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Sueños extraños y Sentimientos confusos

Los personajes de Naruto no me pertenecen si no a Masashi-Sama...

Estaba revisando uno por uno los capítulos para subirlo sin faltas de ortografía, como me pasó en los primeros. Pero... Tengo muchos capítulos y me estoy volviendo chango 😅... Así que decidí subirlo así como viene. Desde ya le pido disculpas por los horrores que verán... Está historia tiene como dos años me parece, fui creciendo junto con ella, así que tenga me paciencia.

Subiré las que están terminadas y las que planeo terminar. Últimamente estoy escribiendo de está historia y una vez que termine con "Todo por Ti" las seguiré. Besos!!


Capítulo 9

Sueños extraños y Sentimientos confusos.

Naruto apagó el despertador del domingo, con toda pereza se dirigió al baño al lavarse los dientes. Al salir miró con los ojos aún algo perdidos por el sueño al despertador.

9 AM

Maldijo para sus adentros y bajó corriendo por las escaleras sin preocuparse en vestirse. Le iba a reclamar a Hiruzen por haberle cambiado el horario del despertado para el domingo ya que el debía levantarse a las 7 para entrenar. Corrió a la cocina y al no encontrar a nadie se dirigió a la sala.

—¡¡Viejo!!– Gritó frustrado pensando que estaba sentado en el sillón.

En definitiva, Hiruzen estaba allí, pero no solo. Naruto abrió los ojos con horror a ver a sus nuevos amigos, a Jiraiya y Kurama junto a su tutor, todos aguantando la risa de verlo en boxer; con excepción de Tamaki que se tapaba la cara con ambas manos. Escuchó que la puerta de la calle se abría y una risa angelical que conocía muy bien llegó a sus oídos. Volteó con la lentitud de una cámara lenta y los ojos casi se le salen al ver a Hinata acompañada de Konohamaru. Éste último empezó a reirse de una manera escandalosa señalándolo, mientras Hinata se había congelado, completamente pálida. Lo primero que hizo Naruto fue cruzar un brazo a la altura de sus tetillas y ocultar su bulto con la otra mano, queriendo que sus manos crecieran para poder ocultar todo su cuerpo con ellas.

"Tragame tierra" Fue lo único que pudo pensar en ese momento. Hinata se puso totalmente colorada de golpe y al rubio le pareció hasta ver salir humo de su cabeza. Corrió de nuevo escaleras arriba, importandole muy poco dar una excelente vista de su trasero con el boxer anaranjado. Cerro la puerta de un golpe al escuchar la escandalosa risa de Kiba que se sumaba a la del nieto de su tutor.

Maldijo de nuevo y buscó ropa, preguntándose por qué todos estaban allí ese día y por qué se le había ocurrido salir semi desnudo. Una vez vestido con una bermuda negra con los bolsillos anaranjado y una remera gris suelta, bajó. Escuchó voces en la sala y se acercó muy despacio, temeroso y avergonzado. Apenas asomó la cabeza por la puerta de la sala se dió cuenta que esta estaba decorada con guirnaldas coloridas. Frunció un poco el entrecejo y se adentró a ella como si en cualquier momento le saltara algo en la cara.

—¡Oh!¡El exhibicionista llegó!– Grito Kiba completamente divertido.

Naruto lo miró frunciendo el labio.

—¡Kiba!¡Basta!– Lo reprendió Hinata muy colorada.

—Lo dice de celosos Naruto ¡Estás muy bien entrenado!– Lo ¿"alago"? Jiraiya con una sonrisa pícara.

—¡Jiraiya-Sensei!– La oji perla estaba casi bordo.

Naruto se rascó la nuca muy nervioso y con un intenso rubor en las mejillas. Todos rieron, menos Hinata que se abanicaba el rostro con ambas manos. No tuvo tiempo de enojarse cuando Konohamaru sacó una grande caja de la pequeña mesa ratona que estaba en medio de la sala.

—¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!– Gritaron sus amigos con una gran sonrisa.

