuantos minutos, la pareja de casados pudieron desayunar en calma, las demás personas se encontraban buscando botes, salvavidas, alimentos y agua para beber en el proceso, Chloe y Dean seguían sin saber a dónde ir, seguir a los demás era peligroso, pero quedarse a esperar una ayuda que nunca llegaría era incluso el doble de peligroso que lo anterior.

-Debes decidir Chloe, haré lo que tú digas - Dean tomó la mano de Chloe por encima de la mesa y le sonrió cálidamente.

-Quiero ir a descansar, creo que la noche no fue suficiente - susurró con calma -, luego buscaremos un bote y nos iremos a casa.

-¿Eso es lo que quieres? - preguntó besando la mano de su amada.

-Sí Dean, es lo mejor - sonrió.

Ambos decidieron ir a dormir un poco y cuando tuvieran más energía buscarían la solución para salir de allí; sin embargo, Dean estaba algo alterado y paranoico, Chloe parecía demasiado tranquila en un momento tan desesperante como el que estaban viviendo ¿Acaso ella no pensaba que si se quedaban solos podrían morir? ¿Qué era lo que estaba pasando por su mente en ese momento? Dean tenía sus dudas de quedarse a esperar un poco más, pero no podía dejar a la persona que amaba allí sola, así que a pesar de todo decidió dormir.

El tiempo pasó y pasó, todo estaba en calma sin ruido alguno, hasta que un grito cargado de temor y pánico despertó a la pareja. Chloe y Dean se levantaron inmediatamente y corrieron fuera de la habitación en busca de aquel grito, pero no había nadie y nadie era nadie, el crucero 432 se encontraba totalmente vacío, quedaban pocas pertenencias, comida y agua, pero lo que más le llamó la atención era un pequeño barco que se encontraba a pocos metros de la niebla, contenía alimentos y maletas, al menos eso era lo que se alcanzaba a ver, pero no había persona alguna que lo condujera, quizá el bote se había soltado de su dueño o éste había desaparecido.

Últimos capítulos mis amores, que disfruten el final de está corta y terrorífica historia.
💜💜😈