Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Jeremías 33: 3

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Principios del mes de Octubre...

El viento soplaba suavemente sobre mi rostro removiendo mi cabello castaño.
Me encontraba caminando junto a Saray.

Hace unas horas habíamos llegado a casa luego de un largo día de clases, habíamos salido a caminar y a recorrer algunas calles de la ciudad ya que no teníamos nada más que hacer.

Nos detuvimos en una esquina cuando vimos una iglesia.

<¿será una iglesia cristiana?>

Desde que llegamos aquí, no habíamos asistido a ninguna iglesia, solo hacíamos pequeños devocionales en casa...

Pero luego de lo ocurrido con nuestros padres, los devocionales en familia se acabaron.

Yareisi varias veces me había invitado a ir con ella pero honestamente no tenia muchas ganas de ir si no hiba junto a mi familia.

— ¿podemos ir a ver si alguien está adentro? — preguntó mi hermana

— mmm, si claro vamos — le respondí.

Era un edificio grande color beige, la puerta era de madera que se abría en dos.
Adentro había bancas ordenadas en dos filas.
Todo estaba impecable.

Entramos y nos sentamos al frente.

— ¿Crees que alguien vendrá?

— no sé Sara.

Permanecimos en silencio por unos minutos mientras yo en mi mente oraba a Dios.

De pronto escuchamos a alguien que habló.

— Hola ¿puedo ayudarlas en algo? — un hombre de cabello negro y ojos del mismo color apareció por una puerta al frente.

— solo pasábamos por aquí, y nos dio curiosidad de entrar — le expliqué

— Sean Bienvenidas, yo soy el Pastor de esta iglesia, mi nombre es David

— mucho gusto en conocerlo, yo soy Denisse y ella...

— soy Saray — se apresuró a decir mi hermana.

— bienvenidas a la casa de Dios...— abrió sus manos señalando todo el lugar y sonriendo.

— ¿tu vives aquí? — preguntó mi hermana

— no, de hecho vivo aquí a lado

— ¿y tu esposa?

— ¡Saray! — le dije — disculpe, ella es muy curiosa — me disculpe con David

— no te preocupes, se como son los niños, siempre quieren saber todo

— ¿entonces tienes hijos? — volvió a preguntar Sara y el semblante de aquel hombre decayó

— no

— lo siento— Saray se disculpó

— esta bien, vengan las llevare a mi casa, quiero que conozcan a mi esposa

Salimos de la iglesia y nos dirijimos hacia la casa que estaba a lado.

David abrió la puerta y entramos.

Era una casa bonita, en las paredes habían colgado varias fotografías de él y su esposa.

— ¡amor! ¡tenemos visita! — exclamó el pastor

Una mujer de cabello negro ondulado y ojos azules celestes apareció, saliendo de la cocina.

— Hola ¡sean bienvenidas a mi humilde hogar! ¡por favor siéntese!

Nos acomodamos en el sofá quedando de frente al pastor.

— amor ella es Denisse — me señaló a mi — y ella es su hermana Saray — señaló a mi hermana

— Gusto en conocerlas, yo soy Andrea

— Gusto en conocerte Andrea — dijimos a coro las dos

— eres muy bonita — le dijo Sara a Andrea y ella sonrió

— Gracias, tu también pequeña

— ¿son cristianos? — pregunté, aunque era obvio ¿no?

— si, así es, supongo que ustedes también ¿cierto? — preguntó y yo asentí con la cabeza

— nos acabamos de mudar, llevamos dos meses viviendo aquí, no teníamos idea de que había una iglesia aquí cerca — expliqué

O quizás si tenía idea solo no había querido venir.

— Esta iglesia se fundó hace 20 años, el pastor anterior ya partió con el señor y ahora yo me estoy haciendo cargo desde hace 5 años— comentó David

— ¿tu eres originario de aquí? — cuestioné

Andrea llegó con una bandeja en la que contenía un plato de galletas con chispas de chocolate y 4 tazas de café.

— no, yo vine aquí por que quería estudiar la universidad, quería lograr una carrera profesional, en ese tiempo yo no conocía a Dios, andaba perdido en el mundo, asistía a la universidad de lunes a viernes y los fines de semana salía con mis amigos a tomar y divertirnos en fiestas...todo cambio cuando tuve un accidente, una noche había salido con mis amigos a tomar, era media noche ya, íbamos en el auto, todos estábamos borrachos, en eso que el conductor no se dio cuenta de que al frente venía un auto y chocamos, mis amigos murieron esa noche...esa noche comprendí que Dios me estaba dando una nueva oportunidad...Días después mientras caminaba por estos lugares me encontré con esa iglesia, y entre, le entregué mi vida a cristo y todo cambió desde ese instante...

— ¿y cómo conociste a Andrea? — preguntó Saray

— bueno, pues como decía que empeze a asistir a la iglesia, entonces yo le ayudaba al Pastor en lo que pudiera..una noche al término del servicio yo...estaba terminado de cerrar todo, cuando de pronto en la avenida la vi a ella...estaba a punto de suicidarse, fui corriendo hasta ella y le hablé del amor de Dios, al principio ella no me quiso escuchar pero luego acepto, y ahí fue que la conocí...

— ¿por qué te querías matar? — preguntó mi hermanita dirijiendose a Andrea

— es algo complicado, pero bueno voy a resumir, mi novio había terminado conmigo, mi mejor amiga me había dejado de hablar, mamá estaba enferma y a punto de morir, mi padre era un borracho que cuando llegaba me golpeaba, en la escuela no me iba muy bien que digamos, estaba por reprobar el año, me sentía muy presionada, quería acabar con todo, y la única salida fácil que se me ocurrió fue...suicidarme...

— es muy triste de solo imaginarlo — dije mientras tomaba el contenido de la taza

— saben, en este tiempo he pensado, ¿qué hubiera ocurrido si esa noche me hubiera matado? ¿A dónde habría llegado?, por eso agradezco a Dios pro haber puesto a David en mi camino...

— lo bueno es que se encontraron y que ahora juntos están sirviendo a Dios — comenté

— Llevamos 5 años de casados, y en todo este tiempo hemos visto las grandes bendiciones de Dios en nuestras vidas — David tomó la mano de Andrea

<como me gustaría conocer a alguien que me trate como David trata a Andrea>

— ¿y no tiene hijos?

— no Sara, desafortunadamente no hemos podido tener la dicha de ser padres — responde Andrea

— hemos orado a Dios por eso...— dijo El Pastor

— ¿y creen que Dios los ha escuchado?

— Claro pequeña, Dios escucha cada oración que le hacemos, solo que a veces es necesario esperar el tiempo de Dios — afirmó Andrea con una sonrisa en el rostro.

Entiendo lo que dice.

Muchas veces tenemos que esperar el tiempo de Dios.

Quizás en algunos momentos llegamos a desesperarnos por no ver la respuesta a nuestras oraciones pero debemos ser pacientes y esperar por que a su tiempo Dios responderá.

— ¿pero cómo fue que se enamoraron? — esta vez la curiosa era yo

— pues, cuando recibí a Jesús en mi corazón comencé a ir a la iglesia, David y yo nos hicimos buenos amigos, me di cuenta de que él era atento y comprensivo conmigo, me apoyaba en mis momentos más difíciles, y de ahí empezaron a surgir sentimientos más fuertes hacia él...— nos contó Andrea

— si, y yo también me enamoré de ella, me enamoré de su forma de ser, de la forma tan humilde y sincera en que ella buscaba a Dios, estuve orando para que Dios me mostrara si era su voluntad, y pues así fue, era la voluntad de Dios que ella y yo estuviéramos juntos así que decidimos casarnos...

Un hermoso testimonio el que ellos tienen. De una manera extraña surgió el enamoramiento.

— creo que Dios pronto contestará su oración de tener un hijo — les dije para animarlos

— ¡amén! ¡así lo creo! — respondio Andrea con una sonrisa en su rostro.

David tomó las manos de su esposa y alternadamente dijeron:

— Dios no llega antes

— ni después

— llega en el momento preciso

Sus voces se unieron al pronunciar esta última frase.

Sonrei.

Era una escena tan hermosa. Ellos eran una pareja que servía a Dios de todo corazón. Y a pesar de que por mucho tiempo llevaban orando por una bendición y no habían visto respuesta, seguían firmes en su confianza en Dios.

La oración es la llave que abre la puerta de los milagros...

Cuando estábamos por marcharnos a casa, David y Andrea nos pidieron orar por nosotras, accedimos.

En medio de la oración, Andrea se acercó a mi y susurró a mi oído.

— Dios ha escuchado tus oraciones, y él pronto te responderá.
Quizás muchas veces la respuesta no es lo que esperábamos pero después comprendemos por que pasan las cosas.