Naruto miró sin poder creerlo a la gran torta que estaba escondida bajo la caja que no le había prestado atención. Aún estaba congelado cuando un montón de papeles le calleron en la cara y el cuerpo. Empezó a sentir muchas manos golpeándole la espalda y los brazos, y por fin fue capaz de reaccionar cuando una delicada mano se apoyó en su brazo. Giro su mirada hasta conectar su mirada con unos enormes ojos perla que lo miraban algo confundidos.

—¿Naruto?

El rubio sintió un picor en los ojos y abrazo a su amiga de manera algo brusca. No se dió cuenta del silencio que reino el lugar, ni la tierna escena que brindaba a los demás. Naruto ocultó su rostro en el hombro de Hinata y no le importó que ella se diera cuenta que estaba llorando. La Felicidad era tan abrumadora que no pudo evitarlo y sintió una punzada en su pecho cuando Hinata lo abrazó más fuerta.

0

La noche había llegado entre risas y comida. Todos habían ido a festejar junto con el rubio su cumpleaños y Naruto nunca se había sentido más feliz por ello.

Naruto sonrió al ver a Kiba con las mejillas coloreadas de un rojo intenso y los ojos algo perdidos. Definitivamente no había sido una buena idea permitir que el castaño bebiera Sake. Kiba hablaba de una forma pastosa, arrastrando las palabras y casi no se le entendía las mitad de las palabras. Lo único que habían llegado a entender era que, para el castaño, Tamaki era muy linda y que le gustaba mucho. La chica, después de la repentina confesión de su amigo se sonrojó con fuerza y fue a la cocina junto con Hinata a ayudarla con los trastes.

Jiraiya estaba en unas condiciones parecidas que el castaño, Kurama era el más sobrio de los cuatro ya que no había bebido. El peliblanco había dicho que ya tenía edad para probar el alcohol y prácticamente lo obligo a beber tres medidas de Sake. Naruto se sentía algo mareado, pero demasiado felíz como para prestar atención de ello. El rubio tomó la medida que le ofreció su Sensei Jiraiya, haciendo que ahora fueran cuatro. Se levantó de golpe y sintió como todo empezó a moverse y se agarró del borde de la mesa.

—¿Naruto?¿Te encuentras bien?– La voz de Shino llegó a sus oidos, Aunque algo difusa y lejana.

Entrecerró los ojos al mirar a la dirección de su callado amigo que platicaba con Hiruzen y se extraño al ver dos Shinos.

—Shino...¿Co-como se... llama tu her-manoo?– Preguntó arrastrando la última letra.

El de gafas no pudo evitar sonreir, el estado de ebriedad de su amigo era más que notorio. Aunque Hiruzen estaba algo preocupado, sonreía de haber visto tan felíz a Naruto el día de su cumpleaños. No le extrañaba que el rubio se haya olvidado de que lo era, ya que nunca le había prestado mucha atención porque de pequeño siempre había sufrido al no poder invitar a nadie. Por eso se alegraba tanto de la llegada de la pequeña Hinata a la vida de Naruto, ella había iluminado la vida algo sombría de su casi hijo.

Naruto se agarró de la silla para rodearla y el sonrojó de sus mejillas se hizo más notorio. Sentía las piernas algo pesadas y con mucho calor, escuchó la risita de su amiga y camino zigzaguenate hacía esa dirección. Se apoyó en el marco de la puerta de la cocina y observó a su amiga que le daba la espalda mientras lavaba, acompañada de Tamaki que secaba. Sintió como su lenguo ormigueba y se la mordió mientras miraba detenidamente a Hinata. Nunca le había prestado atención, ladeo la cabeza al darse cuenta que el pantalón de mezclilla asentuaba su trasero y negó con la cabeza. No estaba bien que él la mirará de esa manera.. ¿No?

—¿Naruto?

El mencionado levanto la mirada al escuchar la voz de su amiga para encontrarla mirando algo confusa; también notó que Tamaki lo miraba con la misma expresión. El rubio movió la boca sin saber que decir y es que ni sabía por qué se había ido a la cocina. Hinata frunció el entrecejo un poco y dejó la esponja en el platillo a un lado de la canilla.

—¿Sucede algo?– Ella quiso saber.

Naruto se pasó la mano por toda la cara al sentirse de nuevo mareado y negó con la cabeza. Empezó a caminar otra vez, quiso hacerlo normar, pero su intento fracasó ridículamente. Tamaki dejó escapar una risita y Hinata la miró en forma reprobatoria, aunque se notaba que algo le divertía el estado del rubio.

