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(hace años...)
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Estaba acomodando su cabello que estaba tinturado y aquellas pulseras que tanto amaba últimamente, colocó los anillos entre sus dedos y tomó la mochila negra de un brazo —le gustaba por esos pequeños detalles cafés en las orillas y con un colgante de nota musical— para salir a desayunar con sus amigos, JungKook debía estar allí esperándolo, al igual que otros tantos con los que tenía poca relación pero solían tener buenas charlas. Revisó, al estar en la esquina, su cartera asegurándose de tener el dinero correctamente, no sólo los billetes para pagar el desayuno, sino también las monedas para el café vespertino que era obligatorio para su sistema. Al llegar sonrió encontrándose aquel lugar con tintes vintage —las macetas colgaban de manera armoniosa y con verde follaje que le daba un toque natural al ambiente—, sobre todo aquellas mesas de metal con los pequeños círculos en el centro y el mantel blanquecino que quedaba demasiado corto pero que hacía resaltar las patas de la misma mesa. Allí sólo estaba JungKook con otro chico mientras tomaban café, se acercó —no sin antes saludar a los empleados de manera corta y amable— para luego jalar una de las sillas de madera produciendo un pequeño raspón entre dicho material y el suelo de concreto.
— ¡JiMin! —Sonrió— creí que no vendrías.
— Bien, bien, vine, aunque no por mucho tiempo... después tengo clases. —Sonrió de vuelta y se sentó.
Mientras esperaban el desayuno simple aquel chico de cabello rizado y sonrisa coqueta —del que apenas recordaba su nombre, pero JungKook, como el buen chico sociable que era, fácilmente iba a desayunar, comer e incluso cenar con cualquiera— comenzó a relatar algunas aventuras que tuvo ese fin de semana en algún antro no tan caro, diciendo que quizás no volvería a ver a la chica que estuvo con él durante el viernes, o quizás olvidaría al chico que había hecho "bien el trabajo" el sábado.
— ¿Y tú? —Preguntó el extraño mirando a JiMin— ¿Te llamas JiMin, no? —Recibió como respuesta un corto asentimiento— ¿No has tenido alguna aventura?
JungKook soltó una risa y negó mientras palmeaba el hombro de JiMin, sintiendo entre sus dedos lo rígido de su chaqueta de cuero.
— Él tiene algo serio, bro... —refutó.
JiMin asintió con una sonrisa tímida, realmente no era alguien que hablara mucho, así que agradecía cada que su amigo le rescataba de aquella manera.
— ¿Algo serio? —El chico ladeó el rostro mientras comía una tostada— ¡¿Ya encontraste a tu ideal?! ¡¿Tan joven?! —La sorpresa se pudo admirar en los castaños ojos que se abrieron sorprendidos.
— Ah, no... pero... —iba a explicarse, sin embargo no le dejó terminar.
— ¿No? —Miró a JungKook con la sonrisa ladina—¡Eh! ¡Entonces no es serio! ¡¿Por qué me mientes?! Ya estaba sorprendido... —carcajeó.
— Pero... —JungKook levantó los hombros mostrando el poco interés— llevan juntos... ¿Cuánto?
— Un... —JiMin miró le mantel pensando en el tiempo, sintiéndose sorprendido— un año...
— ¡¿Un año?!
— Sí... este fin de semana...
— ¡Pero no es tu ideal! —Volvió a hablar el chico recargándose en la mesa— ¿Por qué desperdicias tu tiempo? Sabes que eso no acabará bien ¿No?
JiMin sonrió sintiéndose incómodo, después, gracias a JungKook el tema se cortó, comenzando uno sobre algunos proyectos que debían terminar o algunas películas que querían ver. JiMin, mientras tanto sólo asentía a unas cuantas preguntas, pues su mente seguía ocupada en todo el tiempo que llevaba junto a su pareja, realmente le había parecido impresionante... ¿Desde cuándo duraba más de un mes con alguien? Sobre todo aquel chico que llegó siendo extraño, cuya actitud era sumamente rara y cuyo humor era ácido... pero cuyas manos podían derretir su corazón, acelerar su pulso y nublar su mente. Era claro que no era su ideal, ninguna marca había salido ni por error, eso lo sabía porque siempre revisaba su cuerpo —quizás con la esperanza de que realmente fueran ideales—, pues si bien la marca debía salir en la muñeca, pensó que como la pareja peculiar que eran, quizás se debía encontrar en otro lado; bajo el pie, en la nuca, en la espalda... pero nada, no había nada... no hubo nada cuando se besaron, cuando YoonGi le regaló aquel enorme saco de boxeo junto a unos guantes, cuando le regaló aquella colección de música disco que a él vergonzosamente le gustaba, no hubo nada... le había preguntado al pálido, pensando que quizás él había sido más meticuloso en su búsqueda, pero tampoco tenía nada en su cuerpo. Lo más extraño para ambos es que recibían siempre comentarios de terceros diciendo que aquellas experiencias sexuales eran lo más armónico que podían percibir, la lujuria conducida por la idea de no encontrar más a esa persona era algo que, según ellos, debían probar, pero nada de eso había sucedido, no habían tenido contacto mayor a unos cuantos besos subidos de tono que coloreaban sus mejillas, calentaban sus pechos y removían sus entrañas de excitación.
¿Realmente estaba perdiendo el tiempo alimentado una relación que de cualquier manera iba a terminar?
— Ah, hola... —YoonGi sonrió al verlo, había estado todo el día perdido que simplemente actúo como un autómata, y en aquel instante se encontraba ya en la puerta de su casa donde se encontró al mayor, a su pareja, esperando sentado.
— Hola... —sonrió abrazándolo, poco le importaban sus pensamientos egoístas cuando la persona que hacía latir su corazón estaba allí parada.
— Umh... ¿quieres ir a comer algo? —Preguntó el pálido besando su frente.
— Sí... —acarició su espalda olvidándose de todas aquellas inseguridades, pues el perfume masculino que desprendía su pareja del cuello, sus brazos delgados firmes aferrándose a él con la misma intensidad... los ojos entrecerrados deseando decir todo sin palabras... no, era algo que nadie más podía comprender.
Salieron caminando, JiMin sólo entró y aventó su mochila sacando su cartera y llaves; el cielo comenzaba a tornarse azul y algunos locales comenzaban a prender sus luces, poco tardaron cuando ya estaban ya en el restaurante de aquellas hamburguesas gruesas y jugosas que JiMin apenas podía tomar entre sus manos, mientras una soda con hielos dentro sudaba pequeñas gotitas por el mismo frío del líquido. Apenas la comida llegó a la mesa YoonGi comenzó a preguntarle sobre su día, pues claramente veía algunos momentos en los que su joven pareja se desconectaba, parecía estar pensando algo, JiMin agradeció aquella pregunta con una sonrisa empezando a contar todos los proyectos que tendría que terminar y cómo sólo deseaba estar en su cama y dormir.
— Yo también quiero dormir. —Asintió YoonGi limpiando las comisuras de sus labios con la servilleta.
— Deberíamos dormir juntos... —sonrió el menor pensando que deberían pasar un fin de semana juntos, pues debido a los proyectos escolares prácticamente no podían hacer más que mensajearse o comer juntos.
— ¡¿Dormir juntos?! ¡Pero si yo soy puro y casto! —YoonGi colocó una mano en su pecho y sus cejas se fruncieron en un falso pánico.
JiMin comenzó a carcajear avergonzado y lanzó su servilleta sucia al mayor haciendo que su mueca falsa terminara tornándose una sonrisa, después de pedir unas malteadas sólo para pasar más tiempo allí hasta que el cansancio fuera suficiente para guiar a ambos a sus respectivas casas. YoonGi dejó a JiMin lo más cerca de su casa que pudo, porque este insistió que se fuera, pues sus párpados se veían tan pesados que temía en cualquier momento desfallecería. Besó sus labios con pereza y con el mismo sentimiento quieto acaricio cada una de las hebras de su nuca delineando con sus dedos hasta el inicio de su oreja para, al final, fundirse en un beso más pasional, aquel en donde el mayor le apresaba de la cintura y el menor suspiraba causándole escalofríos.
— Gracias por la cena... —lo abrazó y poco después se separó sólo un poco para pasear sus dedos por las tenues ojeras y los párpados, haciendo que el receptor de las caricias cerrara sus ojos con paz que era desconocida para él hasta que conoció a JiMin.
— Mmmh... este fin de semana nos quedaremos en tu casa... —afirmó el mayor aun sintiendo las caricias en sus mejillas.
— Sí...
— Y comeremos mucho...
— Sí.
— Y dormiremos mucho...
— Sí... —JiMin presionó las mejillas del pálido causándole un puchero involuntario que después besó con ternura— descansa...
— Tú también... —tomó entre sus frías manos las del menor haciendo una comparativa entre sus temperaturas— mañana no podré venir... tengo trabajo y-...
— Si me mandas un mensaje bonito te perdono. —JiMin apresó entre sus dientes su labio inferior.
— ¿Me perdonas? —YoonGi arqueó una ceja— ¿Pues qué hice mal?
—Nada... —afirmó el menor— pero si no te amenazo no me mandas mensajes bonitos.
— ¿Qué es un mensaje bonito? —Rodó los ojos el mayor.
— Sólo dime algo bonito y ya.
— Está bien.
Se despidieron con un último abrazo asegurándose de permanecer entre el tacto del contrario, queriendo salvaguardar su esencia en aquel que abrazaban. El viernes pasó de manera tranquila, sin embargo no había recibido mensaje alguno de su pareja, cosa que no le molestaba, sabía lo ocupado que estaba, pero sí tomaría ventaja para sacarle aunque sea un pequeño gesto tierno —de aquellos que eran tan escasos por la vergüenza que inundaba al pálido—.
YoonGi <3
Perrito.
10:40 am
¿Qué?
10:41 am
YoonGi <3
Dijiste que querías que
te dijera algo bonito.
10:42 am
...
aun así te quiero.
10:43 am
Aquel mensaje le había sacado una sincera carcajada y un sonrojo porque no podía, realmente a veces no podía, con la actitud de su pareja. No esperó más de él, sin embargo en el transcurso del día mensajes similares le llegaban.
YoonGi <3
Gatito.
01:30 pm
Eres imposible.
01:32 pm
YoonGi <3
<3
01:33 pm
•◦✿─✿◦•
YoonGi <3
Patito.
03:27 pm
No me gustan los patos :c
03:28 pm
YoonGi <3
Entonces... tortuguita.
03:30 pm
Así, todo tonto,
te quiero <3
03:31 pm
•◦✿─✿◦•
YoonGi <3
¿Los caracoles son tiernos?
05:30 pm
No sé, supongo...
a mí no me gustan del todo,
pero se ven bonitos sus
ojitos y eso...
05:32 pm
YoonGi <3
A mí me dan risa...
05:33 pm
¿Por qué?
05:34 pm
YoonGi <3
Si les tocas los ojos se esconden,
me dan risa.
05:35 pm
...
¿En serio?
05:36 pm
YoonGi <3
Muy en serio
05:37 pm
Ah, pero a mí no me
dan ternura ni risa...
así que esfuérzate.
05:38 pm
YoonGi <3
isí qui isfuírziti...
05:39 pm
Tonto!
{*≧∀≦}
05:39 pm
•◦✿─✿◦•
YoonGi <3
JiMinnie...
08:40 pm
¿Sí?
08:42pm
YoonGi <3
Ya, con eso finalizo...
es todo por hoy.
08:44 pm
¿?
08:45 pm
YoonGi <3
Ya terminé de decir
las cosas tiernas que
se me ocurrieron.
08:46 pm
¿Me estás diciendo tierno?
08:47 pm
YoonGi <3
Depende...
¿Eso añade un desayuno
el domingo?
08:48 pm
Nop.
08:49 pm
YoonGi <3
Bueno...
de cualquier manera.
Sí.
08:50 pm
Ay...
te quiero <3
08:51 pm
YoonGi <3
<3
08:52 pm
Dime algo más.
<3
08:53 pm
YoonGi <3
Algo más.
08:54 pm
...
estaba esperando
mucho ¿no?
08:55 pm
YoonGi <3
Sí.
08:56 pm
Aquella noche, después de seguir hablando un poco más con el mayor su madre marcó, tenía más de dos semanas que no se comunicaba y para la mujer había sido más de mil años —según ella— por lo que reprendió muchísimas veces a su hijo mayor por medio de la bocina, luego preguntó si había comido, para al final cuestionarle sobre todo lo que había hecho en aquellos días.
— Y ya... —sonrió contra el teléfono— umh... sigo con el trabajo en la cafetería, aunque se me hace un poco pesado a veces... —soltó una risa que secundó su madre.
— ¿Qué harás este fin de semana? —Preguntó su madre haciendo que el menor sonriera con vergüenza.
— Yo... umh... estaré con YoonGi. —Mordió su labio con timidez.
— ¿YoonGi? —Se escuchó un "mmh" pensativo— ah, ¿no es ese chico con el que salías hace tiempo?
— Sí, mamá.
— Qué bueno que aun sigan siendo amigos... pese a todo. —Se escuchó un suspiro de alivio.
— ¿Pese a todo? —JiMin se sentó en su sillón y arqueó una ceja.
— Sí... es decir... ustedes... ya terminaron ¿No? —la mujer esperó en la línea una afirmación, sin embargo se topó con el silencio—... oh, JiMinnie... no, no... ustedes ¿siguen saliendo?
— Mamá...
— JiMin... —el menor cerró los ojos con frustración ante aquel tono— no me malentiendas... YoonGi es un buen muchacho, pero... no son ideales... ¿o sí?
— Mamá... eso... no creo que eso importe... —con la mano libre acarició su pierna con miedo— él... nos queremos, mamá.
— Sólo... —escuchó el ruido del pesado suspirar de su madre y las pulseras que, por el movimiento, chocaron contra el teléfono haciendo un ruido característico— no quiero que se lastimen. Si YoonGi encuentra a su ideal... ¿qué vas a hacer?
— Mamá... por favor... —suspiró— te amo, pero... yo sé cómo manejo mi vida, nos queremos... aunque nuestro ideal estuviera en frente, eso no cambiaría nuestros sentimientos. —Afirmó.
— ¿Seguro?
— Mamá... mañana es mi primer aniversario... —negó— no... no digas estas cosas.
— Lo siento, lo siento... —se escuchó el miedo en la voz de la mujer— mejor cuéntame ¿qué harán?
JiMin sonrió con tenuidad, compartía el mismo miedo de su madre, pero agradecía muchísimo todo el apoyo que recibía de parte de ella. Era claro que la mujer temía por el corazón de su hijo, temía por lo sentimientos de YoonGi también y sin embargo no podía decirles cómo vivir y eso lo comprendía de cualquier manera.
— Ah, queríamos ver películas... y comer algunas cosas... papas fritas o algo así... ¿Sabes cuánto amo las papas? —Afirmó feliz.
— Sí, sí... ay, pero es muy poco... —se escuchó un silencio y de fondo unos tacones moviéndose rítmicamente en un trote rápido— aquí... —susurró —aquí tengo la receta de un pastel fácil... lo puedes hacer para mañana, quizás a YoonGi le guste.
JiMin sonrió y tomó la libreta para anotar los pasos meticulosos que recibía. Asintió despidiéndose, prometiéndole marcarle el próximo viernes, y más aún, prometió llevar a YoonGi la próxima vez, pues sólo una vez el mayor había conocido a su familia y a todos les había agradado. Se levantó tomando su chaqueta para salir y comprar las cosas que necesitaba para hacer el pastel. Una vez estando en la tienda de veinticuatro horas y comenzó a seleccionar cada una de las cosas que su madre le había pedido, sin embargo cambió el chocolate por mermelada de fresa, pues sabía que poco disfrutaba del sabor dulce del chocolate. Mientras esperaba para pagar los alimentos escuchó, sin querer a dos mujeres hablando.
— ¿Sabes? Kyung tuvo la mala fortuna de enamorarse... —Afirmó la chica colocando el pan de manera correcta en su pequeña canasta.
— ¿Y qué tiene? —Arqueó una ceja su acompañante.
— Bueno... la chica de quien se enamoró... encontró a su ideal. —Afirmó con un puchero.
— ¿Cómo? —La miró sorprendida.
— Sí... él le dijo "te amo", pero ella simplemente no podía quedarse. —Levantó los hombros.
— Pero se veían bien juntos...
— Lo sé, lo sé... pero... —acomodó su cabello con melancolía— ella dijo que él... su ideal... la conocía como nadie, le dijo cosas... como que él sabía su rutina, sabía qué crema le gustaba... todo eso...
— ¡Pero duraron mucho! —La chica, su amiga, no comprendía.
— Lo sé, seis meses... muchísimo... —suspiró— pero... ya sabes, esos casos siempre terminan así.
— Igual se querían...
— Era más un capricho. Ellos sabían que esto pasaría.
JiMin bajó la mirada y pagó con rapidez apenas tuvo la oportunidad para caminar con lentitud hasta su casa, realmente no quería terminar con YoonGi, pero quizás todos tenían razón, no estaban alimentando algo que fuera fructífero, simplemente estaban siendo caprichosos ¿no? Por eso no dejaban que los demás opinaran, no escuchaban las opiniones ni aquellas experiencias que habían terminado mal, no quería admitirlo, pero al año de haber salido con él, realmente lo quería, más que un simple chico al que abrazaba los sábados, lo quería tanto, se querían tanto... que ninguno había querido dar ese paso sexual por temor a que el sentimiento de cariño se esfumara dejando sólo una estela pasional que no tendría comparación. En el camino pateó un par de piedras con las pestañas parpadeando con lentitud, suspiró y subió hasta su departamento, esperaba, con cada escalón tuviera la fuerza suficiente para poder hablar con él y por fin dejar esto... más que nada, por el bien de ambos.
El sentimiento de temor creció cuando encontró al mayor con un par de bolsas de botanas, refrescos y, podía definir, una bolsa de regalo.
— Ah, JiMin... estoy tocando desde hace veinte minutos... —puchereó el mayor— ¡Ya iba a llamar a la policía!
JiMin, sin evitarlo, soltó una risa.
— Eres exagerado. —Caminó hasta él abriendo la puerta— creí que vendrías mañana.
— Ah, algo así. —Levantó los hombros.
Pasó haciendo que le mayor dejara las cosas en el sillón para poder sentarse un instante.
— Pero... mañana es nuestro aniversario... pensé que... estaría bien pasarlo aquí todo el día... ya sabes... —levantó los hombros.
— Entiendo... —JiMin dejó las cosas en la cocina.
— ¿Estás bien? —YoonGi se levantó y se acercó al menor acariciando su mano que estaba encima de la mesa.
— No... —JiMin apresó los dedos del mayor— YoonGi... mañana es un año...
— Sí. —Afirmó sin comprender.
— ¿Qué estamos haciendo? —Susurró triste.
— No, no... —YoonGi se separó y caminó frustrado hacia el sillón, donde se dejó caer sin pensarlo lleno de rabia— tú no me dirás lo mismo que todos ¿o sí?
— YoonGi. —JiMin trató de acercarse.
— Espera... ¿en serio estás diciendo esto ahora que va a ser nuestro aniversario? —Arqueó una ceja.
— Por eso mismo lo digo... —se sentó a su lado— es decir... míranos... no tenemos marcas... ¿Por qué?
— No lo sé... —YoonGi paseó sus dedos con presión sobre su cabellera— no lo sé, JiMin, quisiera saberlo. ¿Crees que no tengo miedo?
— Lo sé, no te portes así. —Frunció el ceño— sé que los dos tenemos miedo... y por eso...
— ¿Qué? ¿Debemos terminar? —Arqueó una ceja.
— Eso... umh... —JiMin rascó su nuca.
— ¡¿Me estás jodiendo?! —Gruñó.
— ¡No es fácil para mí! ¡¿Sí?! —Replicó molesto.
— Escucha... hemos pasado mucho juntos... —tomó su mano— ¿Recuerdas esa vez que me echaste de tu casa porque quemé tu planta?
JiMin sonrió aun entre su molesta y asintió.
— Aún no sé cómo las quemaste...
— Traté de cocinar.
— ¡La planta estaba en mi sala!
— ¡Igual llegué con una al día siguiente! ¡No había hecho eso con nadie!
— Lo sé, y eso me molesta... —desvió la mirada.
— ¿Por qué te molesta? —YoonGi soltó los dedos del menor.
— Porque... porque sé que no eres mi ideal, porque hemos hecho tonterías con nosotros... yo he roto cosas y he tirado cosas que... pensé que no importaban... y...
— ¿Cómo la figura de buda porque pensaste que era ateo y por eso no podía tener una figura así? —Sonrió ladino recordando lo mucho que se había molestado con JiMin, pues aquella figura le encantaba más que un significado teológico.
— Sí, sí... eso no importa —mencionó JiMin moviendo su mano tratando de disipar el sonrojo de vergüenza, aun lamenta tanto haberla tirado— el... el punto es... que realmente nosotros no sabemos todo del contrario.
— ¿En serio es por eso o por lo que todo el mundo dice? —YoonGi frunció el ceño.
— ¿Qué importa? —Levantó los hombros— nosotros... no sabemos cuánto podemos durar juntos.
— ¡Bien! —YoonGi se levantó totalmente molesto, tanto tiempo habían dedicado, no importaba el dinero en realidad, pero sí todos aquellos sentimientos que JiMin estaba tirando como aquella figura de buda— sólo tomaré mi estúpida ropa. —Caminó hasta la habitación, no sin antes tirar bruscamente todas las papas y demás que había comprado para ese fin de semana dejando así la bolsa de plástico libre para allí guardar lo que tenía en el ropero del menor.
— YoonGi... —JiMin se levantó y lo siguió.
— Tú... —el pálido abrió el cajón brusco, sacando su ropa a tirones para meterla a la bolsa blanquecina— lo haces... tan rápido... —JiMin sólo miraba su espalda y su agitada respiración— tan fácil... quizás ya encontraste a tu estúpido ideal y lo haces así para no herirme ¡¿No?!
— ¡¿Qué?! ¡No! —JiMin negó admirando la rabia en los movimientos del mayor.
— ¿Por qué no te importa lo que hemos construido? —YoonGi susurró deteniéndose sin mirar a JiMin.
El menor, en ese instante subió un poco la mirada... admiró la cama destendida donde había una cobija gris oscuro, una que habían comprado juntos y que los había abrigado en las noches más frías o durante las lluvias, también había un pequeño estante de libros, con algunos tomos revueltos, entre los del pálido y los de él. En su pequeño tocador también había la loción de YoonGi y un par de rastrillos nuevos que hace unos días había comprado para su pareja... y en la casa del pálido no sería distinto, seguramente la ropa interior de JiMin estaría aun en la cama, o quizás en el cesto de la ropa sucia, seguramente sus camisas estarían revueltas y YoonGi las usaría sin fijarse de quién es.
— Sólo dime... —YoonGi le sacó de su concentración— dime que ya lo encontraste aunque sea mentira. Será más fácil...
— YoonGi... —allí notó la debilidad de su voz, llevó instintivamente su mano a su propia garganta para luego subirla a sus mejillas admirando en el trayecto que ya estaba llorando, lloró por imaginarse sus cosas en una caja, por vislumbrar a YoonGi devolviéndole las tazas que compraron juntos, o el disco que le regaló hace un par de meses, lloró porque realmente no quería separarse.
— ¡Sólo dilo, mierda! —YoonGi se incorporó girándose.
Y allí percibió que él también estaba llorando.
Era raro... YoonGi jamás había llorado, ni siquiera cuando se quebró el dedo aquella ocasión en la que reparaba un mueble. JiMin negó y se cubrió los ojos con ambas palmas, no quería verlo llorar, si el pálido lloraba es que algo realmente grave ocurría... lo grave era que estaba perdiendo al que amaba.
— No es fácil... —JiMin negó— no lo es... no lo es...
— ¡¿Entonces?! —YoonGi ni siquiera trató de limpiarse las lágrimas, simplemente las dejó, pues la molestia de su corazón era mayor.
— ¡Pues, mierda! ¡No quiero lastimarte! ¡Ni quiero que me lastimes! ¡He tratado... he... tratado... sólo aguantar! —Hipó—¡Sólo trato de aguantar! ¡Todo... todo el mundo dice... que está mal! ¡Que encontrarás a alguien... y... y-yo también! ¡Pero no quiero! —Comenzó a gritar haciendo sus manos un puño con toda la rabia.
— ¡Yo he tenido que lidiar con lo mismo! —Refutó YoonGi molesto— ¡¿Crees que no recibo comentarios así?! ¡Siempre me dicen que terminaremos mal, que me dejarás!
— Pero... —JiMin negó presa del pánico, quería continuar, pero el futuro era incierto.
— ¡Y ni una sola maldita vez pensé que era una opción terminar contigo! —Golpeó el cajón con su pie de una fuerte patada haciendo que el menor se sobresaltara un poco, admiró el inmueble que ya tenía un hoyo en el centro.
— ¡Si bueno, no todos somos perfectos! —Gruñó entre el llanto.
— ¡No lo eres y eso lo odio! —Bufó— lo odio porque no es importante para mí ¡Y debería serlo!
— ¡También odio tus malditas imperfecciones!
— ¡¿Por eso pensaste que estaría bien terminar?! —YoonGi se acercó aun con el ceño fruncido y las mejillas perladas en lágrimas.
— ¡No! ¡Odio tus imperfecciones porque ni con ellas logro sacarte de aquí! —Con su mano apretó su chaqueta señalando justo encima de su corazón.
Se quedaron quietos, jadeando en el rostro del contrario presa de todo lo que habían gritado. YoonGi tomó las mejillas del menor limpiando las lágrimas que seguían cayendo —al igual que en su propio rostro—.
— Sólo dime que lo encontraste... —susurró.
— Es que... no puedo... no quiero... pero creo que debo... —JiMin cerró sus ojos pidiendo a su conciencia no llorar más.
YoonGi se acercó para limpiar su rostro con sus dedos pulgares, allí, teniendo el rostro cerca de su novio lo besó con ternura sintiendo los labios partidos del menor encima de los suyos, poco a poco, entre suspiros cortados todavía por las lágrimas constantes se atrevieron a volverlo un poco más pasional. JiMin jadeando encima de su lengua, con sus dedos enterrados en su camisa, jaloneando, tratando de drenar todos los sentimientos que se habían acumulado. En un instante se vieron acogidos por aquella cobija gris de textura suave, dicha tela rozaba el vientre de JiMin, pues YoonGi le había acostado boca abajo con lentitud mientras besaba su cuello y subía lentamente su playera y su molesta chaqueta acariciando la aterciopelada piel, sintiendo entre sus dedos unas pequeñas curvas de piel que a veces el menor juraba que sobraban, pero mierda, se veía tan bien, tan acogedor, tan suave que sólo quería morderlo, su mano seguía acariciando el inicio de su pantalón, tanteando con la punta de sus dedos el cuero del cinturón y la mezclilla del pantalón, mientras su respiración se movía en armonía con los jadeos que JiMin soltaba.
— Es-espera... —JiMin se levantó un poco— la... la chaqueta es incómoda... —JiMin se incorporó un poco quitándosela, mostrando así sus brazos trabajados y sus muñecas firmes y gruesas.
— En... en realidad... —YoonGi se volvió a inclinar besando su cuello, mordiendo entre tanto, extasiándose con la suave piel que lograba jalonear— toda la ropa te sobra...
— Q-que pervertido... —sonrió el menor para, al final, soltar un jadeo pesado.
Siguieron con las caricias, esta vez YoonGi tomaba los muslos del menor acariciando la mezclilla entre sus dedos extasiándose de imaginar cómo sería la piel firme del menor, por su lado, JiMin sólo tironeaba con ansiedad de la camiseta del mayor, aquella incómoda camiseta blanca grande, rápidamente YoonGi se separó y levantó lentamente sus brazos para que así el menor se la quitara. JiMin comenzó a quitarse también su camisa y cuando su formado pecho estuvo libre el mayor paseó sus dedos por el abdomen que no era musculoso del todo, y que sin embargo tenía unas curvas que adoraba con locura, su dedo pulgar delineó con delicadeza el ombligo del menor y trazó un pequeño caminito hasta su cadera, aquella acción le causó una pequeña risa al menor, dicho gesto terminó perdido en un beso que recién comenzaba.
— Tu pantalón es grueso... —murmuró el pálido de manera ronca mientras recostaba al menor— lo... lo quitaré... —no quiso demostrarse nervioso, pero no pudo evitarlo.
— Sí... —JiMin ayudó desabotonando aquella prenda, siendo testigo de las manos temblorosas del pálido.
Y apenas JiMin se encontró en ropa interior, YoonGi no pudo controlarse simplemente soltó un jadeo, había visto muchísimas veces a JiMin en short, lo había visto salir del baño con una toalla en su cintura y el cabello húmedo, pero tenerlo allí, sonrojado, totalmente cohibido, con las piernas y manos temblorosas mientras una creciente erección se presumía entre sus tersas piernas, simplemente pudo más que su deseo por ir lento. Simplemente se inclinó con fuerza mordiendo y besando su hombro escuchando la voz entrecortada del menor a la par que soltaba unos cuantos gruñidos, pues sus uñas se encajaban con lentitud en aquella piel que, hasta entonces, se presumía canela y fina para después mostrarse con hileras rojizas debido al desenfreno del mayor.
— Tu pantalón, por favor... —JiMin llevó sus manos torpemente al pantalón tratando de quitarlo de manera rápida simplemente quitando el botón y bajando el cierre, su pasión le había hecho olvidar el cinturón, el mayor al notarlo soltó una risa corta mientras le ayudaba a quitarse el pantalón deslizándolo por sus delgados, pero firmes, muslos hasta que dicha prenda se encontrara con el suelo—. Me encantan tus piernas. —Sonrió el menor mordiéndose su labio mientras sus manos acariciaban con timidez los muslos.
— Lo mismo digo... —YoonGi se inclinó mordiendo su labio inferior con fuerza.
Rápidamente tomó las piernas del menor y las subió haciendo que se acostara mientras soltaba una risa, sintió entre sus dedos los vellos delgados que adornaban masculinamente su piel, la que dedicó a acariciar hasta el inicio de su bóxer. Se inclinó con fuerza comenzando a rozarlo con fuerza, pues ahora lo que menos quería era algo suave, aunque su mente le pidiera serlo con JiMin. Su cadera comenzó un pequeño vaivén pues entre las piernas del menor no podía resistirse, menos cuando sus labios sólo salían torpes "sí" acompañados de uñas enterradas en sus hombros produciéndole una descarga eléctrica. Rápidamente dejó de acariciar su cadera para comenzar a bajar el bóxer con torpeza haciendo que por la posición sea un poco incómodo, JiMin soltó una risa sobre los rojizos labios de su pareja y asintió comenzando a bajarlo mientras movía su cadera con lentitud para liberarse de aquella ya molesta prenda. YoonGi suspiró al verle desnudo, se ocultó por un instante en el cuello del menor dejando que este también le quitara la prenda con rapidez y torpeza. Fueron escasos los minutos en los que se sintieron con timidez, pues YoonGi comenzó a besar, nuevamente, su cuello haciendo que JiMin asienta acercando con ambas manos la cadera del mayor, abriendo un poco más sus piernas para que ambas hombrías se tocaran.
Inmediatamente comenzó un vaivén rápido, presionaban ambos glandes con rudeza, les encantaba así, les gustaba cuando la rudeza era lo suficiente para querer hacer llorar al contrario, pero lo necesariamente delicada para no lastimarse. Les gustaba marcar al otro en todas partes, les gustaba arañarse, morderse, jadear en sus oídos sólo para excitarse más, lanzar miradas provocativas mientras las simulaciones de embestidas sucedían.
— Espera... —JiMin puso una mano en el blanquecino pecho de su pareja sintiendo no sólo los latidos frenéticos de su corazón, sino también el pequeño sudor que comenzaba a acumularse.
YoonGi no quería comprender, él sólo quería seguir abrazando a JiMin hasta que ambos llegaran al orgasmo, sin embargo accedió separándose dejándose hacer cuando el menor le tomó por los hombros para acostarlo levantándose él luego. Se inclinó besando con lentitud los muslos delgados de su pareja, mordiendo en el proceso ganándose unos gruñidos roncos que tanto le encantaban, mordió con un poco de más fuerza cerca de su ingle sintiendo el estremecimiento entre sus dedos por el movimiento brusco de las caderas del mayor. Rápidamente —y con timidez— soltó un beso a la punta de la hombría del mayor sonrojándose después de hacerlo ganándose una risa del mayor que se estaba muriendo por lo pasional del menor.
— ¿Qué... qué haces? —Preguntó YoonGi con una extraña sensación entre el éxtasis y la ternura.
— No te rías. —Puchereó mordiendo su cadera haciendo que la mueca risueña del mayor se terminara para morderse el labio inferior—. Sólo... quiero intentarlo. —Abrió con lentitud las piernas del mayor posicionándose entre los delgados muslos.
YoonGi, contrario a todo lo que había imaginado, accedió con facilidad atrayendo al menor por el cuello haciendo que se inclinara e inmediatamente sus entrepiernas se encontraran ya totalmente húmedas, JiMin apresó a ambas hombrías entre sus dedos y comenzó a mover su cadera, él a diferencia del mayor, movía de manera suave y ondulante su cadera, haciendo que desde una perspectiva su cadera hacía impulsos muy parecidos a un baile lento y lleno de pasión, YoonGi recorrió la espalda del menor delineando con sus uñas los músculos que se alcanzaban a mostrar por aquellos movimientos, ayudándose del sudor que perlaba la piel canela. Sonrió entre los jadeos pesados que soltaba mientras arañaba los glúteos del menor haciendo que este riera sonrojado sacándole de su concentración, pues hasta entonces había estado mirando de manera morbosa sus hombrías que cada vez se humedecían más.
— A-ahora... —YoonGi se separó de manera busca haciendo que JiMin se quejase, lo dejó boca abajo y con un poco de fuerza juntó los muslos del menor comenzando a introducirse entre ellos haciendo que se estremeciera y casi gritara por aquella nueva sensación.
Sí, JiMin era lento y muy pasional, mientras que YoonGi era rudo, por lo que la simulación de embestidas sucedió con rapidez y brusquedad, haciendo que los jadeos y gritos de JiMin se vieran cortados por los movimientos que ejercía su pareja y los dedos enterrados en su cadera. Cerró los ojos con fuerza y se aferró a las sábanas, por un instante, debido a aquellos movimientos y lo bien que se sentía entre sus muslos, se cuestionó sobre cómo se sentiría rodear a YoonGi con su propio cuerpo, tenerlo dentro, aunque dicha pregunta no logró formularse correctamente, pues sintió el pecho caliente de YoonGi sobre su espalda causándole un suave escalofrío, soltó un pequeño grito cuando el movimiento de caderas aumento y sintió un suave jalón en su cabello obligándolo a inclinarse hacia atrás sintiendo los dientes incrustarse con fuerza en su cuello.
— Yo-YoonGi... —suspiró impulsando su cadera hacia atrás haciendo que la pelvis del mayor se encontrara con sus suaves glúteos— ya-... yo... ya... umh... —JiMin negó sintiendo la lengua del pálido delineándole desde el hombro hasta el inicio de su nuca—Ah, es... umh... yo... casi... me... umh...
— JiMin... —Jadeó roncó en su oído— yo... ta-también...
Con un movimiento fuerte, más agresivo que el resto, terminaron de manera jadeante y sudorosa, JiMin apreció el líquido entre sus muslos y lo seguramente sucio que estaría aquella cobija gris. Iba a levantarse, sin embargo el abrazo perezoso del mayor se lo impidió, sonrió y abrazó los brazos que le rodeaban girándose con lentitud para abrazarle de frente importándole poco ya las sábanas y cobijas sucias. YoonGi cerró los ojos y se acurrucó en el pecho del menor subiéndose correctamente a la cama acariciando con los pies las piernas del menor.
— ¿Aún... —habló con la voz tan ronca y adormilada que JiMin no hizo más que sonreír— debo... tomar mis cosas... e irme? —Preguntó escuchando el corazón aun acelerado del menor.
— ¿Quieres irte? —JiMin comenzó a acariciar la espalda del mayor.
— ¿Quieres que me vaya? —Abrió los ojos con lentitud y JiMin juró que no había nadie más atractivo que su novio.
— Depende... —limpió con sus pulgares el sudor del mayor— ¿Me harás el desayuno mañana?
— Sí, te haré el desayuno y el amor. —Asintió recorriéndose un poco para besarle con fuerza.
Siguieron acostados en aquella posición hasta que decidieron bañarse y quizás ver las películas que tenían planeado, o bien podrían hacer el pastel juntos —aunque lo que era totalmente cierto es que harían el amor al anochecer—, YoonGi se metió a bañar mientras JiMin cambiaba las cobijas, y quizás para provocar se dejó puesto únicamente sus bóxers ganándose un par de reproches del mayor llenos de cosas tales como "sólo lo estás haciendo para que tenga que bañarme de nuevo". Después de que el menor se duchara —y después de un par de caricias tiernas más— salió encontrándose las bolsas de papas aun tiradas, comenzó a levantarlas para dirigirse a la cocina y colocarlas en un recipiente, sin embargo se encontró con la bolsa de regalo, sonrió asomándose por encima de su hombro al ver al pálido llegar.
— ¿Aun quieres el regalo? —Cuestionó YoonGi abriendo una botella de agua fría a la par que se recargaba en el umbral de la cocina.
— ¿Puedo? —Sonrió.
— Si quieres. —Levantó los hombros dirigiéndose a la cocina nuevamente para comenzar a servir el helado.
Mientras estaba descubriendo cómo abrir aquel infernal bote que escondía el helado de vainilla y fresa escuchó unos pasos acercándose con rapidez, JiMin apareció con el cabello típicamente desordenado, las mejillas sonrojadas y los labios abiertos en preguntas, sus ojos miraban a YoonGi tratando de encontrar respuesta.
— ¿Qué...? —Preguntó con sus pupilas perladas en pequeñas lágrimas.
— ¿Qué? —YoonGi respondió con una ceja arqueada.
— ¿Qué es esto? —Señaló sus manos, en las que se encontraban una revista y un sobre con dinero, bastante dinero.
— Es una revista... y... parece que un sobre. —Asintió.
— ¡YoonGi!
— ¿Qué hice?
— ¿Qué es esto? —Preguntó con temor de estarse haciendo ilusiones.
El mayor se giró fingiendo que buscaba los vasos para colocar el helado, le gustaba cuando lo colocaban en finos vasos de vidrio porque así podía definir el helado desde el exterior, cosa que inexplicablemente le complacía.
— Es... umh... dijiste que tenías unos ahorros para... ya sabes... —levantó los hombros mientras movía su mano entre la alacena.
— Sí...
— Pues... esa es mi parte también... —rascó su nuca y suspiró sabiendo que tendría que enfrentarle, se giró mirándole a los ojos.
— La... la revista...
— Sí, es... es de departamentos... —miró a JiMin nervioso— yo... pensé que nosotros... ¿sabes? Tenemos el dinero suficiente para comenzar a rentar uno de esos... tú... siempre has querido uno con ventanas enormes ¿recuerdas? Aún no gano suficiente para uno así, las editoriales siguen... siguen rechazando mis escritos... pero gano algo publicando en revistas y colaborando... si quieres podemos esperar y juntar más.
JiMin dejó el sobre y la revista sobre la mesa para abrazarlo fuerza, sintiendo sus ojos picar y un pequeño nudo en la garganta, asintió muchas veces mientras se aferraba a él.
— No... no importa si es pequeño o sin ventanas... —afirmó acunando sus mejillas para después besarlo.
Siguieron con los besos cortos y los abrazos tímidos mientras se acariciaban las manos, decidieron pasar de las películas y simplemente llevarse toda la comida a la habitación pata acurrucarse en la cama, lugar donde sentían, no sólo los latidos del contrario, sino también sus caricias y mimos, JiMin comía el helado felizmente mientras sentía las caricias en su nuca. En un instante escuchó su voz ronca cantar sin tono en realidad
—..."El corazón, que es lo más importante, pondré uno de cada lado de tu pecho ¿No es bueno?" De nuevo pedí un favor: Perdón, pero no necesito un corazón del lado derecho." —JiMin sonrió pues no sabía qué estaba diciendo, quiso preguntar, pero prefirió callar y seguir escuchando— "Entonces cuando conozca a esa persona importante, y la sostenga entenderé por primera vez nuestros latidos en ambos lados de nuestros pechos." —JiMin lo miró sonriendo con curiosidad.
—¿Qué estás diciendo? —Miró que YoonGi tenía los ojos cerrados, él abrió sus ojos con lentitud simplemente para volver a cerrarlos en un gesto de paz y tomar las mejillas del menor moviéndolas lentamente.
— "El izquierdo es mío, y el derecho tuyo. El derecho es mío, y el izquierdo es tuyo. Entonces cuando esté solo, sentiré que algo falta..., así no podré vivir solo." —Abrió sus ojos encontrando los del menor que estaban sorprendidos—. Es una canción... ni siquiera recuerdo quién la canta.
JiMin sonrió sin mencionar más para no avergonzarlo, simplemente asintió inclinándose más sobre su pecho cerrando sus ojos con lentitud, haciendo que sus pestañas revolotearan con parsimonia envidiable. Rápidamente, antes de caer dormido, siguió hablando aunque cambió el tema con totalidad.
— Así que... este es mi regalo de aniversario... qué creativo... —Sonrió, aunque no sólo se refería a los departamentos que irían a ver en algunos días, sino también a la canción.
— No... —negó besando su cuello ganando una pequeña risa confundida— es... es nuestro regalo de inicio de relación... o algo así.
— ¿Inicio?
— Bueno... admítelo, nosotros no... nosotros no dimos todo para estar juntos... teníamos miedo... así que... hay que empezar bien ¿Sí?
— Sí. —Afirmó JiMin abrazándole con fuerza.
— ¿Quién dice que no eres para mí y que no soy para ti? —Habló sonriente.
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El lemon lo sentí raro :'v no estoy acostumbrada a esto tan explícito...
En fin... he tratado de escribir el especial de NamJoon pero no lo encuentro bien estructurado, no sé si haré uno de él (quizás idk) pero eso será en un futuro, cuando tenga más ideas y así jsakdsja
¡EN FIN!
¡GRACIAS POR EL APOYO A ESTE FIC, aun debe tener errores, PERO GRACIAS!
((la canción que YoonGi canta es "order made" de Radwimps, canción en la que fue inspirado todo este fic))
GRACIAS :3
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