Capitulo único
Les traigo otro de nuestros ship favoritos en el fadom cartoon
$queremos recordar que esto fue escrito cuando era muy joven
Por eso es jodidamemte tierna!!! Aún así esta entre los mejores que escribimos u.u
$Lamentamos el mal humor, es tarde y hay sueño... ademas de que las canciones de Vocaloid no ayuda mucho u.u
Eso no importa... Las advertencias ya la dimos.
$no olvides lo otro!!!
Ah si... hay un extra, no se lo pierdan :v
Pensamiento (cursiva): Hola
~Comienza~
P.O.V. Dipper:
Quien diría que ya ha pasado 3 años desde que derrotamos a Bill Chiper.
Todo es más tranquilo ahora. El tío Ford se encuentra mejor que en ese momento. Pudimos volver a Gravity Fall, eso hizo muy feliz a Mabel y Stan... Bueno él no cambio en nada, sigue estafando a la gente.
Aún hay muchos secretos que no descubrimos siempre hay tiempo para la familia ¿Verdad? Apenas pudimos sacar a Ford del sótano para un camping. Todo está preparado, más que nada mi gemela esta super emocionada de salir un rato.
Ahora que lo pienso hemos crecido tanto, cambiamos física como psicológicamente. Ya no somos unos niños y eso es lo mejor de todo.
–¡Dipper!– ese fue el entusiasta grito de Mabel llamándome. La miro con calma mientras bebo un delicioso jugo de uva.
–¿Qué pasa?– le pregunto en completa calma. Sé que no es nada malo ya que ella siempre es así. Quizás otros se alarmarían, pero yo la conozco a la perfección.
–¡Ven a ver lo que encontré!– grito con rostro de emoción que poco podía disimular.
–¿Qué es?– solo quiero saber si vale la pena levantarme de mi tan cómodo lugar.
–¡No sé!– claro que para ella todo es emocionante –¡Pero se ve genial! Como de esas cosas que te gustan– ella no sabe mucho pero el verano que pasamos aquí le enseño bastante.
–Está bien– me levante mirando a mis tíos –ya volvemos– ambos asintieron con muy poco interés.
–Tengan cuidado– dijo Stan mientras nos íbamos. Solo levante la mano en señal de que escuche.
Seguí a mi emocionada gemela por el sendero que nunca recorrí. No digo que haya explorado todo el bosque al rededor del pueblo, pero este sitio me es completamente desconocido. Miro todo intentando disimular calma, la verdad es que estaba nervioso por descubrir lo nuevo o aunque sea algo que mi tío ya lo había hecho. De todas formas no veo nada extraño. Solo era un claro en donde no había ni siquiera hojas en el suelo. Es más algo esta dibujado. Estaba por entrar, pero una enorme fuerza me mantuvo alejado, que raro.
–¿Qué es esto?– levante la mano intentando tocar si había algo y en efecto. Sentí como una corriente eléctrica me hacía retroceder –¿Qué demonios?– murmure sorprendido. Mi mano duele un poco –parece ser un escudo o algo así– realmente increíble.
–¿Amm?... ¿Dipper?– me llamo con un poco de miedo. Levante la cabeza ya que me encontraba sumido en mis pensamientos. Dándome cuenta de los extraños rayos multicolores que empezaban a formarse en el aire. Encima del pentagrama –¡¿Qué hiciste?!– grito de repente.
–¡No hice nada!– no entiendo como esto es mi culpa. Empezó a formarse una especie de boca en el cielo. Algo realmente tétrico, oscuro mientras que los rayos que se formaban empezaron a entrar como trayendo algo. Recién entiendo –vamos, hay que escondernos– tome a Mabel de su brazo arrastrándole hasta los arbusto.
–¿Qué hacemos?– susurro bajito para que nadie nos escucha. Aunque no sabemos si hay alguien.
–Esperemos un minuto– quiero ver que saldrá de allí. Asegurarme si es un peligro como nuestro antiguo enemigo.
Nuevamente mis suposiciones son buenas, del interior de esa cosas sea lo que sea salió un tentáculo purpura brillante... creo. Es enorme. Salieron dos más como si fuesen las patas. Luego la cabeza que es el doble de horrible. Luego salió lo que seguro debe ser su segundo brazo con algo más, un triángulo amarillo.
–Eso es...– empezó mi hermana.
–¿...Bill?– termino yo completamente shockeado.
Pues es él, la criatura lo levanto en el aire golpeándolo contra el suelo con fuerza. Se ve magullado y al parecer herido. Su cuerpo se encuentra con fisuras de la cual no sale nada, supongo que no tiene sangre. No lleva su bastón ni gorra.
–¡¿Qué demonios quieres conmigo?!– su normalmente voz sarcástica ahora se encuentra furiosa. Puedo ver el rojo de puro odio.
El enorme ser empieza a romperse de la cabeza se pude ver como algo se abre, y no me refiero a la boca. Parece como si alguien hubiera agarrado un palo y lo abriera, empieza a salir un espeso liquido verde de esa herida. Entonces lo veo, son dos manos ¡Alguien sale de adentro! Hay una cabeza, su cabello es purpura igual que la criatura, el rostro y... ohh... es una mujer. Está completamente desnuda. Desvió la mirada pero no por mucho, ella se cubre con una ropa que solo Dios sabe de dónde proviene.
Se acercó hasta ese demonio y lo levanto sin ningún problema sonriendo macabramente –Sé lo que paso... ¿Cómo demonios perdiste en este mundo? ¡Son solo humanos!– lo tiro contra el suelo pisándolo. Hasta yo ciento lastima por el trato que le da.
–¡Suéltame!– parece que no se llevan bien. No puede defenderse –siendo una de las más buscadas no deberías estar interesante en lo que hacen simples lacayos como yo– una burla la cual no acepto.
–Habla Bill– volvió a apretarlo con fuerza. Logrando que fragmentos de su anatomía se cayeran, y eso que lo sujeta con la mano izquierda.