Naruto llegó a un lado de Hinata y agarró un baso y se lo mostró.

—Qui-quiero a-agua...– Le costó pedir al sentir de repente mucho calor.

—Cl-claro..– Tartamudo la oji perla.

Cuando ella estaba sirviendo en el baso se escucho un grito de Kiba en la sala. Algo "No sabes.." y "Es mi vida...". Naruto no llegó a entender mucho más, Tamaki después de un suspiró y de susurrarle algo a su amiga salió corriendo a la sala. El rubio había apoyado ambos codos en la mesada y mantenía su cabeza ladeada apoyada en una de sus manos y miraba, o eso intentaba, a Hinata. La oji perla sonrió al ver que su amiga castaña salía de la cocina para socorrer a su amigo.

—Me gu-sta tu sonrisa...– Susurró hipeando Naruto sin darse cuenta.

Hinata abrió grande los ojos y dirigió su mirada a su amigo asombrada por su palabras. Naruto en vez de preocuparse de haber sido descubierro, sonrió zorrunamente, mostrabdo las hileras blancas de sus dientes. El rubio agarró el baso de agua y lo tomó todo de un sorbo y lo dejó sobre la mesada al erguirse. Volvió a mirar a su amiga, que estaba sonrojada con fuerza y él sonrió. Levantó una de sus manos y con su dedo indice acarició una de las mejillas de la oji perla. Sintió el calor que desprendía el rostro de ésta y también su suavidad.

—Eres muuy...– Se detuvo al darse cuenta que sus rostros estaban muy cerca. ¿Cuando había pasado?

Hinata lo miraba totalmente estática, sin siquera parpadear. El dirigió su vista a los labios de su amiga que estaban levemente abiertos. ¿Estaba mal querer probarlos? Porque eso quería hacer en ese momento. Volvió a levantar la vista a los ojos de perla que tenía su preciada amiga y tragó con dificultad. Se humedecio los labios resecos y empezó a sentir mucho más calor, ya estaban en otoño ¿Era normal ese calor?

—¿Hina..?

—¿S-si?– Ella no apartaba la vista de sus ojos y él empezó a sentir como la cocina comenzaba a moverse y pequeñas manchas aparecieron en su campo de visión.

— N-no... no me sien-to bi...

Y todo se volvió negro.

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Naruto miró a Hinata que estaba sentada a un lado de él, sin comprender como ambos habían llegado a su habitación. Observó la ventana y notó que ya era bastante tarde.

—¿Hinata?¿No deberías...?– Las dedos posándose en sus labios le hicieron detener la pregunta.

Sus ojos se abrieron de par en par al ver que su amiga, muy sonrojada, se acercaba a su rostro muy lentamente. Su corazón comenzó a palpitar con locura y no podía moverse.

—¿Hinata?– La llamó algo extrañado y nervioso al ver ella cerraba los ojos.

La oji perla por toda respuesta llevó la mano a su nuca y acarició con los finos dedos los mechones rubios. Naruto cerró los ojos al sentir una placentera corriente pasar por su cuerpo con esa acción. Pero volvió a abrirlos de golpe al sentir algo suave sobre sus labios.

Hinata estaba besándolo.

Sintió como el extraño calor aumentaba a casi insoportable, y al sentir el leve masaje que le daban los labios de su amiga cerró los ojos. Tomó con ambas manos las mejillas de Hinata y se dispuso a devolverle el beso.

De un momento a otro las cosas empezaron a subir más de tono. Naruto empezó a mordisquear el labio inferior de la oji perla y ella gimio en su boca, provocando un estremecimiento placentero en el cuerpo del rubio. Sin darse cuenta, las manos de Naruto ya estaban en la cintura de Hinata y ella asomó la lengua entre los labios de él. El rubio se sentía desfallecer por el intenso sabor dulce que lo invadió sumado al calor que empezaba a embargar su cuerpo, además de una punsada nada desagradable en su entrepierna. Sintió como Hinata se movía en sus brazos, ella se había subido a horcajadas sobre él, apretando el cuerpo contra el suyo.

