Esta es la historia de Camila, la pequeña era un gusanito en peligro de extinción, quedaban muy pocos de su especie y ella realmente quería salvar a los suyos.

Había escuchado que la bióloga Lauren Jauregui se encargaba de proteger especies en peligro, por lo que contra los reclamos de sus padres partió en busca de ella. Ella podía salvarlos.

Apenas salió de aquel pequeño nido supo que su viaje no seria fácil, tardó todo un día en avanzar 1 km, una oruga le dio refugio por la noche cuando la vista de la gusanita Camila no era la mejor.

- Estoy en busca de Lauren Jauregui - explicó la gusanita comiendo un trozo de hoja que le ofreció la oruga.

- Ohhh esa gran humana salvó a mis padres de la masacre de marzo - comentó la oruga - ¿tu especie tambien esta en peligro de extinción?

- Si, apenas y quedamos algunas familias - expresó la gusanita con tristeza.

- Estoy segura que Lauren te ayudara, mañana le diré a mi amiga Dinah la iguana, ella es vegana, no te va a comer... Le diré que te ayude un poco en el trayecto, podrá transportarte unos 5 km, y tendrás que avanzar otros 7 por tu cuenta, tienes que dirigirte a donde sale el sol - la oruga le dio las señales y mas detalles acerca de la travesía que tendría que hacer para llegar hasta la humana Lauren.

Al día siguiente la iguana Dinah no parecía muy convencida de ayudar a la gusanita, no veía que podría obtener a cambio.

- Pues no le veo el caso pero subete y sostente con fuerza - anuncio la iguana vegana, Dinah, a la pequeña gusanita.

- Ok... Muchas gracias Dinah, me gusta mucho tu cabello.

- No agradezcas, por ese rumbo andan las mariposas y hay una que me encanta, tal vez podamos recoger un poco de polem para ella...

- ¿Mariposa? Pero... ¿Eso puede existir? ¿El amor entre distintas especies? - preguntó la gusanita con curiosidad, jamas había salido mas de 100 metros a la redonda de su nido y ahí la mayoría era fe mente cerrada, definitivamente el bosque había avanzado mucho en ciertos aspectos.

- Claro! Estamos en 2017! - dijo con risa la iguana vegana.

- ¡Wow! - Camila apenas y lo creía.

- Vamonos niña, se nos hace tarde - dijo Dinah la iguana agachándose un poco para que Camila la gusanita subiera en ella.

Con rapidez la iguana avanzaba entre ramas y algunos insectos mas pequeños que corrían despavoridos al verla, inconscientes de que la iguana no los comería por su dieta libre de insectos.

Durante el camino Dinah se detuvo ante cada flor hermosa que veía, quitaba un poco de su polem y lo guardaba en una pequeña bolsa colgada en su cuello.

- Casi llegamos con las mariposas - anunció emocionada Dinah mientras Camila se sostenía con fuerza de las escamas mas grandes de la espalda de la iguana para no salir volando.

Las mariposas eran un espectáculo digno de admirar, sus alas con colores llenos de vida, sus movimientos suaves, eran simplemente hermosas y había muchísimas indundando aquel rincón del bosque.

Camila observó con ternura como la iguana le entregaba su recolección de polem a la mariposa que por lo que alcanzó a escuchar se llamaba Normani, quería poder sentir el amor como ellas, pensó entonces en la humana Lauren, cuando vio una foto de ella pensó que sus ojos eran mas bonitos que los de los leopardos y sus cejas eran cautivadoras...

- Sigamos el camino - dijo Dinah volviendo a montar a la gusanita sobre ella.

La iguana hizo el favor de transportar a Camila un par de kilometros extras ya que la pequeña le había agradado, pero el resto del camino tendría que hacerlo sola y sobre todo: cruzar el paso de la muerte, una carretera estatal llena de peligro y muerte, eran pocos los que salían con vida y considerando la poca rapidez de la gusanita parecía poco probable que lograra su objetivo de encontrar a la bióloga Lauren.

Los 5 km restantes fueron agotadores para Camila y había tenido que cubrirse todo el tiempo con un pequeño trozo de madera que pesaba mucho. Unos pájaros habian tratado devorarla, y la pequeña madera había sido su salvación.

Apenas y había comido algunas hojas que alcanzaba a mordisquear mientras caminaba, pero en su mente solo estaba una cosa: encontrar a Lauren Jauregui y salvar a su especie.