–Como si fuera a decirte algo Celina– ese al parecer es su nombre. Ella lo miro con duda.
–Entonces tender que sacártelo a la fuerza– eso pareció asustar al triangulo isósceles que empezó a removerse inquieto –pero no puedo con esta forma...– sus labios se curvaron en una perturbarte sonrisa –tendré que sacarte– levanto la palma derecha.
Nosotros estábamos sorprendidos. No creíamos ver a ese ser en tan desesperada situación, algo lamentable –¡Para Celina!... ¡Aún no eh cumplido mi tiempo de condena!– ¿Condena? ¿A qué se refiere?
La mujer lo ignoro –considéralo un favor– sin previo aviso clavo la mitad del brazo en el ojo de Bill. Nosotros nos quedamos congelados, pues los brazos de él se detuvieron por completo ¿Lo habrá matado? –bien pequeño... ven conmigo– ya no sé qué creer. Jamás vi cosas como estas, tan horrendas... pues Celina saco de adentro un muchacho al parecer de 20 años más o menos. Tiene el cabello rubio y la piel un poco oscura. Es más alto aunque apenas lo aparenta al ser sujetado por esa muchacha por el cuello. No puede respirar y además de eso también se encuentra desnudo –es bueno volver a ver tu rostro, Bill– no puedo evitar mi impresión.
–¿Ese es Bill... Chiper?– no parece él mismo. Ahora es más humano a lo que cualquiera pudiera explicarme alguna vez.
–Al parecer– me respondió mi gemela igual de shockeada y sonrojada.
Un traje amarillo cubrió su cuerpo de inmediato, logrando hacer que reapareciera el sombrerito. También un parche en su ojo izquierdo, dejándonos ver el derecho que es dorado igual que su cabello.
–No tienes muchas opciones, dime lo que paso– volvió a amenazar apretando un poco más las vías respiratorias.
Él tose –nunca– responde aferrándose a su brazo.
Me pregunto porque se niega a decirle que nosotros le derrotamos. Sé que es patético que un grupo de humano destruya un plan tan aterrador como ese, pero hay que admitir que casi lo logro. Ella suspiro, parece que la paciencia se le está acabando.
Sus facciones se calmaron un poco. Aunque no lo bajo –¿Es por tu orgullo?– él no cambia su mirada, solo la observa con odio mientras le examina –o... ¿él?– casi pude denotar alegría. Dijo la última palabra como si nada le importara, a ella al menos.
Pero a Bill al parecer si. Apretó más los puños empezando a sacudirse violentamente –¡No hables de él! ¡No tienes permitido mencionarlo!– no parece el mismo de hace 3 años.
–Estas cambiando...– murmuro Celina como si hubiera leído mi mente –Bill ¿Es por él?... ¡¿Qué tiene que ver con todo esto?!– lo volvió a golpear, pero esta vez contra un árbol.
–Cállate... murió hace mucho... es todo...– no entiendo nada ¿Quién es "él"?
Ella no pareció agradarle. Cambio su agarre a la cabeza, literalmente está sujetando con ambas palmas los lados del cráneo –si no me lo dices tendré que quitártelo a la fuerza– junto sus frentes.
–¡No!– grito intentando golpearla, pero dos tentáculos salieron sujetando las muñecas para que no pelee.
Ninguno dijo nada, una luz brillo en medio de los dos. No sé qué está pasando pero me doy una idea. Le debe estar leyendo los recuerdos, sin embargo abre los ojos de sorpresa y odio. Lo miro con un rostro de enloquecida –está vivo...– le soltó la cabeza para luego estrellar su cuerpo con el árbol de nuevo. Tiene alguna obsesión por golpearlo –¡Pino está vivo!– grito llevando ambas manos a la frente empezando a reír como loca.
Espera... ¿Dijo Pino? Así es como Bill me llama ¿Qué demonios está pasando?
Mire de nuevo al rubio notando que de su rostro caían gruesas lágrimas, de un solo ojo en realidad. Aprieta los puños pero apuesto a que no es por el dolor físico. Su cara solo refleja agonía. Quiero saber que pasa aquí.
–Dipper...– llamo mi hermana para atraer mi atención, pero yo no podía mirar otra cosa que no sea él.
La mujer recupero la compostura parándose aun con la sonrisa grabada. Miro a Bill con cierto odio –Así que Pino reencarno ¿verdad?– solo hubo un silencio ante la cabeza que se inclinaba y rehusaba ver algo que no sea el suelo –parece que también Estrella Fugaz y Signo de pregunta– nuevamente la impresión cayó sobre nosotros. Esa es la forma en la que nos llama aquel demonio.
–¿Y qué?– por fin hablo. Parece muerto en aquella posición.
–¿Cómo qué "y qué"? – arqueo una ceja. Nuevamente las risas de su parte se hicieron presente –Es una broma ¿Verdad?– no parecía complacerle ninguna de sus reacciones –¡Él te arruino!– grito de nuevo –debes matarlo como venganza, antes te utilizo... lo hará de nuevo– nadie dijo nada –ahora no es más que un humano, su muerte no será tan difícil– ¿Cómo puede decir todo aquello como si fuese un juego?
–Pino ya está muerto– me pregunto quién es él y si tiene algo que ver conmigo.
–Pino reencarno Bill Chiper, tiene un nombre diferente y no recuerda nada pero sigue siendo el mismo...– suspiro –si quiero puedo asesinarlo yo misma– me sorprendí de oírla, pero más de que aun en su situación Bill logro sacar su basto para golpearla. No fui el único que se sorprendió, pues ella se quedó inmóvil ante la acción.
Una estocada certera, sin embargo lo dejo agotado. Utilizo tanta energía que apenas podía moverse –no tocaras a Pino– todo esto es terrible.
–Lo sé– se levantó con una sonrisa sádica y un poco sucia por la tierra –pues "Pino" siempre va a ser un problema para nosotros– ambos comprendimos el mensaje.
Bill giro su cabeza mirándonos a ambos. Puedo distinguir el terror de que estemos aquí. Miedo en su forma más latente y yo... estoy temblando –¡Váyanse!– grito a todo pulmón mientras ella se movía para atacarnos.
Apenas pude reaccionar empezando a huir del lugar, esto es más de lo que pude imaginarme alguna vez –¡Dipper!– pude escuchar a Mabel gritar cuando me tropecé. Le di el tiempo suficiente para que alguno de sus tentáculos me atravesara, pero eso no paso. Un eco sonó en mis tímpanos, sin embargo no era de mi carne siendo abierta.
Abro los ojos con algo de miedo, notando que Bill se encuentra ante mí reteniendo el golpe. Me mira con su único ojo soltando un suspiro de alivio –corre Dipper– mi nombre... suena tan extraño de su boca, le devolvió el ataque haciéndola retroceder.
Asiento con la cabeza levantándome del suelo para irme de allí. Tengo que salir de este peligro. Sin embargo eso parece imposible, la risa de Celina suenan de nuevo –¡Nadie escapa de mí!– esta vez fueron tentáculos que salieron debajo de la tierra lo que rodearon por completa al demonio que conozco de hace tiempo. Obligándole a encogerse sobre sí mismo. Otro golpeo a mi hermana.
–¡Mabel!– intente acercarme a ella, pero unos brazos en mi cintura me levantaron del suelo.
–Aun no pequeño... tenemos asuntos de que arreglar– forceje intentando escaparme, pero es imposible.
Lo último que vi antes de que las sombras se hicieran presente, fue a un rubio de hermoso ojo ámbar. Estiro la mano intentando alcanzarme y yo por instinto lo imite. Pero la oscuridad nos tragó tan rápido que solo pude oír su voz –¡Dipper!– ¿No era acaso Pino?
No sé cuánto tiempo paso. Solo puedo distinguir la penumbra de mi alrededor y el frió... ¿Así se siente al estar solo? Estoy empezando a asustarme sin saber dónde estoy. Quiero volver, pero no sé por dónde ir.
–¡Mabel!– empiezo a llamar –¡Tío Stan, tío Ford!– no quiero estar solo, no ahora –¡Soos! ¡¿Alguien?!– me abrazo intentando conciliar el estar solo.
–Nadie vendrá aquí Dipper– un murmullo muy cerca de mi oído. Mi nombre suena a burla para ella. Me volteo mirándole con enojo, no quiero estar aquí.
–Llévame de regreso– exijo como si en realidad ella me escuchara.
Suelta una risita que esconde con su mano –eres tan idéntico a él... incluso su voz– me toma de los cachetes apretándolos sin ningún cuidad –te odio– eso si lo creo.
–¿A quién me parezco?– no puedo evitarlo tengo curiosidad.
–Es verdad, has olvidado quien fuiste hace siglos– ¿Qué? ¿Siglos? ¿Es todo esto una broma? nuevamente su cara burlona –¿Quieres saber?– ¡Claro que quiero!
–Dime– voy a fingí aunque no sea necesario.
Volvió a reír, de psicópata lo tiene todo. Hizo un movimiento con su mano desapareciendo la oscuridad. En el medio de un bosque con el cielo más épico que vi en mi vida, como en las películas de galaxia y eso. Había una mujer. Solo podía ver su espalda, el cabello era largo y morado, igual al de...
–¡Celina!– ella se volteó mirándonos. Tenía una sonrisa gentil en el rostro, algo que no veo en esta.
–Hola Bill– volteo de inmediato mirando a quien definitivamente es él. Solo que tiene dos ojos.
Estoy sorprendido. Ambos empezaron a caminar en la dirección contraria a donde estaba. Yo solo puedo interrogar –¿Dónde estamos?– pregunte nervioso.
–Son mis recuerdos– Celina mantenía la mirada en otro lugar –si quieres saber lo que paso debo mostrártelo– movió nuevamente la mano volviendo a mostrarme escenas en donde aparecían ambos, jugando, comiendo, riendo, paseando, etc. –antes Bill y yo éramos buenos amigos... de la dimensión de dónde venimos todos tienes habilidades especiales. En su caso podía invadir las mentes de las personas, la mía... metamorfosis– suspiro yendo a otro momento de sus mente.
Ahora se le veía a ella escondida tras un árbol. Su rostro no reflejaba absolutamente nada ante la imagen de un niño que escondía su cabeza entre las rodillas, mientras sollozaba en la penumbra del sitio. En un momento levanto el rostro, pues es idéntico a mí. No sé qué decir ante aquello.
–¿Qué haces Celina?– el niño sigue llorando mientras intenta pararse para irse. Al parecer noto la presencia de estos dos.
–Mira– lo señalo. Ese chico solo se fue a esconder a otro lado –es un miembro del consejo ¿no es patético?– empezó a reír sin ningún poco de compasión. No entiendo que pasa, pero eso está mal.
–Él es Pino, su habilidad es ver el futuro– la mujer dejo de reír así como yo quedé sorprendido ante lo dicho. En verdad somos idénticos.
Ambos buscaron con la mirada a quien al parecer es Pino. Yo solo busco una respuesta de parte de esta peli-fucsia. Soltó un suspiro con obvia molesta.
–Cuando mueres tu "alma" debe reencarnar... se va a la dimensión continua para nacer de nuevo– la muchacha me miro con molestia para luego volver suspirar. Ella odia todo esto al parecer –tú en nuestra dimensión fuiste Pino, pero al morir reencarnaste como Dipper Pine–
No puedo creer lo que oigo... como.
–¿Morí?– apenas soy capaz de decir eso.
–No nos adelantemos... hay que seguir con la historia– repitió el gesto con su mano para que la escena siga. Ahora Pino se encuentra aun llorando detrás de un árbol, Celina se sigue escondiendo de ¿Mi?... bueno, y Bill caminaba hacia él. Le sonrió de esa manera ignorando también las lágrimas –así comenzó– eso me estremeció.
–¿Por qué lloras pequeño?– ambos se miraron. Pude sentir un cosquilleo como si fuesen mis propios ojos los que miraban en ese momento.
–Por nada– pero al parecer Pino es tan obstinado como yo.
–Vamos, nadie llora por nada– sin importarle mucha la opinión del otro. Bill se sentó a su lado dándole palmadas –dímelo... sé mi amigo– su forma de ser no cambio mucho que digamos.
–Yo...– apretó los labios en una clara muestra de disgusto –puedo ver el futuro de las personas– el rubio soltó una risa en clara burla. Ambos arrugamos la frente en molestia.
–Pues claro, como eres parte del consejo todo el mundo lo sabe– no tengo idea que es eso, pero por el momento no me interesa. Solo saber lo que pasara después.
–Veo la muerte de las mayoría de las personas– entonces aquello me congelo. Conociéndome sé que no soportaría ver el descenso de los demás, es horrible y doloroso.
Entonces lo entiendo.
Comprendo que sobre este mundo una de las peores cosas es saber lo que nadie quiere. Temblé queriendo sentir lastima por una vida que seguro debió ser dolorosa.
–Casi no lo podías soportar– empezó hablando ella. Trajo mi atención de sueños creados por mi mente sobre una vida así, no lo soportaría en lo más mínimo –llorabas a escondidas aunque casi todo el mundo lo sabía, sin embargo todos lo ignoraban... en ese momento se volvieron amigos, como los humanos lo hacen... se conocieron poco a poco– entonces las imágenes de dos muchachos jóvenes viéndose a la distancias empezaron a decorar mis pupilas –más tarde confiaron en el otro– y ahí estaban, Pino y Bill revelando secretos dolorosos, los más profundos –sin darse cuenta esa amistad se convirtió en amor– grande fue mi sorpresa verlos sonrojados, acercándose lentamente –hasta que paso a ser uno tímido ha correspondido– y es cuando la historia verdadera comenzó.
En una colina, donde las estrellas decoraban el cielo nocturno como si fueran luciérnagas. Se encontraban los dos. Sentados sobre un gran tronco charlando, mi corazón se aceleró al verlos tan cerca. Aunque no fuese yo, es como si este cuerpo sintiera el nerviosismo que sintió esa criatura.
–Siempre estaré a tu lado– ese juramento salió de los labios de Pino. Tomo su mano sin mirarle al rostro. No puedo evitar sonrojarme ante la imagen.
Él se ve sorprendido, pero aun así aprieta el agarre –y yo prometo protegerte– porque así era ¿Qué obligo a cambiar? ¿Por qué morí y ese triángulo isósceles no?
–Bill yo...– reconozco esa mirada. Tragar aire a por montón. Levantar el rostro para demostrar valentía, es solo un acto para ganar confianza para mí.
Sin embargo todo lo que pudiera decir. Yo sé lo que diría porque ese chico en los recuerdos de Celina soy yo, aunque me es difícil de admitirlo. Lo beso, el rubio con dos ojos beso a... incluso me es difícil decirlo. Ambos llenos de vergüenza, pero de la buena, tímidos se tomaron de la mano, mientras acomodaban para facilitar aquel contacto.
Aun rojo como tomate maduro. Se separó del otro con una sonrisa en el rostro –quiero estar a tu lado y protegerte por siempre, Pino– se lo mucho que eso le habrá hecho feliz. Una sonrisa llena de lágrimas de felicidad es la mejor manera de demostrarlo.
Pero algo no está bien y eso es la mujer a mi lado –¿Por qué nos observabas?– dejo de mirar la escena para verla a ella.
–Te odio– repite con frialdad, borrando la escena de su mente –te odio, te odio, te odio ¡Te odio!– retrocedo al oírla gritar. Esta alterada con demencia.
No sé qué ocurre realmente ahí dentro, pero se a la perfección que si esto sigue así todo se acabara para mí.
–Celina... ¿Qué hiciste?– apretó los puños. Quiero alejarme de aquí lo antes posible, tengo mucho miedo.
Sus risas lunáticas nunca hacen falta y aun así siempre están presentes. Llevo la mano a la cabeza mirándome con un par de ojos desorientados –Bill era mi amigo– ese adjetivo me hizo estremecer –pero cuando te conoció se olvidó por completo de que existo– soltó un sonoro suspiro –por eso lo hice– sus dedos se movieron solos.
Esta noche a diferencia de las otras, era más oscura y tenebrosa. Temblé ante lo que anticipaba y sé que Pino también lo presintió en su momento. Miraba todo con temor, el viento meciendo las hojas es una de las mejores advertencias.
–Sal... Seas quien seas, sal– cualquiera puede leer ese miedo.
Nada, ni siquiera un zumbido, los pasos o la respiración fueron capaces de advertirlo. Como si fuese un fantasma. Él se volteó al sentir una punzada de dolor en la espalda. La daga se quedó allí, pero no el criminar.
Antes de que su rostro fuese visto corrió lejos de su víctima. Dejando solo su cabello fucsia como única evidencia. No la vio llegar ni tampoco irse.
–¡Pino!– y allí venia él, un rubio príncipe sin corcel o armadura –¡Pino, no!– un príncipe que llego tarde.
–Bi... Bill– con sangre en los labios, pronuncio su nombre.
–Perdón por no llegar antes– lagrimas salieron de sus ojos. Lo abrazaba con tanta fuerza como si quisiera transmitirle su calor. Seguro se empezaba a quedar frío –yo... te salvare... solo no te vayas...– se queda callado cuando su mano empieza a acariciarle la mejilla.
–Te amo– ¿Por qué tiene que decirlo ahora? Comprendo que ese es el adiós, pero de aquella manera siempre es doloroso.
–No, no, no, no por favor– busca su mirada, su respiración o corazón latiente, ninguna existen para Pino desde ese segundo. Solo pudo gritar mientras aquel cuerpo místico empezaba a volverse polvo –¡Malditos!– exclamo aunque el culpable solo pudo admirar la escena y sonreír.
La miro con horror. No puedo creer que sea capaz de tal monstruosidad. Nuevamente sonríe recordando lo que hizo, porque eso le hace feliz –después de eso Bill se volvió loco, busco durante mucho tiempo un responsable– ambos amenazando a todo el mundo. Al consejo donde la antigua imagen de Mabel tuvo un lugar. Todo el mundo fue su enemigo en ese momento –pero nunca lo hallo...– rió de nuevo.
–Porque estaba a su lado– concluí siendo incensario.
–Correcto– dio unos pasos alejándose de mí. Todo esto es espantoso –por eso al cometer tantos crímenes fue enjuiciado... Estrella Fugaz sabía que no era su culpa, es más comenzó a buscar pistas en lo que quedaba de tu alma y ahí es cuando la vi como una amenaza–
¡Dios, no!
–¿La... matas... te?– apenas si puedo pronunciar la palabra.
–Tuve que... Bill ni cuenta se dio. Cuando los consejeros cambiaron lo encerraron en ese triángulo... allí acaban todo los criminales, pero él no podía quedarse o me aburriría– se estiro como preparándose. Empiezo a temer por mí mismo.
–¿Por qué haces todo esto? ¡¿Por qué quieres arruinar nuestras vidas?!– no lo soporto. Ya no lo soporto más.
Nuevamente sus ojos se posan en mí. Tanto odio que no sé cómo interpretar, tanto miedo que ya no sé si es mío o suyo ¿Quién tiembla?
–Así no sería divertido... primero morirás tú y luego toda tu familia– un tentáculo sale de ella para atraparme, pero yo corro. Sin camino alguno solo puedo correr lo más lejos posible.
En esta aterradora oscuridad sé que nadie puede salvarme.
Debo salir de aquí, ya no sé qué hacer –¿Qué es eso?– había una puerta, en el medio de tanto hay algo así.
Es extraño, pero no voy a dudar. Debo salir de este sitio. No tengo que dudar cualquier lugar es mejor que este. Cruzo de inmediato la clara luz que me lleva a un bosque.
¿Será que regrese? Miro a un lado y puedo distinguir el cuerpo inconsciente de Celina, estoy aterrado. Sin embargo no puedo hacer nada ante ella, salgo corriendo antes de que despierte.
Me pierdo entre los árboles y arbustos del espeso bosque. Necesito huir de aquí, pero no hay camino. La noche ya cayó sobre nosotros ¿Cuánto tiempo paso? Estoy perdido.
–¡Pino!– me giro instintivamente para mirar a un rubio que se acerca corriendo a mí. Estoy confundido pero debo recordar.
–¿Bill?– murmuro casi entrecortado.
Se acerca lo más tapido que puede abrazándome con fuerza. Acción que me sorprendió –Que alivio, estas bien Pino– me aprieta con fuerza. Oculta su rostro en mi cuello.
Levanto lento los brazos apoyándola en su espalda. No sé si es un abrazo, pero quiero sentirlo cerca o por lo menos que él me sienta a mí –lo sé– murmuro con algo de pena, se aparta y me observa sorprendido.
–¿Lo sabes?– apenas sujeta mis hombros empezando a temblar, no separa su único ojo de los míos –¿Cómo?– siento pena. Lo único que puedo hacer por esta alma es consolarlo.
Acaricio su mejilla como si yo mismo fuese Pino.
–Celina me lo mostró... se todo lo que paso– bajo los brazos mirando el suelo. De repente eso parece mucho más entretenido que todo esto.
–No te preocupes– me toma con delicadeza del mentón levantando para que pueda ver su sonrisa –te juro que no volverá a pasar– acaricia por debajo de mi labio inferior, apenas rosandolo.
No se que hacer ante él.
Se levanta tomándome de la muñeca empezando a alejarme de allí –espera– esto no esta bien. Esa mujer dijo que mataría a todos ¿Qué tengo que hacer? –Bill...– esta mal, esta muy mal pero debo hacerlo –detente Bill– agito el brazo interrumpiendo su recorrido.
–¿Qué pasa?– esta confundido. Lo puedo ver en su ojo, pero ella lastimara a las personas que quiero si no hago algo ya.
–Se quien mato a Pino... se quien nos asesino– sus parpados se abrieron tanto que casi saca los ojos de la cuenca. Las pupilas se dilataron igual que en los recuerdos de la peli-purpura.
–¿Quién?– ahora se que me equivoque al decirle eso, sin embargo mucho no me dejo actuar. Simplemente tomo de mis hombros mirándome con el ceño fruncido. Duele donde agarra –¡Dime, ¿Quien?!– el odio que siente por alguien que desconoce es completamente horrible.
Nuevamente tiemblo.
–Ce... Celina...– se que a veces actuó como un idiota. Que hay cosas que no debo decir y estas es una de ellas.
–Imposible– por lo menos para él lo es. Difícil creer que tu mejor amiga te traiciono y arruino tu vida.
–Bill...– ya lo dije. Ahora debo termina lo que empece –quiere matarme de nuevo– noto la sorpresa y miedo en su ojo. Sus manos ahora son puños que vibran por el odio que se acomoda en su pecho –vengame Bill– no puedo creer que este pidiendo.
–¿Qué?– no es quien conoce ni quien yo conozco. Todo él es sorpresa ahora. Sus mechones rubios se mueven de un lado a otro por el repentino viento.
Acaricio su mejilla con toda la ternura que mi frágil cuerpo puedo darle –vengame, entonces... estaremos juntos– no puedo creer lo que digo. El dolor de ser algo que no soy es demasiado.
–¿Lo prometes?– suena a esperanza. Temo pero es lo único que puedo hacer para detener todo este sufrimiento. Solo puede asentir con la cabeza. Entonces una sonrisa entre feliz y sádica se extendió en su rostro –¡Bien!– exclamo levantándose, ahora tiene ánimos –¡La matare, lo juro, así podremos estar juntos!– se dio vuelta alejándome. No se que pensar, si esta bien o esta mal. Tengo miedo pero al mismo tiempo es alegría. No se que hacer o a donde ir, todo esta mal. De repente se da la vuelta, corriendo de nuevo para terminar al frente mio. De inmediato tomo los dos lados de mi mandíbulas con sus manos para implantar un beso sobre mis labios. No reaccione debido a la sorpresa. Una sensación extraña, placentera, única en verdad. Jamás había sentido este calor y solo puedo compararlo por el pasado que no recuerdo. Se separa un poco limpiando mi labio inferior con su dedo pulgar –gracias– vuelve a alejarse corriendo a buscar a Celina.
Por primera vez una punzada se acomoda en el pecho. No se que hacer, no se que hice. Quizás me equivoque y ahora lo entiendo. Quizás esta bien pero no lo comprendo.
Puedo sentir como el dolor me hace llorar.
–Dipper... ¿Qué hiciste?– es la voz de mi gemela. Me volteo observando su expresión de terror y angustia.
–Mabel, tio Stan... tio Ford– ellos también están allí. No pueden cambiar su expresión –lo siento– murmuro apenado. Se que me equivoque.
–¿Por qué lo hiciste?– se acerca mi tio Ford. Por lo menos el se ve menos aterrorizado de lo que hice.
–Ella va a matar a todos... tenia que decirle aquello– no puedo ni entenderme a mi mismo –lo siento– volví a repetir.
–No es a mi a quien debes pedicelo– respondió el de lentes mientras me observaba con un poco de tristeza –escucha, cuando estuve andando en sus recuerdos pude ver un par de imágenes de ese chico... realmente se le veía enamorado pero él nunca me dejo entrar allí... se que esto lo cambio mucho, por eso no debemos jugar con aquello– lo sé.
–Pero...– tengo tanto miedo que incluso me es difícil aceptarlo.
–Hey sobrino ¿Qué va a pasar ahora?– ese fue mi otro tío. Quien al igual que todos solo puede mostrar sorpresa.
–No sé...– mire a mi gemela que solo me evitaba –¿Mabel?– la llamo pero entonces ella se da la vuelta enojado.
Levanto la cabeza con el ceño fruncido. Retrocedo por instinto propio –¡Eres un idiota!– exclama de repente dejándome paralizado.
–¿Mabel?– le llama un sorprendido Stan.
–¡Eres un tonto!– jamás creí escucharla de esa manera –¡¿Como puedes ilusionarle de esa manera?!– no se como responder. Las lagrimas se asoman por sus parpados –¡No puedes ser cruel!– ¿Es de esa manera como me ve?.
–Mabel...– temo más de lo que puedo decir.
–Estrella Fugaz, no ha cambiado en nada– una extraña voz se escucha a nuestras espalda. Todos se voltean sorprendidos.
–¡¿Quien eres?!– gritan mis tíos, pero solo yo puedo responder.
–Pino...– la respiración se muere en mi garganta.
Él se encuentra parado ante mí... nosotros, se ve igual a los recuerdos e incluso nos sonríe como si todo lo que vi nunca hubiera ocurrido.
–Hola Dipper Pine– me saludo con gentileza. Su ropa es diferente a la mía, es como estar frente a un ser divino –es bueno conocerte al fin– soltó una pequeña risa que se me hizo contagiosa.
–¿Como...?– apenas puedo hablar. El nudo de mi garganta me corta hasta la respiración.
–Esta es solo una ilusión de lo que deje... no tengas miedo– se acerco a mi acariciándome la cabeza. Es un poco más alto que yo, supongo que se debe al tiempo –quiero mostrarte algo ¿me lo permites?– es igual a mi, puedo notarlo.
–Espera...– dijo de repente Ford intentando apartarlo, pero su mano solo lo atraviesa.
–Soy una ilusión... pero aun puedo mostrarte Dipper Pine– no puedo tener miedo cerca de él.
–Esta bien– acepto aun que por dentro se que me arrepentiré.
Me agradeció con una sonrisa. Se aparta extendiéndome las manos para que yo vaya con él –por favor Dipper Pine– esta es mi única oportunidad de saber el final de todo.
Apretó su mano al tocarla. Una luz distorsiono mi vista para luego aparecer en sus recuerdos, eso creo... pero esta vez estábamos en una habitación apenas con la luna única testigo de esos jóvenes que se amaban a besos y caricias.
–¿Donde estamos?– me voltee esperando ver a mi versión antigua, pero ya no esta. Desapareció.
–Te amo, Bill– voltee al escuchar esa voz tan idéntica a la mía.
–Y yo a ti– murmuro ese rubio que me cuesta creer que se convirtió en lo que es ahora.
–Pronto tendré que abandonar el Consejo– se a recostó en el pecho de su amado. Quien se vio sorprendido por sus palabras.
–¿De que hablas?– lo separo un poco para verlos a los ojos.
–Nadie del Consejo puede estar casado o comprometido en una relación... dice que quita tiempo– se quejo de mala gana mientras sonreía de nuevo –prefiero mil veces estar a tu lado que vivir con estas constantes pesadillas– supe de inmediato que se refería a su poder.
–Pero Pino... tú eres alguien importante en el Consejo, no puedes abandonarlos así nada más– ¿En verdad se interesaba tanto en ello? Hasta yo comprendo que seguir una ilusión es mejor que pertenecer a aquello.
–Lo se amor, de todas formas me echaran... prefiero irme con la cabeza en alto– levanto el mentón como demostrando lo que pensaba. Es cierto, yo haría lo mismo.
–¿De verdad lo harás?– le acaricio su mejilla. Este se sonrojo de inmediato haciéndome sonrojar a mi también.
–¡Por supuesto! Lo que sea haré por ti– no lo dudo ¿Por qué lo haría? Él siempre supo lo que quería por ello estaba dispuesto a cumplirlo. Es algo que incluso me cuesta entender aunque nuestras naturalezas sean las mismas.
–Si tu abandonaras al Consejo que sea por algo bueno– la confucion en su rostro es muy llamativa –que sea para siempre y mejor cásate conmigo– estábamos sorprendidos ante lo dicho.
Aquel castaño se veía impactado. Ambas mejillas sonrojadas. Mueve los labios sin decir nada en realidad, esta atorado en una vergüenza que me es muy familiar –yo...– se toma demasiado tiempo para responder. El otro rió y lo tomo del rostro nuevamente.
–Pino ¿Quieres cazarte conmigo?– hizo mejor la interrogación logrando que el otro llorara.
–¡Claro!– salto a sus brazos estrujándolo con fuerza. Ambos cayeron al suelo entre rizas –claro que quiero... si quiero– la emoción de sentirse lleno. Puedo sentirlo como si fuese propio.
Se miraron y besaron nuevamente. Toda aquella felicidad ¿Por qué tuvo que acabar? ¿Es aunque sea justo? No lo puedo entender. Es tan triste que me duele más de lo que cualquiera se lo puede imaginar.
–¿Por qué me muestras esto?– interrogue nervioso. Las lagrimas estaban a punto de brotar de mis ojos.
–Dipper Pine debes saber lo que significo para nosotros el estar juntos– nuevamente apareció esta vez desde atrás. Lo miro sin poder decir algo –quiero que salves a Bill– esto es extraño.
–¿Salvarlo?... ¿Como?– tengo miedo, yo no puedo hacer nada por él.
–Cuando morí Bill... estaba desesperado por el dolor y la demencia– me observa con una sonrisa melancólica. Esta no es más que una historia trágica –¿Acaso no lo notaste?– ¿Notar, que cosa?
–¿Qué?– aun siento el nudo en mi garganta. Apenas puedo hablar.
–Cuando lo conociste Bill Chiper era solo un triangulo interesado en sus propios planes, ahora esta yendo a matar a Celina por ti... por nosotros– nuevamente acaricia mi mejilla. Solo quiere hacerme entender la verdad, pero me niego a comprender.
–Pero... yo no puedo...– hipeo en un sollozo que intento reprimir.
–Si puedes– junta nuestras frentes con cariño –solo tú puedes salvarlo de una vida de dolor, lo sé... puedo verlo– lo miro con duda notando aquella sonrisa de alegría mezclada con dolor –Dipper Pine salvalo, por favor– entonces una luz entre los dos me deslumbro. Cerré los ojos por instinto propio. Solo sentí un pequeño dolor de cabeza dejando que cientos de imágenes vinieran a mi mente –ten mis recuerdos y salvalo... confió en ti–
Al abrir los ojos me encuentro de nuevo en el bosque. Tirado en el suelo no me siento diferente. Solo aquellos nuevos recuerdos de alguien que no soy.
–¡Dipper!– levanto la cabeza mirando a mi gemela. La preocupación decora como algo natural su rostro –¡¿Estas bien?!– se acerca y me abraza con toda la fuerza de su cuerpo, que no es poca.
Yo sonrio.
–¿Todo bien sobrino?– es Stan quien habla ahora. Lo miro a ambos.
Ambos mundos son tan diferentes. Mentí al parecer, si me siento diferente no física sino sentimental.
–Mabel...– la llamo con gentileza apartándola con cuidado –tengo que ir– ahora lo sé, a quien ame durante siglos, quien soy, que debo hacer.
–¿A donde?– ella solo me mira confundida.
–Debo salvarlo– allí esta la respuesta. Todo lo que debo creer por ahora es que me necesita.
–¿Te refieres a Bill Chiper?– mire a Ford quien solo mantenía su ceño fruncido. Es verdad nuestra historia en este lugar es muy diferente a lo que era en el otro.
–Es mi deber...– llevo una mano al pecho sonriendo como el idiota que soy –no es necesario que vengan... esto es algo mio– aunque no pueda solo. Ellos no pueden estar solo.
–¿Qué dices?– con una sonrisa mi primer tío se acerco y golpeo mis hombro –somos familia– y allí hay otra verdad, solo puedo alegrarme de tenerlos otra vez a mi lado.
–Gracias– no puedo decir más que eso.
Los cuatros nos dirigimos a donde supongo que se encuentran. Ni siquiera podemos verlo, pero ya oímos gritos dolorosos. Golpes crudos, dolor... corro lo más rápido que puedo. Necesito detenerlo lo antes posible, porque se mataran.
–¡Mira quien se unió a la fiesta!– Celina nos vio señalándonos con burla. Esta muy herida.
–¡Váyanse!– pero Bill esta peor. Maldito triangulo... no puedes morir.
–¡Deténganse!– grito intentando frenar la pelea –¡Esto esta mal, Celina!– aun conservo un lado democrático de lo que fui en mi antigua vida y lo utilizare –¡Si te entregas el Consejo solo te dará una sentencia de 100 años!– ella lo nota y sonríe con más burla.
–¿Acaso eres Pino?– repitió sin quitar ese rostro bufón.
–Pino...– repitió el rubio un poco angustiado. Solo sufre por él... por mi, es tan confuso ahora.
No se que responder. Ella saca uno de sus tentáculos amenazante –espera un segundo, primero me encargo este idiota y luego iré por ti– si no fuera porque ya me amenazaron antes estaría temblando como gelatina ahora mismo.
Aquel a que por mucho tiempo llame demonio. Se levanto sacando su bastón y golpeando la defensa de ella. Su sonrisa psicópata da mucho miedo. Ahí esta de nuevo aquel que a quien debo salvar.
–Si quieres tocarlo primero debes pasar por mi– todo esto es más estúpido de lo que puedo maginar.
–Con gusto– claro que esta peli-fucsia va a hacer lo que se le venga en gana. Ya nadie es como antes.
En ese momentos mis tíos también intervinieron, con palos o lo que sea intervenimos. Debemos salvarlo, pero Celina no es para nada como antes. Nadie lo es ahora.
A ella ya no le importa sobre la vida como era antes. Las personas no son más que juguetes dentro de esta maqueta.
–¡Dipper!– escuche gritar a mi hermana, una vez que fue empujada hacia atrás. Stan retrocedió para protegerla y Ford fue aprisionado en el aire.
Nadie importaba para esta mujer que Bill, solo a él le ataca con todo su poder real. Haciéndolo retroceder, hiriéndolo en más de una ocasión.
No se que hacer, tomo lo primero que encuentro para interponerme en medio. Salvare a Bill cueste lo que me cueste, pero aun en contra de toda esta absurda voluntad no soy más que un enclenque. Si sirvo de escudo por lo menos eso sera más que suficiente. Estar alado de la persona que ame, no... que aun amo. Sin darme cuenta nuevamente soy Pino.
–¡No... Pino!– entonces una luz detrás de Celina ilumina todo. Obligándome a cerrar los ojos.
–¿Qué?– ella empieza a temblar ¿Es bueno o malo?
Un nuevo portal se abre. Retrocedo por instinto casi chocando con Bill –Dipper– el me toma de la cintura en un posesivo abrazo.
Ambos estamos asustados pues temblamos como gelatina. Me arrodillo a su lado rodeando su torso con mis manos. Solo quiero mantenerme escondido aquí, me siento tan seguro junto a su pecho. Como el niño que soy, y él me rodea con sus brazos protectores cuidando de mi persona ¿Es esta la persona que espere durante años? ¿Desde mi nacimiento?... eso creo.
Miro a Celina de nuevo. Ella esta de rodilla temblando del terror. Allí sale todo un grupo de personas. Algunas me son caras conocidas.
El Consejo vino a juzgar sus actos. En el medio de todos se encuentra la jefa , una mujer que a pesar de sus años mantiene una apariencia tan joven como si fuese mi madre. Su cabello es verde oscuro, puedo notar una que otras canas decorando esa cabellera. Más unos ojos castaños bellos. Lleva puesto un vestido blanco con un par de decoraciones entre rosa y lila.
–Celina Metamorphosis– vaya nombre. Lo creí ya olvidado –debido a tus actos contra el pueblo, traición al Consejo, asesinatos y engaño seras enjuiciadas en una cárcel de mármol– aquel lugar es horrible.
Cuando fui parte de ellos entre un par de veces para buscar a aquellos criminales que morirían y así concederle un ultimo deseo, en ese sitio no te vuelves más que un humano con juventud eterna. Olvidas tu nombre, olvidas donde naciste, olvidas a tus amigos y también los pecados. Lo pierdes todo.
–Yo... ¡Soy inocente!– grito de repente intentando incorporarse, pero dos más de ellos la agarraron para hacerla caer de nuevo.
–Con la nueva evidencia que dejo Pino el antiguo vidente del consejo, demuestran que tú, Celina, eres culpable de esos y más actos delictivos... por ello seras enjuiciada como es debido– esa mujer levanto las manos obligandola a retroceder, claro que por ahora se deberá encerrarte hasta que tu verdadero castigo sea decidido– a gritos y fuerza bruta. La muchacha peli-morada fue enviada de nuevo al portal donde ellos se encargaran.
Me apreté más al pecho de Bill. No quiero apartarme de el por nada en el mundo, lo amo... Ahora lo sé, sin embargo esa mujer es inusual. Ella me sonríe con cariño, como si fuese su hijo.
–No me apartare de nuevo y lo sabes– murmuro el rubio a mi lado sin apartar la mirada de ella.
–Lo sé... pero aun debes cumplir con la sentencia– su gentil voz decía algo que ninguno quería. Pues aquella cárcel. Otra por simples actos al igual que un castigo o advertencia que les dan los policías a alguien que se quiere hacer el malo.
–Pero...– la observa. Luego a mi, ambos sabemos que nada de lo que diga cambiara de palabra.
–Bill– me aparte de él mirándolo al ojo –tranquilo, cumplirás con la sentencia y luego estaremos juntos– le respondo a cualquier duda que pueda tener. Le acaricio su mejilla sacando un par de lagrimas caprichosas.
–¿Me lo prometes?– con la mano izquierda apresa la mía que lo misma.
Sonríe. No deja de ser aquel de que me enamore. Tomo su rostro con ambas palmas aproximandolo al mio. Esta vez soy yo quien junta nuestro labios, soy yo quien le demuestra el amor que siento.
Me mira sorprendido pues nadie espera que haga tales cosas, pero aun así corresponde al gesto –siempre... te prometo que te esperare toda mi vida y las siguientes– junto nuestras frentes.
Nos sonreímos, nos anhelamos. Allí esta toda la explicación de una vida.
–Te amo, Pino– se levanta quejándose un poco de las heridas. Mira a la mujer frente nuestro quien sonríe con una calma envidiable –estoy listo– me mira sonriendo. Le da la espalda demostrándole que no le tema. Pues mientras ambos estemos juntos no hay que temer.
Le toco el hombro encogiendo su cuerpo para luego transformarlo en el triangulo que era antes. Había cometido crímenes y esto es el castigo.
–Puedes irte– le ordeno obligando a retroceder al portal.
–No le hagas nada– ella asintió comprendiendo la situación. Lo que nos paso, el ahora no es algo ilegal.
Me observo una vez más antes de ser tragado por el portal. Mis ojos se posan en los castaños de esta mujer. Me acaricia la cabeza con gentileza. Lo acepto, es agradable su presencia.
–Él volverá– respondió a mi no tan clara duda.
–Gracias por todo– debo hacerlo. Nos salvo es lo mínimo que puedo hacer.
–En esta vida nos volveremos a ver Dipper Pine– se dio la vuelta para irse junto a los otros que quedaban.
–Eso espero Jefa del Consejo Scarcha– me observa una vez más con una enorme sonrisa.
Se van. Con mi familia nos quedamos a esperar, porque hace tiempo me dijo que encontraría el amor. Eso paso, ahora dice que lo volveré a ver y tengo fe en que eso pasara.
FIN
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