Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cambiando el rumbo

Los personajes de Naruto no me pertenecen si no a Masashi-Sama...


Capítulo 5

Cambiando el rumbo

Motivación

Naruto caminaba algo distraído, se dirigía a la casa de su amiga a visitarla, ya había pasado casi tres semanas del ataque que habían sufrido a manos del Uchiha. Hinata ya se encontraba mucho mejor de su tobillo y sus marcas de la terrible golpiza que había recibido ya casi no existían.

Un auto freno por donde él iba y sus ojos miraron asustado al conductor, hasta que lo reconoció.

—¿Viejo?– Preguntó acercándose a la ventanilla del conductor.

Jiraiya que lo había estado mirando con una sonrisa, frunció la frente enseguida.

—Oye chico, estoy pensando seriamente en darte a una golpiza para que aprendas a respetar.

Naruto se rascó la nuca con una sonrisa nerviosa. — Lo siento vie... Jiraiya.– Se corrigió antes de volver a meter la pata.

—¿Qué estabas haciendo?– Le preguntó con la sonrisa otra vez en sus labios.

— Iba a ver a mi amiga..

—¡Oh!¿Cómo se encuentra ella?– Le interrumpe mostrando verdadero interés.

—Mucho mejor, gracias por preguntar. Además me había olvidado completamente de agradecerle por haberme ayudado el otro día.— Le dijo algo apenado.


—No te preocupes. Estábamos pensando en ir a visitar a tu amiga también.— Naruto alzó ambas cejas.

—¿Estaban?– Preguntó al escuchar que usaba el plural en su oración. Entonces se agachó un poco y pudo ver que sentado en el asiento del copiloto estaba Kurama, que lo miraba con los ojos inexpresivos.

Su frente se arrugó de inmediato, y es que ese hombre no le caía para nada bien. Hinata le había contado lo que los amigos de Sasuke habían intentado con ella y también como el pelirrojo la había defendido. Se sentía agradecido porque él alla llegado a tiempo, porque Naruto nunca se hubiera perdonado si algo le llegaba a pasar a su preciada amiga; pero odiaba la admiración que había nacido en ella por él, le ponía los pelos de punta.

—Hmp.– Kurama lo saludo con un movimiento de cabeza y Naruto también lo hizo, pero sin dejar de mirarlo mal.

—¿Quieres que te llevemos chico?— Preguntó Jiraiya, haciéndose el desentendido por la mala vibra que había entre esos dos.

Naruto lo dudo unos segundos, pero terminó accediendo, se subió en el asiento de atrás y el peliblanco empezó a conducir de nuevo. La mirada azulada del rubio estaba clavando dagas en la nuca del pelirrojo, hasta que Jiraiya interrumpió el denso silencio que se había instalado en el auto.

—¡Oye niño!¿Que edad tienes?

— Cumpliré 16 en unos meses.– Le contestó al desviar la mirada al retrovisor.

—¿Y dime Naruto?¿Alguna vez habías entrenado en algo?

—¿Entrenar?– Preguntó confundido.

—Claro, algun arte marcial.– Le dijo despreocupado.

—No, no es que no quisiera, pero mi tutor no tiene el dinero suficiente como para anotarme en un dojo.— Naruto se encogió de hombros, para no darle importancia y miró por la ventana.

—¿Y te gustaría aprender?– Le pregunta llamando de inmediato la atención del rubio.

—Obvio que si dattebayo.— Dijo emocionado, al intuir lo que le iba a decir Jiraiya.

El peliblanco estacionó el auto en la reja de la casa Hyūga y se volteó a ver al rubio con una gran sonrisa.

—Yo puedo enseñarte si quieres.— A Naruto los ojos le brillaron de la emoción, pero pronto se desanimó.

—No tengo dinero para pa...— Un golpe en su cabeza lo interrumpió y vió con pequeñas lágrimas en los ojos, agarrándose el lugar afectado, a Jiraiya.

—No dije que iba a pedirte dinero mocoso.— Le dijo algo enojado y luego se bajó del auto seguido por el rubio. —Puedo enseñarte un par de cosas muchacho..— Se acercó a él y tapó su boca para decirle algo para que sólo el rubio escuchara, ya que Kurama tocaba el timbre de la reja.—Así podrás ser el héroe de tu amiga.– Y le guiñó el ojo.