La carretera, tan solo le faltaba ese "pequeño obstáculo" estuvo casi una hora ideando la mejor manera de cruzar, no había opciones lógicas, todo llevaba directo a la muerte, pero si no lo lograba igual estaría condenada a la extinción.

Comenzó a avanzar con determinación sobre el caliente asfalto de la carretera. El aire expulsado por el paso rápido de los coches la hacia volar y golpearse duro, pero sin darse cuenta y volando como aquellas hermosas mariposas llego al otro lado.

Con algo de sangre y raspones llegó hasta una pequeña estación que parecía ser en lugar de trabajo de Lauren, espero afuera, escondida entre algunas flores sollozando por el dolor de las heridas, durante todo el día no hubo rastros de la bióloga, pero justo cuando la luna comenzaba a alumbrar la noche, la vio...

Era la criatura mas hermosa que hubiese visto alguna vez ¡ERA ENORME!

- Lauren... - la llamó en un susurro, pero probablemente la humana no reconocía el idioma gusano.

Camila comenzó a acercarse con dolor tratando de llamar su atención pero la bióloga parecía muy entretenida con una pequeña jaula que cargaba entre las manos.

- Lauren - la llamó de nuevo.

Si Lauren la hubiera escuchado todo habría sido menos doloroso, pero la noche también afectaba la visión de la bióloga, avanzaba con determinación y sus botas militares hacían retumbar el piso, Camila comenzó a temblar cuando vio los pasos dirigirse hacia ella. Exactamente sobre ella.

Lauren aplastó a Camila...

Fin

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Final alternativo

- Hola pequeña - la voz de una humana fue lo primero que Camila escuchó al despertar.

Parecía tener el cuerpo inmóvil ¿quedo paralitica? ¡Lauren la había aplastado!

Pero todo estaba de cabeza, veía todo al revés ¿Que estaba pasando? ¿Murio y eso era el cielo?

Todo era confuso, la humana seguía hablando pero Camila no tenia fuerzas para contestar, quería liberarse de las ataduras que contenían su cuerpo. Con fuerza trataba de moverse y su cuerpo se sentía muy extraño.

- ¡Esta lista! - gritó Lauren aturdiendo los pequeños oídos de Camila. Ahora se daba cuenta, estaba dentro de una caja de vidrio y la bióloga junto a otra persona la observaban.

Siguió luchando por liberarse, la batalla duró horas, Estaba por rendirse, exahusata cuando una parte de su cuerpo salió, una que no conocía, llena de colores... ¡Era una ala!

Con desesperación y fuerzas recuperadas siguió liberándose y cuando todo su cuerpo salio de esa armadura no calló al suelo, floto en el aire.

¡Tenia alas!

Se miró sobre el cristal en el que estaba cautiva, era hermosa, como las mariposas, como Normani.

- Wow, pensé que ya no existían - comentó el chico que acompañaba a Lauren - es increíble.

- Pequeña, lamento haberte aplastado, te colocamos en un capullo de mariposa para sanar tus heridas, pero nos dimos cuenta que eras una "camilantrus cabellutus" una extraña especie que creímos extinta. En condiciones normales no desarrollan alas, pero cuando usurpan el capullo de una mariposa obtienen una metamorfosis mas hermosa aun - explicó Lauren ante la mirada extrañada de su compañero que no entendía porque le explicaba cosas a una camilantrus.

- Respecto a tu especie los encontramos y los hemos redirigido a la reserva para aumentar la población y extender la especie. Van a estar bien - anuncio la ojiverde con una sonrisa. Le encantaba salvar insectos.

- Muchas gracias Lauren - dijo Camila sabiendo que la humana no podría entenderla.

- Te llevaremos con ellos cuando estés adapatada - dijo la bióloga abriendo la caja de cristal y metiendo su mano para depositar a Camila en uno de sus dedos.

La pequeña gusatina con alas se aferró fuerte a la piel de la humana y sintió como esta dejó un beso sobre sus alas.

- Eres hermosa - comento Lauren.

- Tu lo eres más - dijo Camila dejando besitos en el dedo de la bióloga.

Días pasaron donde Camila recibía besos a diario, donde Lauren parecía fascinada con la gusanita, la alimentaba y la cuidaba.

Al pasar un par de semanas Camila fue liberada para que volara, para que fuera libre, pero no del todo, le gustaba estar con Lauren y la visitaba a diario. Lauren la esperaba siempre cerca de su ventana con una variedad de polem, con algunas ojitas deliciosas para comer, y para dar infinitos besos en las hermosas alas de la valiente gusanita...

Fin

Karina Bo.

Besitos!

En la qk!