Verdades
Los personajes de Naruto no me pertenecen si no a Masashi-Sama...
Capítulo 11
Verdades
Hinata parpadeo sorprendida mirando a Kurama.
—¿Q-qué?
—Estas vacaciones debo irme, si quieres puedes entrenar con Jiraiya y los chicos.— Dijo él mientras se colocaba la mochila al hombro.
A la oji perla no le gustaba mucho saber que su Sensei se iría, pero el hecho de que no dijera nada al respecto le preocupaba ya que él le había dicho eso demaciado serio.
—¿Sucede algo Kurama-Sensei?– le preguntó algo tímida, por inmiscuirse en sus asuntos.
El pelirrojo se rascó la cabeza algo dubitativo sobre decirle los motivos de su pronta partida.
—Nada en realidad. Nada importante. Debo hacer unas cosas, papeleos sin importancia pero que debo terminar lo antes posibles.– Le explicó con una sonrisa.
Hinata también sonrió, después de todo si él decía eso, debía ser así.
—De acuerdo Sensei.– Le dijo y empezó a dirigirse a su motocicleta.
—Nos veremos dentro de unas semanas.– Le saludo mientras se subía y colocaba el casco.
Hinata lo saludo con la mano en el marco de la puerta y Kurama arrancó la moto y se fue. Ella cerró la puerta de su casa y empezó a caminar a la dirección de la cocina. Todavía llevaba la ropa de su entrenamiento, se encontró con su madre haciendo la cena y le sonrió cuando abrió la heladera para servirse algo de agua.
—¿Cómo va todo Hina-Chan?– Le preguntó mientras cortaba verduras y un exquisito olor inundaba el ambiente.
—Bien, supongo– Le contestó encogiéndose los hombros.
Hikari dejó de cortar al escuchar el todo de voz de su hija, la miró para encontrarla perdida en sus pensamientos mientras miraba el vaso de agua vacío.
—¿Pasa algo?
Hinata le dió la espalda para lavar el vaso y es que no le había contado a su Sensei que no quería entrenar con Naruto. Estaba decidida a olvidar ese amor que había nacido para con él ese invierno, por más que le costará el corazón. Ella sabía que el rubio estaba prendido de la pelirrosa y no quería sufrir cuando supiera que estaban juntos o cuando él estuviera con otra. Hinata pensaba que siempre sería su amiga, casi una hermana, ya que esas habían sido las palabras de él.
"Eres como mi hermanita menor, Hinata ttebayo"
Él se lo había dicho con una hermosa sonrisa resplandeciente y ella no pudo más que sonreír ante ese comentario que le había roto toda esperanza. Pero ella no tenía la culpa de que su corazón se haya enamorado de su mejor amigo y tal vez si Naruto se enterará se enojaría por traicionar de ese modo su amistad.
Una mano en su hombro la trajo nuevamente a la cocina y miró a su madre con los ojos brillosos, mientras ella la observaba con preocupación. La oji perla menor no necesito decir nada, su madre la abrazó, llenandola de fuerzas. Hinata no quería dejar su amistad, solamente quería espacio para aclararse las ideas en su cabeza, pero viéndolo todos los días era lo que menos haría.
0
Hinata subió a su habitación después de la cena y prendió su compitadora para adelantar unos trabajos de la escuela. Cuando estaba por entrar en el famoso buscador una ventanita se abrió, llamando su atención.
Hinata Hyūga tienes 1 Correo sin leer.
Alzó ambas cejas, algo sorprendida y lo abrió. Casi pega un grito de emoción al ver el remitente.
Sabaku no Gaara.
Lo abrió lo más rápido que pudo y se dispuso a leer con una enorme sonrisa.
Hola Hinata, ¿Cómo has estado?
Hace mucho tiempo que no hablamos, espero que de verdad estés bien en tu nueva escuela y que tengas muchos amigos. Aquí la escuela no es lo mismo sin tí, me resulta sofocante recibir tanta atención de gente que no conozco. Contigo era diferente, sabes de lo que hablo.