Naruto sintió sus mejillas arder mientras miraba al peliblaco que estaba con una sonrisa y mostrándole el pulgar. No contestó pero la idea le gustó bastante, así él lograría ser admirado por su amiga. Las rejas se abrieron y los tres entraron, el rubio totalmente perdido en sus fantasías de que la mirada de su amiga resplandeciera cada vez que lo viera.

0

Hinata estaba sentada en el patio trasero de la casa, en una reposera mientras leía un libro que le habían mandado leer de la escuela como tarea. Ya la mayoría de los trabajos lo había terminado junto con Naruto y el libro era lo último que faltaba. Ya faltaba poco para el inicio de clases nuevamente y se preguntaba por qué en Konoha sólo tenía 5 semanas de vacaciones, cuando su hermana Hanabi la llamó.

—¡Hinata!¡Hinata!

La oji perla vió por encima de su hombro con una sonrisa a su hermana, sabiendo que su amigo de seguro ya había llegado; pero sus ojos se abrieron de par en par por el asombro al ver también allí a Jiraiya y Kurama, atras del rubio. Recién pudo reaccionar cuando los tenía justo al lado, se levantó, dejando al libro sobre la mesita donde había unos dulces.

—Hola señor Jiraiya, señor Kurama.— Saludo haciendo una reverencia a cada uno.

Hinata le devolvió la sonrisa que le daba el peliblanco, pero cuando miró al pelirrojo sintió sus mejillas arder, es que en la mirada rasgada de él la ponía nerviosa. Además de estar sumamente agradecida por como la había salvado, a pesar que al principio prácticamente lo odiaba porque no había querido ayudarla.

—P-por favor, Si- siéntensen– Les ofreció los asientos que rodeaban la pequeña mesa.

—Oh, Gracias pequeña Hinata.– Le dijo Jiraiya al sentarse y Kurama le regaló una media sonrisa.

La oji perla sonrió y escuchó un carraspeó, miró a la dirección de su amigo que parecía algo molesto.

—Naruto, si-sientate, por favor.— El rubio sonrió y se sentó en el asiento que estaba ella antes, al lado del pelirrojo.

Hinata no prestó atención a eso y le pidió a su hermana que trajera té, para darle a los invitados; cosa que Hanabi hizo sin chistar. Una vez que la pequeña se fue, la oji perla se sentó junto con su amigo y miró a sus inesperados invitados...

Hinata parpadeo varias veces al escuchar lo que le habia dicho Kurama.

—¿C-cómo..?

—¿Si te gustaría que te entrene?

Hinata miró a Naruto, él se había atragantado con un dulce y Jiraiya reía mientras el rubio se ponía casi azúl.

—Pu-pues... y-yo..— La ojiperla empezó a jugar con sus dedos.

Aprender a defenderse era lo que más quería, después de haberse sentido inútil cuando los atacaron esa noche de domingo.

—¿Y por qué tienes que ser tú dattebayo?– Le preguntó Naruto después de tomar un poco de té frío.

—Es simple, ella tienen el tobillo lastimado y no debe forzarlo. El estilo de arte marcial que utilizó no necesita, por lo menos al principio forzar las piernas.— Explicó Kurama, pero con los ojos profundos y rojos clavados en los perlas de Hinata.

La oji perla sintió la seguridad del pelirrojo y miró a su amigo que la observaba con el entrecejo levemente fruncido. Ella se había prometido no dejar sólo a Naruto y si él iba aprender con Jiraiya, ella no quería quedar atrás y ser siempre la damisela que tenía que ser defendida. Volvió la mirada al pelirrojo con el fuego que la caracterizaba cuando estaba convencida, sin pizca de temor.

—Si quiero que me enseñe señor Kurama.

—Pero Hinata...– Quiso protestar su amigo.

—Quiero aprender Naruto.— Le interrumpió segura de sus palabras pero sin perder ese toque de amabilidad que siempre tenía con él.

El rubio bajo la mirada por unos segundos, como pensando si la decisión de su amiga era la correcta y cuando la levantó le sonrió, en señal de apoyó.

—¡Bien! Está decidido. Mañana empezaremos con el entrenamiento..– Habló Jiraiya.

—¿Mañana?– Dijo la oji perla sorprendida.

—Tu tobillo ya debe estar mejor ¿o no?– Le preguntó Kurama.

—S-si.

—Entonces no hay motivo para esperar mas. Mañana traeré lo necesario para que empieces.– Le dijo mientras se levantaba de su asiento el pelirrojo.

