Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11 - Cafés helados y escotes mojados (1/3)

Como la idea de esta obra era que fuesen capítulos cortos, he dividido este en tres. ¡Vamos allá!

〰️〰️〰️

Dieron un paseo sin prisa, hasta llegar a una cafetería que ella había sugerido, apartada del centro de la ciudad. Se empeñó en querer mostrarle el lugar y él, no queriendo ser grosero, aceptó alegremente. De todos modos, se dijo, no tenía ninguna preferencia mientras pudiera pasar un rato con ella y conocerla mejor.

Había algo en aquella mujer que le llamaba fuertemente la atención; había sido así desde el primer momento, por eso fue que la idea de que ella fuese especial alcanzó a cruzar su mente. Aquello martilleaba sus pensamientos casi a todas horas y no era algo que en realidad le molestase; pensar en ella se había vuelto algo habitual y sabía, tras tantos días en aquella costumbre, que había calado hondo en él de un modo que no le había sucedido con anterioridad. Sin duda, Denise tenía algo que a él le había impactado y aquella moto le había traído suerte pues, sin ella de por medio, no la hubiese conocido.

Ya dentro del local se acomodaron en una mesa esquinera, con asientos acolchados siguiendo la pared. La mesa era de madera y estaba decorada con flores secas y piedras a modo de mosaico, con un vidrio encima protegiendo el montaje que, a su vez, hacía que la superficie fuese completamente plana y estable. Salva la observó con curiosidad bajo la atenta mirada de Denise, quien contenía una sonrisa al ver su expresión.

—¿Te gusta? —Preguntó, apoyando la espalda en el respaldo.

—Pues sí, la verdad. No las había visto así en ningún otro sitio, aunque tiene pinta de ser un trabajazo.

—Lo es —concordó la fémina.

—Parece que lo sabes bien —señaló con la curiosidad brotando junto con sus palabras.

—Las he hecho yo.

Salva parpadeó sorprendido, cuestionándose si había escuchado mal. «¿No era profe particular? ¿Ahora resulta que hace mesas?», se preguntó. Ella pudo entrever sus pensamientos, o un atisbo de sus dudas y creciente curiosidad, y se afanó en añadir una explicación:

—Mis padres tienen una carpintería —comenzó—, todo artesanal. Siempre hemos trabajado solamente la familia ahí, yo aún voy de tanto en tanto para regalarme un cambio de aires —la camarera se acercó e interrumpió su exposición.

—¡Hola, Den! ¿Qué vais a querer?

—Hola, Elvira —respondió con una sonrisa ante la atenta mirada del hombre—. Yo quiero mi café helado. ¿Y tú, Salva? 

—Oh... Em... —Dudó, pillado por sorpresa.

—¡Que sean dos! —Exclamó Denise—. ¿Vainilla o dulce de leche? 

—¿Dulce de leche? —Titubeó desconcertado. La camarera anotó en su libretilla y sonrió antes de marcharse.

—Te gustará, ya lo verás.

—Vale... Voy a confiar en ti —logró decir ya repuesto.

—Como te contaba, hace años, cuando todavía era una niñata que no sabía qué quería hacer con su vida y querían tenerme ocupada, estuve aprendiendo el oficio y mi trabajo práctico (para que mis padres vieran que realmente era capaz de aplicar las técnicas) fue construir una mesa de madera empleando todo lo aprendido y añadiendo algo de cosecha propia. La verdad es que me resultaba complicado encontrar algo lo suficientemente llamativo y había empezado a desesperarme... Y fue pura coincidencia, pero el propio tiempo me trajo la inspiración; era otoño y al salir de casa me topé con una gran pila de hojas de morera con las tonalidades entremezcladas y la combinación de todas ellas me cautivó hasta traerme la idea para mi mesa.

Salva la observaba sin perder detalle. Denise era una muchacha muy expresiva, su rostro corroboraba sus palabras y movía mucho las manos mientras hablaba y le miraba fijo a los ojos, haciendo que él no pudiese apartar la mirada de ella.

—El caso es que mis padres se fueron el fin de semana y yo aproveché la soledad en el taller para ponerme manos a la obra. Había pasado una muy mala etapa y estar allí siempre me calmaba, era como una burbuja en la que podía encerrarme sin necesidad de dar explicaciones. Trabajé esos tres días sin pensar en otra cosa, respetando tiempos de secado y demás, claro. Cuando mis padres regresaron el domingo por la noche, mi trabajo estaba terminado. Recuerdo la expresión de mi padre al ver aquella mesa de setenta por ochenta con relieves y grabados, barnizada, con un vidrio encajado en el marco lijado para darle un aire envejecido y, dentro de aquel espacio, todas aquellas hojas secas de distintos tonos dándole un toque precioso y colorido.

Elvira regresó a la mesa con dos flamantes jarras de cristal y un pequeño cuenco con unas lionesas de crema cuyo aspecto le hizo la boca agua al varón. Antes de alejarse, los animó a disfrutar del pedido y los dejó observando la mesa. Salva no sabía si prefería degustar aquello o seguir escuchando a su acompañante, pero sabía que debía escoger. Observó las jarras; el contenido amarronado, similar al del café con leche aunque cremoso, con una nube de nata encima y el dulce de leche regado sobre ésta parecía requerir una pronta consumición, por lo que lo tuvo claro.

—Denise, sé que quieres tomarte esto —comentó empujando su jarra hacia ella—, así que hazlo y luego me sigues contando. No tienes planes hasta la hora de acostarte, ¿verdad?

—No, pero tampoco quiero robarte mucho tiempo...

—No me lo robas, te lo regalo yo. Me gustaría que me cuentes eso con lujo de detalles, como estabas haciendo, y que hablemos de cuanto queramos. Y yo, la verdad, no tengo mejores planes que esos.

Tomó su jarra y acercó sus labios a la pajita dispuesto a probar el café helado que ella le había pedido. Ella lo observó con extrañeza, curiosa y, de pronto, un poco nerviosa. Un cosquilleo le atenazaba el vientre, sintió un leve nudo en la garganta y observó su expresión al probar la bebida. Que no se hubiese quejado de que ella pidiese ya decía mucho de él, se dijo, y se sentía muy compenetrada y cómoda con él, así que si quería pasar más tiempo del previsto con ella, ¿por qué no aprovechar?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro