Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17. Reiniciar

Reiniciar


Kim Namjoon abre los ojos y mira el techo de su habitación de hospital. No recuerda cómo llegó ahí, y cuando intenta sentarse el cuerpo le azota en dolores y decide quedarse quietecito. Lentamente, los sonidos propios del hospital se cuelan en sus oídos y le aturden. Quiere silencio para volver a dormir, mas su respirar agitado, tal como si hubiera hecho un gran esfuerzo, le distrae. Parece que apenas ha descansado, ¿qué sucedió?

—Oh, te despertaste ya, hyung. Qué alivio...

¿Jeon Jungkook?

Buscó pronunciar el nombre de su vecino, pero la garganta le ardía y es el propio Jungkook que le pide que no hable, que lleva mucho dormido y que permanezca tranquilo si de momento el cuerpo no le responde como debería. No que esto calme el estado de alerta que comienza a filtrarse entre la bruma letárgica en que está su cabeza.

Con los ojos abiertos cuanto puede, desesperado y angustiado, quiere preguntar qué ocurrió con él. Por suerte, el dongsaeng capta su mensaje silencioso y responde:

—Ingeriste una dosis peligrosa de pastillas para dormir. —Le explica suavemente, tal como si intentara no espantarlo de lo grave que es el anuncio en sí—. Llevas aquí más de un mes porque parte del medicamento causó una reacción adversa en tu organismo y... y no podían despertarte. Sé que ahora debes estar mareado, trata de calmarte, hyung. Por favor. Sigues con la presión arterial inestable y esta misma mañana se te debió estabilizar aunque permanecías inconsciente.

¿Dormido? ¿Acaso tuvo un accidente en bicicleta y perdió la consciencia? Namjoon reparó en la vestimenta del muchacho, viendo que él también llevaba bata de internación. Con su mentón señaló las prendas para que también le explicara al respecto. Quizá, pensó, viajaban juntos. Lo que no tenía sentido, ¿no había sido ingresado Jungkook antes que él? Por más que pensaba en ello, más le costaba mantenerse despierto.

—Oh... yo... ¿No te acuerdes de nada? —El tono de Jungkook era desalentado, triste incluso—. Hice lo que tú... y acabé aquí. Solo que yo desperté hace unos días gracias a...

Jungkook se detuvo abruptamente, no pudiendo formular las frases sin titubear. Namjoon quiso escuchar qué más diría, aunque estaba demasiado adormecido y no logró mantenerse despierto.

No soñó nada. Fue un alivio para él, aunque, luego, se despertó con una inmensa sensación de soledad.

+

La siguiente vez que despertó, Park Jimin estaba junto a él leyendo una revista. Apenas estuvo más espabilado los dolores parecieron caerle de sopetón para hacerlo jadear. Vio con angustia a su amigo, que lanzó la revista a un lado y se acercó hasta él para detenerlo.

—Calma, calma —habló en voz baja Jimin. Su toque dolía todavía más así que lo apartó—. Que te quedes quieto, hombre, ¡estás todo cableado, no te muevas!

Namjoon quiso reírse de lo rápido que su amigo perdía la paciencia, solo que volvió a dormirse.

+

En la oscuridad de su mente, Namjoon vagó sin rumbo. Sabía que soñaba, pero cada que intentó pensar en alguna imagen, paisaje, solo consiguió sentir una presión en el pecho y un nudo en la garganta.

Esos días, despertó llorando.

+

Cuando por fin le dieron el alta, no volvió a su departamento. Su madre lo instó a quedarse un tiempo en la casa donde ella pudiera estar segura de que no necesitaba nada o se olvidaba de comer. Namjoon no precisaba ser muy inteligente para saber que ella tenía miedo de que volviera a consumir tantas pastillas.

Quiso asegurarle de que no haría tal cosa, de que no quería morir, pero ¿por qué había ido a parar al hospital por sobredosis si no?

-0-

Jeon Jungkook se había vuelto una visita constante y Namjoon, que antes no había compartido demasiado con él, se contentó de tenerlo cerca. Jimin, por el contrario, bufaba cuando llegaba y se encontraba con Jungkook, pero Namjoon no podía entender por qué. Recordaba la animadversión mutua entre los dos, solo que ahora parecía persistir en Jimin. Jungkook estaba demasiado alegre para interesarle nada.

Estaba enamorado, le reveló un día.

—¿Cita con Hoseok? —preguntó Namjoon.

Tuvo un picotón de celos, envidia quizá, al ver el entusiasmo en Jungkook. Aunque se recompuso antes de ir por ese hilo de pensamiento. ¿De qué le valía deprimirse? Sin embargo, cierto vacío en el pecho le amargó la sonrisa.

—Sí, le prometí que iríamos al cine ya que él nunca... —Se interrumpió cuando el teléfono sonó.

Se despidió del chico y decidió recostarse.

Otra vez, sus sueños de nada y de llanto.

+

Cuando pasó medio año, Namjoon ya estaba recuperando su rutina diaria. No tuvo recaídas, lo que fue un alivio para todos, por lo que volvió a su departamento. Jimin se mudó con él, durmiendo en el sofá. Se auto-invitó, y Namjoon ciertamente disfrutaba de tener con quien conversar. Le había preguntado medio en broma una vez:

—¿Te han echado de casa?

—Hombre, ¿por qué dudas de mi deseo de estar contigo y no del imbécil de Jungkook?

—¿Por qué no la cortas con eso? —Se enfadó, pero viendo la expresión sombría de su amigo se calmó y llegó hasta él para rodearle los hombros con un brazo—. Te quiero, Chim. Gracias por estar conmigo. Y perdón por tener que haberme visto... ya sabes, perdón y gracias.

Jimin se abalanzó sobre él y lo apretujó. Namjoon lo dejó hacer, tragando la culpa por haber preocupado así a su amigo y a su familia. Seguía sin recordar las razones de su sobredosis y le aterraba pensar en aquello tan grave que lo motivó a una decisión tan extrema. ¿Sería mejor la ignorancia?

—No me gusta que estés cerca de él —confesó Jimin, suspirando cuando Namjoon lo llamó "celosito", así que le dio un puñetazo en el estómago—. Lo digo en serio, idiota.

—No fue su culpa que yo...

—No estoy tan seguro de eso —fue la respuesta de Jimin, cargada de resentimiento, y Namjoon sintió que había algo detrás de sus palabras, solo que no buscó averiguar qué. El pollo frito había llegado.

+

Aunque los meses llegaban y se iban sin mayores contratiempos, se cumplió un año y Namjoon decidió mudarse porque el departamento era un recordatorio constante de aquel episodio. Jungkook se había ido tiempo antes que él del edificio. Supuso que empezar en otro lugar le ayudaría y lo cierto es que vivir más cerca de su madre le garantizaba una heladera repleta de cenas deliciosas.

Todavía salía en bicicleta, pero había descubierto otro hobby junto a Kihyun. Se hizo su compañero en una serie de podcast donde platicaban sobre temas variados. En principio, le colaboró en un episodio y pronto se dio cuenta de que disfrutaba esta actividad y se permitió aceptar el ofrecimiento a ser co-locutor.

Jimin no insistió en que Namjoon salga con Kihyun, aunque ocasionalmente ellos todavía tenían sexo. Nada serio, y para Namjoon funcionaba. Él no se sentía inclinado a involucrarse en una relación. Su madre y su hermana, al igual que Jimin, tampoco lo empujaron a que se enamore. Hubo una vez que él mencionó esto, riendo porque ya no estaban de casamenteros con él, y Jimin, que estaba en la cena también, intercambió una mirada extraña con ellas antes de cambiar de tema; contó que Min Yoongi y él planeaban convivir.

Namjoon atribuyó, como hacía con todos los silencios incómodos, a su episodio del pasado. ¿Será que tomó aquellas pastillas por un amor? Si ese era el caso, Namjoon se avergonzaba por ser tan estúpido. El amor, si es que lo sintió, no volvería a joderle la vida. Prefería concentrarse en su trabajo —que seguía siendo el mismo—, en sus hobbys y en compartir con su familia y amigos.

El amor podía mantenerse lejos, no estaba interesado en ello. Sin embargo, no previó que debería repensar esto cuando visitó —como hacía cada sábado— la biblioteca donde su hermana trabaja y se topó con alguien peculiar.

—Yo... lo siento, no pensé que estaba siendo ruidoso —se disculpó, había estado golpeteando su bolígrafo contra la mesa, molestando a los que estaban cerca estudiando y leyendo—. No volveré a hacerlo —prometió.

Los demás asintieron en silencio, pero un chico que estaba frente a él dejó salir un bufido de risa.

—Te sonrojaste —resaltó lo obvio y Namjoon se encogió de hombros, pero se congeló cuando este soltó—: lindo.