El peli blanco también se levantó y le extendió una tarjeta a Naruto, que el rubio lo tomó algo dudoso.

—Mañana a las 5 AM allí..

—¡¿5 AM?!– Preguntó sorprendido el rubio al levantar la mirada del papel.

—Tenemos poco tiempo y mucho que hacer muchacho. Prepárate.– Hinata y Naruto tragaron con dificultad al ver la sonrisa macabra de Jiraiya, aunque la oji perla lo hizo más que nada al estar preocupada por su amigo.

—Yo vendré a la misma hora Hinata.– Le dijo Kurama llamando su atención.— Descansen bien ésta noche que mañana empieza su infierno.— Los dos volvieron a tragar con dificultad.

¿A dónde se habían metido?

0

Naruto observó el parque donde Jiraiya lo había hecho ir, miró su relog de muñeca y ya eran las 5:10Am y ni señal del peliblanco. El rubio se cubrió otra vez la cabeza con la capucha de su campera negra y naranja. Se metió las manos en los bolsillos y empezó a caminar mirando al rededor para intentar encontrar a Jiraiya. El sol ya se asomaba en el horizonte, el pasto estaba levemente mojado por el rocío matutino y el viento helado golpeaba el rostro bronceado del oji azúl. Escucho unas ruedas por su espalda, ya que el ser seguido por varios meses cada vez que salía, le había desarrollado más los sentidos. Entonces distinguió que el peliblanco se acercaba en una bicicleta y frenaba justo frente a él.

—Disculpa la tardanza muchacho. Tuve que ayudar a Kurama con el muñeco de madera...

—¿Muñeco?– Preguntó Naruto alzando una ceja y cruzadose de brazos.

— Bueno eso no importa— Jiraiya salió de la bicicleta y caminó a un banco, se sentó dejando la bicicleta apoyada en el mismo e instó a que el rubio lo haga a su lado.— Dime algo Naruto.— Él asintió para que siguiera hablando–¿Por qué quieres entrenar?

—¿Por qué?— Definitivamente levantarse temprano no ayudaba a las neuronas del oji azúl.

— Si, ¿Cuál es tu motivación?¿Cuál es tu propósito?¿Para qué quieres aprender a pelear?

Naruto se quedó mirando unos segundos el semblante serio de Jiraiya. Si le hubiera preguntado hace unos meses él no dudaría en decirle que quería darle su merecido a sus compañeros por lo que le habían hecho pasar, pero después del ataque que habían sufrido con Hinata era otra su respuesta.

—Quiero proteger a mis seres queridos.— Le contestó devolviéndole la mirada seria.

El peliblanco sonrió al escuchar esas palabras y es que esa era su primera prueba y el rubio la había pasado sin siquiera saberlo.

—Buena respuesta muchacho.– Le dijo al palmear su hombro.— Nunca olvides tu motivación, eso es lo que siempre te va a ayudar a pasar tu límite. — Naruto sonrió de lado y asintió. — El Kung-Fu además de ser un arte marcial es un estilo de vida. Nosostros no peleamos por venganza o reconocimiento. La disciplina y el respeto es lo primero, recuerda la violencia nunca es una buena opción. Si tus problemas puedes resolverlos hablando, házlo. Pelear con los puños es nuestro último recurso, nosotros queremos la paz no la guerra. Pero también sabemos que en algún momento de la vida, gente que es sorda a las palabras de la consciencia aparecen. Es por eso que entrenamos.— Naruto volvió a asentir prestando atención a cada una de las palabras que salían de su ahora Sensei. — Proteger a las personas preciadas es la mejor motivación, porque la gente que pelea por uno mismo no puede obtener la verdadera fuerza que viene de aquí.– Y le señaló el corazón.

El rubio bajo la mirada a su propio pecho y recordó esa noche en el callejón cuando Hinata fue a buscar ayuda. Él recibió muchos más golpes de lo que hubiera aguantado alguna vez y todo lo hizo porque sabía que su amiga necesitaba de él. Jiraiya se levantó y él lo imitó, el peliblanco volvió a subirse a la bicicleta.

—¡Bien!¡A correr!– Y empezó a andar sin esperar a Naruto.

—¡Hey viejo!¡Espera!– El rubio comenzó a correr tras él.