Hinata se movió un poco encima de él y Naruto tuvo que cortar el beso para apretar los dientes ante la sensación que lo invadió. Un gemido escapó por los labios del rubio al sentir que los dulces y suaves labios de su amiga ahora besaban su cuello.

—Hi... Hinata..– Susurró queriendo detenerla.

Eso no estaba bien... ¿O si?

No podía saberlo mientras Hinata se frotaba contra su entrepierna y mordiqueaba su cuello. Un calor embriagador se instaló en su vientre y ya no podía pensar con claridad. Cerró los ojos con fuerza al morderse el labio, las sensaciones eran cada vez mas fuertes y el calor lo estaba ahogando. Se sorprendió al darse cuenta que tenía las manos en las caderas de Hinata y la mecía una y otra vez encima de él. Miró el rostro de su amiga y pronto se dió cuenta que había sido un error.

Hinata se mordía el labio inchado y algo rojo, sonrojada, algo transpirada, despeinada y con los ojos aperlados fijos en él. Un impulso lo obligó a reclamar de nuevo los labios de su amiga y ella gustosa lo aceptó. Sentía que pronto explotaría si seguía así, pero no podía detenerse. Hinata agarró una de sus manos y con delicadeza la llevó hasta apoyarla en su pecho. Él abrió los ojos de golpe al sentir esa textura suave y firme. Sintió un hormigueo en sus muslos y vientre. Ya no podía aguantar mas.

Hi-Hinata..– Jadeó.— Y-yo... voy a ...– Gimió más audible al sentir que llegaba a su límite...

Naruto se sentó de golpe en la cama, transpirado, muy agitado y completamente solo. Sintió algo mojado en sus muslos y corrió la frasada, al darse cuenta de la mancha en su boxer sus ojos se agrandaron.

—¿Q-qué pasó?– Se preguntó aún intentando controlar su respiración.

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Neji miró a Ten-Ten de reojo, su compañera de la universidad. La chica castaña con dos chonguitos en el cabello, era fuerte y decidida, además de muy inteligente. Pero Neji se daba cuenta que el ex novio de ella la molestaba hacía varios días. No entendía por qué le importaba tanto, pero le molestaba mucho, le hacía hervir la sangre cada vez que veía que ella era acosada por él. Apretó con fuerza la bandeja de su almuerzo al ver cómo él se acercaba demasiado y es que Sora era muy insistente.

—¡Hey!¡Neji!

El castaño se volteó a ver a Rock Lee, su único amigo desde que había empezado la universidad, aunque fue más que nada por la insistencia del moreno. Escucho que algo caía al suelo una vez que su amigo estuvo a su lado y ambos voltearon a ver que había pasaso. Neji alzó ambas cejas al ver a Sora en el suelo sentado, mirando furioso a Ten-Ten que le devolvía el mismo gesto. El ex de la castaña se levantó, apretando los dientes y enfrentó a la que había sido su novia. Neji quería interceder, pero en vez de eso comenzó a caminar a esa dirección, pero sólo para sentarse; o eso creía.

Cuando estaba por sentarse, vió como Sora empujaba a Ten-Ten y ésta caía al suelo. Neji sintió como una ira inundó todo su ser y tiró la bandeja a la mesa, haciendo mucho ruido, provocando que Sora lo mirará mal.

—¿Te crees mucha cosa al molestar a una chica?– Le preguntó Neji acercándose con los dientes apretados.

—No te metas niño.– Le contestó de la misma manera ya que él tenía 17 y Sora 19.

Neji miró a Ten-Ten y ella lo miraba a él asombrada y algo preocupada en sus ojos café. Todos sabían que el Hyūga era un genio en la escula, ya que se había graduado en una corta edad y era el más joven de la universidad. Pero él no se achicaba ante nadie y le hizo frente a Sora, que lo pasaba por pocos centímetros.

— Déjala. – Fue lo único que dijo el castaño.

La mirada aperlada que le dedicaba en eso momento podría helar la sangre de cualquier inteligente, pero al parecer Sora no lo era tanto ya que sonrió de lado.

—Esto no quedará así, Hyūga..– Le susurró para después marcharse.

Neji apretó los puños y después de un momento volteó a mirar a la castaña que era ayuda por Rock Lee, para levantarse. Ella le sonrió y él le devolvió el gesto.