Namjoon, quien había estado convenciéndose de que no quería conocer a nadie, vio en el castaño frente a él una tentación bastante grande. Al final, decidió que podría ceder en su resolución porque, diablos, el chico era realmente hermoso. Pretendiendo que no se había sonrojado otra vez, le guiñó un ojo antes de decir:

—¿Solo lindo?

Y cuando este chico amplió sus ojitos, parpadeando nerviosamente hasta que su rostro se rompió en una sonrisa, sintió un calorcito —que nada tenía que ver con el sonrojo— quemarle el pecho. Aunque no siguieron conversando, Namjoon se prometió volver a la biblioteca más seguido para ver al castaño.

+

Su nombre era Seokjin, supo Namjoon cuando leyó una nota del chico. No entendía qué estaba estudiando el castaño, pero parecía fascinado con la historia y la mitología. Fue por esto último que se animó a sacar tema de conversación la tercera vez que lo cruzó en la biblioteca.

+

—Vamos, Seokjin, no te quedes atrás —arengó Namjoon, viendo a Seokjin pedalear con dificultad—. ¡Llegaremos tarde y nos perderemos el atardecer!

—Mañana habrá otro, y si no me equivoco, al día siguiente también —rezongó Seokjin, apurando la marcha—. Mierda, siento los muslos calientes.

—Y yo que estoy muriendo de frío, ¿no te apetece envolverme con ellos?

Entonces, Seokjin perdió el pie del pedal y cayó sobre la bicisenda. Namjoon se carcajeó antes de volver por él y ayudarlo.

+

Cuando Namjoon cumplió años, su madre le heredó el coche. Seokjin, que estaba en la pequeña celebración, se dobló de risa al ver la cara abochornada de Namjoon.

—¡No te rías, no es gracioso!

—Hombre, claro que lo es —se unió Jimin a las risas—. ¿Cuánto más vas a fallar en tu examen?

La hermana de Namjoon se apiadó de él, diciéndole que podría enseñarle antes de que diera las pruebas. Jimin volvió a reórse, y Seokjin lo siguió, aunque habló luego:

—¿Puedo aprender yo también?

—¿No que sabías conducir? ¿Y así te burlas de mí?

Seokjin se encogió de hombros.

—Pensé que sabía, pero descubrí que no. ¿Puedo?

Namjoon no pudo replicarle porque el chico besó su mejilla; gesto que Seokjin hacía seguido y del que él no se quejaba aunque se sonrojara por las burlas de Jimin y su hermana.

+

El primer beso con Seokjin fue, en realidad, motivado por celos y Namjoon se arrepintió cuando dejó ir al chico. Solo que Seokjin no lo soltó y pegó su frente a la de él, respirando entrecortado.

—Lo siento —dijo Namjoon y le hubiera gustado que su disculpa sonara más creíble—. Okay, no me disculpo por besarte, pero sí por haberlo hecho para alejar a ese patán.

Seokjin besó su nariz, luego su mejilla y lo abrazó completo antes de suspirar contento y recargarse contra él. Estaban esperando que el coche de Namjoon llene reserva cuando el chico de planta de la gasolinera se acercó y coqueteó con Seokjin como si Namjoon no existiera.

No es que hubieran hablado de lo que sea que estaban empezando, pero Namjoon tenía claro que quería intentar algo con Seokjin, que la amistad no terminaba de encajar en lo que sentía por él.

—Me gustas, y te gusto. —Le sonrió, sin dudar en la confesión y sin equivocarse por la afirmación, por lo que Namjoon apretó más los brazos a su alrededor—; ¿por qué no hicimos esto antes?

Y el segundo beso fue dado por Seokjin, calmando las inseguridades de Namjoon y enviándolo a volar tan alto, y tan lejos, que no le importó nada más.

+

Las manos de Seokjin lo tenían delirando y se retorció mientras sentía la boca del chico pasear con besos húmedos por su pecho, jugando con sus pezones y mordisqueando su ombligo.

—Seokjin... —gimoteó, pero el otro suspiró sobre las zonas húmedas causándole escalofríos antes de continuar su tortura—. Necesito... quiero que...

—¿Qué quieres, Joonie? —consultó, con una sonrisa maliciosa antes de dejar caer un beso en la punta del pene erecto—. No te sueltes —regañó al verlo aflojar el agarre.

Aferrándose al cabezal de la cama, Namjoon se removió y levantó para que la boca de su novio toque su necesitado pene. No seguro de si quería sentir su boca o sentirlo dentro, pero las opciones le aseguraban que era un ganar-ganar por lo que se rindió y cayó al colchón.