0

Hinata se acomodó la ropa que había traido Kurama para que entrenará. Se sentía incómoda con la musculosa ajustada, pero le gustaba el pantalón bastante suelto con un elástico en los tobillos. Ladeó el rostro al ver en su patio trasero una madera, como un tronco de arbol, con varios palos sobresaliendo de la parte de arriba y abajo. Hinata se acercó al pelirrojo que le daba la espalda.

—Kurama-Sensei.– Le llamó ella, haciéndolo voltear.

Hinata sintió estar frente a un enorme árbol, nunca lo había visto tan alto e imponente y sólo tenía una musculosa suelta negra con la cara de un zorro con la sonrisa malévola y los pantalones era iguales que los que usaba ella. Kurama unió sus manos en su espalda y quedó mirando a Hinata que bajó la mirada al sentirse nerviosa.

— Dime Hinata. ¿Cuál es tu motivación para hacer ésto?

La oji perla levantó la mirada al escuchar el tono duro del pelirrojo. Ella quería demostrar que iba a ser una digna alumna, así que se propuso dejar de ponerse nerviosa con el pelirrojo por más que su mirada a veces le causara escalofríos.

—Quiero proteger a mis seres queridos.— Contestó sin dudar.

La oji perla sonrió al ver la media sonrisa de su sensei.

— Así que quieres proteger a Naruto.– Más que una pregunta fue una afirmación.

—¿Eh? Y-yo , n-no...— Hinata sintió su cara arder y la seguridad se perdió al dar paso al nerviosismo que era palpable.

Una carcajada del pelirrojo hizo que la oji perla lo viera con los labios fruncidos, al darse cuenta que él estaba jugando con ella.

—¡S-sensei!

—Bien, bien.– Dijo cortando su expresión divertida.—¿Sabes qué es esto?– Le preguntó señalando el trozo de madera que estaba clavado a una plataforma.

Hinata lo miró, y la verdad que nunca había visto eso, así que miró a su sensei negando con la cabeza. Kurama suspiró y caminó hasta la madera y posó una mano sobre ésta.

—Esto es un dummy o muñeco de madera y con ésto entrenaras.— La oji perla levantó ambas cejas.— Lo que te enseñaré se llama Wing Chun. ¿Haz escuchado hablar, alguna vez, del Wing Chun?

—Se me hace conocido Sensei, pero no. Lo siento.– E hizo una reverencia.

—Bien, te contaré la leyenda, siéntate.— Hinata se colocó en el suelo y cruzó las piernas en forma de buda para escuchar la historia, mientras Kurama se sentaba en la plataforma del muñeco de madera.

—Se dice que después que el gobernante Qing destrullera los templos Shaolin del sur por promover la "rebeldía",– Hizo las comillas con sus dedos.— Una hermosa doncella llamada Yim Wing Chun tenía muchas propuestas de matrimonio, pero ella sólo quería casarse con un solo hombre.—Hinata sonrió– Pero había un señor feudal que insistía mucho en que se casará con ella. Yim Wing Chun se cansó de su insistencia y le dijo que si él lograba ganarle en un combate, ella aceptaría su propuesta.– La oji perla alzó ambas cejas, asombrada por el valor de la chica.— Pero había un problema, Yim Wing Chun no sabía pelear o no tan bien como para ganarle...

—¿Entonces por qué dijo eso?– Le interrumpió Hinata sin poder evitarlo ya que le ganó la curiosida.

—De seguro era muy testaruda y tenía fe en ella.— Le contestó Kurama mostrando una sonrisa.— Sigamos con la historia, un día Yim Wing Chun se cruzó con una sobreviviente del templo Shaolin. El nombre de la monja era Ng Mui y ella le pidió, por favor, que le enseñara un estilo de arte marcial para poder ganar al señor feudal que era muy fuerte. La monja le enseñó un estilo que ella misma había creado, que se centraba en atacar con la defensa...

—¿Atacar con la defensa?– Preguntó confudida la oji perla.

—Dejame terminar Hinata.– Le dijo Kurama suspirando.

— Lo siento Sensei.

— Bueno, en teoría gracias a ese estilo, que aún no tenía nombre, Yim pudo ganarle al feudal y se casó con el hombre que amaba. Luego ella le enseño a su marido y de ella tomaron el nombre Wing Chun. Está es una leyenda, ciertamente no se sabe el origen de este arte marcial. Ahora te explicaré porqué ataca con la defensa.— Le dijo al levantarse y colocarse al lado del muñeco de madera.— Éste arte marcial se utiliza los puños,– Golpeó con su mano cerrada contra el tronco, bastante fuerte para Hinata, aunque él no mostró signo de dolor.— También golpes con la palma. – Volvió a golpear el tronco con la otra mano abierta con la misma intensidad que la primera vez.— Desvíos, agarres, luxaciones y lanzamiento. ¿Por qué no utiliza bloqueos? te preguntarás. — Hinata asintió.— Pues, La defensa siempre es un tipo de ataque.

La oji perla abrió levemente los ojos con la sonrisa de Kurama.

—Bien, arriba.— Le dijo el pelirrojo y ella se levantó del suelo y se subió a la plataforma junto con él.— Primero trabajaremos en tus antebrazos. Quiero que pases los brazos, uno por uno, por aquí.— Kurama le mostro la parte del tronco donde sobresalían dos más chicos y un poco separado de cada uno. Si lo miraba de costado tenía una separación de 45 grados.— Simulando que golpeas a alguien. O sea, no pases el brazo desganado, hazlo con fuerza.

Hinata pasó el brazo como le había pedido su sensei y enseguida sintió el dolor en sus antebrazo al golpearlos contra las maderas, aunque no quiso demostrarlo. Lo hizo con el otro brazo y sintió el mismo dolor. Para el tercer golpe los pequeños brazos de Hinata ya estaban rojizos y ella se quejaba, pero seguía haciéndolo.

0

Nadie te dijo que te enfrentarás a la verdad solo, tienes el poder para empezar.

Naruto cayó al suelo boca arriba, casi sin aire, llevaba casi una hora corriendo muy fuerte atrás de Jiraiya y aún así no había logrado alcanzarlo. Sus piernas le fallaron patéticamete y su garganta le quemaba, definitivamente había llegado a su límite.

—¿Qué sucedió?

Naruto apenas pudo levantar un poco la cabeza al ver al peli blanco frenando la bicicleta cerca de sus pies, ya que había vuelto al notar que el rubio había caido al suelo.

—N-no... pue-do... más..– Le dijo Naruto aún intentando recuperar el aire.

—¡Valla! Creí que podías alcanzarme.– Dijo Jiraiya sorprendido. Se bajó de la bicicleta y la dejo en el suelo, se acercó a un árbol y cortó una rama fina y sacó todas las hojas.— De acuerdo, aprovechemos que estas en el suelo. Abdominales, dame 50...

—¿¡¡50!!?— Gritó sorprendido el rubio.

— Si vuelves a quejarte serán 100.— Naruto frunció el labio, pero no dijo nada.— Apresúrate.

El rubio subió las rodillas apoyando los pies en suelo y comenzó, hizo tres en silencio y recibió un golpe en la nuca con la rama.

—¡¿Ahora que hice?!– Gritó enojado por el inesperado golpe que le picó bastante.

—Cuenta en voz alta..

—¿Para qué?—Jiraiya suspiró.

— Contar en voz alta mientras haces el ejercicio ayuda a que aprendas a respirar adecuadamente, además que te fuerza a llegar al límite.— Naruto asintió con la determinación en sus ojos azules.

—1, 2, 3, 4, 5...

Asómbrate, deja que tu espíritu encuentre la manera, y alcanza la fuerza de tu interior.

0

No tienes porque dejar que la gente te limite, levántate y lucha por lo que eres.

Hinata sentía el picor en las palmas de sus manos, golpeaba una y otra vez al tronco. No quería parar a verse las palmas ya que estaba segura que estarían rojas, además que al lado suyo estaba Kurama observando atentamente todas las facciones que ella hacía. Después de estar al rededor de 15 minutos golpeando al muñeco, el pelirrojo hizo que parará.

— Escuchá Hinata, cuando golpeas siento que lo haces en serio, pero teniendo la boca cerrada nunca sacaras la verdadera fuerza.

—¿Bo-boca cerrada?– Preguntó con el entrecejo fruncido.

—Cada vez que golpeas haz un Fa-chi.— Kurama se dió cuenta que no entendió que era lo que había dicho y la corrió del frente del muñeco de madera. — Debes colocarte en posición Mapú. – Le mostró las piernas separadas a la altura de los hombros y flexionadas, como si estuviera por sentarse en una silla invisible.— Y cada vez que golpees, saca tus manos desde aquí.– Le mostró los dos puños que estaban pegados a la altura de su cadera.— Y cuando estes por tocar la madera, grita. ¡¡HA!!– golpeó a la madera haciendo temblar la plataforma.

—¡Si!

—El Fa-Chi debe salir de aquí.– Apretó con una mano la boca del estómago de la oji perla, justo debajo del diafragma.

—¡S-si!– Le contestó Hinata algo nerviosa ya que no estaba acostumbrada a la cercanía de Kurama.

Su sensei se movió, dándole espacio para que se acomodora como él había dicho y empezó de nuevo.

—¡HA!.. ¡HA!..¡HA!

Tu mayor reto es el que se encuentra dentro de ti, saber por qué estás peleando.

0

Nunca te rindas ante lo que nubla tu mente. ¡No te apartes de lo que eres!

Naruto cayó boca abajo al terminar las flexiones de brazos( o lagartijas), 50 seguidas lo había obligado Jiraiya. Sus brazos era una gelatina y sentía el vientre completamente duro, resultado de los abdominales.

El peliblanco levantó la mirada del libro que estaba leyendo mientras el rubio hacía los ejercicios y sonrió al ver la cara de cansancio en él.

—¡Muy bien arriba!– Le dijo cerrando el libro y dejandolo en el canasto de la bicicleta. Suspiró al ver como tardaba el rubio en levantarse.— Bien ahora te enseñaré cómo bloquear.¡Párate derecho!– Le gritó mientras lo golpeaba en el pecho con la fina rama.

—¡Ite!– Se quejó, pero irguió todo el cuerpo.

0

Naruto se sentó con gran dificultad sobre la cama después del baño. Los brazos le dolían, las piernas le pesaban más de 100 toneladas. Tenía algunas marcas en la espalda y pecho debido a los latigazos que le había dado Jiraiya para acomodarle la postura. Ya eran cerca de las 8 de la noche y recién llegaba a su casa. Si bien se habían detenido varias veces, para comer o elongar, el peliblanco era muy exigente.

Cuando se acostó de golpe sobre la espalda sintió un fuerte tirón en su estómago. Con una mueca de dolor quiso relajar el tercer calabre que tenía desde que había llegado. Había cenado bastanate bien, ya que después de un arduo entrenamiento, Jiraiya le había dicho que debía alimentarse, no algo muy pesado pero si consiso.

Esperando que Hinata se encontrara mucho mejor que él se durmió profundamente sin siquiera abrir las sábanas. Al otro día, a la misma hora, debía estar en el parque para su segundo día de entrenamiento.

0

Hinata miró a su madre que le ponía una venda en su brazo después del baño. Un quejido se le escapó cuando ella le apretó un poco más.

—Lo siento hija.— Se disculpó Hikari con el semblante abatido.

—No pasa nada mamá.— Le dijo con una sonrisa.

Hikari terminó de colocarsela y miró a su hija preocupada.

—Hinata ¿Estás segura de ésto? Sé que quieres ayudar a Naruto, pero...

—Si, mamá estoy completamente segura de ésto.— Le interrumpió la menor.— Tal vez me cueste un poco, pero estoy segura que Naruto se esfuerza mucho más que yo.— Dijo con un leve sonrojo en las mejillas.

Hikari le devolvió la sonrisa, si bien estaba preocupada por su hija estaba más que orgullosa por su actitud. Conocía a Naruto y le había tomado mucho cariño. Era un muchacho alegre y algo ruidoso, pero muy amable y considerado. Después que ellos aparecieron lastimados por los ataques de los otros chicos, ella quiso hacer la denuncia formal. Pero Naruto le hizo prometer que no lo haría. ¿La razón? Su esposo, Hiashi, trabajaba en la empresa Uchiha y el rubio tenía miedo que tomarán represalias contra él. Desde ese día no dejaba que se fueran solos a ningún lado, y agradeció al cielo que esos dos hombres hayan aparecido para salvarlos de algo peor.

Después de una semana de lo que había pasado, el señor Jiraiya había ido a su casa a hablar con ella. Pedirle el permiso para entrenar a ellos dos. Ella lo dudo bastante, hasta que su marido y cuñado la convencieron.

Esperaba no cometer un error...

El amor es magia que te hace seguir, seguir y seguir. Saber porque estas peleando.

Aferra la meta en tus ojos, mantén el fuejo al rojo vivo, tienes que hacerlo realidad.

Sólo con este poder podrás crecer...

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #naruhina