Four.
Estaba jodido, no, él iba a ser jodido por un ser mitológico con el cuál no debió cruzarse. Bendita sea su suerte, todo por querer ver esos huevos y ayudarlos a nacer, Izuku siempre supo que su bondad podría ser un imán para los problemas pero no se esperó llegar hasta ese punto.
-Y-yo no puedo hacer eso, somos diferentes, tus hijos no se podrán engendrar en mí. -el pecoso dijo mientras trataba de hacerse bolita en el suelo, el naga lo tenía encarcelado y no le dejaba ningún tipo de escape.
-Eso es mentira, -el rubio le sonrió egocéntrico y perverso-, para que sepas, uno de los más preciados regalos que ustedes humanos nos daban a nosotros eran sus hembras, es la razón principal por la cual nosotros también tenemos subgéneros.
Esa información dejó a Izuku vuelto piedra, ¡Eso no era posible...! ¿Verdad?
Sin embargo, sabiendo que los nativos de esa región adoraban a los nagas como dioses la idea de que les ofrecieran jóvenes vírgenes para que se aparearan con ellos no le sonó del todo descabellado.
-Eso quiere decir, -continuó el naga-, que soy un alfa entre tu especie y que sí puedes tener a mis hijos, tu cuerpo es compatible con el mío, además, podrás soportarme perfectamente. Tiempo atrás hubo algunos problemas con eso, pero con el pasar de los años y los descendientes que se llegaron a tener nuestra escala de supervivencia subió bastante.
-P-pero... -Izuku miró hacia arriba, fue una pequeña distracción que le costó bastante, pues no notó como la cola de Katsuki se le acercó por detrás y lo enrolló.
El omega dejó escapar un pequeño chillido al ser sacado del sitio en el que dormían los pequeños, fue llevado a una esquina alejada, sintiendo como el cuerpo del rubio comenzaba a rodearlo por todas partes, no llegó a tocar el suelo porque el mayor lo colocó sobre el suyo propio.
Su peso parecía insignificante para el 'alfa', porque eso era lo que era y de él era el aroma que rodeaba toda la caverna. Katsuki lo mantenía sujeto, la parte más delgada de la cola lo amarraba por el pecho, no podía mover sus brazos del todo por culpa de ello, pero eso era un deleite para el naga ya que podía llevar sus manos a su ropa sin impedimentos.
-¡Es-espera! ¡No! -el omega pataleo lo mejor que pudo, sin embargo, la advertencia que le dio la parte de la cola que se apretó significativamente en su pecho le hizo quedarse quieto, comenzó a costarle respirar.
-Bien, me alegra que hayas entendido el mensaje, tonto y torpe 'Deku', -Katsuki se burló-, te dije que no podrías contra mí, mejor rindete y vete haciendo la idea de que aquí vivirás siempre con tu vientre redondo.
El alfa quitó con habilidad la ropa de la parte inferior de Izuku, lo dejó solo con su camisa manga corta que utilizaba para la exploración. Katsuki alzó más al pecoso, acercando su rostro, que miraba con anhelo, a la entrepierna del humano y pasó su lengua por él.
-¡A-ah! ¡N-no! -Izuku sollozó avergonzado y algo humillado, ¡No podía creer que Katsuki le estuviera haciendo algo como eso!
Verlo así tan de cerca y descaradamente, sobre todo ¡Olerlo con su lengua!, Era algo que jamás se imaginó, ni siquiera había pensado en que alguna pareja le hiciera un oral alguna vez, pero ahora estaba allí, siendo olido y saboreado por un naga, de todas las cosas tenía que ser un animal mitad humano.
Mientras el omega lloraba en silencio deseando que sus amigos tuvieran amnesia para que no lo buscarán y lo fueran a encontrar de esa manera tan humillante. Katsuki estaba probando la gloria, una sola probada le bastó para volverse adicto a ese humano fastidioso, una mezcla del aroma intensificado del omega junto al sabor algo cítrico del sudor envió un sin fin de sensaciones a las papilas gustativas de Katsuki y su nariz.
-¡Maldita sea! -exclamó el alfa de repente sintiéndose mareado.
Sacudió su cabeza tratando de despejar su nublada mente y se sumergió de nuevo entre ese coño, dulce coño gordo y rosado, la lengua de Katsuki se hundió en él, absorbiendo y saboreando todo lo que podía. Abrió más las piernas del pecoso y las puso sobre sus hombros, una de sus manos fueron a su botón sensible que se hinchaba cada vez más debido a la estimulación que estaba recibiendo, jugó con dicho botón notando como el humano temblaba y jadeaba cada vez más mientras lo hacía.
-¡No toques ahí!~ -por más que Izuku dijera que no, sabía que su parte instintiva estaba encantada con ese placer, la forma en la que se movían sus caderas solo podía afirmarlo-, ¡Vas m-muy profundo!
No podía evitar gemir, esa larga lengua exploraba sin ceremonias ni vergüenzas su interior, se movía por todas partes a las que podía llegar y la punta fina partida en dos le daba cosquillas. Lo hacía sentir aún más sensible aún, se agarró como pudo de la cola que lo rodeaba por todas partes, aún si no se fuera a caer tenía que estar sujeto de algo.
-Eres tan jodidamente delicioso, humano de mierda, me va a encantar llenar este coño con mi descendencia. -era como estar drogado con aquellas plantas que comía de vez en cuando, pero mucho mejor, ese delicioso néctar era mil veces más adictivo.
El naga se separó del omega, pasó su lengua por sus labios tratando de reunir toda la esencia que le había quedado pegado en las mejillas y mentón. Sostuvo las piernas del menor mientras lo bajaba a nivel de su pelvis y sonrió con malicia. Izuku estaba ligeramente aturdido y entumecido, no se daba cuenta realmente de las cosas que sucedían a su alrededor.
Sin embargo, al notar como era inclinado hacia adelante mientras sus piernas eran mantenidas en el aire, abiertas de par en par. Miró hacia abajo y lo que vio le dejó con una parálisis cerebral traumática, DOS enormes POLLAS emergían de una ranura que se abrió en la pelvis del naga.
Aparentemente estaban felices de verlo así, ya que pudo contemplar como la superior palpitaba levemente. Eran de color rosado intenso, gruesas con protuberancias en la base, la superior era ligeramente más gruesa que la inferior y su uretra más pronunciada de aspecto redondo.
Parecían plátanos erguidos hacía arriba, y la punta, por toda la virgen vida de Izuku, la polla inferior tenía una cabeza de hongo, ligeramente más grande que el cuerpo y redonda, la superior era más fina, casi como si fuera una lanza, sin embargo, no dejaba de ser más grande que el resto de su cuerpo y había unas ligeras protuberancias a su orilla.
-E-es mentira, ¡N-no somos compatibles! -el omega estaba muerto de miedo, básicamente si alguna de esas cosas entraba en su coño lo dejarían en sillas de ruedas de por vida-, ¡No van a poder entrar, me van a partir!
Izuku sollozó tratando de cerrar sus piernas, pero solo recibió una risa oscura del naga, mirando hacia arriba, el pecoso se encontró con la sonrisa filosa del alfa, mirando en primera fila como sus colmillos crecían de una forma anormal en las personas, una gota amarillenta se desprendió de uno de ellos e Izuku supo que estaba más que jodido en ese momento.
Una mano del rubio lo agarró por un lado de su cabeza, estirando su cuello y dejando acceso a su glándula aromática principal. Ni siquiera pudo quejarse cuando Katsuki se apegó a él abriendo sus fauces, el omega dejó escapar un gemido de dolor al sentir como los dientes del naga se clavaron en su cuello.
Entregándose profundamente sobre su glándula y dejando salir una esencia que lo quemó desde dentro. Izuku tembló arqueando su espalda, una pierna suya colgaba inerte mientras la otra seguía siendo sostenida, las pollas de Katsuki se frotaban contra él mientras éste seguía reclamando su cuerpo metido entre su cuello, y entre su carne más específicamente.
-N-no... -dijo una última vez sin fuerzas, su cuerpo dejó de corresponderle y ahora solo parecía una muñeca de trapo sin huesos, no se podía mover, ¡No podía mover nada!
Lo único que movía era su pecho para respirar y sus ojos, sin embargo, podía sentirlo todo, estaba muy caliente, como si estuviera haciendo un trabajo pesado bajo el sol por horas y al fin tuvo un pequeño descanso. Estaba molido, sudado y caliente, sus músculos doloridos ni siquiera tenían amagos de moverse.
Era solo un filete servido a merced del depredador que lo capturó. Era más que obvio el objetivo porque cuando Katsuki soltó al fin su cuello y lamió la sangre de la marca que le dejó, también soltó la cola que lo mantenía sujeto del pecho, los brazos y las piernas de Izuku quedaron colgando a los lados.
-No te preocupes por nada, mi pequeño compañero, -murmuró el rubio sin quitar su sonrisa, llevó una de sus manos al coño de Izuku, en donde metió sin vacilar tres de sus gruesos dedos y embestir con ellos sacando gemidos y jadeos del pecoso-, acabo de reclamar tu cuerpo para mí, todo lo que yo te haga solo de dará placer por el resto de tu vida, además, también de pone dispuesto a mí de todas las formas posibles que imagines.
Izuku comprobó la verdad de las palabras de Katsuki en la forma que no abría tan fácilmente, parecía que su coño ya había sido estirado con anticipación y estaba relajado, completamente listo para recibir esa enorme polla y el placer. Aunque, no pudo evitar soltar un jadeo de sorpresa cuando el naga sacó los dedos de su coño y los metió en su entrada trasera.
Los ojos del menor se abrieron a más no poder cuando sintió también, el placer, las sensaciones que venían de allí, el rubio había utilizado su humedad como lubricante para preparar también ese lugar. Podía sentirse apretar y chupar esos dedos como si su vida valiera de ello, ¿Como era posible algo así? Jamás llegó a pensar en tocarse o meter algo allí en sus celos, ¿Por qué se sentía tan bien?
Por más que quisiera negarse o preguntar, de su boca abierta lo único que salía eran gemidos que parecían encantar al rubio. Cuando pareció satisfecho de comprobar si su veneno estaba funcionando correctamente tomó sus piernas, abriéndolas hasta más no poder y acomodarse entre ellas. Izuku solo pudo mirar con horror como cada punta de una polla presionaba contra sus agujeros.
-¡N-AGH! -sin suavidad, Katsuki se estrelló hasta el fondo de su cuerpo como el animal que era, sus tobillos pasaron por encima de los hombros del alfa mientras éste clavaba sus manos a los lados de sus caderas y lo empujaban hacía abajo.
-Maldición, es como si mis pollas se fueran a derretir, -el rubio jadeó moviéndose ligeramente, ambas entradas de Izuku estaban llenas hasta el borde-, tan jodidamente caliente, omega. Si piensas que te dejaré ir después de esto, estás muy equivocado.
Izuku estaba seguro que iba a morir, a pesar de que esas pollas le daban una deliciosa sensación placentera, también sentía como era estirado hasta el máximo, las pobres paredes de su interior se habrían de una forma que jamás llegó a pensar mientras se moldearon a las formas que tenían esos miembros viriles.
Su pobre coño era el que más sufría, cualquier movimiento que hacía Katsuki sentía como la polla se frotaba contra su botón sensible, presionando y estimulando más de lo que ya estaba. Juraba que si pudiera mover su cabeza bien hacía abajo vería el bulto que se formaba en su vientre. Mierda, ya tendría que hacerse la idea de que estaría bien abultado pronto.
-Yo creo que ya sabía que nosotros tenemos dos pollas ¿No? -habló el rubio limpiándose la saliva que se había salido de su boca con la lengua-, una de nuestras pollas suelta semen, ya que hace mucho tiempo solamente podíamos poner huevos pequeños dentro del útero de nuestras hembras, pero con la descendencia de humanos y nagas nos fuimos adaptando.
Katsuki comenzó a moverse, fue sorprendentemente lento al principio, pero quizás era más por mantener su cordura un poco más tiempo antes de perderse en el placer que recibían sus pollas. Izuku apenas podía escuchar lo que estaba diciendo el naga, su mente estaba más concentrada en los miembros que molían su interior y reorganizaban sus intestinos.
-Así qué, para asegurar nuestra especie, comenzamos a soltar semen y huevos, aunque, también los huevos se adaptaron más a los humanos, -el rubio continuó mientras se enterraba profusamente en el omega pecoso y jadeante que tenía debajo-, si antes solo se podían fertilizar uno de cada diez huevos, tiempo después las probabilidades de que los huevos pudieran nacer era de casi todos. O eso me dijo la vieja de mi madre una vez, así que lo voy a comprobar.
Fue como si la última línea de cordura que tenía el naga se hubiera extinto con la frase al terminar de hablar. Las pollas de Katsuki se enterraron más profundas y rápidas en el interior de Izuku, quien tenía los ojos en blanco y la lengua afuera, la saliva se escurría de su boca y caía por su mentón, pero eso era prácticamente nada en comparación a lo que sentía.
Era destrozado mental y físicamente, quizás vivir el resto de sus días siendo utilizado de esa forma no fuera tan malo. Si iba a recibir ese tipo de placer todo el tiempo podría reconsiderar su plan de escape. Las dos pollas se frotaban una contra la otra en esa delgada pared de piel que las separaba, era como si la inferior estuviera presionando y empujando la superior hacia arriba firmemente, haciendo que estuviera frotando con fuerza sus puntos dulces dentro de su coño sensible.
Izuku tenía una mirada bizca, lágrimas se derramaban por sus mejillas y su voz parecía que se iba a romper en cualquier momento, su pobre garganta le dolería como los mil demonios después, estaba seguro de eso. El omega miró hacia el frente cuando sintió una mano enredarse entre su cabello, su cabeza fue tirada hacia arriba y ni siquiera había visto venir al alfa contra sus labios.
-Mío, este coño me pertenece solo a mí. -habló el rubio con voz inhumana contra su labios antes de tomarlos por la fuerza, no fue difícil hacer que la boca del menor se abriera para el rubio, quien metió su lengua e invadió el espacio del otro.
Haciendo que su lengua se moviera de un lado a otro por toda la cavidad bucal del pecoso en un beso lleno de saliva, sucio y morboso. Izuku se podía saborear así mismo en la boca del alfa, un pequeño rastro de él aún estaba allí, no pudo hacer más que soltar lascivos gemidos que fueron bebidos por el alfa mientras seguía embistiendo contra su interior.
-¿Estás listo para ayudar a preservar mi especie, Deku? -Katsuki volvió hablar cuando se separó del pecoso-, nunca había probado algo tan exquisito como tu coño y no me puedo aguantar mucho tiempo.
El alfa se separó de Izuku, tomando sus piernas para mantenerlas pegadas a su pecho y doblarlo por la mitad. El pecoso solo pudo rodar sus ojos de nuevo al sentir lo más profundo que pudo llegar el rubio, su polla se hinchó un poco más, sobre todo la base en la que se formaba una especie de nudo. Izuku sollozó cuando el nudo estalló y se enterró profundamente dentro de sus paredes maltratadas.
La sensación de ser llenado por ambos agujeros le hizo correrse con fuerza, chorros de líquido transparente salieron de su coño mojando las escamas del alfa. Aunque era extraño, su vientre se sentía más pesado que su trasero, además de duro, era como si en vez el semen normal, como el que llenaba su recto, este fuera más sólido.
¿¡Serían los huevos que mencionó antes?!
Izuku pensó algo alarmado, pero podría ser cierto ya que podía sentir como muchas cositas pequeñas salían disparadas de la polla que estaba enterrada en su útero. Era tan placentero que se daba miedo a sí mismo por sentir tal cosa, su vientre se expandía cada vez más y se sentía apretado.
-Joder, son muchísimos, espero que la mayoría sean fertilizados maldición, años sin poder dejar mis huevos en una hembra me deja así. -Katsuki estaba tocando las nubes en ese instante, todos los huevos que nunca habían podido salir ahora eran liberados dentro del sistema que se encargaría de engendrarlos hasta que estuvieran listos para salir y nacer.
El vientre del pecoso se agrandó, más lleno y redondo con los huevos que habían quedado dentro de él. Katsuki duró dejándolos por unos cuantos minutos más y cuando al fin salió, un montón de baba viscosa se derramó del coño del omega mientras que de su trasero salió un montón de semilla blanca. Izuku respiraba con dificultad y seguía temblando, espasmos recorrían su cuerpo al sentir como sus partes íntimas dejaban salir cantidades vergonzosas de fluidos.
-¿Puedes aguantar despierto otra ronda? Ya no serán las dos pollas, pero de todas formas tendrás mucho placer. -el rubio se volvió acomodar entre las piernas del pecoso, dejando que su polla superior se retirara dentro de su cuerpo y dejando solo la inferior erguida y lista para más.
Izuku apenas pudo mover un poco la boca cuando sintió como la polla que antes estuvo en su trasero ahora entró en su coño, estaba sucia de semen pegajoso, pero cálida, Katsuki colocó sus piernas alrededor de su pelvis escamosa, las manos del rubio se agarraron de su trasero y lo presionaron contra el miembro para que pudiera entrar todo de nuevo.
-¡Ah!~ -Izuku gimió, su estómago se sentía tan apretado y tenso con esa polla metida allí que podría correrse de nuevo, las embestidas no se hicieron esperar, rápidas y profundas, no tan desesperadas como antes pero seguían siendo brutales.
El cuerpo del menor ardía, se quemaba hasta los huesos y solo quería más, más de ese placer, quería estar ardiendo para siempre. Katsuki de alguna forma llegó a su cuello dejando besos allí, leves mordidas con los colmillos recogidos, dejando marcas de dientes de manera uniforme. Bajó a su pecho comiendo sus botones rosados y erguidos, dejando chupetones por todas partes.
Con un gemido roto, Izuku se corrió apretando por reflejo sus piernas alrededor del rubio, al parecer el efecto del veneno estaba pasando poco a poco, aún no se podía mover del todo, pero ya sentía el peso de sus extremidades por completo. Izuku estaba al borde del desmayo, su coño seguía siendo estiramos hasta el borde y las embestidas no dejaban de estimularlo.
Sentía su pequeño botón arder, de placer y dolor, por todas las veces que era frotado sin parar, y las paredes de su coño pedían a gritos un descanso, sin embargo. Su cuerpo flácido no le permitía hacer nada, lo último que pudo hacer el omega fue mirar hacia el nido en donde estaban los, que ahora eran 'sus', bebés nagas durmiendo plácidamente, ajenos a la morbosa y pervertida escena que estaba viviendo.
Bueno, solo esperaba que los chicos no perdieran su tiempo en buscarlo, pues Izuku ya había sellado su destino cuando su curiosidad lo llevó a aquel nido, al cual no debió acercarse ni ayudar a los huecos nacer. Pero ya no había retroceso, era lo que le tocaba vivir ahora, ser madre, madrastra y hembra de unos nagas mitológicos de la historia.
(...)
(Modo rosa de Guadalupe)
🐜 Tiempo después 🐜
-¡Deku! -un gritó se escuchó hasta el otro extremo de la selva-, ¡Mira a tus hijos del demonio, no dejan de pelear!
Katsuki literalmente tenía que usar todo su cuerpo para que los dos bandos, de mocosos no mayores de doce años, desenfrenados no se acabarán entre ellos. Ya ninguno recordaba la razón de esa disputa, seguramente tonterías de cachorros fastidiosos, la última vez un grupo de cinco se pelearon entre ellos por tener el último trozo de cerdo asado que había cocinado la madre; de todos y cada uno de ello,
Un aroma agrio llenó la estancia, tan fuerte que incluso los menores de cinco años que no tenían nada que ver con los gritos y problemas desaparecieron por arte de magia entre los árboles y arbustos tratando de escaparse de la enorme ira que caería al lugar. Incluso Katsuki tembló en su sitio sabiendo que él tampoco se salvaría del dueño de ese aroma tan podrido y enojado.
-Ustedes... -todas las cabeza voltearon hacia el dueño de esa voz escalofriante-, ¿¡No pueden dejarme descansar un maldito día sin que me estén llamando!?
Izuku estaba molido, su cabello era un nido de pájaro, tenía algunas ojeras, marcas que se miraban hasta en el mentón, y cómo no, apenas el día anterior había salido de su horrible celo de tres días consecutivos de sexo desenfrenado y su vientre estaba recién engendrado, por sexta vez. Le dolía la cabeza, las piernas y las caderas, ¿¡Y tenía que resolver ÉL esa tonta disputa!?
Mataría a ese estúpido naga de cabellos rubios y se haría una mochila con su piel escamosa, ¡No más hijos! Ya había hecho suficiente por esa especie, ya ahora no estaban tan 'en peligro de extinción ', lo único que estaba extinto allí era su paciencia.
-¡D-deku..! -una mirada del omega lo hizo callar y encogerse, todos los menores se vieron unos a otros haciendo un pacto silencio que duraría todo un mes.
-¡Ni una palabra Katsuki, eres el responsable de todo esto, te quedas fuera del nido por lo que resta de mi embarazo! -Izuku le dijo a su alfa y después miró a sus hijos-, ¡Y ustedes, al próximo que escuche pelear lo enviaré con Kouta y Mahoro para que se encarguen de los zorrillos! ¿¡Me escucharon!?
Ninguno se quedó sin asentir con la cabeza rápidamente, no dijeron nada y era mejor así, sabía que si soltaban una palabra serían enviados con sus hermanos mayores a encargarse de la plaga de zorrillos que se estaba propagando por su territorio, a ninguno le gustaría lidiar con ellos y apestar por semanas.
Después de dejar todo el orden, Izuku regresó a su cómodo nido para dormir, siendo seguido de sus más pequeños bebés para acompañarlo en la siesta.
Todo quedó en un silencio sepulcral y uno de los cachorros mayores miró a su padre.
-¿Ves lo que haces, viejo? -le murmuró antes de irse seguido por sus hermanos, Katsuki solo se quedó allí solo, preguntándose qué fue lo que hizo en realidad para que él llevará toda la culpa.
No le quedó más que resignarse y buscar un árbol en el cual pasar los siguientes meses.
Fin.
(...)
Un final culero pero con mucho Smut que le gusta a todos ustedes puercos aldlfkfidk
Espero que les haya gustado esta pequeña historia.
Al final el equipo de Iida nunca pudo encontrar la civilización perdida y además la pérdida de Izuku los dejó a todos son ganas de continuar, PidoPerdon si eso es triste pero eso pasó ;'3
Pero al menos nosotros sabemos que Izuku es feliz, vive con dolores de cabeza y muchas ganas verdes pero feliz. UwU
Sin más, me despido por hoy
(Si vieron que hormigón participó hoy? 🐜✨ Ya feli ~)
Zaorycast.✨ ✨
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