Otra vez, la boca de Seokjin revoloteó por su miembro y Namjoon registró que el otro estaba esperando una respuesta. Como no supo qué había sido preguntado, se arriesgó:

—Chupa —murmuró, flaqueó su respiración cuando las manos del otro se asentaron en sus muslos.

—Mmm, ¿eso quieres? —La lengua de Seokjin viajó desde la base hasta la punta del miembro—. ¿Te comportarás y dejarás que me encargue?

—Sí, sí, por favor —rogó. Tomando los barrotes del cabezal, Namjoon se prometió no soltarse aunque se le fuera la vida en ello. Sabía del lado juguetón de Seokjin y cómo le gustaba ser obedecido.

No cometería el error de desobedecerlo otra vez, por el bien de su trasero.

—Lindo... —apreció, probando las gotitas perladas—. Y delicioso. ¿Todo para mí?

—Todo para ti —confirmó Namjoon, y fue lo último que dijo antes de ser devorado por un goloso Seokjin.

+

La propuesta oficial de noviazgo, como lo llamó Seokjin, causando que Namjoon se ria por lo anticuado que parecía portarse así, llegó medio año después. Habían aceptado cenar en casa de la madre de Namjoon para festejar el cumpleaños de Seokjin, ya que él no tenía familia. La historia de vida de Seokjin era tan triste, pensó Namjoon. Y quiso hacer algo especial por él. Así como sentía que Seokjin, sin pretenderlo siquiera, volvía especial cada instante compartido.

Seokjin había dicho que aceptaría cualquier plan de sus amigos, Hoseok o Jimin, quien a pesar de seguir peleándose con Jungkook —aunque ahora menos serios, más infantiles— se unió a ellos, pero Namjoon se adelantó y lo invitó a casa.

Su madre sabía de la relación y aunque al inicio no estuvo muy contenta, Namjoon no sabe por qué, aceptó darle una oportunidad. Namhee, al contrario, parecía realmente feliz de verlos. Celebraron y fue durante el corte de pastel que Seokjin le pidió salir, y aunque Namjoon quiso volver a reírse, o agregar que habían recorrido tanto ya como para necesitar oficializar, no lo hizo al ver la expresión decidida del chico. Además, el romántico dentro de él se regocijaba de ver cómo Seokjin tenía tales atenciones.

Esa misma noche su hermana, apartándolo un momento de Seokjin, lo abrazó y le dijo:

—Me alegra, pese a todo, que resolvieran las cosas, se nota que te quiere mucho.

—¿Resolver?

Namhee buscó en su rostro alguna señal, que pareció no hallar y suspiró.

—Prometimos no hablar sobre el incidente, pero siento que ahora estás más fuerte para afrontarlo. Digo, con tus terapias... espera, ¿no las dejaste? —interrogó preocupada.

—No, mis terapias son más espaciadas, pero sigo yendo —se encogió de hombros—. Hay ocasiones en las que necesito hablar y me siento cómodo con la doctora Bae.

—¿Te dijo algo de por qué no recuerdas?

—Solo que es impredecible mi recuperación completa, por lo que el no recordar ciertas cosas podría deberse a mi resistencia a pensar en ello. Sin embargo, traté de hacerlo y no hubo cambio —volvió a levantar sus hombros, ya había dejado de molestarse por lo que perdió—. Supongo que está mejor así.

—Ajá, olvídalo —asintió Namhee, viendo en dirección a Seokjin, que platicaba con su madre mientras ayudaban a traer el café—. ¿Has visto lo guapo que se ve Seokjin con el cabello levantado? Parece de película. Dónde lo encontraste, ¿eh?

Namjoon no insistió en la conversación, ni se molestó con el silbido de su hermana, porque en ese momento Seokjin encontró su mirada y su sonrisa se iluminó hasta que borró todo a su alrededor. Fue cuando cayó en cuenta de que estaba enamorado. Se había enamorado de Seokjin y, por el modo en que este se comportaba, por cómo le sonreía, era correspondido. Y esto se sentía tan perfecto, tan natural, que no buscó cuestionar sobre ello y se dedicó simplemente a sentir.

—En mis sueños... —completó Namjoon, conmovido, y en su interior algo se removió hasta que pareció calzar en el sitio correcto.

FIN.



Nota:

Para ganarle al domingo, vendrán los extras y adiós En mis sueños.

Quejas, sueños, aquí:


:')


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro