Tacones color blanco, suaves y delicados como la dueña misma, retumbaban al entrar a la iglesia, lugar que se encontraba en silencio con el único sonido de la música de fondo. Dean se encontraba en el fondo del altar totalmente embelesado, la belleza de su futura esposa era algo inexplicable o simplemente no había nacido palabra para expresar dicha virtud, los invitados a cada lado expresaban alegría y felicidad, pues habían esperado dicha celebración desde algunos años y al fin después de casi 5, la feliz pareja había decidido casarse.

Chloe se encontraba totalmente atemorizada, con una leve y apenada sonrisa saludaba a los invitados de su futuro esposo y a su familia de sangre,  así siguió durante un largo rato incapaz de mirar al chico que se encontraba en el altar, pues sabía que si lo hacía sus piernas perderían la fuerza y no llegaría al lugar deseo. Su padre, quien se encontraba a su lado, la miro cálidamente dándole la tranquilidad y fuerza que ella necesitaba, así que se aferró fuertemente a él y miró a Dean con sus ojos envueltos en un brillo de amor.

—Estás hermosa cariño — susurró Dean una vez que su padre la dejó a su lado — eres y serás la esposa más bella de todo el mundo.

Chloe solo sonrió y dirigió su mirada al padre, estaba realmente nerviosa y ansiosa; por otra parte, cabe recalcar que ella era una chica la cual nunca se imaginaba en un altar, con un largo y brillante vestido blanco mientras repetía una a una las palabras que el padre les decía, pues ahora se encontraba frente a su futuro esposo jurandole un amor eterno, un amor que solo la muerte podría separar ¿Crees que es de buena suerte jurar tal suceso? Pues ambos creían que incitar a la muerte solo traería desgracias, pero se vieron obligados a jurarlo de igual manera.

—Dean, puedes besar a la novia — dijo padre dándole el permiso que Dean tanto estaba esperando.

Sin empezarlo dos veces la feliz pareja unieron sus labios dándole a su corazón la satisfacción de ser amados mutuamente, porque no hay nada más valioso que encontrar un amor mutuo, algo que muchas personas no tienen la suerte de encontrar, pero podía afirmar que la actual pareja no carecía de cariño y amor.

Los demás al rededor empezaron a aplaudir felices de los esposos y una vez que éstos se separaron todos fueron a felicitarlos: algunos lloraban por la emoción, otros gritaban palabras de aliento y otros modestos solo aplaudían sin expresar un fuerte sentimiento. Chloe repitió la misma rutina de una boda cualquiera, tomó el ramo exquisito y lo lanzó a la furia sin saber quién quedaría con él, pero casi rompe en llanto al notar que era su madre quien lo tenía en su mano, ella siempre había sido muy apegada a su familia y le dolía un poco tener que dejarla.

—No, no llores pequeña — musitó su madre limpiando algunas lágrimas que humedecía las mejillas de su hija — has encontrado a un buen chico, se feliz, es lo único que te pido.

—Te amo mamá, eres la mujer más increíble del mundo — confesó Chloe dándole un fuerte abrazo — gracias por haberme convertido en la mujer que soy ahora.

—Nada de lágrimas chicas — comentó su padre — es una celebración, aquí no se a muerto nadie, así que nada de lágrimas.

—Mi suegro tiene razón — interrumpió Dean —, es nuestra boda mi amor, no llores o pensaré que estás arrepentida de que sea yo tu esposo.

Todos rieron y salieron para sus autos, pues aún los esperaba una gran fiesta que sus padres les habían preparado. En el camino la feliz pareja conversaba sobre lo que harían después de la fiesta, pues querían que su luna de miel fuera inolvidable, aunque sabían que en camino iban a estar juntos incluso más que en el lugar donde la celebrarían.

Al llegar al lugar, que claramente era el jardín de la casa de Chloe, todos gritaron emocionados y ellos solo podían mirar anonanados todo lo que habían preparado sus padres: Desde un gran pasten de cuatro pisos que contenido unos adornos comestibles de esposos, hasta una gran mesa de comida donde podías encontrar hasta lo más raro que tu mente podría imaginar. La música no tardó en sonar y todos empezaron a bailar, era un día donde la alegría reinaba sobre todas las cosas.

—¡Escuchen! — gritó la madre de Chloe haciendo que la música dejará de escucharse — quiero darles el regalo que preparamos los padres de Dean y nosotros.

—Les dijimos que no queríamos regalos — oro Dean mirando a sus padres.

—No digas tonterías hijos, sé que éste regalo no podrán rechazarlo — musitó la madre de Dean totalmente emocionada. — les preparamos un viaje a París con todo pagado.

—Y tendrán que ir en un bello crucero donde podrán divertirse antes de llegar a su destino — concluyó el padre del chico con una gran sonrisa.

Dean y Chloe estaban felices, habían pensado en eso muchas veces sin llegar a nada fijo, ahora podrían quitarse esa molestia de las cabezas y disfrutar en grande la fiesta. Ahora todos estaban doble o quizás el triple de felices ¿Qué aventuras les traerá aquel crucero? Pues ahora nadie pensaba en eso, solo tenían cabeza para festejar.

"Si supieras cuando y donde sería tu muerte, serías inmortal"

Gracias por leer bellas personitas 💜😘😘