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Naruto miraba el pizarrón con muchos números sin entender nada en sí. Su mente viajaba muy lejos en ese momento. Se mordió las uñas, sin siquiera parpadear. Unas enormes ojeras se habían instalado en su rostro. Cuando sus amigos le habían preguntado por qué estaba en ese estado, él mintió diciendo que era pura resaca. Aunque tal vez lo fuera, lo cierto que después del extraño sueño que había tenido con su amiga, no pudo dormir después del baño frío. Menos cuando fue a la escuela, no podía verla al rostro, se sentía una escoria por haber tenido ese tipo de sueño con su amiga.

No es que nunca los haya tenido, si, muchas veces había soñado cosas subido de tonos; los famosos sueños húmedos. Pero se sentía basura al pensar en su amiga de esa forma y aún más al ver como ella se preocupaba por su salud cuando lo vió. En el almuerzo había evitado estar con Hinata, tal vez ella sospecharía algo, pero él estaba demaciado avergonzado.

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Para el viernes de esa semana, Hinata se había dado cuenta que Naruto la evitaba. Su semblante estaba algo decaído y no pasaba desapercibido por ninguno de sus amigos, aunque sólo Tamaki sabía la razón.

—¿Hinata-Chan?¿Estás bien?– Le susurró cuando se sentaron en la mesa del comedor solamente ellas dos.

Hinata hizo una mueca parecida a una sonrisa y miró de reojo a Naruto, que charlaba animadamente con Kiba y Shino en la fila para recibir el almuerzo. La oji perla suspiró y es que hasta ya no recibía los bento que ella hacía y estaba de más deprimida por ese repentino cambio del rubio.

—Tamaki.– La llamó haciendo que ella la mirara con preocupación en sus ojos miel.—¿Cre-crees que él... se dió cuenta?– Le preguntó susurrando muy bajo y sintiendo su cara arder.

La castaña miró a la dirección de los chicos, específicamente al causante de que su mejor amiga estuviera en ese estado. Ella misma le había preguntado a Kiba y Shino si sabían sobre el comportamiento extraño de Naruto hacia Hinata, pero ninguno de los dos supo decirles algo. Suspirando negó con la cabeza, estaba segura de que el rubio no se había dado cuenta de que la oji perla estaba enamorada de él, pero no llegaba a saber el por qué de su distanciamiento.

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Kurama observó a su alumna cuando terminó de practicar con el muñeco. Después del cumpleaños de Naruto la había notado algo distraída y no daba el máximo al entrenar, más bien estaba decaiada y casi no sonreía. También había notado en ese fin de semana como Naruto se ponía nervioso con la proximidad de Hinata y ya no se quedaba después de entrenar, como lo había hecho casi siempre.

Algo, definitivamente, le olía mal...

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—Naruto, no te vallas. Quiero hablar contigo.

El rubio, algo extrañado, dejó la mochila sobre el suelo y se sentó al frente de Jiraiya, en la mesa del pequeño comedor de él.

—¿Qué sucede Ero-Senin?

— Quería hablar sobre Hinata.– La sola mención del nombre de su amiga lo puso algo nervioso.

—¿Qué... qué sucede con ella?– Le preguntó haciéndose el desentendido.

Jiraiya sonrió, conociendo tan bien a su alumno. —Eso quiero saber.– Naruto tragó saliva con dificultad. —¿Ha pasado algo entre ustedes?

—¿Ah?¿No-nosotros?– No quiso que su voz saliera tan nerviosa pero le fue imposible.—¿Q-qué po-podría...?– Naruto no termino la pregunta ya que Jiraiya levantó la mano entre ellos para que el rubio parará con su tartamudeo.

—Es algo obvio Naruto. Kurama a notado a Hinata triste.– El rubio bajó la mirada con dolor en sus zafiros. —Yo también te he notado un poco más dispersó que lo normal...

Naruto se debatía en su interior en contarle a su Sensei sobre su 'dilema' y es que desde esa noche, toda esa semana había soñado con su amiga. Al principio habían sido sólo besos, luego ella ya estaba casi sin ropa y la última noche ya la había visto completamente desnuda, en su sueño obviamente. Pero eso no era lo malo, por decirlo de algún modo. Lo malo era que él antes de dormir quería soñar con ella, por más que para el rubio sea un sacrilegio.

—Y-yo... — Naruto volvió a pasar saliva, necesitaba decírselo a alguien. — La he estado... avitando.– Susurro la última palabra.

El peliblanco alzó ambas cejas por la respuesta de su discípulo, nunca se lo hubiera esperado.

—¿Por qué?– Fue lo único que pudo preguntar.

—Bu-Bueno, yo...– El rubio estaba fuertemente sonrojado y se rascó la nuca al aclararse la gargata.— Es que...

Jiraiya suspiró, nunca había visto a Naruto tan vergonzoso y suponía que debía ser un asunto penoso para él. Cuando el rubio al fin conectó la mirada con la de su Sensei, Jiraiya pareció comprender todo y una sonrisa se colocó en su rostro.

—¡Oh! Entiendo.— Naruto miró de nuevo a su Sensei, la sonrisa de éste no era de burla más bien de comprensión.— Sientes cosas por ella..

—¿¡Ee!?– Le interrumpió con los ojos enormes y transpirando en frío.—¡No es eso dattebayo!

Jiraiya ahora si que no entendía nada, pensó que tal vez él tenía un sentimiento de enamoramiento por su amiga. Obviamente lo entendería si era eso, pero al parecer por la acción de su discípulo, estaba muy lejos de eso.

—¿Entonces qué?

—E estado teniendo... sueños– Cuando dijo esa palabra pareciera que estaba diciendo un secreto en medio de una sala llena de gente.

Jiraiya había tenido que acercarse un poco para entenderlo y su entrecejo se frunció mucho más. ¿Sueños?¿Que tenía de malo soñar con su...?

—Aaah...– Al fin el peliblanco entendió el dilema de su alumno.

Jiraiya se rascó la cabeza algo incómodo al ver a Naruto muy sonrojado. Era algo normal, algo que le pasaba a todos los adolescentes hombres, no era algo extraño, pero él se imaginaba que para el rubio no era tan bueno tener esa experiencia con su apreciada amiga. El peliblanco se aclaró la garganta, buscando una forma de ayudar a su alumno con su... 'Dilema'.

— Bueno, aveces puedes evitar éste tipo de sueños.– La cara de Naruto se iluminó al escuchar esas palabras y lo miró atentamente.

—¿Es verdad Ero-Senin?¿Qué debo hacer'ttebayo?

Jiraiya se sorprendió un poco de que no supiera de esas cosas, ya que era un muchacho de 16, pero también sabía que Hiruzen ya estaba viejo para explicar todo eso y tal vez al rubio le daba pudor hablar de ello con su tutor. Se levantó de su asiento y fue a su biblioteca particular, sacando el libro erótico que él mismo había escrito y se lo dió dejándolo sobre la mesa.

—¿Icha Icha Para... qué?– Preguntó Naruto al leer la tapa del libro.

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El lunes al fin llegó y Naruto fue de muy buen humor al instituto, ese fin de semana no había soñado con su amiga gracias a los consejos de su Sensei. Al principio se había sorprendido mucho cuando él le contó que escribía ese tipo de libros y más cuando le dijo que el local que tenían, con Kurama, era de eso. Nunca le había prestado atención, tampoco Hinata, pero es que al local sólo habían entrado esa noche del ataque y estaban en otra sintonía ese día para darse cuenta que vendían cosas para adultos.

Vio a Hinata bajar de la motocicleta de Kurama y corrió hacía ella cuando el pelirrojo se marchó.

—¡Hinata!– La llamó levantando una mano cuando estaba cerca.

La oji perla se sobresaltó y lo miró asombrada de que la esperará.

—¿Cómo estás dattebayo?– Le preguntó con su sonrisa zorruna.

Hinata parecía algo confusa, ya que la semana pasada el rubio o llegaba sobre la hora o iba directo a su aula sin esperarla y verlo allí, tan sonriente como si nada, le hacía extraño. Pero después del asombro, sonrió, ya que le hacía feliz ver que él volvía a ser el de siempre.

—Bien ¿Y tú, Naruto?

El rubio se colocó ambas manos en la nuca y comenzaron a caminar adentro del instituto.

—Bien ttabayo. Algo ocupado con los trabajos.– Le contó poniendo su típica cara de fastidió.

—Yo también.– Le dijo Hinata sin borrar su sonrisa.—Hoy tengo que ir a la biblioteca en el almuerzo, para terminar uno con Kiba y Shino.

—¿Ah, si?– Naruto no pudo disimular su tono de decepción, ya que la semana pasada la había evitado hasta en el almuerzo, pero lo cierto era que la extrañaba mucho.

Iba a decir algo más cuando miró a un costado y vió a su compañera Sakura acompañada de Deidara. Se extrañó al verlos tan juntos, se detuvo sin darse cuenta que Hinata seguía caminando. Parecía como que estaban en una discusión y no le gusto nada cuando el rubio de pelo largo la agarró del brazo.

—¿Naruto?– El rubio miró a su amiga que estaba a un par de pasos de él. Ella lo miraba con la cabeza ladeada y con su frente levemente arrugada.

Naruto volvió a mirar a Sakura sin contestar a su amiga, quería intervenir, pero no sabía qué era lo que estaba pasando. Apretó lo puños al ver que Deidara la soltaba de mala manera y se iba. Sakura se había quedado frotando el brazo y sus miradas se cruzaron. Los ojos jades se abrieron cuando se dieron cuenta que Naruto los estaba viendo y desvío la mirada a un lado algo sonrojada. El rubio no sabía muy bien que significaba eso, pero creyó que era una buena señal y sonrió.

—Ahora vuelvo Hinata.– Le avisó a la oji perla y salió corriendo a la dirección de la pelirrosa.

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Hinata tragó con dificultad el nudo que se le hizo en la garganta cuando vió correr a su amigo a la dirección de Sakura Haruno. Quería irse adentro, pero sus pies no se movían. Vio cuando Naruto llegó al frente de la chica y como ambos estaban de perfil a ella, notó el leve sonrojo de su amigo al saludarla rascándose la nuca y ahora el nudo se instaló en su pecho.

Nunca le había querido preguntar a Naruto que tipo de relación tenía con la pelirrosa, pero era obvio que él le importaba mucho. Siempre le importaba todo lo que ella hacía y cuando ella se animó a preguntar sobre sus compañeros el año pasado, no olvidaba como la cara del rubio se había iluminado al hablar de la chica.

Sus pies por fin reaccionaron cuando Sakura le sonrió, no quería ver esas cosas, le molestaba. Ella no creía que era una chica celosa, pero se dió cuenta que sí lo era. Se volteó y cuando se proponía empezar a caminar se enfrentó con un par de ojos negros y fríos que la miraban. Hinata apretó las manijas de su portafolio escolar al ver al Uchiha con ambas manos en su bolsillo mirándola intensamente, sin una pizca de vergüenza. Ella apartó los sentimientos que se le habían hecho una bola en el pecho para poner una expresión dura, no dejaría que él la viera mal.

—Hyūga.

Hinata alzó una ceja, Sasuke la había saludado, sus palabras parecería que no tenían otro propósito.

—Uchiha.

Él levantó la mirada y la dirigió a su espalda, donde ella creía que seguían Naruto y Sakura hablando.

— Hacen bonita pareja¿No crees?

Hinata bajó la mirada al morderse el labio, no quería contestar eso.

—Con permiso..– Dijo al empezar a caminar, pero cuando pasó a un lado de el, se sorprendió ya que la había agarrado del brazo.

La oji perla miró la mano vendada del azabache y luego levantó la mirada hasta conectarla con los ojos negros, profundos y sin brillo. Por un momento se asombró, ya que le pareció ver mucho dolor en su mirada. Sasuke hizo una mueca parecida a una sonrisa y la soltó.

Hinata volvió a quedarse como estatua mientras veía caminar a Sasuke. ¿Por qué le pareció que le pidió ayuda de algún modo?¿Era otra artimaña?¿Qué buscaba comportándose de ese modo con ella?¿Por qué tenía la mano vendada?

De repente se sentía muy confundida...

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Espero que la pasen bien éste fin de año. Con las personas que son importantes en su vida y que sean tranquilas.Nos leemos!!

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