Hinata tomó su teléfono al ver que él le había dejado su número y rápidamente le escribió un mensaje.
Hinata
Hola Gaara, recién he leído tu correo. ¿Cómo estás? Yo estoy muy bien. ¿Cómo va todo por allá?
Dejó el teléfono a un lado mientras entraba al buscador y buscaba sus hojas para tomar notas. El celular vibró y la oji perla se apuró en leer el mensaje.
Gaara
¡Hinata! Qué bueno saber de ti. Yo estoy muy bien también, que bueno que tú lo estés también. ¿Cómo va todo en tu vida?
Sonrió y se dispuso a contestar.
Hinata
Muy bien por suerte, Gaara. He empezado a entrenar Win Chung ya que tenía un amigo que lo molestaban mucho en la escuela. Tú sabes que te hice la promesa de no dejar que nadie maltratara a otra persona frente mío. Pues entonces me he hecho muy buena amiga de éste chico y ahora somos inseparables.
Volvió a dejar el celular y empezó a buscar información, pero se dió cuenta que no prestaba nada de atención a lo que estaba buscando. Decidió apagar la computadora y tirarse a la cama a esperar respuesta de su amigo de Suna, que no tardo mucho tiempo.
Gaara
Me alegro de verdad Hinata, sé que eres una chica muy fuerte y sabía perfectamente que tú podrías ayudar a mucha gente. Sólo necesitabas un pequeño empujón.
Hinata
Y te lo debo todo a ti Gaara, si no hubieras sido mi amigo creo que no hubiera cambiado en nada. Muchas gracias.
Gaara
Eso no es verdad Hina, tú siempre haz sido fuerte. Tú me ayusaste más a mi, que yo a ti. Muchas Gracias.
Hinata
Y cuéntame Gaara, ¿Cómo va todo por allá?
La oji perla estuvo hasta muy tarde hablando por mensaje con su amigo de Suna, cuando quedó completamente dormida con el celular en la mano.
0
Hinata se despertó al sentir que los rayos del sol golpeaba contra su rostro. Se dió media vuelta buscando otra posición para seguir durmiendo, pero ya no tenía ganas de hacerlo. Bostezó y tomó el relog de su mesita para ver la hora.
9:12 AM
Se sentó de golpe, sintiéndose culpable de levantarse a esa hora y no a las 5 como siempre hacía. Pero cuando pudo hilar pensamiento, recordó que Kurama había ido de viaje y ella no había arreglado aún con Jiraiya. Además que había estado hasta las 4 AM hablando por mensaje con Gaara. Arrastrando los pies fue hacia el baño para darse una ducha y cepillarse los dientes.
Totalmente nueva bajo a la cocina, con una sonrisa y de mejor humor de lo que se había ido a acostar. Cuando terminó de servirse el desayuno, su madre entró por la puerta de la cocina con unas bolsas.
—¡Oh!Hina-Chan Buenos días.
—¡Buenos días madre!¿Quieres que te ayude en algo?
Hikari dejó las bolsas sobre la mesada y se quedó mirando la sonrisa que tenía su hija. Ese día parecía muy animada y se aventuró a preguntar el por qué.
—Anoche me ha mandado un correo Gaara. Estubimos hablando hasta tarde por mensaje, recordando anécdotas y contándonos lo que pasamos éste tiempo que no nos hablamos.– Le contó muy contenta la oji perla menor.
—¡Que bueno Hija!
0
Jiraiya sonrió de medio lado, con los brazos cruzados en su pecho al ver al rubio saltar esquivando los obstáculos del parque. Kiba estaba a un lado de él haciendo los abdominales de castigo por haber faltado el respeto a Naruto, que mientras entrenaban era como su hermano mayor, por tener más conocimiento.
Naruto saltó las rejas de donde estaban los juegos y corrió para tirarse al suelo y pasar rodando de costado por bajo de los columpios. Se levantó y siguió su carrera, subiendo por la resbaladilla del togogan y saltando cuando llegaba arriba haciendo un giro en el aire y una patada circular antes de caer al suelo de cuclillas. Saltó, apoyando una mano en los tambores que había para que los niños jugarán a la comparsa y tomo carrera para, de un sólo salto, pasar por arriba del arenero. Apoyó las manos en el suelo, al borde de la arena e hizo una vuelta de carnero al caer y de un empujón se levantó corriendo. Saltó para agarrarse del pasamanos y de dos en dos, llegó a agarrarse del último y se impulsó para de un salto terminar arriba de éste. De allí saltó para agarrarse del caño de arriba de los columpios e hizo dos vueltas completas para terminar saltando, con dos vueltas al aire y terminar en el suelo con sus dos pies. Corrió de nuevo a las rejas y las saltó para llegar de nuevo al frente de su maestro, con la respiración algo agitada, pero con una sonrisa que siempre lo caracterizaba cuando entrenaba y algo le salía bien.
Jiraiya los mandó a ambos a elongar, pero sin sacar su vista del rubio de su alumno. El día anterior había descubierto que Naruto era el hijo de la prima de Kurama y el peliblaco había corrido a contárselo. Parecía una broma que después de tanto tiempo, la persona que tanto habían buscado con su viejo amigo, haya estado al frente de ellos todo ese tiempo.
Naruto aún no sabía nada de eso, y Kurama lo prefería así hasta que consiguiera la pruebas que estaba buscando. Con lo revoltoso que era el rubio, no sabían cómo se tomaría ésta inesperada noticia. Vio sonreír al rubio por algo que le comentaba a Kiba y él también lo hizo, le había tomado mucho apreció, casi como su fuera un hijo.
0
—¡Hey Hinata!¿Esa no es Sakura-San?
La oji perla miró a la dirección que le apuntaba Tamaki, ellas estaban almorzando en el centro, comprando los regalos para Navidad y ropa nueva. Sakura estaba aferrada al brazo del Deidara y sonreía mientras le hablaba. Sus mejillas estaban sonrojadas y parecía que de verdad disfrutaba estando al lado de él. Pero el rostro del rubio era de desinterés total, no la miraba y hacía caras de fastidio cuando observaba a otro lugar. Hinata frunció el entrecejo, no llegaba a entender que le había visto la pelirrosa a ese rubio de cabello largo. Se notaba desde lejos que él era un patán y que no la quería, pero ella se preguntaba, por qué él estaba con Sakura.
Volvió la mirada a su amiga y alzó ambas cejas.
—Si, parece que está en una cita...– Le dijo ella sin importarle mucho mientras tomaba su hamburguesa y le daba un mordisco.
— Él no parece muy feliz...– Comenta la castaña haciendo lo mismo y mirando a la pareja de soslayo.
Hinata se encoge de hombros y no comenta nada más, por más que ella estaba enamorada de Naruto, le molestaba que la chica al cual él quería, no se diera cuenta de los sentimientos de el rubio. Aunque eso de seguro le rompería el corazón, serviría para no darse falsas esperanzas e intentar olvidar el profundo amor que tenía por su mejor amigo.
0
Dos semanas después...
"Me gustaría que estuvieras aquí... :("
Hinata guardo su celular después de mandarle el mensaje a Naruto. Estaba bastante aburrida en la fiesta de Navidad de la empresa Uchiha. Era obligación de su padre asistir a esa clase de eventos junto con su familia. Desgraciadamente, sólo podían asistir familiares directos de los empleados de la empresa y Hinata no podía sentirse más fuera de lugar. Rodeada de lujo en la casa de los Uchiha, si bien ella estaba vestida como daba la oportunidad, sus modales no eran tan refinados como los que estaban allí.
Su hermana Hanabi estaba junto a su madre y juntas habían ido al baño. Su padre, Hiashi estaba no muy lejos hablando con compañeros de trabajo. Ella no quería mirar a nadie en particular, todos los que lo observaban, mayormente compañeros de clase, la rebajaban. Su teléfono vibró en el bolsillo de su vestido y ella apresurada lo tomó.
Naruto
Me gustaría también estar contigo. No me quiero ni imaginar lo aburrido que debe estar eso ttebayo...
Hinata sonrió al leer el mensaje de su amigo. Hacia unos pocos días, Hiruzen, le había regalado un celular a Naruto y no había día que no se mensajearan.
"Es peor de lo que te imaginas. Aquí esta Karin, Suigetsu, Jūgo y hasta Sasuke. No puedo creer tener tanta mala suerte. :'("
La oji perla levantó la mirada de su celular al sentir que alguien se sentaba a su lado. Lo miró algo curiosa sin poder saber quién era. Un chico con traje negro impecable, una coleta alta y ojos de aburrimiento total la miró.
—Aburrido ¿Verdad?
Hinata se sonrojo un poco y asintió, el chico parecía ser de su edad pero no lo había visto en el instituto.
—Mi nombre es Shikamaru Nara.— Le dijo extendiendo la mano para que ella lo estrechará.— Tú eres Hinata, La Mujer Maravilla ¿No?
La oji perla aceptó su saludo, pero al escuchar ese apodo hizo un mohin, nunca se iba a acostumbrar a ese tonto sobrenombre. Shikamaru sonrió.
— Vamos al mismo instituto, sólo que soy compañero del tonto de Naruto.
Elevó una ceja al escuchar como le decía a su mejor amigo y su cara debe haber mostrado su desagrado ya que él sonrió algo nervioso.
—No lo tomes a mal, es un buen muchacho.– Se apresuró a aclarar.— Sólo algo ruidoso.
—S-si..– Ella tenía que darle la razón en ello, su amigo era de todo menos silencioso.
—Tu padre está en economía ¿No?– Le preguntó mirando a la dirección de Hiashi.
—A-asi es..— Hinata se quedó un momento en silencio, pero para no ser mal educada decidió devolverle la pregunta.— Y.. ¿E-el tuyo?
—Mi padre está en estrategias de venta. Se lleva muy bien con el tuyo.– Comentó señalando con el pulgar a un hombre muy parecido a él hablando con Hiashi y riéndose.
El celular de Hinata volvió a vibrar y lo miró disimuladamente.
Naruto
Si llegan a molestarte los mataré. ( Carita roja de enojado)
Hinata no pudo evitar que una risita saliera de sus labios, llamando la atención del peinado de piña. La oji perla, inconsciente de ésto, se apresuró a contestar.
"No creó que hagan nada, están sus padres también. ¿Conoces a Shikamaru Nara?( Carita pensante)
Él elevó una ceja al leer lo que había escrito, pero decidió no decir nada al respecto.
— Así que...– Dijo arrastrando las palabras y acomodandose en el asiento nuevamente.—¿Eres muy amiga de Naruto?
Hinata no pudo evitar sonrojarse con fuerza por la pregunta, ya que sintió que iba en otro sentido.
—Mmm, Si. So-somos muy a-amigos..
— Él a cambiado bastante desde que son amigos. No sólo él, creo que todos han cambiado desde tu llegada.
Él desvío la mirada a un costado y la oji perla la siguió. Allí estaba Sasuke junto con sus amigos, los tres mirando a su dirección. Se preguntó a qué se refería, pero Shikamaru se paró antes de que pudiera decir algo.
—Nos vemos Hinata.– Le saludo con mano antes de irse caminando con las dos manos en los bolsillos de su pantalón.
La oji perla quedó, prácticamente, congelada y consternada. Volvió a mirar a la dirección del azabache y éste ya no la miraba, al parecer estaba peleando con un hombre muy parecido a él, sólo con el cabello muy largo y punteagudo. Cuando pudo ver el rostro de éste, lo reconoció como el dueño de la empresa, el tío de Sasuke, Madara. El hombre parecía bastante molesto y la mirada que le daba al menor no le agradó nada a Hinata. Pero se sintió peor al notar como el orgulloso Sasuke bajaba la mirada, nunca se imaginó poder ver al gran Uchiha ser reprendido y que éste se quedará callado. Su celular volvió a vibrar, pero no le prestó atención, estaba concentrada en la escena que se daba a unos pasos de ella. No supo que fue, a ella no le caía bien Sasuke, pero en su interior nacieron las ganas de ayudarlo. Se levantó y sin saber muy bien que debía hacer se acercó a ellos.
—U-Uchiha-San.
Los dos la miraron, el mayor con algo de curiosidad y el menor con fastidio.
—Hola señorita, usted debe ser la hija de Hyūga-San ¿No es así?– Le dijo con una sonrisa que le provocó un escalofrío a Hinata en la espina dorsal, ese hombre le daba mala espina.
—Mu-Mucho gusto.– Dijo con una reverencia respetuosa
— Es mi compañera en el instituto.— Aclaró Sasuke mirando a su tío.— Hyūga, él es mi tío, Madara.– Le presentó.
—El gusto es todo mío señorita.– Le volvió a sonreír de esa forma que le ponía los pelos de pinta y evitó hacer una mueca de desagrado.— Bueno, querido Sasuke, te dejó con buena compañía.– Le dijo, pero con una mirada de advertencia y sin más, se marchó a otro lado del gran salón.
Hinata cuando no lo vió más, largó el aire que había contenido por la atmósfera tan pesada y miró de reojo al azabache. Sasuke la observaba, sin hacer ningún tipo de mueca, su rostro era totalmente inexpresivo. Ella ya no sabía que hacer, su motivo principal había sido apartar a Madara del azabache, y ya lo había logrado. Pero tampoco quería ser mal educada y marcharse sin decir nada al respecto.
—No tenías que hacerlo.
Hinata levantó levemente las cejas al escuchar a Sasuke decir eso, tal vez era como un agradecimiento disfrazado. Ella iba a sonreír, pero cuando conectó con la mirada negra ésta la miraba con odio y rencor. Tragó en seco, tal vez no había actuado tan bien y él no neceitaba su ayuda. En un rápido movimiento, Sasuke la tomó del brazo y la tironeo hacia la cocina. La oji perla no quería hacer un escándalo y por eso no se soltó del agarren, aunque él estaba ejerciendo demasiada fuerza en el, de seguro le dejaría una marca.
El azabache abrió la puerta y sin importale las miradas curiosos de los empleados que iban de un lado hacia otro, la siguió arrastrando hasta salir a la oscura y fría noche. La soltó de la misma manera brusca, empujándola contra la dura pared. Hinata se tomó el brazo y se lo frotó, mientras lo miraba con el cejo arrugado.
—¿Qué crees que haces?– le preguntó con la mirada clavada en los ojos perlas de ella.—¿Crees que soy el imbécil del Dobe que vienes a querer ayudarme?¿Te has tomado muy encerio tu papel de mujer maravilla o qué?
Hinata abrió la boca, totalmente anonada por las palabras que prácticamente escupió el Uchiha en su cara. Cuando el asombro empezó a disiparse, lo miró furiosa y no dudo en empujarlo con ambas manos, haciéndolo retroceder unos pasos.
—Eres un idiota.– le dijo para marcharse de allí.
Sasuke se quedó quieto, sin seguirla ni hacer algún ademán de deternala. Pero si lo hubiera intentando, la oji perla si hubiera reaccionado, porque estaba muy enojada. Su propósito era una buena acción, ella noto el abuso que estaba ejerciendo Madara contra su sobrino, no lo hizo para hacerse notar ni nada por el estilo.
Salió de la cocina con la cara de pocos amigos y pudo distinguir que su madre la buscaba entre la multitud. Por suerte ya se iban de esa desagradable casa, porque si fuera por ella, nunca volvería a pisarla.
0
Naruto miró la caja con envoltorio violeta y el moño blanco, mientras esperaba que le habrán la puerta de la casa de su amiga. Ese día era el cumpleaños de Hinata y habían arreglado ir a verla para festejarlo todos juntos. La puerta se abrió, dejando ver a una pequeña Hanabi que sonreía de oreja a oreja al verlo.
—¡Naruto-Niichan!– Gritó al tirarse a sus brazos mientras el rubio reía por lo efusiva que era la hermana menor de su amiga.
—¿Cómo estás Hanabi?¿Y Hinata?– Preguntó mientras entraba a la casa.
—Ella está en su habitación, sube. Yo estoy haciendo el pastel con mamá.– Le contó emocionada al cerrar la puerta.
—De acuerdo, subiré ttebayo.— Le dijo apuntando con un dedo las escaleras y la pequeña Hyūga se fue corriendo a la cocina después de asentir con la cabeza.
Naruto subio las escaleras y escondió el regalo en su espalda al estar cerca de la puerta de su amiga. Cuando iba a tocar la puerta se dió cuenta que esta estaba entre abierta y escuchó la risa de Hinata. Le pareció raro que Hanabi no le haya dicho que estaba acompañada y asomó un poco la cabeza. Se quedó quieto al darse cuenta que ella le daba la espalda mientras mantenía el celular frente a ella y le pareció escuchar la voz de alguien.
—¡Muchas gracias Tamari-San!
El rubio se dió cuenta que estaba hablando por vídeo llamada y no quería interrumpirla, así que se estaba por ir. Pero lo que dijo Hinata lo detuvo en seco.
—¡Si!¡Obvio que quiero hablar con Gaara-Kun!
Naruto frunció el entrecejo y agudizó el oido.¿Quién era Gaara? y ¿Por qué ella quería hablar con él?
—Hola Hinata. Feliz cumpleaños.– escuchó perfectamente la voz de un chico, bastante grave y algo seca.
—Gracias Gaara-Kun. ¡Estoy muy feliz de verte!, por lo menos por celular.– Hinata río un poco.
—Yo también lo estoy.– Naruto alzó una ceja al escuchar, la voz del chico no demostraba mucho.— Aunque me gustaría que estuvieramos juntos, como el año pasado.
El rubio se mordió fuerte el labio, un sentimiento extraño le nació del pecho.
—A mi también me gustaría que estuvieras aquí...
Naruto abrió grande los ojos y sintió como si una cuchilla se le clavará en el pecho, más al escuchar la notable tristeza en la voz de su amiga.
—¡¡Hinata!!– El grito de Hikari desde el borde de las escaleras lo hizo saltar y se escondió tras la pared para que su amiga no notará su presencia.
—Gaara-Kun, debo irme, me están llamado.– Escuchó que decía ella. No pudo escuchar la respuesta de él, pero sí lo que dijo la oji perla.— Si no te preocupes, más tarde te mandaré mensaje.– Hinata se río de nuevo.— Sí, gracias de nuevo Gaara-Kun. ¡Adiós!
Naruto preso del pánico porque lo descubrieran se apresuró a tocar la puerta antes de que ella saliera. La sorpresa en el rostro de Hinata fue evidante cuando lo vió allí.
—Naruto-Kun...– Susurró.
El rubio sonrió algo tenso y le extendió el regalo que ya no le preocupaba ocultar. Hinata volvió a sonreír y apurada rompió en envoltorio.
—¡Muchas gracias Naruto-Kun!– Le dijo con los ojos brillosos al ver el broche para el cabello de una flor de loto.
Naruto no dijo nada, estaba totalmente perdido en sus pensamientos. En lo único que podía pensar era en ¿quién era Gaara?¿Por qué se mandaban mensajes? y ¿Qué clase de relación tenía con Hinata?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro